- Fiestas en honor a los Descubridores y Colonizadores de América.



Con la caída el 28 de enero de 1930 de la dictadura del general Primo de Rivera, y la consiguiente cascada de ceses y dimisiones, se produjo el cambio en la dirección de la Exposición que pasó de José Cruz Conde, persona cercana y totalmente ligada al dictador, al sevillano y exministro Carlos Cañal, nombrado por el nuevo Presidente del Gobierno, el general Dámaso Berenguer, apelando a su sevillanismo, el día 12 de febrero bajo la figura recuperada de Comisario Regio-Presidente.

Este cambio afectó a la composición tanto del Comité como de la Comisión Permanente que dieron un giro de ciento ochenta grados en la concepción del Certamen, que pasó en pocas semanas a mirar hacia dentro, a la ciudad que lo acogía, dicho de otra forma, se mostró más localista, intentando borrar los errores cometido en la anterior etapa, haciéndola suya y partícipe a la ciudadanía en general de la magna celebración, como así lo dejó reflejado el nuevo Comisario Regio en su primera declaración como tal: “Por lo demás yo he de seguir laborando principalmente por lograr una mayor identificación del pueblo sevillano con la Exposición a más de los fines de índole internacional que persigue el Certamen”[i].

Desde las primeras reuniones celebradas por el nuevo Comité, quedó trazada una nueva línea de actuación con un doble objetivo, por un lado la contención del gasto que hasta el momento no había sido controlado, pues había contado con el respaldo estatal, haciendo lo más rentable posible la inversión realizada, y por otro el propósito de organizar diferentes fiestas que favoreciera la atracción al Certamen en la última etapa del mismo, afín de que los visitantes prolongaran su estancia en la ciudad una vez pasada las fiestas primaverales.

Para ello se facilitó la entrada al recinto exposicional a la mayor cantidad posible de público, bajando los precios del billete un 50 %, quedando su importe en una peseta, y los domingos y muchos días “populares” regía el precio reducido de 50 ctms., a la vez que se hizo gratuita la entrada al Parque de Atracciones. 

Uno de los actos que se proyectaron para atraer al público a la Exposición, fue la organización de unos festejos que el presidente de la Comisión de Fiestas, José Gastalver Gimeno, presentó a la Comisión Permanente el 08 de marzo de 1930,[1] bajo el nombre de Fiestas Colombinas, consistentes en una cabalgata alegórica, una gran verbena en la Plaza de España, así como diversos festejos, como una quema de fuegos artificiales, y unos Festejos a los Descubridores para lo que se procuraría la asistencia del estamento militar a ambas celebraciones, calculándose en unas 100.000 pts., el costo de estas fiestas y su celebración en los primeros días de abril.

Relevo en la dirección de la Exposición. (El Correo de Andalucía.)
También presentó otro programa para finales de mayo, consistente en una batalla de flores, que sin embargo no tuvo respaldo, por lo que quedo en suspenso, siendo elegida esta fecha para la celebración de los llamados genéricamente Festejos en honor a los Descubridores y Colonizadores de América.

Inmediatamente se pone en marcha los trabajos preparatorios, encargándosele al artista valenciano Tadeo Villalba Montenegro la realización de la cabalgata con un presupuesto de 50.000 pts., el cual no podía rebasar bajo ningún concepto. Igualmente se hicieron gestiones con el Capitán General de la 2ª Región Militar, primero con el infante D. Carlos, y más tarde con el marqués de Cavalcanti, para que prestaran su colaboración con la participación de las fueras terrestres de guarnición en la plaza, y con el Ministerio de Marina que prometió el envío de algunos cañoneros a pesar de encontrarse, durante esas fechas, las unidades de la armada de maniobras.[2]

Conforme iba pasando el tiempo se empieza a perfilar los detalles del festejo que en un principio no se habían concretado, así en una comparecencia del Sr. Gastalver en la Permanente, detalló que se realizarían “una excursión a la Rábida, verbena, cabalgata histórica, fuegos artificiales y misa de campaña.[3]

Finalmente estas “Grandes Fiestas en honor de los descubridores y colonizadores de América” tuvieron lugar desde el día 24 al 29 de mayo, con el siguiente programa:

24 de mayo, sábado.
A las nueve de la noche, Gran Retreta Alegórica que partiría del Pabellón de la Maquinaria en el Sector Sur de la Exposición.

25 de mayo, domingo.
A las diez de la noche, magnífica verbena, iluminación extraordinaria y fuegos artificiales en la Plaza de España.

