24B.- Cuerpo Central -Pasaje de Oriente- y Sala de Espectáculos




RESTAURANTE SUCURSAL DEL PASAJE DE ORIENTE 

Vista aérea con la situación del Restaurante Sucursal del Pasaje de Oriente en la Avd. de la Raza, en el cuerpo central de los almacenes del puerto.
Cuando el 3 de junio de 1927, el arquitecto general de la exposición Vicente Traver, presentó su informe sobre el conjunto de edificios necesarios para el certamen en el Sector Sur, propuso la construcción de un cuerpo central en los 20 m. de separación existente entre los dos grandes almacenes que la Junta de Obras del Puerto, estaban construyendo en la avenida de la Raza, que albergarían el Pabellón de Industrias Generales y Galerías Comerciales Extranjeras, para que serviría de unión en el que se instalaría un gran hall de unos 1.200 m2, “donde puedan instalarse puestos de ventas, refrescos, información, etc”.[1] En el referido informe, también adelantaba su coste, cuya construcción de carácter provisiona, se había estipulado en 150 pts/m2, lo que alcanzaba la cantidad de 180.000 pts.[2]

En definitiva, Traver pensaba instalar en este cuerpo central, aprovechando su ubicación como lugar de paso entre ambas instalaciones, una especie de un gran salón comerciar donde instalaría pequeños kioscos de ventas de diferentes productos, bebidas, cafés, recuerdos etc, a la vez de servir como lugar de descanso y servicio, dotándolo de aseos. Sin embargo, los fines a los que se dedicaría este espacio, fueron sustituidos por otros más concretos como el de servir de sala de fiestas, café y restaurante en esta zona del Sector Sur.

Cuerpo central entre las naves del Pabellón de Industrias Generales a la derecha y las Galerías Comerciales Extranjeras a la izquierda, con la fachada del restaurante Sucursal del Pasaje de Oriente. (fotografía gentileza de José Luis Pérez Pino)
Para ello, el 19 de mayo de 1928, se presentó el proyecto[3] de este cuerpo central de 900 m2 que había reducido la superficie a construir por este motivo, estando formado por cuatro naves de 20 x 45 m., paralelas al eje mayor de las instalaciones laterales, siendo la central de mayores dimensiones, estando cubierta por una cúpula de planta circular de unos 45 m. de diámetro y perfil esférico de 5 m. de altura, que descansaba sobre tambor. Las dos naves anteriores, de acceso desde la avenida, serian los espacios dedicados a grandes salones dedicados a fiestas; en la central bajo su cúpula se instalaría el restaurante, contigua a ésta estaba el café y por último en la posterior se dispondrían la cocina, office, almacén y servicios para señoras y caballeros.

El emplazamiento en dicho lugar se pensaba que era magnífico, sirviendo de fondo al eje que cerraba la gran manzana proyectada en el centro de ese sector, constituido por la plaza de los Conquistadores, cerrando la perspectiva de esta explanada vista desde el Pabellón de Turismo, aprovechando además el enclave en la avenida de La Raza, zona donde se preveía una gran afluencia de visitantes y abundante tráfico, debido a la ubicación próxima de las galerías comerciales y de los grandes pabellones industriales.

Según la memoria del proyecto,[4] para la fachada de este cuerpo central, se siguió el mismo estilo y tipo de construcción empleado para las construcciones laterales, siendo el interior de carácter provisional formado por una estructura metálica, que fuera fácil de desmontar una vez concluida la muestra. 

Las cubiertas se proyectaron de cartón impermeable, sobre entablado y cabios de madera. La cúpula estaba formada por cerchas de hierro terminado con un gran remate de zinc de 5 m. con armazón interior de maderas e hierros, y el pavimento de tendido continuo de cemento coloreando el enlucido para que diera mejor aspecto.
Planta esquemática del cuerpo central y del restaurante Sucursal del Pasaje de Oriente.
Exteriormente se componía de cuatro remates de cerámica vidriada de 1,5 m. de altura, más otros dos de las mismas características con pie de ladrillo tallado, y dos motivos decorativos en cerámica moldeada y vidriada en colores. Y el gran remate de la cúpula de zinc de 5 metros de altura, que descansaba sobre un tambor con molduras de madera, ventanas con celosía y remates de yeso.

