- Las Glorietas de la Plaza de América



INTRODUCCIÓN

Al igual que su vecino Parque de María Luisa, los jardines de la Plaza de América, también se embellecieron con floridas glorietas que, aunque fueron diseñadas con el mismo espíritu para que el paseante podía buscar el sosiego y descansar, debido a la falta de exuberancia arbórea en este lugar quizás perdieron un poco de su intimidad, mantenían el propósito de ser lugares propicios a la lectura y la contemplación de la belleza de la naturaleza, homenajeando a algunos literatos, pero también abiertas a la diversión por estar alguna de ellas en espacios más abiertos.

Prácticamente todas se encuentran en el amplio bulevar central de la Plaza, que está rodeada por el lado exterior de una calzada oval para el tránsito rodado que la circunda, en la parte interior de esta calzada, se encuentra la plaza propiamente dicha, de planta alargada redondeada en sus lados menores, y que se halla cubierta de bellísimos jardines y rosaledas,

Planta del proyecto de la Plaza de América diseñado por Aníbal González en 1913. (Archivo Municipal de Sevilla)

En este conjunto artístico se encuentran las glorietas, frente al Pabellón Real, a su derecha se sitúa la de Miguel de Cervantes, en cuyos bancos de azulejos se reproducen pasajes de su inmortal obra “El Quijote”, y a la izquierda la del poeta y cervantista Rodríguez Marín.

En la parte central de la Plaza, elevada de la planta general, se halla un bello estanque de elegante perfil barroco, con alto surtidor central, rodeado por magníficos candelabros de hierro forjado

Dirigiéndonos hacia la avenida de las Delicias, se encuentra a ambos lados las glorietas del Reloj de Sol, situado en una preciosa plataforma circular de cerámica; y la de la Mesa Mural, con el Plano del Parque de María Luisa y Plaza de América, realizada con cerámica de colores.

Y ya en el extremo de la Plaza, antes de llegar a la avenida, se encuentra en una zona espaciosa, la tradicional Glorieta de las Palomas, donde los niños se divierten dando de comer a las innumerables palomas blancas, ¿Quién en Sevilla no tiene una foto dando de comer a estas palomas?

La jardinería de la plaza reformada en diversas ocasiones, está compuesta principalmente por un trazado de parterres geométricos enmarcados con setos de evónimo, dentro de los cuales están plantadas diferentes variedades de rosales. Altas y esbeltas palmeras complementan el conjunto de esta Rosaleda.[1]

La Glorieta de la Virgen de los Reyes, se sitúa en la zona de la facha trasera del Pabellón Renacimiento, hoy Museo Arqueológico. Esta glorieta fue derribada, siendo la actual de reciente construcción.

A continuación, pasaremos a referirnos a cada una de ellas.

Plano de la Plaza de América con indicación de la situación de las distintas glorietas.


1.- GLORIETA DE CERVANTES.
Con el rechazo por el Comité de la Exposición de levantar un monumento a la lengua castellana representada por Miguel de Cervantes, como tributo y homenaje a la Lengua Española en la Plaza de América, debido a su elevado costo, se desarma el proyecto que Aníbal González que había concebido establecer en dicho lugar este símbolo como lazo de unión espiritual entre América y España a través de la lengua común que unía a la Madre Patria con sus Hijas Americanas, a través de su universal obra “El Quijote”.

Glorieta de Cervantes. (Postal de época)

No obstante, el arquitecto continuó con esta idea, y ya que no pudo ser erigido el monumento, diseñó una pequeña glorieta, a los pies del Pabellón Real, que con la monarquía simbolizaba a España, donde pudiera estar representado “El manco de Lepanto” a través de su obra más relevante, tanto es así que, inicialmente, a esta glorieta se le designó como “Plazoleta del Quijote”,[2] y durante muchos años ha sido conocida como Glorieta del Quijote.

De planta poligonal, la glorieta se construye alrededor de un magnifico ejemplar de araucaria, compuesta por cuatro bancos revestidos de olambrilla con escenas inspiradas en ilustraciones del Quijote, confeccionada con la técnica de cuerda seca y enmarcada por una cenefa de color verde oscuro. En dos de sus lados se abren anaqueles para libros, en cuyos entrepaños figuran las fechas más importantes de la vida y la obra de Miguel de Cervantes; Alcalá 1.547.- Sevilla 1.564- Lepanto 1.571, donde el visitante con un poco de imaginación puede seguir la vida azarosa y apasionante de este genio tan vinculado a Sevilla, que se culminaban con las figuras ecuestres de D. Quijote y Sancho Panza, así el visitante podía leer en la glorieta libros de Cervantes resultando un monumento vivo a la lengua castellana.

 La decoración cerámica de la glorieta cervantina fue realizada por la fábrica de Manuel Ramos Rejano,[3] pintadas por el ceramista Pedro Borrego Bocanegra,[4] tomando como modelo para su realización los diseñados por Jiménez Aranda para la edición del Quijote del Centenario, distribuidos en el respaldo, asiento de los bancos y anaqueles, se encuentran 368 azulejos con la representación de escenas del Quijote en diferentes tamaños y con un vistoso colorido.[5]

La Glorieta de Cervantes en construcción en una postal de época.

