- Pabellón de Colombia




El Gobierno de la República de Colombia, mostró interés en participar en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla, desde que tuvo conocimiento de ella en 1911, no obstante este no se concretó hasta el 20 de Junio de 1926, fecha en la que su Parlamento concedió la partida económica necesaria para su concurrencia. Es fácil entender el interés mostrado por este país, dado el carácter exportador de su economía, principalmente a la hora de promocionar su café.

El 20 de Agosto de 1927, le fue hecha entrega del terreno para la construcción del Pabellón por el Comité Ejecutivo, en la Avd. de Reina Victoria o de la Palmera y mas concretamente en la Glorieta de Méjico, sitio preeminente dentro el recinto expositivo, al constituirse como eje principal de comunicaciones dentro del proceso urbanístico que el sector sur sufre con motivo de la Exposición; firmándose las escrituras el 22 de Noviembre de 1928, concediendose un plazo de disfrute de 75 años, al termino del cual se produciría la reversión automática al Ayuntamiento de Sevilla sin indemnización alguna; es decir el 22 de Noviembre del 2003.
Vista parcial de la fachada, estado actual
Fachada del proyecto original de Granados

De los trece pabellones extranjeros que se construyeron, diez de ellos fueron proyectados y dirigidos por técnicos enviados por los países respectivos, solo Colombia, Guatemala y Venezuela confiaron el diseño y control a técnicos españoles y mas concretamente en este caso a los componentes del Gabinete Técnico del Comité Organizador.

Gracias al interés mostrado por el Cónsul Ernesto Retrepo Tirado, el Gobierno colombiano encarga al arquitecto José Granados de la Vega y al aparejador Ángel Hoyuelas Martínez el diseño del pabellón representativo de este país.
Vista del pabellón “Café Suave”

Así mismo se proyectó ademas dos pabellones no permanentes mas pequeños, uno dedicado al “Café Suave” cuya fachada representaba la cabeza de un indio chibcha emplumado, realizado tambien por Granados y otro al tabaco, de éste último no hay certeza de su construcción. Ninguno de ellos han llegado hasta nosotros.

Granados a la hora de decidir el estilo en que debería diseñar el edificio, debió tener muchas dificultades, prueba de ello es la abundante documentación que el arquitecto solicitó al Cónsul.

Hemos de tener en cuenta, que aunque algunos autores establecen que se inspiró en el barroco colombiano, éste se puede decir que no existió, debido a que durante el periodo tiempo en que se desarrolla este estilo, la arquitectura en este país era bastante modesta y el desarrollo del barroco se vio frenado por la diversidad de regiones y las dificultades geográficas y de comunicación existentes, siendo muy escasas las muestras de este tipo de construcciones coloniales en el virreinato de Nueva Granada.

Llegado a este punto hemos de pensar que el autor optó por una interpretación personal, mezclando elementos arquitectónicos religiosos y civiles. Basándose en sencillos volúmenes a los que adosa elementos decorativos, con lisos paramentos decorados con elementos aislados, propios de las construcciones coloniales, y le añade dos torres en su entrada como aportación de la arquitectura
Arranque de la escalera tipo imperio y fuente artística religiosa.
La planta del pabellón es muy quebrada, y hay quien ha visto en ella el modelo de templo del siglo XVIII, sin embargo Amparo Graciani García, que ha realizado un magnifico trabajo de investigación sobre este pabellón, difiere de esta afirmación, y Villar Movellán dice de Granados haberse inspirado en la planta del Pabellón Mudéjar de Aníbal González.

Sea como fuere, el autor distribuye el edificio en dos plantas. En el centro dispone un patio, a modo de vestíbulo, rodeado de galerías en las dos plantas, que comunica con los espacios diseñados como salas expositivas. Las dos alas laterales, las concibió como provisionales, solo existentes en la planta noble, siendo sustituida en la planta alta por espaciosas terrazas.
Mosaico cerámico. Colombia en el mundo

Esta distribución en torno a patios y galerías, es muy propia de las casa coloniales de Colombia e incluso de Venezuela, y sirve magníficamente a los fines de exhibición. A la planta alta se accede mediante escalera tipo imperial que da paso a una galería perimetral al patio que comunican las tres zonas que se habilitaron, correos aéreos, periodismo y dirección, así como los accesos a las terrazas.

