32.-Pabellón Hijos de Ybarra-González Byass.
Publicado por jujoca1340@gmail.com -
Juan José Cabrero Nieves
Vista del Pabellón de Hijos de Ybarra y González Byass, desde la actual avenida Reina Mercedes. (Gentileza de la Fototeca de la Fundación González Byass) |
La instalación comercial conjunta de la sociedad aceitera sevillana Hijos de Ybarra y de la compañía bodeguera jerezana González Byass, se levantó en el cruce de la avenida de Venezuela, con la de la Infanta Luisa, en el Sector Sur de la Exposición, en lo que actualmente son avenida Reina Mercedes y calle Páez de Rivera, junto al pabellón de la de la fábrica de chocolates Matías López.
Este lugar se encontraba en las inmediaciones de una de las entradas al recinto de la Exposición, en la actual avenida de la Palmera y que se llamaba oficialmente Puerta Reina Victoria, pero que desde un principio y debido a la proximidad del pabellón de la casa de cava catalán Codorníu, que se adornaba con una impresionante botella de gran envergadura en su cubierta, fue conocida dicha entrada como “de la botella”.
La situación del solar para la construcción del pabellón,[1] se hizo presumiblemente con intencionalidad, a fin de aprovechar la previsible afluencia de visitantes al cercano Pabellón del Aceite, que se encontraba al otro lado de este acceso, hacia otra muestra del sector oleícola como era el de los Hijos de Ybarra.
Imagen aérea con la ubicación del pabellón entre las avenidas de la Plamera, Reina Mercedes y la calle Páez de Rivera. (Archivo Fotográfico del Ejército del Aire) |
El proyecto de estas representaciones comerciales tuvo su origen, cuando la empresa “Hijos de Ybarra” presentó solicitud para concurrir en el Certamen Iberoamericano, siendo aprobada en la sesión de la Comisión Permanente del 13 de julio de 1928.[2]
El terreno elegido, considerado muy preferente, correspondía a las parcelas nº 21 y 22 del Sector Sur, con una superficie total entre ambas de 3.000 m2, y con un precio por la ocupación de este espacio de 17.600 pts., en total.[3]
El 28 de septiembre, la Dirección de Explotación, envía el proyecto de pabellón de Hijos de Ybarra, que tenían intención de construir en el recinto del Certamen, a la Dirección de Obras y Proyectos de la Exposición para que con el visto bueno de ésta,[4] pasara el trámite de la Comisión Permanente, la cual en la sesión de la celebrado el 5 de octubre siguiente, es aprobado.[5]
El proyecto de pabellón se debió al arquitecto general de la Exposición Vicente Traver,[6] que ocupó este puesto después de la dimisión de Aníbal González, en 1926.
Parece que fue la Casa Hijos de Ybarra la que gestionó en un primer momento este representación comercial, uniéndose posteriormente, en una fecha que no hemos podido determinar, la Casa González Byass, pues casi al mismo tiempo, esta casa bodeguera estaba construyendo su pabellón anuncio, en lo que sería los corrales de la Real Venta Antequera,[7] encargándole el diseñado al arquitecto jerezano, José Antonio de Ágreda González, llevando a cabo la construcción Aurelio Gómez Millán.[8] José Antonio Ágreda, era hermano de Diego Ágreda, inspector general de la casa González Byass en España y residente en Sevilla,[9] siendo descendientes directos de los conquistadores de Jerez de la Frontera.[10]
Las obras debieron comenzar al poco tiempo, pues así lo confirma un informe redactado por la oficina técnica de la E.I.A. el 2 de marzo de 1929. Y debieron estar concluidas para la inauguración de la Exposición el 9 de mayo, o próximo a ella, (antes del 5 de julio) al no aparecer en la relación de pabellones que aún tenían que continuar en obras a partir de esta fecha.[11]
En los fondos de la Fundación González Byass,[12] se encuentran dos imágenes que reproducen el plano de planta y el boceto de alzado, sin fechar, del que podemos considerar como primer proyecto del pabellón de las empresas aceitera y bodeguera.
