66.- Pabellón Carbonell.

 

    Pabellón Carbonell. (Arquitectura del Regionalismo en Sevilla, 1900-1935, imagen 407)

En la sesión de la Comisión Permanente del Comité de la Exposición, del 23 de noviembre de 1928[1], el secretario general de la misma, Francisco Sánchez Apellániz, dio cuenta de haber recibido diez solicitudes de expositores, todos con los requisitos reglamentarios cumplimentados, entre las que se encontraba el de la casa Carbonell y Cía. S en C., con domicilio social en Córdoba y Sevilla, dedicada a la venta y producción de aceites, aceitunas, vinos, jabones, etc., que solicitaba las parcelas 94, 95, 98 y 99, en la avenida de la Raza, en el Sector Sur de la Exposición. 

A propuesta del director, Cruz Conde, se aceptaron dichas solicitudes, quedando pendientes de aprobación los proyectos de los Pabellones Propios Nacionales, que pretendían construir, teniendo el plazo de quince días para su presentación ante la Comisión. 

En la comunicación de este acuerdo a estos expositores, también se les hacía saber la obligación que tenían de comenzar la construcción dentro de los treinta días siguientes al de la fecha de la aprobación del proyecto, y que caso de faltar cualquier requisito, se procedería a la anulación de lo solicitado, con la pérdida del importe de los derechos de inscripción. 

Se situó este pabellón en un lugar privilegiado dentro de la zona comercial del Sector Sur, al ubicarse al lado izquierdo de la avenida de la Raza, entre los pabellones de la firma Osborne y Cervezas la Cruz del Campo, a la izquierda, y el de los aceites de Miguel Longoria, a la derecha, y justo enfrente al de Industrias Vascas. El grupo de parcelas que componían el solar donde se construyó el pabellón tenía una extensión de 675 m2, y su cuota de ocupación alcanzaba el importe de 10.164 pts., estando consideradas muy preferentes la 98 y 99, al tener frente estas a la mencionada avenida de la Raza. 

Esta última parcela, la 99, había sido solicitada y concedida, meses antes, a Gastón G. Rivals, para la construcción de pabellón propio de caldos Maggi,[2] aunque al final, esta famosa casa de caldos concentrados, desistiría de esta ubicación, ocupando la parcela número 79, sin que conozcamos los motivos de tal cambio.[3]

Situación del pabellón Carbonell en la avenida de la Raza, junto al pabellón Osborne y Cruz del Campo. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Sánchez del Pando)

La casa Carbonell y Cía.,[4] fue fundada en 1866 en Córdoba por Antonio Carbonell Llácer, continuando al frente de ella hasta su fallecimiento en1878, en que lo hace su hijo Carlos Carbonell Morand y su hijo político Manuel Courtoy de la Torre, hasta 1917, en que lo haría Joaquín Carbonell Morand, continuador de esa saga. 

Se dedicaba y se dedica esta firma comercial, después de casi siglo y medio, a la fabricación, comercialización y exportación de aceites de oliva de alta calidad, con representantes en aquella época en 135 puertos extranjeros y 19 nacionales, cuya producción alcanzó la cifra de once millones y medio de kilos de aceite puro de oliva; así como poseer en dos hermanas una factoría para el almacenamiento y aderezo de sus acreditadas aceitunas. 

Así mismo contaba esta casa con bodegas de vinos de Montilla y Moriles con solera de los mejores vinos de aquella denominación, además de dedicarse a la compra-venta de cereales y legumbres; fábricas de harinas de trigo, y de jabones y orujo en Aguilar de la Frontera, Pinos Puente, y otras localidades andaluzas, y a la importación de maderas del Báltico y americanas. 

Tenía sucursal en Sevilla, y el volumen del negocio en la época del certamen, se elevaba a los veinte millones de pesetas, habiendo sido el principal abastecedor durante treinta años de aceite al Almirantazgo inglés, y proveedor de la Real Casa española, por sus vinos de Montilla y Moriles, adquiriendo prestigio internacional por la calidad de los productos y su solvencia. 