La decoración se procuró que no fuera demasiado costosa, pero la apropiada para este tipo de establecimientos, siendo su mejor aportación las grandes dimensiones de la construcción.

Interiormente, los soportes se revistieron con columnas fingidas, ocho de ellas adosadas a pilastras para la cúpula y doce exentas, todas ellas de madera en su parte inferior y el resto de yeso decoradas y pintadas. Los techos se pintaron al óleo con motivos decorativos repetidos, y en la parte de la cúpula se formó con un techo de telas, que podrían ser lisas de colores, ó formadas por banderas. El muro del fondo del salón central fue pintado artísticamente y por la empresa Anglo-Spanish Industrial Association, le fue aplicada una capa de pintura ignífuga CELLON a los techos de maderas, lonas y paredes. 

El empresario maderero Manuel Casana,[5] llevó a cabo la decoración interior, instalando un zócalo de madera en al salón central, decorando sus paredes con telas sobre bastidores. También confeccionó y colocó las cortinas de lonas en las galerías y una piña de madera en el centro de la cúpula, además de las cornisas interiores de paredes y cúpula, puertas, celosías y plintos, teniendo como fecha límite para la entrega de la obra terminada hasta el 10 de marzo de 1929.[6]
Salón central bajo la cúpula de la Sucursal del Pasaje de Oriente. (Fotografía gentileza de José Luis Pérez Pino)
Unas grandes cristaleras, fueron también instaladas en el pórtico de entrada para aislarlas del exterior, y al local se le dotó de aseos de señoras y caballeros, con dos inodoros y dos lavabos para cada uno de ellos, más un urinario de seis plazas en el de caballeros; así como de dos cabinas públicas de teléfonos.

Estas obras estuvieron presupuestadas por un importe de 84.270 pts, correspondiendo 36.538 a las obras de albañilería y 47.732 a la de carpintería.

El 29 de diciembre de 1928, se firmó un contrato con José Vilaseca González,[7] sucesor de Paul Busquet, que estaba al frente del establecimiento “Pasaje de Oriente”, para la explotación de este espacio como local dedicado a restaurante, café, cervecería y pastelería, con la denominación de “RESTAURANT SUCURSAL DEL PASAJE DE ORIENTE”. En dicho contrato, se comprometía para su funcionamiento el dotarlo de mobiliario, baterías, cocina, cristalería, vajilla, cubierto, etc., necesarios. También estaba obligado a satisfacer el 10 % de las ventas, teniendo que depositar 2.000 pts., en concepto de fianza.

El restaurante “PASAJE DE ORIENTE”[8] se estableció en Sevilla en el segundo tercio del siglo XIX, tuvo sede en vario emplazamiento, hasta su traslado a la calle Albareda, dedicado a servir comidas y organizar banquetes para bodas, bautizos y otras celebraciones, tanto por cubiertos como por lista, lo convirtió en un adelantado para su tiempo al ofrecer algo parecido a los modernos catering. Este establecimiento estaba dotado con una buena bodega de vinos y licores, así como chocolates y caramelos de los Alpes, pastas finas, frutas en almíbar, golosinas, etc. Ya en el siglo XX fue considerado uno de los mejores restaurantes de Europa, siendo sus años dorados cuando en 1918, Paul Busquet y Ribes, cogió su traspaso, convirtiéndose en el más concurrido de cuantos locales se encontraban en la ciudad, sirviendo de modelo para el resto de establecimientos y escenario de innumerables fiestas y banquetes, cita obligada para la élite de la ciudad, y el turismo de lujo.
Publicidad del Pasaje de Oriente. (Ilustración de Sevilla, Exposición Ibero-Americana)
 Siguiendo esta línea de actuación, la sucursal que el Pasaje de Oriente situada en estos locales de la Exposición, se convirtió en una continuación de su sede central, en ellos se celebraron multitud de actos de homenajes, banquetes y celebraciones, con el mismo nivel y calidad, cuidándose todos estos detalles, especificándose en el contrato el tipo de vajilla, menaje, cristalería, etc., que debían ser utilizadas en la sucursal.