En el plano podemos apreciar como de un cuerpo circular central, establecido como acceso principal, se instalan a ambos lados, salones rectangulares perpendiculares al eje de la entrada, dedicados el de la izquierda al “Aceite” y el de la derecha al “Vino”. Tras el acceso, se situaba el vestíbulo, y a continuación un salón también de planta rectangular, pero en este caso, siguiendo la misma dirección del eje coaxial. En el espacio formado entre este salón y los de “Vino” y “Aceite”, se situaron otras dependencias, despachos e instalaciones de servicio.
En el exterior del edificio, y partiendo de un ventanal situado en el centro de los cuerpos correspondientes a los salones del “Vino “ y “Aceite”, partían unas gradas alargadas, perpendicular a estos salones, como caminos de accesos independientes a cada una de las salas.
La imagen correspondiente al boceto del alzado del pabellón, muestra un edificio con reminiscencias Art’ Decó, de una sola planta, con una apariencia bastante plana, solo interrumpida por ojos de buey, coronado por un elemento trilobulado, situado sobre los ventanales de los salones. El cuerpo semicircular de acceso, se compone de una doble galería de arcos de medio punto soportado por pilares rectangulares y la decoración se centraba, además de los ojos de buey, en unas escenas sobre la recolección de uva y la aceituna pintadas en las fachadas. Por una anotación a lápiz captada en la imagen del plano, parece que la superficie era de 520 m2., y aunque no se aprecia claramente en el boceto, creemos que las cubiertas eran planas.
Como veremos a continuación, este proyecto sirvió, con ciertas ampliaciones y modificaciones, para la realización del edificio definitivo, que a continuación describiremos.
Alzado de la fachada principal del proyecto definitivo del pabellón para Hijos de Ibarra y González Byass. (Ilustración publicada en El Liberal) |
El cuerpo central de acceso, que hacías las veces de vestíbulo y distribuidor, es el que menos modificaciones sufrió respecto al primitivo proyecto. Se encontraba precedió por un amplio cuerpo circular, que se abría el exterior compuesto por una doble galería de arcos de medio punto sostenidos por columnas (este elemento portante, sustituyó a los pilares rectangulares primitivos). En el patio circular que se formó en su interior, se instaló en el centro una fuente de cerámica, un balcón que daba luz al vestíbulo y dos hornacinas a los lados de éste. En este pequeño espacio se situó el llamado “patio andaluz” que se describe en uno de los artículos periodísticos.
Como remate de las galerías, se situaron puertas de acceso a los salones de exposición de las casas comerciales.
Tras el vestíbulo, al que se accedía al pasar un arco sostenido por columnas, se situaba un salón, que suponemos sería utilizado para recepciones oficiales, actos públicos y comedor.
Creemos que para darle mayor prestancia al edificio, los salones laterales fueron girados, haciéndolos coincidir con el eje del acceso, y elevándolos una plata, aunque esta solo era fingida, con cubierta de teja a cuatro aguas en esta zona. Se amplía el espacio entre el cuerpo de acceso y los salones laterales, creando otro salón de exposición, dando como resultado todo ello a un edificio de mayor envergadura y con mayor superficie construida que en el primitivo proyecto.
Los cuerpos transversales de los extremos, estaban destinados a alberga las salones de las dos empresas promotoras del edificio, el derecho a la compañía aceitera Hijos de Ybarra, y el de la izquierda a la bodeguera González-Byass.
Como ya se ha indicado, las cubiertas de los salones transversales era de teja árabe a cuatro aguas, a diferencia del resto de los espacios del edificio que era de una sola altura y su cubierta resuelta a la andaluza, con claraboyas para la iluminación cenital en algunos espacios.