En el año 1904, en la Feria de Saint Louis, Estados Unidos, la Compañía recibe el Premio de Honor al mejor aceite, un reconocimiento internacional de gran envergadura que lanzaría a esta firma a ocupar un puesto principal en el mercado mundial, y que venía precedido de otras recompensas como las medallas de las Exposiciones de Barcelona de 1888, de París de 1889 y de Turín de 1901, uniéndose en 1910, tres Premios de Honor de la República Argentina al aceite de oliva, aceitunas y vinos en la Exposición de Buenos Aires, entre otros.[5]

En la Sección del Archivo Municipal que guarda los documentos relativos a la Exposición Iberoamericana, no se conserva el proyecto del referido pabellón de la casa Carbonell, que le fue encargado al arquitecto Juan Talavera Heredia[6], y que había diseñado para la Exposición, los pabellones de la Compañía Telefónica Nacional de España, y el de Agricultura, más conocido por el del Aceite, por lo que ignoramos todos los detalles de su construcción, diseño y distribución. 

Los trabajos constructivos debieron realizarse con gran celeridad, pues en el informe redactado por la Jefatura de Obras y Proyectos, el 2 de marzo de 1929,[7] aparecía este pabellón entre los que “están unos terminados, y otros en franca marcha de terminación”. 
Vista aérea del pabellón Carbonell. Detalle. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Sánchez del Pando)

A través de la escasa documentación gráfica y de algunas notas periodísticas, podemos aventurar que el edificio, de carácter provisiona, y planta rectangular, se componía de una primera crujía en la fachada principal, con cubierta a dos aguas de teja árabe, tras la cual se situaba un patio de estilo cordobés, que ocupaba la mayor parte de la parcela, rodeado de unas amplias galerías, con cubierta de uralita. 

En el edificio, de estilo regionalista neobarroco, Talavera situó la decoración casticista principalmente en la fachada, con algunos detalles en una portada lateral, y en el enrejado de los huecos de las ventanas, rematando los muros laterales y trasero, con pretiles curvos, muy pronunciados, y remates que se elevan en los que se disponían jarrones cerámicos. 

La fachada principal, se componía de tres cuerpos, el central donde se situaba el acceso principal mediante un arco de medio punto, sobre el que se elevaba un frontón curvo con escudo central, rematado por jarrones. De este cuerpo central partían, hacía ambos lados, unas galerías cubiertas sostenidas por tres arcos de medio punto sobre columnas. En el extremo izquierdo, haciendo esquina con una calle perpendicular a la avenida de la Raza. se inscribía un torreón de plata cuadrada, con cubierta a cuatro aguas de teja árabe, con adornos barrocos en los perfiles de la planta alta. Y en el extremo derecho, otro torreón, de menor altura y cubierta a la andaluza, con remates de jarrones en sus cuatro esquinas. 

Las galerías del patio eran sostenidas por arcos de medio punto sobre columnas, y según la prensa, “simula un patio puramente cordobés, con preciosos emparrados y depurado gusto”.[8]
Pabellón Carbonell. Detalle. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Sánchez del Pando) 

En la tarde del 31 de octubre de 1929,[9] el pabellón fue visitado por S.M. el rey, Alfonso XIII, acompañado por el conde de Maceda, siendo recibido por el gerente Joaquín Carbonell, los apoderados, Miguel Fresneda y Antonio Simonena y el delegado de la casa en Sevilla, Rafael Porlan. Durante la visita, el monarca pudo admirar la maqueta de la fábrica y almacenes de San Antonio, en Córdoba; en el patio saborearon los riquísimos vinos de Montilla y Moriles, donde se encontraba alineadas las botas y barriles, y apiladas las botellas de una selección de vinos de esta casa. 
El rey don Alfonso, durante su visita al pabellón Carbonell, acompañado del gerente y apoderados de la empresa y del director de la Exposición, Cruz Conde. (Foto Serrano, Archivo ABC)
En el recorrido a las instalaciones, en una de las salas, pudo ver una representación corpórea, igual a la que figura de los envases, mediante un maniquí, con la figura de una mujer andaluza a tamaño natural, bajo un olivo recogiendo el fruto. Esta imagen de la gitana fue creada en 1910, por el artista catalán Pere Casas Abarca,[10] en una época de éxitos y consolidación de la empresa, convirtiéndose el logotipo de Carbonell en el símbolo de la Compañía hasta la actualidad. 