Entre las múltiples celebraciones que se organizaron, tenemos documentadas las de los periodistas extranjeros, que fueron obsequiados por el Patronato Nacional de Turismo con una comida en el Pasaje de Oriente,[9] o el banquete con motivo del 25 aniversario de la creación de “Los Provisores del Porvenir”, a la que asistieron más de 500 afiliados.[10]
Imagen de periodistas extranjeros junto a Cruz Conde en la entrada al restaurante. (Ilustración revista La Hormiga de Oro, gentileza de Alberto Cañas Pérez)
Como local nocturno en el que se celebraban fiestas con bailes por las noches, se instaló para mayor realce, una artística iluminación de la fachada y cúpula, por la empresa A.E.G. Ibérica de Electricidad,[11] consistente en guarnecer toda la cúpula con lámparas de luz solar, imitando una cascada de oro. Sobre ella, una fuente de dos cuerpos, hacía el efecto de que el agua caía sobre dicha cúpula resbalando por ella. Debajo, en el tambor, se colocaron una serie de lámparas que representaban pequeños soles, con movimiento rotatorio y proyección de rayo. Se completada esta composición, con otras dos fuentes a ambos lados de la entrada, de las cuales brotaba el aguas en cascada con dos surtidores en sus bases que se cruzaban. Estos motivos de iluminación artísticas, al parecer, fueron diseñados por Fernand Jacopozzi,[12] que se desplazó expresamente desde Paris con André Citröen.[13] Este ingeniero era el responsable de la iluminación del Arco del Triunfo y de la Opera Garnier, en otros monumentos de la ciudad del Sena; durante la celebración de la Exposición de Artes decorativas en París de 1925, iluminó la Torre Eiffel para Citroën. En 1928, con motivo del décimo aniversario del Armisticio, iluminó todos los monumentos parisinos.

Pero uno de los hechos más destacados de su trayectoria profesional, fue cuando en 1917, durante la Primera Guerra Mundial, inventó un increíble París artificial para evitar los ataques aéreos alemanes, mediante ilusiones ópticas realizadas con instalaciones eléctricas, lo que le valió la Legión de Honor secreta. Después de la guerra, se convirtió en el "rey de los luminoso" y cada Navidad tenía la oportunidad de crear cuentos de hadas animados con coloridos extraordinarios y majestuosos, en las fachadas de los grandes almacenes.
Vista de la iluminación artística de la Sucursal del Pasaje de Oriente. (imagen procedente del informe del ingeniero Armando Thiriet sobre la luminotecnia de AEG de la Exposición)
El conjunto de esta instalación, constaba de 9.860 lámparas de diferentes potencias, siendo el importe de su instalación, incluido el material y los aparatos combinadores, de 124.000 pts. 

Según Rodríguez Bernal, por la explotación de este local, el concesionario José Vilaseca, ingreso 39.444 pts., correspondientes al 10% de las ventas realizadas.[14]

El 4 de diciembre de 1931, le fue adjudicado por concurso de la Comisión Liquidadora a Francisco Domínguez Horrillo, el derribo y aprovechamiento del material de este Salón Central, por importe de 5.001 pts, ingreso que realizó el día 12 en la caja de la exposición,[15] quedando totalmente terminado el derribo y retirada de materiales el 4 de mayo de 1932, por lo que se produjo la devolución de la fianza que tenía depositada.[16]

Vista cenital de los actuales almacenes del puerto, con indicación de la situación en que se encontraban las distintas instalaciones. (Imagen Archivo Histórico Fotográfico del Ejército del Aire)

LA SALA DE ESPECTÁCULOS Y PROYECCIONES

El Director de Explotación, Romualdo Alvargonzález, presentó en la sesión de la Comisión Permanente del 2 de diciembre de 1927,[17] una propuesta de “absoluta necesidad” en instalar un salón de proyecciones y fiestas regionales, dentro del sector comercial de la Exposición Iberoamericana, basada dicha petición, en las manifestaciones y comentarios recogidos de expositores, en un reciente viaje de propaganda que había realizado, sobre la conveniencia de instalar un salón donde se proyectaría tanto películas turísticas como industriales, así como para pruebas de aparatos de proyección. Puesto en contacto con el arquitecto general, éste vio una fácil solución, que además resultaba altamente beneficiosa para la exposición. 