En las gradas perpendiculares de la fachada, se instalaron unas pérgolas conformadas por pilares cuadrados, que cubiertas servían para situar las mesas donde los clientes podían degustar los vinos de la casa jerezana.
La decoración exterior la podemos definir como andaluza, con arcos de medio punto, columnas y pintura bicolor de resalte de frisos y cenefas. Además de pequeños tejaroz sobre las ventanas que se situaron en las fachadas laterales.
Vista lateral del edificio, donde se aprecian las pérgolas cubiertas que se instalaron para la degustación de los vinos y licores de la casa jerezana. (Gentileza de la Fototeca de la Fundación González Byass) |
La Memoria descriptiva del proyecto de pabellón “Hijos de Ybarra” en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, rescatada de los archivos del arquitecto en la tesis doctoral de José Carlos Pérez Morales,[13] nos proporciona un gran número de detalles constructivos del edificio.
Curiosamente la fecha de redacción de la Memoria es del 06 de agosto de 1928, mientras que la fecha que aparece en el dibujo de alzado de la fachada principal del pabellón consta el 23 de junio de dicho años.
En relación a las bases sobre la construcción estableció que los muros debían tener 25 cm. de espesor mínimo, pero daba libertad al constructor para que los realice en ladrillo o con bloques de cemento, y consecuentemente el tipo de cimentación.
La elevación del edificio sobre el rasante del terreno, era de 70 cm, excepto en la galería de entrada que era de 20 y el patio de 10 cm.
Exteriormente las paredes del pabellón estaban enfoscadas y blanqueadas con cal. Los elementos salientes como “fajas, repisas, cornisas etc.”, fueron pintadas al óleo en color ocre, creando ese bicromismo tan típico en las construcciones sevillanas.
Con respecto a la fachada principal, las columnas de las galerías fueron construidas en piedra artificial con armazón de hierro y terminación imitación a la piedra caliza. El resto de elemento de los arcos, pretiles, cornisas, escudos, etc. fueron realizados en yeso. En los cuerpos laterales, dos rejas de hierro, y en los extremos dos bancos de 3 m. de longitud realizados en ladrillo y azulejos sus frentes y asientos, completaba esta decoración exterior de la facha principal, una celosía de madera pintada. En el remate entre el cuerpo central y los extremos de los laterales, se colocó una baranda de hierro con macetas, dándole una nota propiamente andaluza.
Detalle del cuerpo central de acceso de planta circular. (Gentileza de la Fototeca de la Fundación González Byass) |
Las fachadas laterales, llevaban en su centro un amplio ventanal protegido con artística reja, y sobre ésta, tejadillo de teja vidriada. Y la fachada posterior, la constituía “Las dos rejas voladas serán de hierro forjado y fundido y en el hueco central las dos columnas serán de piedra artificial y los remates de cerámica vidriada. En los dos cuerpos bajos laterales al central, se construirá en dos fachadas arriates como los antes indicados”
La decoración del interior de pabellón era sencilla, las paredes enfoscadas y blanqueadas, y el suelo cubierto con “ladrillos prensados rojos y azulejos en alambrilla….del tipo Montería”
En los salones extremos, se suprimieron las claraboyas siendo sustituidas por techo raso con cuatro gruesas vigas centrales decorativas. También se indicaba el lugar que ocuparían unos dioramas, los cuales quedarían sin decorar. Donde sí se instaló una claraboya, cubierta con una montera de hierro y cristal, y dispositivo con una vela, fueron en los salones centrales.