26 de mayo, lunes.
A las nueve de la mañana, misa en la capilla de la Virgen de la Antigua, visita al Archivo de Indias y excursión a la Rábida.

29 de mayo, jueves.
A las diez de la mañana, misa de campaña en la Plaza de los Conquistadores, desfile militar ante las autoridades locales y alcaldes de los pueblos relacionados con el descubrimiento y colonización de América.


RETRETA ALEGÓRICA A LOS DESCUBRIDORES Y COLONIZADORES DE AMÉRICA. [4]

El amplio Pabellón de Maquinaria, fue el lugar elegido para el montaje de la cabalgata y el cortejo de la Retreta Alegórica, para lo que se reutilizaron las plataformas de las carrozas de las fiestas del Carnaval que se encontraban allí almacenadas. La organización le fue encomendada a Tadeo Villaba, siendo el asesor artístico el pintor Santiago Martínez, y para la confección de las esculturas que figurarían en las carrozas, se contó con la inestimable concurrencia del escultor levantino Francisco Coret que diseñó unas maravillosas y logradas esculturas de bella traza que imitaban al bronce.

Figuraban en el cortejo cuatrocientos soldados y marineros de las fuerzas de la guarnición con uniforme de gala, que portaban faroles confeccionados de forma artística, según al grupo y carroza que acompañaba, con elementos decorativos ligados al significado de cada una de ellas. [5]

En el cortejo también figuraron bandas militares y la municipal de música, de cornetas y tambores, pífanos y chirimías, estas últimas pertenecientes al Real Cuerpo de Guardias Alabarderos desplazadas expresamente. La denominación de retreta, viene precisamente de esta participación de las tropas de diferentes armas con música y antorchas, e incluso carrozas, que recorrían las calles.[6]
También se desplazó expresamente para tocar en la retreta, el primer clarín de los miqueletes de Guipúzcoa, que a su vez traía los clarines especialmente construidos para estas fiestas en Austria, así como cuatro artistas especializados en el uso de los pífanos que en unión de las bandas interpretaran composiciones antiguas, además del tambor mayor del Real Cuerpo de Alabarderos.[7]
La parte musical de la retreta tuvo una muy especial atención actuando las bandas de música de los Regimientos de Soria y Granada y la Municipal, y las de cornetas y tambores de todos los regimientos de la plaza, Artillería, Intendencia, Ingenieros e Infantería, además de las montadas de la Guardia Civil y Caballería, a estas se unieron la del Cuerpo de los Miqueletes de Guipúzcoa y la del Real Cuerpo de Guardias Alabarderos, con pínfanos y chirimías, que interpretaron marchas guerreras y composiciones de los siglos XVI y XVII con arreglos de los famosos organistas de la catedral Norberto Almandoz y el padre Otaño, y del músico mayor del Ejército Moisés García Espinosa, que compuso la retreta musical propiamente dicha, que fue considerado como el himno a los descubridores y colonizadores de América.[8]

Programa de la Exposición del día 21 de mayo de 1930. (El Correo de Andalucía)
Por las grandes avenidas por donde discurriría la Retreta desde el Pabellón de Maquinaria hasta la Plaza de España, se colocaron un considerable número de sillas para presenciar el paso del cortejo al precio de 50 cts., siendo de una peseta las situadas en el interior de la Plaza de España, estando ocupadas en su totalidad por los espectadores, en este último lugar se levantó una tribuna para las autoridades.

El precio de la entrada ese día a la Exposición fue el normal de una peseta, para el personal y de dos pesetas para los vehículos, además desde de nueve a doce de la noche se pudo contemplar de una gran iluminación artística. 

A las diez y media, partió el desfile del Pabellón de Maquinaria iniciándolo los Heraldos de los Reyes Católicos. “Abrirá la marcha del brillante cortejo la banda de trompetas de la guardia de Seguridad, con trajes de gala. A continuación irá gran número de tropa, de gala, a caballo. Después avanzará un heraldo, portador del estandarte alegórico de la fiesta, escoltado por cuatro más, portadores de estandartes o pendones, con escudos y armas correspondientes a doña Isabel y don Fernando. Seguirá a éstos una comitiva, formada por distintos grupos, portadores de diversos objetos que Colón trajo del Nuevo Mundo. A continuación, siete personajes, representando a los indios traídos de América, que llevaban faroles, representando ídolos y joyas”.[9] Y detrás de estos la banda de clarines de Miqueletes.