Reconstrucción de cómo estuvieron situadas las diferentes instalaciones, entre ellas la Sala de Espectáculos y proyecciones.
La propuesta fue aprobada por la Permanente,[18] situando dicha instalación dentro de las llamadas de forma genérica como Galerías Comerciales, aprovechando así este medio como vehículo de difusión comercial, además de entretenimiento del público.

La situación de esta sala de proyecciones, más tarde convertida también en sala de espectáculos, encierra cierta complejidad, ya que a pesar de que sabemos con total seguridad, que estuvo instalada en las Galerías Comerciales Extranjeras, los cambios de nombre de estas instalaciones comerciales a la hora de redactar los proyectos, y las alteraciones en diferentes planos, hacen que en algunos momentos hayamos tenido dudas.

En la propuesta, se decía que debía habilitarse un amplio local para tal fin, designándose una zona que se señalaba en un plano, del cual no ha quedado constancia en el expediente. La situación de la que aparece en algunos planos como Sala Cinematográfica, se encontraba situada en la primitiva ubicación de las Galerías Comerciales Extranjeras, que como ya se ha tratado en el estudio sobre la construcción de los almacenes del puerto, permutó su situación con el Pabellón de Industrias Generales. En el plano de la distribución de stands de estas instalaciones, insertado en el Reglamento General de la Exposición, fechado en 1928, sitúa las Galerías Extranjeras en el edificio de la derecha, y dentro de ellas, junto al cuerpo central, la Sala de Cinematógrafo. 

La empresa Siemens, realizó la instalación eléctrica de todo el conjunto, es decir, Galerías Comerciales Extranjeras, Cuerpo Central y Pabellón de Industrias Generales, para lo que proyectó en un plano, fechado en septiembre de 1928, las tomas de corrientes y puntos de luz, manteniendo la Sala del Cinematógrafo, que ya llama de Espectáculos, en el mismo lugar, pero no dentro de las Galerías Extranjeras, sino en el Pabellón de Exportación, es decir el que se llamaría más delante de Industrias Generales.
Plano de la instalación eléctrica del Cuerpo Central y Sala de Espectáculos en el Pabellón de Exportación, realizado por la empresa Siemens. (Archivo Municipal de Sevilla)
Para complicar aún más esta situación, en la Guía Oficial de la Exposición Iberoamericana 1929-1930,[19] se informaba que en el Pabellón de Industrias Generales, estaba dotado “de un cine para proyecciones de asuntos comerciales”, y que en la contigua Galerías Comerciales Extranjeras “En la sala de espectáculos, con que cuenta, existe un monumental órgano “. Las dos salas, según alguno de los proyectos preliminares, se encontraban a ambos lados del cuerpo central, que estaba ocupado por el restaurante y salón de fiestas “Sucursal del Pasaje de Oriente”, con comunicación directa con éste.

Es de suponer que, para economizar medios y ahorrar gastos, la organización dispusiera que ambos espacios ubicados en locales casi contiguos, se constituyeran en uno solo, y así es como en un amplio espacio del extremo derecho del las Galerías Comerciales Extranjeras, se situara la Sala de Espectáculos, que incluía también la sala de proyecciones cinematográficas, 

La construcción de esta sala, le fue encomendada al empresario maderero Manuel Casana,[20] de cuyo proyecto no hemos encontrado documentación, pero si del amueblamiento de dicha sala con casi 1.000 butacas, por importe de 24.531 pts., acordado por la Comisión el 9 de febrero de 1929;[21] y la ampliación de esta Sala de Espectáculos con un presupuesto de 33.084,47 pts.,[22] todo ello realizado por el citado empresario.

Más adelante, nuevamente se vuelve a realizar otra ampliación, llevada a cabo por el mismo empresario, consistente en la instalación de una cabina para el cinematógrafo, que se situó en la terraza, y que estaba realizada en madera y uralita,[23] dotada de un proyector Triunfador. 