Primitivamente sobre los anaqueles se dispusieron sendas figuras de Don Quijote sobre Rocinante y Sancho Panza montando su rucho, esculpidas en bloques de ladrillos pegados con argamasa por Eduardo Muñoz Martínez,[6] repuestas en 1992 por otras nuevas de la fábrica Mensaque Rodríguez y Cía, vueltas a destrozar, y hoy día inexistentes, las cuales y ante las continuas sustracciones, se conservan en las Oficinas del Servicio de Parques y Jardines situadas en el Pabellón Marroquí en la avenida de Moliní.


Las pequeñas esculturas realizadas en ladrillo por Emilio Muñoz, de D. Quijote y Sancho Panza. (Postales de la época)

En las cenefas de la parte superior de los bancos figuran las iniciales EHA, que corresponden a Exposición Hispano Americana, luego modificada a Iberoamericana para dar cabida a países de habla no hispana, como Brasil, Portugal y EE.UU.



Banco, detalle de los azulejos con escenas de D. Quijote en los bancos y anaquel de la glorieta para alojar libros. (Archivo del autor)

En el suelo también lleva intercaladas entre las losetas olambrillas con motivos del Quijote, con dos leyendas, una alrededor del árbol central y otra en el perímetro interior.

La leyenda octagonal alrededor de la araucaria dice: *E. H. A.* El QVIJOTE, PARTE 1ª 1º CAP. EN VN LUGAR DE LA MANCHA DE CVYO NOMBRE NO QVIERO ACORDARME VIVIÓ NO HA MUCHO VN HIDALGO DE LOS DE LANZA EN ASTILLERO, ROCÍN FLACO Y GALGO CORREDOR...

Y la zona perimetral interior, al pie de los bancos: “CON EL ESPÍRITV DE MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA INFLUYENDO ASÍ LA CIVDAD DEL BETIS Y ALMA DE ANDALVCÍA EN LA CREACIÓN Y FELIZ TÉRMINO DE LA OBRA PORTENTOSA EL INGENIOSO HIDALGO DON QVIJOTE DE LA MANCHA LIBRO QUE VIVE EN TODOS LOS PUEBLOS Y ENTRE TODOS LOS HOMBRES REGOCIJO, ENSEÑANZA Y MONVMENTO ALTÍSIMO, LEVANTADO SOBRE EL PEDESTAL DE LA RAZA HISPANA SEVILLA ES HABER COMVNICADO SV ESPIRITV”

En una de las esquinas de los bancos, vemos escrito “D. Quijote de la Mancha” – “D. Miguel de Cervantes Saavedra”, al lado un retrato de un busto de Cervantes y en el ultimo una leyenda que, aunque tremendamente deteriorada, se lee el final de la novela.

“Yace aquí el Hidalgo fuerte, que a tanto extremo llegó de valiente, que se advierte que la muerte no triunfó de su vida con su muerte tuvo a todo el mundo en poco, fue el espantajo y el coco, del mundo, en tal coyuntura que acreditó su ventura morir cuerdo y vivir loco”

Este modelo de glorieta intimista, que combinaba el regionalismo arquitectónico y el tema literario en base al Quijote, gozó de un gran éxito y fue imitado en otros lugares de España y América en los años siguientes; así inaugurada la glorieta, en 1916, como el conjunto de la plaza, diez años después, en 1926, se llevaron a cabo dos copias de esta glorieta para la Calle Washington 29 de Nueva York y para la Plaza de Chapultepec de México.[7]

Tal fue el éxito popular de esta glorieta, que en un informe redactado por el Secretario General de la Exposición en 1919, estimaba el promedio de lectores de la obra cervantina en 150 diarios, por lo que se amplió la oferta con mayor número de ejemplares de las “Novelas Ejemplares”, “Persiles y Seguismunda” y “La Galatea”.[8]

Fuente del Quijote en la Plaza de Chapultepec Méjico D.F. (Fuente https://jorgalbrtotranseunte.wordpress.com/2011/07/)

La Glorieta ha sido restaurada en varias ocasiones por personal municipal del Servicio de Parques y Jardines, más recientemente entre los años 2001 y 2002 con proyecto del arquitecto Francisco González de Canales, financiado con Fondos Europeos, siendo la última restauración la llevada a cabo en 2021 por el equipo de Alféizar, que ha intervenido en la limpieza y restauración de las piezas perdidas de la azulejería, debido al paso del tiempo y a los actos vandálicos, así como la reposición de las figuras de Don Quijote y Sancho Panza, de cerámica vidriada, coronando los anaqueles.[8] bis

La Glorieta tras su última restauración por Alféizar en 2021.




Las figuras de Don Quijote y Sancho Panza en cerámica vidriada que han vuelto a colocarse sobre los anaqueles. (Archivo del autor)



2.- GLORIETA DE RODRÍGUEZ MARÍN.

Vista general de la Glorieta de Rodríguez Marín. (Archivo del autor)

Con motivo del homenaje nacional que se le tributó a Rodríguez Marín por su fallecimiento en 1943, el Ateneo de Sevilla solicitó al Ayuntamiento de Sevilla, la creación de una glorieta o monumento que perpetuara la memoria este insigne patriarca de las letras españolas.