La decoración del patio la refiere como “igual a la del muro de la fachada de la galería, con las columnas, arcos, ábacos, cornisas, pretil con pilarotes y remates de cerámica vidriada. Los nichos laterales [hornacinas] terminarán en bóveda de cuarto de esfera agallonado y el hueco central en arco de medio punto, le lleva a un balcón del mismo tipo de hierro que los paños de baranda y repisa de hormigón. La fuente central tiene pilar bajo de azulejos y bordes de alizares y taza central de cerámica vidriada”,
Sin duda el espacio, que se le quiso dar mayor importancia, fue el salón situado tras el vestíbulo, que en la Memoria aparece como “Comedor”, como lo demuestra la detallada decoración que llevó. El techo raso se decoró con una tracería de molduras de escayola, formando combinaciones de cuadrados y octógonos, colgando en el centro de cada uno de ellos un colgante del mismo material. A un metro del techo se instaló una moldura a modo de friso de 15 cm. de ancho, y el zócalo de este departamento, estaba compuesto por un panel de azulejos de un metro de altura, que sería proporcionado por los dueños del pabellón, lo que nos sugiere que debió ser un zócalo de cerámica artística.
Las otras dependencias como despachos, cocina, cuarto de guarda, pasillos etc, fueron decorados de forma sencilla, fijándose el plazo de ejecución en cuatro meses, lo cual suponemos sería ampliamente rebasado, pues en una comunicación entre el arquitecto Vicente Traver dirigida a Nicolás Ybarra, fechada el 5 de julio de 1929, le comunicaba la terminación de la obra y con ello la reclamación de la minuta correspondiente, que se elevó a 9.800 pts. Un dato interesante que aporta esta comunicación, aparte de la fecha de finalización del edificio, es el importe del mismo que no sitúa en “aproximadamente 140.000 pesetas”.[14]
La instalación de las pérgolas cubiertas, debió decidirse durante la construcción del pabellón, pues en la Memoria que acabamos de tratar, no se refleja esta instalación, e incluso aparece la colocación de unos escudos en la fachada de los cuerpos laterales, donde se situó la pérgola por lo que fueron suprimidos estos escudos.
A pesar de que la construcción del edificio, estuviera terminada en fecha próxima a la inauguración del Certamen, puede que al instalación de los contenidos del mismos se retrasaran unos meses, pues la primera actividad que conocemos sobre el pabellón, la encontramos en la prensa cuando el 7 de octubre de 1929, debido a que los asistentes y familiares del Congreso de Comercio de Ultramar, que se estaba celebrando en Sevilla, fueron obsequiados, al término de una de las sesiones, con una fiesta típica andaluza en este pabellón.[15]
En el pabellón de podían degustar los productos fabricados por ambas empresas, estando obligados según el Reglamento General de la Exposición, a ingresar en la caja del Certamen el 10 % de las ventas realizadas.[16]
Además de este pabellón la casa González Byass, tenía un stand en el interior del Pabellón Jerez, junto a otras firmas bodegueras jerezanas.[17] Como medio de propaganda, esta firma insertó un artículo a dos páginas con fotografías de viñas y bodegas de su propiedad, en el Libro de Oro de la Exposición Ibero Americana.[18]
El 22 de Octubre, con motivo de la estancia los Reyes de España en Sevilla, tuvo lugar la vista al pabellón acompañados de los Infantes y del Jefe del Gobierno General Primo de Rivera.[19]
Según la prensa, el edificio figuraba un cortijo andaluz, en el que la empresa bodeguera presentaba todas sus clases de vinos y coñacs, entre los que se encontraban el fino Tío Pepe, Viña AB y Solera 1847. El pabellón estaba rodeado de un amplio jardín con dos emparrados llenos de mesas, donde se podían degustar los vinos de la casa. En la entrada se encontraba un artístico patio de esencias andaluzas con fuente y macetas, en los salones que ocupaba esta firma, se habían instalados dos dioramas que representaban las operaciones de la vendimia, y una maqueta de la bodegas de la Casa González-Byass, denominada de la Extracción.[20] Esta visita, fue el preámbulo de la que días después, el día 26 de octubre, realizaron la familia real y el Jefe del Gobierno a las bodegas de esta empresa en la ciudad de Jerez.[21]