Esta sala de espectáculos y proyecciones de 55 x 25 m., ocupaba todo el espacio del la primera de las naves incluido las galerías perimetrales, con una superficie de 1.375 m2; y albergaba un escenario de 135 m2, con cuatro palcos en cada lado de la escena y en el patio 962 butacas de madera curvada con asiento basculante y respaldo de madera contrachapada, barnizadas en su color.[24]

Estaba separado del resto de la galería, mediante una mampara que hacía este espacio independiente del resto, abriéndosele acceso directamente al salón central del restaurante Pasaje de Oriente, mediante la transformación de dos ventanas en puertas.[25] Al igual que el resto del pabellón, le fue aplicada pintura ignífuga al escenario, toldos y cerramiento de separación.[26]

La casa Eleizgaray de Azpeitia, instaló un monumental órgano, como demostración industrial y para la organización de conciertos.[27] Esta casa se dedicaba a la construcción de órganos, mediófonos y armoniums, el órgano que se instaló sonó por primera vez en esta sala, el 21 de mayo de 1929, con motivo del concierto organizado para agasajar a los congresistas del Congreso Mariano Hispanoamericano.[28] Previo al concierto pronunció una conferencia el padre Nemesio Otaño, siendo interpretadas las piezas por el organista de la Catedral; el padre Otaño y el Sr. Subizarreta.[29]
Órgano de la casa Eleizgaray de Azpeitia, que exhibió en la Exposición de Gijón de 1926. (Publicidad de la casa)
Una vez clausurada la Exposición, el órgano fue desmontado y llevado al Templo Nacional de Santa Teresa de Jesús en Madrid, (inaugurado el año anterior) para el que había sido construido, celebrándose un concierto inaugural en la iglesia madrileña, el 5 de diciembre de 1930.[30] Desgraciadamente la vida de este instrumento musical fue breve, pues primero la quema de conventos de Madrid en mayo de 1931, y posteriormente un incendio durante la Guerra Civil, que destruyó gran parte del edificio, le produjeron tales daños que causaron su desaparición.

Desde esa fecha no hemos encontrado ninguna otra actividad en esta sala, hasta el 27 de octubre, en la que se dice que fue inaugurado con un gran concierto,[31] por lo que debemos suponer que en este periodo de inactividad se realizaría una de las ampliaciones antes mencionada. 

A partir de entonces se confeccionó una programación en la que los jueves y domingos se daban en este salón unas atracciones llamadas “gran cine concert”, consistente en ir alternando proyecciones de películas, con los conciertos de órganos, espectáculos y varietés, entre las que citaremos las siguientes:

- 31 de octubre de 1929, proyección de la película francesa “El caballero de la pesadilla” (1920), seguida de concierto de órgano y debut del ventrílocuo BRAYNSONY.[32]

-10 de noviembre, proyección de la película española “Curro Vargas” (1923), concierto de órgano y presentación de la agrupación argentina Quiroga y canciones típicas americanas.[33]

- el 17 se proyectó “Drama de los mares”, actuando después la cancionista de aires españoles y argentino Ángelus Luli; el 22 la película “La linda rubia”, interpretada por Mary Mentí y Helena Makowska, concierto y actuación del tenor español Telmo Silva.[34]

- el 1 de diciembre, la producción española “La alegría del batallón” (1926), concierto de órgano y actuación de la danzarina española Pepita Oiram.[35]

- el 5, se repuso la película “La linda rubia”, y un espectáculo de La Asturianita, una artista sin brazos que tocaba el piano, el violín, el acordeón y el xilófono; además de pintar, bordar, escribir a máquina y tirar al blanco, todo ello realizado con los dedos de los pies.[36]

- el día 8 se presentó la Agrupación Alegría, con varietés, números de circo y flamenco.[37]