Y que mejor lugar para erigir este sentido recuerdo al mayor estudioso de la obra cervantina, que la glorieta que ya existía junto a la dedicada a Cervantes, en la Plaza de América.

Esta primitiva construcción, diseñada por Aníbal González en 1913, como todo el conjunto de la Plaza de América, y que era conocida por su fuente central llamada de los “Jazmines”, había sido inaugurada como toda la Plaza en 1916.


Dos imágenes con la antigua configuración de la glorieta antes de ser dedicada a Rodríguez Marín. (Postales de época)

De planta rectangular, de 50 m2, y dispuesta como un pequeño patio, delimitado por pilastras y arriates, contaba con un estaque alargado de azulejería con forma estrellada en los extremos, situado a ras del suelo en el centro de la misma, y dos bancos de ladrillo y cerámica, decorados sus asientos con azulejos que recogen escenas de montería, siendo los respaldos de hierro forjado.

Sobre esta primitiva construcción, se actuó para realizar la glorieta dedicada Rodríguez Marín, eliminando uno de los bancos, el que se encontraba más próximo a la Glorieta de Cervantes, para instalar en ese lugar el monumento a este autor, consistente en un cuerpo de piedra artificial, sobe cuya base horizontal se levanta una hornacina de contorno mixtilíneo de cuatro estantes, para libros del escritor, presidido por un retablo de azulejos azul y blanco con la efigie del poeta firmado por J. Ramos, sobre un frontón compuesto. Se adorna con pequeños pedestales laterales que culminan con jarrones de cerámica blanca y azul, al igual que la clave del frontón.


Monumento y retablo cerámico con la imagen de Rodríguez Marín. (Archivo del autor)

Todo el conjunto se impregna de un aire neobarroco muy propio del soberbio marco historicista y sevillano en el que se encuentra, a ello contribuyen además los elementos curvos que a modo de volutas aparecen a los lados, los complicados perfiles curvos de la estantería central, o los elaborados diseños de la decoración pictórica de la cerámica.[9]

A ambos lados del monumento, se extiende una bancada corrida con respaldo de hierro forjado, iguales a los primitivamente existentes. Frente a este, hay dos pilastras con azulejos de igual tono que recogen dos poemas de Lope Mateo y Rafael Laffon, dedicados a Rodríguez Marín que popularizó las obras de Miguel de Cervantes, y que obtuvo Gran Premio de la Exposición Iberoamericana por su copiosa obra cervantina.

Francisco Rodríguez Marín, nació en Osuna en 1855, falleciendo en Madrid en 1943, fue un importante poeta, lexicólogo y cervantista español.

Estudió leyes en la Universidad de Sevilla, en su primera etapa profesional se dedicó al periodismo en su ciudad natal, donde usaba el seudónimo de Bachiller Francisco de Osuna, y también se dedicó a la poesía y a la abogacía en la capital hispalense.

Dedicado por entero al mundo de las letras, fue escritor prolífico, llegando a publicar en total unas ciento cincuenta obras, especialmente relacionadas con la literatura popular, la literatura andaluza del Siglo de Oro y los temas cervantinos.

Nombrado académico de la lengua en 1905, llegó a dirigir la Biblioteca Nacional de Madrid entre los años 1930 y 1936.

Publicó hasta tres ediciones de la obra Don Quijote, y otra más apareció de modo póstumo en 1949. También publicó ediciones de otras obras de Miguel de Cervantes, así como distintos documentos inéditos de este autor y colecciones de coplas, refranes y cantos españoles.

Su obra fue muy extensa, también como poeta y como lexicógrafo, llegando a recoger más de dos mil voces castizas españolas.[10] A su muerte, el 9 de junio de 1943, era director de la Real Academia Española.


Pilastra con el poema de Lope Mateo, y fuente central de la glorieta. (Archivo del autor)

Cinco años más tarde, en la tarde del día Nochebuena de 1948, se inauguró esta glorieta; al acto asistió el alcalde Piñar Miura; presidente del Ateneo Emilio Serrano, el académico de Buenas Letras Diego de Valencina, así como numerosos ateneístas y académicos, y las hijas del ilustre homenajeado Carlota y Antonia.

Tras la bendición, y el discurso del presidente del Ateneo, se terminó el acto con la ofrenda de numeras obras de Rodríguez Marín, que fueron colocadas en los anaqueles instalados en su monumento.[11]

La glorieta ha sufrido varios actos de vandalismo dada la fragilidad de los elementos cerámicos que la conforman, siendo restauradas en varias ocasiones, y en el año 2002 con proyecto del arquitecto Francisco González de Canales, como la mayoría de las Glorietas del Parque.


3.- GLORIETA DE LA MESA MURAL.

Vista general de la Glorieta de la Mesa Mural. (Archivo del autor)

Nos dirigimos ahora al otro extremo de la plaza, en dirección al Paseo de las Delicias, donde tenemos un nuevo conjunto de glorietas. La primera que encontramos es la llamada actualmente Glorieta de la Mesa Mural, un pequeño espacio de planta cuadrada delimitado por cuatro bancos que forman las esquinas de la glorieta, estando ésta abierta por los cuatro laterales; estos bancos están revestidos con baldosas marrones y azulejos blancos y azules para los bordes, y blancos y verdes rodeando los frentes.