La primera carroza se titulaba “Las Joyas” y estaba constituida por el Sol naciente, que representaba el Nuevo Mundo, confeccionado en sus cuatro caras de cristales de diferentes colores, iluminado interiormente dando la sensación de una enorme vidriera, situado en el centro de la carroza, en él dos indias adoradoras del fuego en actitud de oración; simbolizando las riquezas que Colón trajo de América.
En el basamento de la carroza se habían colocado elementos de la arquitectura del Pabellón de Méjico y delante una cierva decorativa; la carroza iba rodeaba de grupos de indios con ricas indumentarias con faroles. En la construcción de esta carroza intervino José Jiménez Peña, maestro de primera de la casa Vicente Pueyo.

Tras la carroza, iba la banda de cornetas y tambores de la Guardia Civil a caballo, y soldados de Artillería montada con faroles de dibujos alegóricos. 

A continuación, y formando parte del segundo grupo una sección de marineros del cañonero Laya, que se encontraba fondeado en el puerto, portando faroles simbolizando estilizadas frutas exóticas que Colón trajo de América. Le seguían la banda de pífanos del Real Cuerpo de Guardias de Alabarderos, y nueve soldados con faroles que precedían a la carroza titulada “Los Descubridores”.

Esta segunda carroza figuraba un enorme globo terráqueo sobre el que se encontraban las figuras a tamaño natural de Cristóbal Colón y los hermanos Pinzón, como homenaje a los descubridores, delante de la carroza se reproducía la proa de la carabela Santa María; todo el conjunto descansaba sobre pergaminos que representaban las Leyes de Indias, y circundando la bola una cinta con la leyenda “Por Castilla y León, Nuevo Mundo halló Colón”. Las razas aborígenes iban representadas por figuras humanas, y se acompañaban con hojas de palmeras y plataneras, que componían el gran número de detalles simbólicos que decoraban y ornamentaban esta carroza.[10] Cerraba este cortejo un grupo de chirimías y tambores que interpretan músicas de los siglos XVI y XVII.

Carroza de “Los Descubridores”. (Ilustración de El Noticiero Sevillano)
Le seguían cien soldados de los regimientos de Granada, Soria y de Intendencia a caballo, con faroles artísticos con los escudos y las banderas de los países americanos y de España. La banda de chirimías que ejecutaban piezas populares de la época del descubrimiento y la banda de cornetas del regimiento de Ingenieros, precedían a la tercera carroza que simbolizaba “Las Repúblicas Ibero Americanas”. 

Alrededor de su base se dispusieron veintidós jóvenes vestidas con indumentarias propias de cada una de las repúblicas que representas. Esta carroza se había concebido a modo de monumento, con imitación de mármoles y jaspes, sosteniendo un grupo escultórico compuesto por tres indios en posición erguida con banderas y lanza; a ambos lados en una posición inferior, dos indias recostadas portaban arcos, con ello se quería representar las cinco razas aborígenes. Rodeaban la base del monumento los escudos de las repúblicas americanas. Presidiendo el conjunto, a los pies del monumental, se situó la figura de Magallanes sentado en un sitial. Todas estas esculturas de bella factura, que imitaban al bronce, fueron realizadas por el escultor Francisco Coret. 

Cerraba este grupo la banda de música del Regimiento de Granada. 

Carroza “Las Repúblicas Ibero Americanas” (Ilustración Mundo Gráfico)



Detalle de las esculturas que componían la carroza “Las Repúblicas Ibero Americanas. (Ilustración El Noticiero Sevillano)

Se iniciaba el cuarto y último grupo con secciones de los Regimientos de Caballería Alfonso XII y Artillería a caballo y soldados del Regimiento de Granada a pié acompañados de heraldos todos con los artísticos faroles alegóricos a España, a sus antiguos reinos y a Sevilla. A continuación la cuarta carroza bajo el título de “La España del descubrimiento y la España actual”. 

Esta carroza de grandes dimensiones estaba formada por tres cuerpos rectangulares superpuestos, en los costados del primero de ellos y base de todo el conjunto figuraban dos escudos de España de gran tamaño, y a lo largo del mismo un friso de estilo renacentista con esculturas y ornamentos de sabor clásico con grupos de amorcillos, sobre frutos que representa la riqueza del país. 