El acceso al edificio se realiza, después de traspasar la puerta principal, que da paso a un vestíbulo flanqueado por dos torres de 18 mts de alto, para las cuales Granados se había inspirado -por su similitud- en el cuerpo alto de la Catedral de San Luis de Potosí, posiblemente por gusto personal ya que dicha iglesia barroca pertenecía al virreinato de Nueva España (Méjico).

De la minuciosa observación del proyecto primitivo (ver reproducción) podemos constatar, que sobre el primer cuerpo cuadrado de las torres, el segundo lo dispuso octogonal decorandolos con columnas salomónicas en cada uno de los ocho vértices, en lugar de dos como en la de San Luis. Abre arcos de medio punto en las caras alternas, continua con bóveda de sección apuntada con revestimiento cerámico y remata el tambor con pináculo trapezoidal, al igual que el templo mejicano. Las grandes ménsulas decorativas de las cuatro frentes se la torre fueron aportación personal del arquitecto. En el primer cuerpo y como progresión a la decoración del remate de la torre, diseña balcones de alargadas proporciones.

A ambos lados del vestíbulo, destinado a acceso y portería, se puede apreciar aún, dos grandes mosaicos, uno de Colombia en el mundo y otro de las superficies comparadas entre la República Colombiana y la península Ibérica, que dan paso al patio cuadrado compuesto por doce columnas toscanas de mármol, sobre las que se sostienen cuatro aros de medio punto con grandes óvulos sobre los dinteles.

El patio sirve de comunicación con las alas laterales, que como ya hemos dicho anteriormente, solo se encuentran en la planta baja, y servían de amplías salas de exposiciones. A la izquierda arranca la gran escalera imperial que da acceso a la planta alta. Frente a la escalera, la sala de trazado elíptico diseñada para la exposición de café, uno de sus principales productos, y colecciones de esmeraldas. Frente a la puerta principal, y atravesando el patio, se encuentra una estancia en forma de rotonda abierta al exterior con tres grande ventanales, a los lados de este espacio, se encontraban dos pequeñas habitaciones dedicadas a cocina y tocador de señoras. Simulando torres al exterior y constituyendose en una sola sala de exhibición en la planta alta.
Mosaico cerámico del vestíbulo. Superficies comparadas de Colombia y la Península Ibérica

El edificio tal como fue ideado por Granados, fue desprovisto de muchas alusiones a las construcciones civiles al objeto de adaptarlas a la ornamentación escultórica que para él realizara Rómulo Rozo.

A este respecto, y si observamos el diseño del primitivo edificio, podemos comprobar, como la balconada volada de madera sobre la puerta principal, muy utilizada en las ciudades ribereñas del caribe, tomadas del modelo canario, es sustituida por un balcón de balaustrada pétrea, o como el emparrado de las terrazas laterales, es suprimido. Así mismo la cornisa con perfiles curvos acabados en roelas y aspecto mixtilíneos para la puerta de acceso, es sustituida por otro acabado con unas alegorías mitológicas que mas adelante describiremos cuando toquemos el tema iconográfico.
Balcón de la fachada principal
La construcción del pabellón, se realizó de forma convencional, se labró muros de fábrica de ladrillo sobre cimentación de zanja corrida, para el entramado horizontal se utilizó viguería metálica y las cubiertas fueron resuelta a la andaluza. La superficie total construida es de 1.300 m2, siendo inaugurado el 26 de Septiembre de 1929

Si la dirección de las obras corrieron a cargo de técnicos españoles, el colombiano Rómulo Rozo, se encargó del diseño y elaboración de los elementos escultóricos y de relieve que enriquecen de una forma excepcional el edificio. Rozo consigue reunir en su obra la síntesis antropológica que identifica al pueblo colombiano. Aludiendo a los grandes mitos del pueblo chibchas, una de las civilizaciones que pobló la meseta Cundinamarca, en Bogotá; el programa iconográfico abarca temas mitológicos, heráldica y alusiones a la flora y fauna de la zona.

La decoración se realizó sobre mortero de cemento, centrando la temática religiosa en la fachada principal y lateral con frente a la Avda. de Moliní.