En el centro, podemos ver la mesa que da nombre a la glorieta. Se trata de una plataforma revestida por un mural de cerámica policromada en el que se plasmó un plano del Parque de María Luisa y Plaza de América, con la leyenda numerada de los pabellones que constituían la Exposición Iberoamericana de 1929 y los principales puntos de interés.[12]

Plano cerámico instalado en la mesa de la Glorieta. (Gentileza de la web retabloceramico.net)

Aunque desconocemos la fecha de instalación de esta plataforma o mesa en el centro de la glorieta, calculamos que debió de realizarse en la década de los años 70 del pasado siglo, pues con anterioridad, en el centro se hallaba plantada una palmera, recibiendo el nombre de “Patio de la Palmera” esta glorieta, por lo que suponemos que debió construirse a la vez que toda la Plaza, formando parte de su conjunto que fue inaugurado en 1916.


Dos postales de época con vistas de la actual Glorieta de la Mesa Mural.

Al parecer, el origen del mapa mural, que está compuesto por piezas cerámicas mixtas, a la cuerda seca y azulejos planos pintados, fue realizado por el taller de cerámica La Corchuela.[13]

Se restauró en 2002, reponiendo los desperfectos con azulejos ejecutados por José Contreras Carrasco.[14]

4.- GLORIETA DEL RELOJ DE SOL.
Al otro lado del andén central de la Plaza de América, simétrica a la Glorieta de la Mesa Mural y de dimensiones parecidas, se encuentra la llamada Glorieta del Reloj de Sol.

Vista general de la Glorieta del Reloj de Sol. (Archivo del autor)

Delimitada por setos de bonetero que describen una forma circular, en su interior se encuentra un espacio poligonal formado por una plataforma de losetas de barro con olambrillas en la que se han dispuesto en sus lados, cuatro bancos individuales de líneas curvas, revestidos de azulejos blancos y azules de motivos vegetales, y con respaldo de forja.

En el centro, el elemento que da nombre a la glorieta, un reloj de sol que suelen ser verticales situados en la fachada de algún edificio, u horizontales como este de la Glorieta, realizado como una mesa recubierta con cerámica policromada, en el que la esfera del reloj contiene en su parte central un gnomon y el escudo de la ciudad, rodeado por una leyenda “COMITÉ EJECUTIVO EXPOSICIÓN HISPANOAMERICANA”.

A continuación, un circulo liso, rodeado de una orla en la que se enumeran las horas, y seguidamente otra con escenas de caza y rematada por motivos típicos de la cerámica trianera.

Su situación está estudiada de forma que el Sol le alcance durante todo el día, por ello la falta de una vegetación de mayor altura, hace que no sea de las glorietas más utilizadas por los visitantes, por encontrarse a pleno Sol, debiendo tener precaución a la hora de consultar la hora, pues marca el horario solar natural, en invierno tiene una hora de atraso y en verano con dos.

Detalle de uno de los bancos individuales. (Archivo del autor)

Esta glorieta formaba parte del conjunto del diseño realizado por Aníbal González para la Plaza de América, inaugurada en 1916.

Nos obstante, debido a la fragilidad de los elementos decorativos cerámicos, estos han sido renovados varias veces, siendo la decoración cerámica original de Manuel Vigil-Escalera y Díaz y operarios de la Fábrica de Ramos Rejano, compuesta de azulejo plano pintado y barro modelado y vidriado, desconociéndose la autoría de las reposiciones posteriores.[15]

Originariamente, entre la base y la esfera del reloj, se situaban figuras de elefantes de cerámica vidriada, que simulaban sostener la esfera, y que hoy día ya no existen.

En el año 1992 se realizó una reposición completa de todos los azulejos, y entre los años 2002 y 2003 han sido restaurados elementos de esta glorieta según proyecto del arquitecto Francisco González de Canales.

El reloj de Sol de la glorieta (Archivo del autor)


Dos postales con imágenes de época en que se aprecian los elefantes que sostenían la esfera del reloj


5.- GLORIETA DE LAS PALOMAS.

En esta tradicional y conocidísima glorieta, las protagonistas son las palomas; situada en su extremo Sur de la Plaza, es el lugar donde los niños se divierten dando de comer a las innumerables palomas blancas. ¿Quién en Sevilla no tiene una foto dando de comer a estas palomas?

Vista general de la Glorieta de las Palomas. (Archivo del autor)

Las palomas forman parte del paisaje de la Plaza de América, y de generaciones de sevillanos que han pasado por ella dándoles de comer, quedando inmortalizadas estas imágenes en miles de fotografías y en la memoria colectiva de todos los que han estado en ella.

Esta glorieta, ubicada en el lado menor que quedaba abierto al Paseo de las Delicias y enfrentada al Pabellón Real, era el lugar donde debería haberse erigido el monumento a la lengua castellana representada por Miguel de Cervantes, como tributo y homenaje a la Lengua Española, vehículo de transmisión cultural y unión permanente con América, que ideó Aníbal González cuando diseñó esta Plaza.