Imágenes del interior del pabellón correspondiente a la exposición de la casa González Byass, en la que se puede apreciar la maqueta de la bodega llamada de la Extracción, y diorama con escena de la vendimia. (Gentileza de la Fototeca de la Fundación González Byass) |
Al igual que la familia real, la Infanta doña Isabel, con motivo de su estancia en Sevilla y su visita a la Exposición, también estuvo en el Pabellón donde tomó el té junto al Director de la Exposición José Cruz Conde el 27 de noviembre.[22]
Durante la celebración de la Exposición hubo encuentros futbolísticos entre la selección de París, y el Sportgyesulet de Budapest, durante el mes de diciembre de 1929. El Comité de Deportes del Certamen, obsequió con un vino de honor a los jugadores de ambos equipos en este pabellón.[23]
Aun cuanto la construcción del edifico fue provisional, ésta debió realizarse con bastante acierto y calidad, pues en un informe confeccionado por la Oficina Técnica del Certamen, el 4 de julio de 1930 ya clausurada la Muestra, aparece en una relación éste edificio junto a otros, en el que se dictaminaba que debido al tipo de construcción, podrían quedar como permanentes.[24]
Permaneciendo en pie algunos años más, como lo demuestra que no estuviera incluido entre los edificios que se concursaron para su demolición por la Comisión Liquidadora en 1934, y que en los libros de contabilidad de las bodegas González Byass, aparecen hasta al menos 1939, apuntes de una serie de gastos generales y de ventas, entre los que se encuentra en ocasiones unos “Gastos suplidos por Ibarra Hermanos”, que podrían suponer que el mantenimiento del pabellón continuó estando a cargo de ambas empresas.[25]
Grupo de visitantes del pabellón degustando los productos fabricados por ambas empresas, al fondo se aprecia el Pabellón del Aceite. (Fotografía de la Colección de Joaquín Vázquez Parladé, publicada en la obra Sevilla, banquetes, tapas, cartas y menús) |
En 1940 fue utilizado como sede de la Jefatura de Servicios de Automovilismo del Cuerpo de Ejército de Andalucía, [26] y con posteriormente en 1941 estuvieran ubicado en él, el Juzgado Militar Eventual núm. 12. [27]
En la imagen de la ficha técnica del Centro Nacional de Información Geográfica, tomada el 24 de junio de 1946, se aprecia el edificio aún en pie.[28]
Desconocemos la fecha del derribo del pabellón de las Casas Hijos de Ybarra y González Byass.
[1] .- Documento nº 204. Memoria descriptiva del proyecto de Pabellón en la Exposición Ibero Americana para hijos de Ybarra. El arquitecto Vicente Traver Tomás. Tesis Doctoral de José Carlos Pérez Morales. pp. 860-863
[2].- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII- Exposición Iberoamericana. Libro de Actas de la Comisión Permanente núm. 4. Acta del 13 de julio de 1928. Rollo 626, fotograma 609.
[3] .- A.M.S. Exposición Iberoamericana. Listado de parcelas y precios. Caja 39. Rollo 662, fotograma 151.
El segundo ingreso del canon por ocupación de terrenos, se realizó el 13 de diciembre de 1929. A.M.S. Caja 9 Rollo 635 fotogramas 15 a 51.
[4] .- A.M.S. Exposición Iberoamericana. Exp. Pabellón El Eclipse. Oficio de la Dirección de Explotación a la Obras de fecha 05 de octubre de 1928. Caja 97. Rollo 719, fotograma 48.
[5] .- A.M.S. Sección XVIII- Exposición Iberoamericana. Libro de Actas de la Comisión Permanente núm. 5. Acta del 05 de octubre de 1928. Rollo 627, fotograma 48.
Reunión de la Permanente del Comité de la Exposición. EL LIBERAL. O6 de octubre de 1928, p. 4.
[6] .- La arquitectura de la Exposición. El Liberal. 02 de diciembre de 1928. p. 1.