- el 22, se visionó la película “Petit café”, consabido concierto de órgano, y actuación del grupo de jotas Los Mañicos del Pilar.[38]
Octavilla con el programa del concierto de canto, órgabo y piano celebrado el 2 de febrero de 1930.
Se incluyeron actuaciones musicales, como el concierto de canto, órgano y piano, celebrado el 2 de febrero de 1930,[39] a cargo del tenor Laborda, el organista de la catedral Norberto Almandoz y el pianista Tellería, dedicado a la colonia vasco-navarra; o la actuación del día 23 de marzo, de órganos con voces de la Agrupación Coral Sevillana dirigida por el maestro Emilio Ramírez y la cooperación del maestro Almandoz.[40]

También se representó un espectáculo “de arte moderno” estrenado el 30 de marzo, formado por un tríptico de épocas, titulado “S. M. El Aventurero”. Se dividía en tres actos o épocas, la primera del melodrama clásico, se desarrollaba en Damasco y se titulaba “El Soberano del amor”; la segunda satírica de vodevil, llamada “El poder de la astucia” situada en Versalles; y por último una comedia de título “Y penetró el ladrón”, ambientada en New-York. Como fin de fiesta, el cantor uruguayo Carlos Quiroga, interpretó tangos argentinos y canciones americanas.[41]

Y fue escenario de todo tipo de variedades, con las actuaciones del “notable ilusionista Caballero Manferdiz, del sin rival excéntrico Chaparrito con su Rulo Diabólico, y el rey de las evasiones Caballero Audaz”.[42]

Durante la celebración de la Feria de Abril de 1930, (del 23 al 27) tuvieron lugar distintas funciones, con tres sesiones diarias, en las que actuaron renombrados artistas.[43]

El precio de las butacas para los conciertos, proyecciones de películas y actuaciones, variaban desde 1 peseta, hasta 2,50, según hemos podido comprobar en el programa que diariamente se publicaba en distintos periódicos de la ciudad.

No hemos podido localizaren en los libros contables, ni en el estudio económico que hace Rodríguez Bernal,[44] ningún apunte en la caja de la Exposición, por la venta de entradas a estos espectáculos, por lo que ignoramos cómo y quién gestionó este espacio, y donde realizaron estos ingresos. 

Una vez concluida la Muestra, la Comisión Liquidadora sacó a subasta todo el material de esta sala tanto las butacas, como el proyector y el escenario,[45] acordando por dicha Comisión, el 12 de septiembre de 1930, la concesión del aparato cinematográfico Triunphator con todos sus accesorios a Francisco Balari Gali, por 2.000 pts., y a Manuel G. Baquero las 962 butacas, por 7.275 pts.[46]