El proyecto del monumento a Cervantes fue realizado por Lorenzo Coullant Valera, con un importe de 300.000 pts. El Comité lo consideró excesivo habida cuenta que la reforma del Parque de María Luisa, tenía un presupuesto ligeramente superior. Desechado el proyecto, le fue encargado a Aníbal González el diseño de una glorieta a Cervantes, en los jardines de la Plaza, justo delante del Pabellón Real. El boceto desechado de Coullaut Valera, sirvió, con pequeñas modificaciones, para erigir en Madrid la Plaza de España.

La glorieta de forma semicircular, tiene una zona ajardina en la parte curva, quedando expedita la parte central, donde se encuentran instaladas por dos parejas de fuentes, a ambos lados de las gradas de acceso al andén central de la Plaza.

Proyecto de Coullant Varela presentado para el monumento a Cervantes en la Plaza de España de Madrid. (Revista La Esfera 23 de octubre de 1915)


La Glorieta de las Palomas en dos imágenes de los años 20 del pasado siglo. (Fototeca Patrimonio Histórico Ruiz Vernaccio y postal de la época)

Estas parejas de fuentes están formadas por una fuente cerámica de planta cuadrada y compuesta por una plataforma por la que discurre a todo su alrededor un pequeño canal de agua; en el centro se halla la taza, con un surtidor que es el que vierte el agua, estando todo su perímetro protegido por una verja de hierro forjado, mientras que la azulejería que la recubre muestra distintos motivos geométricos y vegetales de vivos colores, siendo este el lugar preferidos por las palomas para beber.

Junto a esta fuente, se encuentra otra consistente en un surtidor público para beber agua, que está formadas por un pedestal de ladrillo visto sobre el que se han dispuesto sendas figuras femeninas arrodilladas, con un plato sobre las piernas. que sostienen con una mano, realizadas en barro modelado y vidriado.

Estas figuras fueron realizadas en 1964 por el escultor Juan Ramón Lafita Seva, junto a otras dos parejas más para ser instaladas como fuentes públicas de agua potable en la Plaza de América. Aquí comienza un largo proceso de reposiciones y restauraciones. A los pocos años, solo se conservaba una de ellas, habiendo desaparecido las otras cinco.



Las fuentes surtidores para beber agua instaladas en la Glorieta de las Palomas. Arriba la realizada por García Ortiz, en el centro la de Juan Ramón Lafita, y abajo la situación de estas. (Archivo del autor)

En 1993, el Ayuntamiento toma la determinación de colocar dos copias, realizadas por Emilio García Ortiz, con ligeras variantes, como una policromía más realista, cabello rubio, una indumentaria menos detallada y un plato más pequeño. Estas versiones estuvieron instaladas hasta el año 2000, cuando fueron retiradas de nuevo por mostrar numerosos daños.

En el año 2011, se restauran los originales de Lafita y García Ortiz, que se encontraban en los almacenes municipales, volviéndose a colocar en sus pedestales, realizándose dos moldes; hasta que nuevamente en 2013, vuelven a ser intervenidas in situ por nuevos daños. En 2017, fue destrozada totalmente la escultura original de Lafita, retirándose los restos, siendo llevados a dependencias municipales.

Gracias a la existencia de los moldes realizados en 2011, los restauradores de la empresa Metis, pudieron reproducir la escultura original de Juan Lafita en 2018, procediéndose a restaurar también la de García Ortiz y que actualmente son las que se encuentran instaladas en la glorieta.[16]


Fuente cuadrada de cerámica. y foto de una de las figuras realizadas por Emilio García Ortiz, sin terminar, en su taller. (Gentiliza web retablocerámico.net)

El origen de las palomas en la Plaza de América, y concretamente en este lugar viene desde antes de la inauguración de la Exposición, cuando el Ayuntamiento adquirió varias colleras de palomas, unas cincuenta, para que se criaran en esta plaza, siendo encomendado su cuidado al guarda del Parque Juan Márquez Granados, ocurriéndosele la idea de que las palomas pudieran comer en la mano de los visitantes, y que ahora nos parece lo más normal del mundo. Para ello, empezó alimentándolas en la mano a las primeras crías, continuando conforme iban naciendo nuevas generaciones de pichones, de tal forma que, cuando se inauguró la Exposición Iberoamericana, ya habían nacido varias generaciones de palomas en la misma plaza, que recordaban lo que le había amaestrado el guarda Juan Márquez, así los sorprendidos visitantes a la Exposición, veían como las palomas se subían a la mano y se posaban en el hombro y en la cabeza buscando los arvejones para comer.[17]

Las palomas en su glorieta. (Postal de época)


6.- GLORIETA DE LA VIRGEN DE LOS REYES

Vista de la Glorieta de la Virgen de los Reyes en la actualidad. (Archivo del autor)

Finalizada la construcción del Pabellón Renacimiento, hoy Museo Arqueológico de Sevilla en 1919, quedó un amplio espacio residual a la espalda de éste, que limitaba con la Venta de Eritaña y la trasera de los futuros pabellones de Méjico y Brasil, para lo cual se proyectó la construcción de un muro que delimitara este lugar que entonces era conocido como Plaza o Plazoleta del Tiempo.