Para un mejor entendimiento de lo que representa la iconografía que Rozo plasmó en todo el edificio, es necesario adentrarse en el misterio poético que el pueblo chibchas supo imprimir a su visión de la vida y de la muerte. Amparo Graciani, en su inédito trabajo de investigación, profundiza de una forma magistral en este misterioso mundo, clarificando perfectamente las dudas que sobre el significado escultórico del pabellón pudiéramos tener.
El escultor Rómulo Rozo ante una de sus obras


 Según Graciani, Rozo centra la temática religiosa en la principal y lateral que da frente a la Avd. de Moliní; en las partes altas del pabellón y de las torres ubica La Esfera Celeste, reproduciendo el mito de del dios solar Bochica, creador de las artes y la civilización. Dejando en la parte baja la representación de lo terrenal, con el mito del origen del género humano.

MITO DEL GENERO HUMANO: Al principio todo estaba sumido en tinieblas, hasta que Chiminigagua, ser omnipotente y omnipresente, crea árboles y plantas, así como unas aves que iban iluminando el mundo con la luz resplandeciente que de su pico derramaba. Hecha la luz, de una de las lagunas surge Bachué, llevando un niño en sus brazos; vive con él hasta que llega a la pubertad, uniendose en matrimonio. Ambos recorrieron la tierra poblandola de hijos, debido a la gran fecundidad de Bachué, cuando el mundo estuvo poblado, volvieron Bachué y su hijo a la laguna de IGUAQUE de donde habían salido, convirtiendose en serpientes y uniendose para siempre. Exhortando antes a sus hijos a la paz y a la observancia de las leyes.

Ambos mundos están separados por un friso cerámico de sacerdotes enmascarados, realizado por Ramos Rejano, en el que se representa la procesión ritual de Guesa, consistente en el apresamiento de un niño (Guesa), el cual hasta los 10 años se le criaba en el templo del sol de Sogamoso, saliendo solo para pasear por los camino que Bochica había recorrido, a los 15 años se le conducía a la columna de Bochica, seguido de una procesión de sacerdotes enmascarados, se le ataba a la columna y eran disparadas fechas, sacandole al final el corazón. Era el rito de inmolación den honor a Bochica.
Detalle del friso cerámico, que representa las máscaras de los sacerdotes de la procesión de Guesa
Las figuras de las diosas guerreras chibchas que flanquean la puerta principal, por su frontalismo recuerdan las botellas, que con figuras humanas, usaban para guarde coca, droga de alto consumo en la altiplanicie. Ataviadas con ricas vestiduras y cubiertas de adornos, collares, brazaletes en piernas y brazos, vistosos plumajes, eran como acudían a las fiestas de la divinidad y a la guerra; las ondulaciones del pedestal parece hacerlas emerger de las aguas del lago.

Siguiendo en la puerta principal, y deteniendonos en las molduras que la enmarca, podemos observar, los distintos grosores de ella, representandose la tierra por el maíz y las flores, el aire por las lenguas de fuego y el agua con la representación repetitiva de la rana sagrada Ata, las cuales también aparecen en los balcones de las torres.

La cancela de hierro, es un magnifico ejemplar de trazado andino, alude al mito de Cundimarca, sobre el transporte de las almas al más allá, siendo muy significativo este tema en la puerta por el valor simbólico que tiene en todas las culturas. Recrea mediante símbolos el transporte del alma de un guerrero al mas allá, para ello utiliza en el centro las armas y sobre éstas la araña, de la que se hacía la canoa para atravesar el río subterráneo; éste se representa por la greca de peces sagrados. Así mismo emplea el simbolismo las flechas en la cancela por el carácter guerrero de la cultura chibcha. Por último dos serpientes enroscadas custodian la entrada a modo de templo de Bachué.(1)

(1) "PABELLONES INTERNACIONALES EN LA EXPOSICIÓN IBEOAMERICANA . El Pabellón de Colombia. Trabajo inédito. Amparo Graciani García. 
Diosa Chibcha que flanquea la puerta principal sosteniendo los símbolos de la Luna y el Sol

Además de estos detalles escultóricos con simbología mitológica, existen en el pabellón innumerables más, los cuales, están comentados en las distintas fotografías.