[7] .- “La actual venta de Antequera nace de un nuevo proyecto más ambicioso llevado a cabo por el heredero de Carlos Antequera y a las puertas de la Exposición Iberoamericana del 1929. Para su construcción consiguió involucrar a bodoqueros de Jerez para que construyeran sus pabellones anuncios alrededor de lo que sería los corrales. Cada bodeguero hizo su pabellón a su estilo, los pabellones construidos fueron los de las bodegas González Byass, Domecq, Osborne, Marqués de Mérito, Garvey Sánchez Romero y Agustín Blázquez. Las obras se dilataron entre los años 1927 y 1929 y en acabados con elementos propios del movimiento regionalista de la fecha y una abundante representación cerámica, obras en su mayoría de Enrique Orce.”
www.desdesevillaalospicosdeeuropa.blogspot.com/2015/07/la-real-venta-de-antequera.html (Consultada el 10 de septiembre de 2018)
[8] .- Villar Movellán, A. (1979) Arquitectura del regionalismo en Sevilla (1900-1935). Diputación Provincial de Sevilla. p. 543.
[9] .- Publicidad de la casa Gonzalez Byass.
[10] .- Los Benítez, raigambre jerezana La Voz de Cádiz. 23 de agosto de 2008.
[11] .- A.M.S. Exposición Iberoamericana. Proceso de construcción de los pabellones. 02 de marzo de 1929. Caja 99. Rollo 720, fotogramas 490-509.
[12] .- Fundación González Byass. Fototeca. Fondo Familiar
[13] .- Pérez Morales, J.C. (2015) El arquitecto Vicente Traver Tomás. (1888-1966). Tesis doctoral dirigida por el Dr. José Roda Peña. Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla. pp. 860-863.
[14] .- Pérez Morales, J.C. (2015) El arquitecto Vicente Traver Tomás…… p. 863.
[15] .- El Congreso de Comercio en Ultramar. El Imparcial, 08 de octubre de 1929, p. 4.
[16] .- A.M.S. Exposición Iberoamericana. Relación de Mandamientos de Ingresos (1924-1933). Distribuidos en varias cajas y rollos. Los ingresos fueron realizados el 29 de Agosto y el 9 de octubre.
[17] .- Jerez en la Exposición Iberoamericana. El Liberal. 23 de octubre de 1929. p. 5.
[18] .- Libro de Oro de la Exposición Ibero Americana. pp. 294 y 295.
[19] .- Programa de la estancia regia. ABC (Sevilla) 22 de octubre de 1929. p.15
[20] .- Visita real a un pabellón y unas bodegas. El Sol. 30 de octubre de 1929. p. 5.
[21] .- El viaje de los reyes y altezas reales a Jerez. ABC (Sevilla) 07 de noviembre de 1929. p. 12.
[22] .- Las visitas de la Infanta. ABC (Sevilla) 28 de noviembre de 1929. p. 16.
[23] .- Agasaja a los jugadores de Budapest y Paris. El Noticiero Gaditano. 28 de diciembre de 1929.
[24] .- A.M.S. Exposición Iberoamericana. Informe sobre la situación constructiva de varios pabellones. Caja 99. Rollo 720 fotogramas 490 a 506.
[25] .- Información facilitada por Jesús M. Anguita Duarte, Gerente de la Fundación González Byass, el 21 de julio de 2015.
[26] .- Ministerio del Ejército. Dirección General de Transportes. Boletín Oficial de la Provincia de Guadalajara 06 de abril de 1940. p.3.
[27] .- Cuestiones y noticias militares. ABC (Sevilla) 28 de septiembre de 1941, p. 14
-Los Tribunales. Requisitoria. ABC (Madrid) 27 de diciembre de 1941. p.16.
[28] .- Centro Nacional de Información Geográfica. Imagen procedente de los archivos del Ejército del Aire tomada el 24 de junio de 1946.
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