Este lugar, venía siendo utilizado desde tiempo atrás, por los balompedistas del entonces Sevilla Balompié, y actualmente Real Betis Balompié, como campo de futbol, llegándose a disputar en este sitio el domingo 8 de octubre de 1911, la Copa del Marqués de Miguelturra entre el Sevilla Balompié y el Español Football Club de Cádiz, en el que vencieron los béticos por 2 goles a 1, en un emocionante encuentro disputado en medio una terrible tormenta, con impresionante aguacero.[18]

Boceto de la Fuente de la Virgen de los Reyes realizado por Aníbal González. (Archivo ABC)

En ese año de 1919, el Comité decide adecentar este espacio, encomendándole el diseño al arquitecto de la Exposición, y autor de toda la Plaza de América Aníbal González, el cual proyectó decorar este muro semicircular divisorio adosándole un precioso conjunto escultórico de ladrillo agramillado y molduras entalladas, que se completaba con la instalación de seis grandes bancos con azulejos en respaldo y asientos, y sobre estos, pescantes de hierro forjado que sostenían con cadenas, macetas con flores naturales, a su alrededor.
En el mes de marzo de 1921, ya se había terminado de construir este conjunto que estaba presidido por la Fuente de la Virgen de los Reyes que daría posteriormente, nombre a esta glorieta, con un coste de casi 34.000 pesetas.[19]

Fuente de la Virgen de los Reyes, que curiosamente esta titulada como Fuente de la Plaza del Tiempo. (Postal de época)

La Fuente cuya pila hacía de mesa de altar, extendiéndose por todo lo largo de la composición, se situada en el centro del muro, sobre esta se encontraban tres hornacinas separadas por parejas de pilastras abalaustradas jónicas, del centro de las cuales, surgían cuatro caños decorados con querubines esculpidos en el ladrillo, que abastecían a la fuente. Todo ello rematado por una crestería neorenacentista que enlazaba visualmente con la del Pabellón Renacimiento situado en frente.[20]

La hornacina central, de mayor tamaño que las laterales, se inscribía en un arco de medio punto abocinado en el que se podía leer el lema “PER ME REGES REGNANT” (Por mí los reyes reinan), cubierto por una venera, y rematado por el escudo de la ciudad sostenido por dos angelotes, en él se cobijaba una imagen de la Virgen de los Reyes. En las hornacinas laterales de forma mixtilínea, se encontraban representados a la izquierda, el escudo de la ciudad, con las figuras de San Fernando, San Isidoro y San Leandro y a la derecha las Santas Justa y Rufina, protegiendo una reproducción de la Giralda, que se refiere a la leyenda de haber sido sostenida ésta por las dos santas, todas ellas obras de Adolfo López Rodríguez, [21] realizadas en la trianera fábrica de cerámica Montalván.


Vista de uno de los bancos adosados al muro, y la Virgen de los Reyes en el interior de su hornacina. (Postales de época)

Con posterioridad, una vez transcurrida la guerra civil en la que la glorieta fue ocupada por fuerzas militares, se llevó a cabo una reforma; la fuente monumental, fue desmantelada y sustituida por un muro con arcos y adosado a los mismos una construcción elevada con caja de resonancia incluida y fuente delantera para que diera conciertos la Banda Municipal. Con el tiempo y para evitar que los patinadores lo hicieran sobre los pavimentos de mármol de la Plaza de América y en las calzadas de loseta asfáltica de la Plaza de España y del parque, dañándolos, se construyó una pista de patinaje que durante algunos años fue utilizada.[22]

Una misa de campaña en la Fuente con los Requetés rindiendo armas en el momento de la consagración. (fuente internet)

La imagen de la Virgen de los Reyes junto con las de San Fernando, San Isidoro, San Leandro y las Santas Justa y Rufina, fueron modeladas y vidriada en cerámica blanca y azul por el citado autor en 1919, fueron retiradas para evitar su deterioro desconociéndose el paradero de estas, excepto la de la Virgen de los Reyes que, gracias a la investigación realizada por Martín Carlos Palomo García, sabemos que fue trasladada primeramente al entonces Seminario Diocesano instalado en el Palacio de San Telmo, más tarde al Hogar San Fernando en la calle Don Fadrique hasta el 2004, para pasar por último a la Residencia de Sacerdotes de la calle Becas, donde actualmente se encuentra.[23]

Hoy día la glorieta está muy transformada, en 2006 se iniciaron unas obras de rehabilitación para conseguir su incorporación de este espacio, apartado y olivado, al Parque y la utilización como espacio escénico, así como devolverle el simbolismo que en su momento le dio nombre. Estas obras fueron paralizadas por la Comisión Provincial de Patrimonio por una incidencia en el proyecto; superado este escoyo, nuevamente en 2013 se reanudaron estos trabajos de rehabilitación, que culminaron al año siguiente con el resultado que se puede apreciar en la imagen, y que dista mucho de la belleza del original, resultando en un simple remedo de ésta.