Como hemos dicho anteriormente, Rozo toma la heráldica también como elemento decorativo y lo hace en varios puntos del pabellón, como el escudo nacional que corona la fachada principal. En él dos jóvenes indígenas en aptitud de veneración lo portan, y un cóndor andino con sus alas desplegadas, como símbolo de libertad, lo toma con sus garras. También existen representaciones heráldicas en las puertas laterales, sobre el dintel de la misma, con la representación de la granada, por el antiguo nombre del país (Nueva Granada) en medio de dos figuras de Bachué en su transformación.

Por último en la fachada trasera, una pareja de guerreros disparan sus arcos, simbolizando el desenlace final del mito del origen del hombre.

En la exposición de sus productos no había representación particular, siendo todos de carácter oficial y como medio de propaganda gubernamental.

Los temas exhibidos en las distintas salas son los siguientes:

- Instrucción Pública: Gráficos estadísticos y fotografías de la organización y desarrollo de la enseñanza así como trabajos manuales de las Escuelas.

- Prensa y libros: Colección de libros, periódicos y revista editadas en el país.

- Organización política, administrativa y finanzas.

- Comercio interior y exterior: Con gráficos del comercio colombiano.

- Dirección General de Higiene: Muestrario de productos farmacéuticos del Laboratorio Nacional.

 - Vías de comunicaciones: gráficos con datos estadísticos de las comunicaciones por carretera, ferrocarril y avión.

- Agricultura, Ganadería e Industria: muestrario de productos agrícolas , industriales y artesanales.

- Minas: muestrario de petroleo, platino, esmeralda y datos sobre trabajos en minería y fuerza hidráulica.

- Pinturas: en la planta alta , se exponían obras de pintores contemporáneos pertenecientes al Museo de Bellas Artes de Bogotá.

- Salón de la Plata: con objeto de plata martillada antigua.

- Salón de las Esmeraldas: Exposición de una colección de esmeralda e historia de la piedra desde su formación geológica hasta su tallado final. Contó con el concurso de joyeros que presentaron obras de gran valor económico.

- Salón del Dorado: Representación de un templo indígena donde figuraba entre otros el Tesoro de los Quimbayas regalado por Colombia a la Reina Regente María Cristina en 1892 y que actualmente se exhibe en el Museo Arqueologico Nacional.
Alguna de las piezas expuestas del tesoro de los Quimbayas

Moldura, candela y detalle de la moldura de la puerta principal con los distintos símbolos de la tierra, el aire y el agua.
Símbolos heráldicos. Vidriera de la escalera

Alusión a la fauna colombiana. Un murciélago detalle del exterior de la torre
Facha posterior y rotonda. Las vidrieras estaban decoradas, la central con un rio y el sol fecundando los frutos. La derecha el café la coca y el arroz y la izquierda el cacao, la piña y frutos tropicales el diseño se debió a Any Krauss esposa de Rozo. En este lugar se exhibian esculturas de artistas colombianos. En el frontón motivo del fin del origen del hombre.
El Silencio (1920), obra en mármol de Marco Tobón Mejía, se exhibía en la rotonda junto a otras obras. Fue adquirida por el gobierno colombiano en 1928 para ser exhibida al año siguiente en la Exposición Iberoamericana de Sevilla y luego ser trasladada al Museo Nacional de Colombia.

Además en el pabellón del “Café Suave” se exponían datos económicos de su producción, con un diorama de una plantación y un bar donde se servía café. Esteba amenizado por grupos de cantantes de música colombiana.

Del 26 al 30 de Septiembre de 1929, se celebró la semana de Colombia con la asistencia como representante del gobierno de D. Antonio Gómez Restrepo, Presidente de la Academia Colombina de la Lengua y ex-ministro de Relaciones Exteriores.
Interior del pabellón con una demostración artesanal.

Una vez clausurada la Exposición, se cedió parte del Pabellón para la instalación de la Escuela Náutica San Telmo, conservando el resto para uso del consulado, con una clausula de revisión cada 4 años, que fue reducida a 6 meses en 1968; quedando anulada la mencionada cesión en 1985, recuperando por tanto la totalidad del Pabellón el Gobierno Colombiano.