El siguiente cuerpo está formado por una amplia cenefa de motivos decorativos formados por arcos de crestería gótico florido, en el que se insertan alternativamente los escudos de Castilla y León. Este lugar era donde se situaron muchachas ataviadas con trajes regionales españoles y damas de los Reyes Católicos a la usanza del siglo XV.

Carroza “La España del descubrimiento y la España actual”. (Ilustración El Noticiero Sevillano)

En los laterales del último cuerpo se insertaron dos relieves que representaban la llegada de Colón a América y el recibimiento que le tributaron los Reyes Católicos a su regreso, los rodaban los escudos de las regiones españolas. Coronando todo el conjunto monumental de la carroza se situaba un gran león dorado que simbolizaba a España. Cerraba el cortejo la Banda Municipal

Todas las carrozas iban iluminadas por medio de reflectores de forma indirecta que llamó poderosamente la atención, para lo cual y lucieran más, se disminuyó la intensidad del alumbrado por los lugares por donde iban pasando.


Detalles de la cuarta carroza “La España del descubrimiento y la España actual”. (Ilustraciones de El Correo de Andalucía y El Noticiero Sevillano)

LA RETRETA MUSICAL

Tras una hora recorriendo las principales avenidas de la Exposición desde el Sector Sur, la cabalgata llegó a la Plaza de España a las once y media de la noche. La plaza se encontraba completamente abarrotada de público así como la tribuna con las autoridades locales, Comisario Regio, miembros del Comité y representantes de los países americanos, presentando una preciosa iluminación las galerías y las torres de la plaza.

A pesar de lo desapacible de la temperatura y siendo las doce de la noche, el público se mantuvo para disfrutar del concierto de las banda que se inició al terminar el desfile. 

Así reunidas las bandas de los Regimientos de Soria y Granada, la del Municipio, las bandas de cornetas y tambores de Ingenieros, Caballería, Artillería, Guardia civil y Comandancia de Intendencia, interpretaron la retreta hecha exprofeso para este acto por el músico mayor del Regimiento de Granada Moisés García de Espinosa, siendo muy aplaudida cosechando un rotundo éxito.

Visto el éxito de público, el Comité decidió repetirla el domingo siguiente 01 de junio a las nueve de la noche, volviendo a obtener igual éxito que en la primera ocasión.[11] Pero no fue ésta la última vez que se interpretó la retreta musical compuesta por el maestro García Espinosa, considera como el himno de los Descubridores y Colonizadores, ya que con motivo de la Feria de San Miguel, el 29 de septiembre de 1930, volvió a sonar en la Plaza de España.[12]

VERBENA, ILUMINACIONES EXTRAORDINARIAS Y FUEGOS ARTIFICIALES.

A las diez de la noche del domingo día 25 de mayo. En una Plaza de España repleta de público, tuvo lugar el segundo de los festejos organizados por el Comité, consistente en una verbena popular para lo que se instalaron puestos de buñuelos en los extremos de la plaza junto a la ría, y otros de refrescos y bebidas en distintos sitios

La Plaza de España se encontraba magníficamente iluminada, reforzando la iluminación artística que por sí ya contaba, funcionando a pleno rendimiento las fuentes luminosas, ofreciendo el conjunto de la plaza un aspecto realmente espléndido.

El espectáculo de los fuegos artificiales era el que más atraía al público. Estos se dividieron en tres series, que se dispusieron en las galerías superiores del semicírculo aprovechando la arquitectura de este espacio, estos fueron magníficos sabiamente combinados con los motivos decorativos creando momentos realmente fantásticos, con una pirotecnia de arte, resultando todo un éxito siendo muy aplaudidos.

Así mismo, las bandas de música de los Regimiento de Soria y Granada, y la Municipal situadas en los extremos y en el centro del amplio espacio de la Plaza, interpretaron durante la noche composiciones bailables de sus escogidos repertorios. También tomaron parte, siendo muy aplaudidos, las bandas de trompetas y pífanos de Alabarderos y Miqueletes de Guipúzcoa, y las chirimías. Para animar al baile, también se instalaron en distintos sitios pianos de manubrio en los que sonaban castizos chotis y pasodobles.[13]

EXCURSIÓN A LOS LUGARES COLOMBINOS.

Como complemento a estos festejos, y para un número limitado de invitados, se organizaron una serie de actos el día 26 de mayo. Estos actos consistieron en una misa celebrada a las nueve de la mañana en la capilla de la Virgen de la Antigua en memoria de los descubridores y colonizadores de América. La misa fue oficiada por el canónigo de la Catedral Manuel Rodríguez. Al término visitaron el monumento que guarda los restos de Cristóbal Colón.