Ahora sobre el muro de ladrillo visto con cuatro parejas de pilastras coronadas por bolas, se inscribe en el centro un arco de medio punto cegado; sobre el fondo azul del mismo, se eleva una imagen de la Virgen de los Reyes, en bulto relieve en cerámica blanco y azul. En los paños laterales del muro, se instalan dos paneles, uno a cada lado con remates mixtilíneos, igualmente de cerámica con los mismos tonos, en el los que se aprecian a la izquierda las santas Justa y Rufina con la Giralda en medio de las mártires, y a la derecha, San Fernando, entre San Leandro y San Isidoro.

Toda la obra cerámica le fue encargada al ceramista Claudio Sabariego, y curiosamente estos paneles han sido situados al contrario que las mismas escenas representadas en las hornacinas de la antigua Fuente de la Virgen de los Reyes.

Delante de este conjunto, y elevado del suelo, se halla un escenario construido de mampostería, de unos 100 m2, con un mascarón que vierte sus aguas en un estanque de planta mixtilínea situado a los pies del escenario. Y a la espalda, un espacio para camerinos, todas estas instalaciones para dotar y ser utilizado como espacio escénico.





Conjunto ornamental de la Glorieta de la Virgen de los Reyes en la actualidad. (Archivo del autor)

La glorieta siempre tuvo un fondo arbóreo que ocultaba los edificios aledaños del Cuartel de Eritaña y del Pabellón de México, al ser eliminados los árboles que configuraban el fondo arbóreo de la misma, se ha producido un impacto visual con la aparición del edificio del Pabellón del Brasil perteneciente a la Universidad de Sevilla, y la construcción de una Biblioteca Universitaria en los terrenos que siempre habían sido catalogados de zona verde de protección del entorno del parque.

A pesar de los oculta y olvidada que se encuentra ahora esta glorieta, en el pasado tuvo una gran actividad. Ya hemos adelantado, como desde antes de la existencia de esta plaza o glorieta, esta zona era utilizada para actividades deportivas, por los jugadores de futbol. Debido a la construcción de la glorieta y la celebración de la Exposición esta actividad se desplaza a otro lugar, pero no así otro tipo de celebraciones, como fue el caso de los conciertos que se llevaron a cabo durante la Exposición por la Masa Coral Sevillana junto a otros coros, como el Montañés, y las bandas de músicas Municipal y de los Regimientos de Soria y Granada.

En un lateral, se instaló un pabellón sanitario con aseos para señoras y caballeros, hoy desaparecido, en la cubierta del cual, se había construido un palomar para albergar estos animales de la cercana Glorieta de las Palomas.

Durante la Guerra Civil, y tras ella, se celebraron misas de campaña delante de la imagen en cerámica de la Virgen de los Reyes, con falangistas rindiendo armas durante la consagración.

Después vino su destrucción, debido seguramente al estado lamentable en que se encontraba, como gran parte del Parque de María Luisa, no siendo esta la única ocasión. A pesar de ello, en esta glorieta se instalaron varios escenarios para atracciones con motivo de la visita de Eva Duarte, esposa del presidente de Argentina en 1948, para por fin en 1955, el Ayuntamiento acordar embellecer la Glorieta. Y meses más tarde, en el otoño de ese año, se celebró el Torneo de Baloncestos Inter-ciudades entre Madrid-Sevilla

Las actividades deportivas siempre estuvieron presentes en este lugar; en la década de los 60, fue marco de un festival deportivo, con actividades como hockey sobre patines, exhibición de gimnasia deportiva y patinaje artístico, organizado por el Club Natación Sevilla. Incluso se llegó a celebrar una verbena organizada por el Círculo Mercantil, para actividades benéficas.

Con el inicio de la nueva década de los 70, acuerda el Ayuntamiento realizar unas instalaciones deportivas y pista de patinaje, y durante muchos años, lugar de las celebraciones con motivo de la festividad de San Isidro, Patrón del personal de Parques y Jardines, con misa de campaña.

La actividad musical, junto a la deportiva, siempre estuvieron vinculadas con este espacio. Así en aquellos años, se iniciaron una serie de conciertos en las mañanas de los domingos, ofrecidos por la Banda Municipal de Música. Y con motivo de la celebración del Trofeo Ciudad de Sevilla, desde 1974 a 1977, fue escenario de verbenas, con actuaciones de artistas de la talla de Fosforito, El Lebrijano, Naranjito de Triana, Manolo Mairena, El Cabrero, El Habichuela, etc.

Con la llegada de la democracia, también sirvió de escenario reivindicativo, aquí se dio lectura a un manifiesto en defensa del Parque, organizado por escritores y entidades sevillanas, en 1978. Y se seguían celebrando partidos de hockey, baloncesto, etc.

La primitiva escultura de la Virgen de los Reyes de la Glorieta de su nombre, realizada por Adolfo López, en su actual ubicación en la Residencia de Sacerdotes de la calle Becas. (Fotografía gentileza de Martín Carlos Palomo García)

Hasta llegar a lo que hoy contemplamos, se han actuado en diferentes ocasiones, siempre cuando la situación de abandono era insostenible, pero aquí está, con sus luces y sus sombras, con sus mil y una historias que han tenido lugar en esta glorieta, mil y una vivencias, batallas deportivas, experiencias musicales, convivencias, juegos infantiles, en definitiva, un espacio con vida y para ser vivido, que a pesar de parecer que está tan escondido, tan poco transitado, tan oculto, guarda las esencias de lo auténticamente sevillano, como sus casas, que solo enseñan lo que quieren y a quien quiere, guardando su belleza solo a quien se lo quiera mostrar.