Boceto ilustración previo a la imagen definitiva y la modelo posando para los bocetos. (Ilustraciones en 150 años en Casa. Libro de Recetas de la Familia)

Sala con la representación corpórea del logotipo de la marca. (Foto Serrano, ABC de Madrid, 27/11/1929) 

En otra sala, se había instalado una original esfera giratoria del globo terráqueo, en la que se iluminaban los países a los que se enviaban los aceites de esta marca, así como una monumental botella, formada por miles de ellas de aceites, y muestras de los diferentes preparados de aceitunas que se elaboraban en los almacenes de la localidad sevillana de Dos Hermanas. 

Globo terráqueo con indicación de los destinos donde se enviaba aceites. (Foto Serrano, ABC de Madrid, 27/11/1929)

También se encontraban distribuidos por el pabellón, cuadros con gráficos donde figuraban la producción de sus diferentes productos, así como a los países del mundo donde se enviaban los aceites de la casa, y las cantidades de dichos envíos, además de los envasados del aceite puro de oliva en barriles y bidones.[11]

Lamentó el monarca, la decisión de la Compañía de destruir el pabellón, al haberlo construido con carácter provisional, que por otra parte era la más acertada, ya que el edificio se había levantado en terrenos de la Junta de Obras del Puerto de Sevilla, que habían sido arrendados mientras durara la Exposición, teniendo que ser devueltos dichos terrenos a la Junta, sin posibilidad de poder ser utilizado por la casa Carbonell. 

El Jurado Superior de Recompensas del certamen, concedió a la casa Carbonell, un Diploma de Honor y Medalla de Oro por los vinos, y Medalla de Oro por las aceitunas y el aceite.[12]


Logotipo de la Compañía Carbonell, pintado por Pere Casas. (Ilustraciones en 150 años en Casa. Libro de Recetas de la Familia)

NOTAS 
[1]. Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. E.I.A. Libro de Actas de la Comisión Permanente núm. 5. Sesión de 23 de noviembre de 1928. 

[2] . AMS. SECC. XVIII. EIA. Libro de Actas de la Comisión Permanente núm. 5. Sesión del 28 de julio de 1928. 

[3]. AMS. SECC. XVIII. EIA. Libro de Actas de la Comisión Permanente núm. 5. Sesión del 19 de octubre de 1928.

[4] . Garro, E. La casa Carbonell y Compañía en la Exposición Iberoamericana. En ABC de Madrid, 27 de noviembre de 1929, p. 8.

[5] . 150 años en Casa. Libro de Recetas de la Familia, (editado en pdf por Carbonell) p. 17.

[6]. Villar Movellán, A. (1979) Arquitectura del Regionalismo en Sevilla (1900-1935). Sevilla. Edita Excmo. Diputación de Sevilla, pág. 533, 534, 535.

[7] . AMS. SECC. XVIII. EIA. Caja 99 Exp. Proceso de construcción de los pabellones (situación de construcción). Rollo 720 (fotogramas 490 a 509)

[8] En el pabellón de la Casa Carbonell y Compañía, de Córdoba. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla, 01 de noviembre de 1929, p. 1.

[9] . Ibídem.

[10] . 150 años en Casa. Libro de Recetas de la Familia, (editado en pdf por Carbonell) p. 16.

[11] . Murciano, J. Los caldos cordobeses. En El Sol, de Madrid, 05 de noviembre de 1929, p. 4.

[12] . 150 años en Casa. Libro de Recetas de la Familia, (editado en pdf por Carbonell) p. 84.