A este acto asistieron el Comité de la Exposición en pleno encabezado por su Comisario Regio, Carlos Cañal; autoridades civiles de la ciudad y delegaciones de los países americanos.

Posteriormente visitaron el Archivo de India recorriendo detenidamente sus instalaciones, partiendo a las diez de la mañana en automóviles a los lugares colombinos, llegando a Moguer, su primer destino, siendo recibido por el Gobernador Civil de Huelva. Visitaron el convento de Santa Clara donde se guardan recuerdos de la expedición colombina. Terminada la visita a Moguer a la una de la tarde, se desplazaron a la localidad de Palos, donde distintas autoridades locales y el presidente de la Sociedad Colombina, esperaban a los excursionistas, visitando la iglesia cercana al sitio de donde partieron las carabelas.
Los excursionistas a las puertas de la iglesia de Palos. (El Noticiero Sevillano)
Después pasaron a la Rábida, donde guiados por el superior del monasterio, giraron visita al mismo con gran detenimiento, siendo acompañados por el pintor Vázquez Díaz, terminada la visita almorzaron en la hospedería de la Rábida donde se pronunciaron distintos discursos, al termino de los cuales y después de un breve paseo por la ría desembarcaron en Huelva, iniciándose el regreso a Sevilla a las nueve de la noche.[14]


MISA DE CAMPAÑA, HOMENAJE A LOS DESCUBRIDORES Y DESFILE.

Vista de la Plaza de los Conquistadores donde se celebró la misa de campaña y el homenaje a los descubridores. (Postal de la época)
El jueves 29 de mayo, festividad de la Ascensión, en la Plaza de los Conquistadores se celebró un acto en homenaje a los descubridores y colonizadores de América consistente en una misa de campaña, que culminaba con una solemnidad militar rindiendo a las espadas de los Reyes Católicos, de Cortés y Pizarro, un homenaje de las banderas y estandartes del Ejército.

Misa de campaña en la Plaza de los Conquistadores en homenaje a los descubridores y colonizadores de América. (fotografía de Serrano publicada en 80 años de la Exposición Iberoamericana de 1929)
Estuvieron presente las representaciones de todas las Armas y Cuerpos del Ejército y de la Armada en traje de gran gala, así como autoridades civiles y militares, los alcaldes de Trujillo, Campanario, Cádiz, Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Palos Moguer, Rota, Lebrija, Jerez de los Caballeros, como representantes de las ciudades más destacadas en el descubrimiento, así mismo todas las representaciones Iberoamericanas y Cuerpo Consular; se ofició una misa de campaña en un altar portátil instalado en la rotonda de acceso a la plaza entre los dos edificios de las Galerías Comerciales, oficiada por el vicario castrense, realizando la guardia de honor del altar un destacamento de marineros de la carabela Santa María.

A las nueve de la mañana de esa luminoso día primaveral, con las unidades del Ejército y de la Armada distribuidas por distintos sitos de la plaza dio comienzo el acto. Del Pabellón de Galicia, fueron sacadas en procesión las espadas de los Reyes Católicos, de Cortés y Pizarro, portadas por tres oficiales del Ejército y uno de la Marina de Guerra, esta procesión estaba precedida por los pífanos del Real Cuerpo de Alabarderos, una vez situadas las espadas delante del altar, las banderas y estandartes se colocaron a los lados de las mismas rindiendo los honores correspondientes. 

Una vez terminada la misa de campaña, las espadas fueron llevadas al pié de la escalinata, colocándose sus portadores entre la fuente monumental y el gran surtidor central de la plaza, situándose las banderas en línea en el borde superior de la escalinata. A continuación el Vocal de la Permanente del Comité y teniente de alcalde Manuel Blasco Garzón pronunció un discurso tras el cual le fueron rendidas nuevamente honores a las espadas mientras se interpretaba la Marcha Real, siendo trasportadas de nuevo al Pabellón de Galicia, mientras una batería de artillería, hizo la salva de veintiún cañonazos. 

