68.- Pabellón de la Sociedad Lechera Montañesa "El Niño".

 



La Sociedad Lechera Montañesa,[1] tenía su sede comercial en la barcelonesa Plaza de Cataluña, y en Madrid en la calle Peligros, habiéndose constituido en el mes de abril de 1926, con un capital social de 5.000.000 pesetas, procedente de la Compañía Azucarera Peninsular y otros fabricantes de azúcar, siendo dirigida por industriales catalanes y cántabros, así como representantes de la banca española.

Al año de constituirse la sociedad, en marzo 1927, comenzó la producción de leche condensada y harina lacteada, que, bajo la marca “El Niño”, consiguió popularizarse rápidamente en el mercado español, obteniendo inmediatamente varios reconocimientos como el diploma de honor y la medalla de oro en la Exposición Agrícola Hidráulica celebrada en mayo en Barcelona, o al año siguiente el primer premio y la medalla de oro en la Exposición de la Alimentación de Madrid.

La fábrica de esta empresa se encontraba en la localidad cántabra de Torrelavega, en la que con anterioridad había sido fábrica de Azucarera Montañesa, tras su adaptación a los nuevos usos.

Para la fabricación de la leche condensada se recogía en sus inicios entre 27.000 y 28.000 litros diarios de leche que llegaban en ollas esterilizadas a bordo de camiones, donde eran primero refrescadas, para posteriormente ser calentadas a alta temperatura, sin llegar a la ebullición, quedando perfectamente pasteurizada, sin esterilizar, para a continuación, agregarle la cantidad proporcional de azúcar y agua, y someterla a la aspiración en los aparatos Vacuum, donde se extraía el agua, quedando de esa forma elaborada la leche condensada.

En esa primera época salían diariamente de la fábrica de 22.000 a 23.000 latas de diferentes tamaños, desde las más pequeñas de muestras que se repartían gratuitamente como propaganda, hasta las de cinco kilogramos.

En los diarios nacionales era habitual la imagen publicitaria del niño de pelo rizoso que salía del bote de latón, en cuya etiqueta se leía: “Leche condensada marca El Niño. La gran marca nacional. Con toda su crema”, haciendo demostración de su carácter nacional, que se podía comparar con la de su principal competidor en el mercado, Nestlé, que provenía de una empresa suiza.

Era tal la popularidad de la leche condensada de esta casa, que el 21 de agosto de 1927, fue visitada por el rey Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia, y el 28 de julio del año siguiente, por el general Miguel Primo de Rivera.

No obstante, a solo 20 kilómetros, la casa Nestlé tenía su fábrica en La Penilla de Cayón, su mayor competidora, siendo tal la pugna por conseguir la totalidad del comercio nacional que, a finales de 1930, Nestlé adquirió más de la mitad de las acciones de la Lechera Montañesa.


Postales publicitarias de la leche condensada “El Niño”.

Así pues cuando, el 10 de febrero de 1928, [2] la Comisión Permanente de la Exposición, aceptó y aprobó la solicitud presentada por la Sociedad Lechera Montañesa, para la construcción de un pabellón propio nacional, esta empresa se encontraba en la cúspide de su expansión, si bien en esta aprobación, no se indicaba la parcela concedida para levantar el referido pabellón, no siendo hasta ocho meses más tarde, cuando fue aprobado el proyecto del mismo, en la sesión de la Permanente del 26 de octubre, con la condición de que “las fachadas que no se aprecian en la fotografía del edificio, debe ir decoradas en la misma o parecida forma que la fachada principal, pues por la situación del Pabellón, tendrán todas sus caras gran visibilidad”. [3]

No sabemos, si este fue el motivo, o más probablemente la solicitud de una reducción del terreno de la parcela solicitada,[4] por lo que en la sesión del 23 de febrero de 1929,[5] la Comisión Permanente aprueba nuevamente el proyecto del pabellón, lo que no cabe duda, es que se tomaron su tiempo para la toma de decisiones, pues desde la presentación de la solicitud, hasta la aprobación definitiva del proyecto, había pasado un año.