NOTAS

[1] . EDIFICIOS Y GLORIETAS DEL PARQUE DE MARIA LUISA – Jardines sin fronteras.
Un blog de José Elías Bonells, solo para profesionales. Consultado el 28/05/2021
https://jardinessinfronteras.com/2018/01/27/edificios-y-glorietas-del-parque-de-maria-luisa/

[2] . Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII- Exposición Iberoamericana de 1929. Caja 66. Rollo 681 fotograma 344. Expediente Glorieta del Quijote.

[3] . Por importe de 1.051 pts. que fue abonado en 1917. Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII- Exposición Iberoamericana de 1929. Caja 40. Rollo 662 fotograma 494. Expediente de Hacienda desde 1913 a 1918. Certificaciones e informes de las cuentas de ingresos y gastos.

[4] . Guichot y Sierra, A. El Cicerone de Sevilla. Monumentos y Artes Bellas. 1925, Sevilla. Imprenta Álvarez, p. 222.

[5] . Heredia, V. CATÁLOGO DE AZULEJOS DE TEMA QUIJOTESCO. (inédito) p. 6.

[6] . Guichot y Sierra, A. El Cicerone de Sevilla. Monumentos y Artes Bellas. 1925, Sevilla. Imprenta Álvarez, p. 222.

[7] . Sevilla.- Parque de María Luisa II. Por Lourdes Morales Farfán.
https://jardinessinfronteras.com/2021/07/04/sevilla-parque-de-maria-luisa-ii/amp/. Consultado el 17/08/2021

[8] . A.M.S. Secc. XVIII E.I.A. Caja 66. Rollo 681 fotograma 345. Expediente Glorieta del Quijote.

[8] bis. Parejo, J. Finaliza la restauración de la glorieta de Cervantes del Parque de María Luisa. En Diario de Sevilla, de Sevilla. 28 de diciembre de 2021.

[9] . https://sevillapedia.wikanda.es/wiki/Glorieta_de_Rodr%C3%ADguez_Mar%C3%ADn_(Sevilla). Consultada el 13/09/2021

[10] . https://sevillapedia.wikanda.es/wiki/Francisco_Rodr%C3%ADguez_Mar%C3%ADn. Consultado el 12/09/2021

[11] . Bendición e inauguración de una glorieta en memoria de don Francisco Rodríguez Marín. En ABC de Sevilla. 25 de diciembre de 1948, p. 23.

[12] . Sevilla.- Parque de María Luisa II. Por Lourdes Morales Farfán.
https://jardinessinfronteras.com/2021/07/04/sevilla-parque-de-maria-luisa-ii/amp/. Consultado el 17/08/2021

[13] . EDIFICIOS Y GLORIETAS DEL PARQUE DE MARIA LUISA – Jardines sin fronteras. Glorieta de las Palomas. Un blog de José Elías Bonells, solo para profesionales. Consultado el 28/05/2021
https://jardinessinfronteras.com/2018/01/27/edificios-y-glorietas-del-parque-de-maria-luisa/ 

[14] . web retabloceramico.net

[15] . Ibídem.

[16] . Parejo, J. El renacer de las Fuentes de las Palomas. En Diario de Sevilla, de Sevilla. 26 de octubre de 2.018. 1982 Sevilla, Edita Universidad de Sevilla, pp. 860-961.

[17] . Burgos, A. El origen de las palomas de la Plaza de América, por Abel Infanzón. En ABC de Sevilla, 26 de agosto de 1984, p. 9.

[18] . https://www.manquepierda.com/historiarealbetis/uno-de-los-campos-del-prado-de-san-sebastian/. Consultado el 19/09/2021

[19] . A.M.S. Secc. XVIII E.I.A. Caja 2. Rollo 629 fotograma 255 y 269. Acta de la sesión del Comité Ejecutivo del 13 de mayo de 1922.

[20] . Villar Movellán, A. Las fuentes monumentales de la Exposición de Sevilla 1909-1929. En Homenaje al Profesor Dr. Hernández Días.

[21] . Guichot y Sierra, A. El Cicerone de Sevilla. Monumentos y Artes Bellas. 1925, Sevilla. Imprenta Álvarez, p. 223.

[22] . EDIFICIOS Y GLORIETAS DEL PARQUE DE MARIA LUISA – Jardines sin fronteras.
Un blog de José Elías Bonells, solo para profesionales. Consultado el 28/05/2021
https://jardinessinfronteras.com/2018/01/27/edificios-y-glorietas-del-parque-de-maria-luisa/  

[23] . Palomo García, M. C. La desaparecida glorieta de la Virgen de los Reyes y el retablo de la Virgen del Mar en la Misericordia. En Boletín de las Cofradías de Sevilla, núm. 654, agosto 2013, pp. 608-610.




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