NOTAS.-
[1] .- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII, Exposición Iberoamericana. Rollo 687 caja 74 fotogramas 67 a 70. 
[2] .- Ibidem. 
[3] .- Ibidem. Rollo 717, caja 93 fotogramas 428 a 435. Memoria y Presupuesto del proyecto. 
[4] .- Ibidem. 
[5] .- Ibidem. Rollo 719, caja 95 fotogramas 52 y 53. 
[6] .- Ibidem. Rollo 689, caja 77 fotograma 460. Oficio dirigido a Manuel Casana el 19 de febrero de 1929. 
[7] .- Ibidem. Rollo 719, caja 96 fotogramas 224 a 227. Contrato 
[8] .- González Turmo, I. (1996) Sevilla, banquetes, tapas, cartas y menús. 1863-1995. Sevilla. Edita Ayuntamiento de Sevilla. pp. 42 -43 
[9] .- ABC Sevilla. Los periodistas extranjeros. 08 de noviembre de 1929. p. 13. 
[10] .- ABC Sevilla. El XXV aniversario de “Los Previsores del Porvenir”. 17 de diciembre de 1929. p. 20. 
[11] .- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII, Exposición Iberoamericana. Rollo 684, caja 70 fotograma 101. Presupuesto obra Iluminación de la cúpula del restaurant del Sector Sur. 
[12] .- Ibidem. Rollo 707, caja 78 fotograma 82. Presupuesto obra instalación motivos en cúpula restaurant y puertas del Parque de Atracciones. 
[13] .- Según información proporcionada por Fabien Paris Sabatès, autor de JACOPOZZI. Le magicien de la lumière. (2017) 
[14] .- Rodríguez Bernal, E. (2006) La Exposición Ibero-Americana de Sevilla. Biblioteca de temas Sevillanos. Ayuntamiento de Sevilla. p. 170. 
[15] .- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII, Exposición Iberoamericana. Rollo 736 caja 120 fotogramas 473 a 530. 
[16] .- Ibidem. Rollo 735, caja 119 fotogramas 133 a 425. Comisión Liquidadora. Derribos. 
[17] .- Ibidem. Rollo 719, caja 96 fotograma 233. Oficio de la Dirección de Explotación. 
[18] .- Ibidem. Rollo 719, caja 96 fotograma 232. Oficio de la Secretaría. 
[19] .- Guía Oficial de la Exposición Iberoamericana 1929-1930. . Barcelona. Impreso RIEUSSET S.A., Compañía General de Industrias Gráficas. p. 69. 
[20] .-A.M.S. Rollo 689, caja 77 fotograma 460. Oficio instando a la terminación de los trabajos 
[21] .- Ibidem. Rollo 719, caja 96 fotograma 230. Acuerdo de la Comisión Permanente del día 8 de febrero de 1929. 
[22] .- Ibidem. Rollo 719, caja 96 fotograma 229. Acuerdo de la Comisión Permanente del día 23 de febrero de 1929. 
[23] .- Ibidem. Rollo 719, caja 95 fotograma 50. 
[24] .- Comisión Liquidadora. ABC Sevilla. 20 de agosto de 1930. 
[25] .- A.M.S. Ibidem. Rollo 719, caja 95 fotograma 50. 
[26] .- Ibidem. Rollo 719, caja 95 fotogramas 46-47. 
[27].- A.M.S. Rollo 662, caja 39 fotograma 101 
[28] .- Programa de los actos del Congreso Mariano Hispano Americano, Sevilla. Impreso Hermanos Gómez. p. 25. 
[29] .- Del Congreso Mariano. Concierto de órgano. ABC Sevilla, 23 de mayo de 1929. p. 23. 
[30] .- El nuevo órgano del Templo Nacional de Santa Teresa. El Siglo Futuro. 03 de diciembre de 1930.p.6. 
[31] .- La Sala de Conciertos en el Sector Sur de la Exposición. El Liberal. 29 de octubre de 1929.
[32] .- ABC Sevilla. 31 de octubre de 1929. p. 31. Programa del día. 
[33] .- ABC Sevilla. 10 de noviembre de 1929. p. 25. Programa del día. 
[34].- Ramos Fernández, C. (2017) El teatro en Sevilla durante la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929. Sevilla. Asociación Cultural Benilde. p. 74. 
[35] .- Ibidem. 
[36] .- ABC Sevilla. 05 de diciembre de 1929. p. 31. Programa del día. 
[37] .- ABC Sevilla. 08 de diciembre de 1929. p. 39. Programa del día. 
[38] .- ABC Sevilla. 22 de diciembre de 1929. p. 44. Programa del día. 
[39] .- El Liberal. 04 de febrero de 1930. p. 7 
[40] .- Un concierto de la Coral Sevillana. ABC Sevilla, 22 de marzo de 1930. p. 18. 
[41] .- Ramos Fernández, C. (2017) El teatro en Sevilla….pp. 72-73 
[42] .- ABC Sevilla. 06 de abril de 1930. p. 34. Programa del día. 
[43] .- ABC Sevilla. 25 de abril de 1930. p. 20. Programa del día. 
[44] .- Rodríguez Bernal, E. (2006) La Exposición Ibero-Americana de Sevilla. Biblioteca de temas Sevillanos. Ayuntamiento de Sevilla. p. 170. 
[45] .- Informaciones Municipales. ABC Sevilla. 24 de agosto de 1930. p. 27. 
Exposición Ibero-Americana. Comisión Liquidadora. ABC Sevilla. 02 de septiembre de 1930. p. 40. 
[46] .- A.M.S. Rollo 736, caja 120 fotogramas 473 a 530. Libro de Contaduría, asientos correspondientes al día 17 de septiembre de 1.930. p. 144. 






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