En la documentación que se conserva sobre este pabellón, no ha quedado constancia de las negociaciones para la concesión de la parcela, pero de los planos de la parcelación del Sector Sur y de un oficio de la Jefatura de Obras y Proyectos,[6] sobre el replanteo de ésta, sabemos que ocupó un espacio de 27 X 27 mts., es decir 729 m2, que fueron segregados de la parcela número 97 de dicho Sector, que tenía una superficie total de 1674 m2, y que debido a su gran extensión, fue dividida en varias partes.

Se encontraba esta parcela en una magnífica situación, en la avenida de la Raza, entre el pabellón de los aceites de Miguel G. Longoria, a la izquierda, y el pabellón de la casa de desinfectantes Zotal, a la derecha, con una calle de separación de unos cinco metros, de esta última.

Vista aérea con la situación del pabellón de la leche condensada “El Niño”.

Al no disponer del proyecto ni planos del pabellón, ni siquiera de una imagen de sus fachadas, las descripciones del mismo se harán ateniéndonos a las fotografías aérea que poseemos.

El pabellón de construcción efímera, con casi toda seguridad, se encontraba exento, situado en el centro de la parcela, con un pequeño camino que, partiendo del acceso cubierto con doble tejadillo con el letrero “El Niño”, en avenida de la Raza, llevaba a la fachada principal.


Vistas aéreas del pabellón de la Sociedad Lechera Montañesa “El Niño”.

El edificio de planta rectangular, tenía dos pisos de altura, aunque el último creemos que era fingido, con cubierta a cuatro aguas, posiblemente de uralita, con el alero algo volado.

El pabellón tenía el primer cuerpo del edificio simulaban muros pétreos, mientras los paramentos del segundo eran lisos y encalados en blanco, con los perfiles de los ángulos y de los vanos imitando sillares. En las fachadas principal y posterior, se había instalado una balconada de madera corrida en la planta alta, y dos más pequeñas en las laterales, lo que le daba al conjunto aspecto de casona norteña.

Para el acceso al edificio, se había instalado en el ángulo de las fachadas principal y lateral izquierda, dos arcos de medio punto, que hacían las veces de vestíbulo, este detalle, era muy parecido al que también se había instalado en el stand de esta Sociedad en la Exposición de Barcelona.

Poco más podemos decir de este pabellón, que tras la exposición fue derribado, y la Sociedad Lechera Montañesa absorbida pocos meses después por la casa Nestlé, su competidora, acabaría liquidando la marca en la década de los 60 del pasado siglo.

Stand de la Sociedad Lechera en la Exposición Internacional de Barcelona. (Postal de la época)

NOTAS
[1] . Cueto Alonso, Gerardo J. Azucarera Montañesa-Lechera Montañesa (Torrelavega, Cantabria): fracasos industriales, gran valor patrimonial. erph nº 26, junio2020, pp. 5-28 [DOI: htpp://dx.doi.org/10.30827/erph.v26i1]

[2] . Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 4. Sesión del 10 de febrero de 1928.

[3] . A.M.S. Sección XVIII. E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 5. Sesión del 26 de octubre de 1928.

[4]. A.M.S. Sección XVIII. E.I.A. Caja 39, rollo 662 (fotogramas 148 y 149) Oficio de la Dirección de Explotación al Ingeniero Director de Obras, sobre situación de las construcciones en las parcelas del Sector Sur, de fecha 18 de febrero de 1929.

[5] . A.M.S. Sección XVIII. E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 6. Sesión del 23 de febrero de 1929.

[6] . A.M.S. Sección XVIII. E.I.A. Caja 39, rollo 662 (fotogramas 143) Oficio del Ingeniero Director de Obras a la Dirección de Explotación, sobre replanteo de la parcela del expositor Sociedad Lechera Montañesa, de fecha 23 de febrero de 1929.


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