Desde 1986 se están realizando gestiones tendentes a la concesión de una prórroga del contrato de extinción previsto para el 22 de noviembre del 2003, que permita mantener en el edificio la representación diplomática de dicho país, cuya creación se remonta a 1882.
Ornamentación exterior de uno de los ángulos del edificio
Escudo nacional de Colombia en la fachada principal
Detalle de los arcos mixtilineos de la planta alta, soportados por columnas gemelas y antepecho con escudos de armas de guerreros quimbaya y rana Ata. En la planta baja detalle de libélula, óculo y arcos sobre columnas toscanas
Dos guerreros y el Sol enmarcan una de las puertas de servicio junto a la escalera

Detalle de mascara de guerrero que adorna el arranque de un arco de patio.

Las torres están rematadas por cuatro indios Chibchas que sostienen el Vaso Sagrado del fuego del ideal colombiano. En las cuatro esquinas el demonio Chichabcuma sostiene el mundo produciendo terremotos cuando lo cambia de hombro. Las columnas helicoidales representan serpientes entrelazadas que soportan cuarto cabezas humanas. Las figuras colocadas entre las columnas simbolizan a los dioses de la agricultura, el comercio, la industria y la navegación.
Las enormes libélula que penden de los cuatro ángulos del patio representan la mala suerte, el amor, la lluvia y la cosecha.
Arcada de la galería superior basada en vestigios de la arquitectura quimbaya, adornados con los símbolos de la música y la poesía indígena. Soporta una cristalera con greca de colores con motivos pre-hispánicos, en el centro el símbolo de un astro protector de los aborigenes colombianos.
Puerta lateral a la Avd. de Moliní, en el dintel escudo con la granada (antiguo nombre del reino de Nueva Granada) entre la diosa Bachue transformándose.
La fuente como la dispuso Rozo con una estatua de la diosa Bachue desnuda tallada en granito negro, hoy día desaparecida.


Rozo en su taller, tallando la diosa Bachue de la fuente.


Dos imágenes del interior del pabellón sala de prensa y patio.

Gitanas del Sacro Monte, de Miguel Díaz Vargas.Obra premiado con la medalla de oro de la exposición, este cuadros fue uno de los que decoró el pabellón.

 El sermón del monte obra de Gustavo Arcila Uribe realizada en yeso patinado.

La Voluntad Obra de Gustavo Arcila Uribe. Medalla de oro .

LA FILMOTECA ESPAÑOLA HA EDITADO UNA OBRA TITULADA "LAS EXPOSICIONES DE 1929", EN LA QUE SE RECOGEN IMAGENES DE LA EXPOSICION IBEROAMERICANA DE SEVILLA Y LA INTERNACIONAL DE BARCELONA

ACONTINUACIÓN SE HA INSERTADO UNA RECOPILACION DE DISTINTOS CORTES RELACIONADOS CON ESTE PABELLON QUE APARECEN EN DICHA OBRA








FUENTES:

- EL PABELLON DE COLOMBIA, José María Cabeza Méndez
Revista APAREJADORES núm. 22 Junio 1987

- HISTORIA DE LA EXPOSICION IBEROAMERICANA DE SEVILLA DE 1929, Eduardo Rodríguez Bernal

- LOS PABELLONES DE LA EXPOSICION IBEROAMERICANA, Alberto Villar Movellan
La Exposición Iberoamericana “Fondos de la Hemeroteca Municipal”

- EL RECINTO DE LA EXPOSICION IBEROAMERICANA, AREA URBANIZABLE, PABELLONES Y CONSERVACION, José María Cabeza Méndez
Andalucía y América en el Siglo XX, Actas de las VI Jornadas de Andalucía y América 1987

- GUIA DE LA EXPOSICION IBERO AMERICANA 1929-1930

- COLOMBIA EN LA EXPOSICION IBEROAMERICANA “EL LIBERAL” 22 de Junio de 1929

- LA EXPOSICION IBEROAMERICANA “EL LIBERAL” 27 de Septiembre de 1929

- PABELLONES INTERNACIONALES EN LA EXPOSICION IBEROAMERICANA. El Pabellón de Colombia. Trabajo inédito. Amparo Graciani García.

- SEVILLA CIEN EDIFICIOS. Guillermo Vazquez Consuegra.