Aspecto de la Plaza de los Conquistadores durante el acto en homenaje a los descubridores y colonizadores de América. (foto Sánchez del Pando publicada en La Exposición Ibero-Americana de Sevilla de Eduardo Rodríguez Bernal)
El acto concluyó con el desfile de las fuerzas terrestres compuestas por una Sección Ciclista, un Batallón de los Regimientos de Soria y Granada e Ingenieros, Compañía de la Guardia Civil, Infantería, Aviación, Intendencia, Sanidad, Artillería y los Escuadrones a caballo del Regimiento Alfonso XII y de la Guardia Civil, y una escuadrilla de aviones de la Base Aérea de Tablada.[15]

La Compañía de Tranvías dispuso servicios extraordinarios reforzados con autobuses las líneas Exposición, Eritaña y Guadaira, para el transporte del mayor número de viajeros con rapidez y comodidad a todos estos actos.
El señor Blasco Garzón, pronunciando su discurso desde la escalinata de la Plaza de los Conquistadores. (Ilustración Mundo Gráfico)


NOTAS.-




[i] .- Al salir el señor Cañal con dirección a Sevilla dice que…... El Correo de Andalucía. 15 de febrero de 1930. p. 2.
[1] .- Archivo Municipal de Sevilla. SECC. XVIII. EIA. Libro de Actas de la Comisión Permanente nº 8. Sesión del 08 de marzo de 1930. 
[2] .- AMS. SECC. XVIII. EIA. Libro de Actas de la Comisión Permanente nº 8. Sesión del 22 de marzo de 1930. 
[3] .- AMS. SECC. XVIII. EIA. Libro de Actas de la Comisión Permanente nº 8. Sesión del 11 de abril de 1930. 
[4] .- Para la descripción de la cabalgata de la Gran Retreta Alegórica se han utilizado los siguientes artículos de prensa: 
-El Homenaje a los Descubridores. El Noticiero Sevillano. 03 de abril de 1930. p. 5. 
-Las grandes fiestas en la Exposición. El Noticiero Sevillano. 20 de mayo de 1930. p. 3. 
-La Gran Retreta Alegórica. El Correo de Andalucía. 20 de mayo de 1930. p. 6. 
-La cabalgata alegórica de anoche. El Correo de Andalucía. 25 de mayo de 1930. p. 3. 
-El desfile de la Retreta Alegórica….. El Noticiero Sevillano. 25 de mayo de 1930. p. 1. 
[5] .- La Gran Retreta Alegórica. El Correo de Andalucía. 20 de mayo de 1930. p. 6. 
[6].-Diccionario de la Lengua Española. 2º acepción: f. Fiesta nocturna en la que las tropas de diferentes armas recorrían las calles con faroles, antorchas, músicas y a veces carrozas con atributos varios. 
[7] .- La retreta alegórica del sábado. El Correo de Andalucía. 21 de mayo de 1930. p. 1. 
[8] .- Exposición Iberoamericana. El Noticiero Sevillano. 21 de mayo de 1930. p. 1. 
[9] .- El Homenaje a los Descubridores. El Noticiero Sevillano. 03 de abril de 1930. p. 5. 
[10] .- La Gran Retreta Alegórica. El Correo de Andalucía. 20 de mayo de 1930. p. 6. 
[11] .- La repetición de Retreta Alegórica. El Noticiero Sevillano. 03 de junio de 1930. p. 8. 
[12] .- La Feria de San Miguel. El Noticiero Sevillano. 30 de septiembre de 1930. p. 1. 
[13] .- Las grandes fiestas de la Exposición. El Noticiero Sevillano. 27 de mayo de 1930. p. 8. 
[14] .- El homenaje a los descubridores y colonizadores. El Noticiero Sevillano. 27 de mayo de 1930. p. 1. 
[15] .- El homenaje a los descubridores …... El Noticiero Sevillano. 30 de mayo de 1930. p. 4. 
- Exposición Ibero Americana. ABC Sevilla. 30 de mayo de 1930. p. 1. 





3 comentarios:

  1. Hola, estoy impresionado con este blog.
    Me gustaría saber, los datos aqui recogidos son parte de una investigación? ha sido publicada? me podrias decir la revista y numero en que fué publicada?
    ¡muchas gracias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    2. Hola Anónimo.
      Los datos que aparecen en este blog, son el resultado de unos cuantos años de investigación, que aún continúan, sobre las construcciones de la Exposición Iberoamericana.
      Solos se han extraído alguno de los datos, de pabellones internacionales y del interior del Parque, que aparecen en el blog, para un libro que va ha editar próximamente el Ayuntamiento con motivo del centenario del Parque de María Luisa.
      Si deseas mas información no dudes en escribirme al correo que te indico a continuación.
      jujoca1340@gmail.com
      Recibe un cordial saludo
      Juan José Cabrero

      Eliminar