- Pabellón de Jaén




Pabellón de Jaén (Postal de la época. Institut d’Estudis Fotografic de Cataluya).

La Asociación Agrícola e Industrial de Jaén reunida el 16 de enero de 1927, acordó por unanimidad adherirse al Certamen Iberoamericano.[1] Cursadas poco después las invitaciones, por el Comité de la Exposición, a las regiones y provincias andaluzas para la participación en él, las autoridades provinciales jienenses aceptaron la invitación, reuniendo el gobernador civil a las representaciones de agricultores, industriales y comerciantes acordando la construcción de un pabellón provincial dentro de sus posibilidades.[2]

En un principio, esta participación de la provincia de Jaén en la Exposición Iberoamericana, se pensó que fuera de forma conjunta con las otras provincias andaluzas de Cádiz, Almería y Huelva en un pabellón común, creándose una Comisión Ejecutiva Provincial Pro-Exposición, para organizar y gestionar su participación en el Certamen, primero presidida por el gobernador civil de ésta, marqués de Rozalejo, y más tarde por el alcalde de la Carolina,[3] entre cuyos vocales se entraba también el presidente de la Diputación, con la aportación económica de los municipios jienenses para sufragar los gastos de esta concurrencia.[4]

Desechada esta opción de la concurrencia conjunta con otras provincias, el 22 de junio de 1928, la Comisión Permanente del Certamen, concedió una parcela de 700 m2., junto a la concedida a la región asturiana para la construcción del pabellón, que le había sido solicitada por el gobernador civil de Jaén.[5]

La referida parcela, estuvo ubicada en la Plaza de los Conquistadores, entre las avenidas de Venezuela (actual Reina Mercedes) y Panamá, ocupando la parcela nº 47, limitando con los pabellones del Patronato Nacional de Turismo, Asturias y Córdoba, en el espacio que actualmente ocupa la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación de la Universidad de Sevilla.

La Comisión Ejecutiva Provincial Pro-Exposición, concedió un voto de confianza a su presidente para que iniciara los trabajos preliminares para la construcción del pabellón representativo,[6] siendo designado para que realizara el proyecto el arquitecto municipal y de la Diputación jienense Luís Berges Martínez,[7] que diseña un edificio de 630 m2 de superficie construida, sobre una parcela de 700, estando presupuestado en 150.000 pts.,[8] tomando como modelo para la traza del edificio, las construcciones jienenses de los siglos XV y XVI.

En el primitivo proyecto, Berges, evidenciaba su inspiración en la arquitectura de Andrés de Valdelvira, sobre todo en la fachada Norte, cuyo diseño original lo asocia claramente con Baeza y Úbeda, donde este autor tiene sus mejores muestras, pero en el proyecto definitivo, debido a ajustes presupuestarios, aunque mantiene este diseño, elimina algunos elementos decorativos del exterior, e incluso economiza en el apartado estructural, sustituyendo el entramado de hierro u hormigón, por vigas de madera, y la tabiquería del exterior en hormigón, y en el interior por cañizo enlistonado de madera. Con estas economía, se podía mejorar la decoración interior del pabellón, contratándose para su construcción a la Sociedad Anónima de Construcciones.[9]

Pero no es hasta primeros de diciembre de 1928, cuando se inician las obras,[10] este retraso en la ejecución acarreará que, cuando se inaugure la Exposición el 9 de mayo de 1929, aún no esté terminado el edificio, no siendo inaugurado hasta primeros de noviembre.

Para las descripciones del pabellón y sus contenidos, nos hemos basados en los artículos firmados por Alfredo Cazán Laguna, Cronista de Jaén de aquella época, que aparecieron en la revista Don Lope de Sosa;[11] así como en el trabajo “La imagen de Baeza y Úbeda en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla de 1929”, de María F. Moral Jimeno, publicado en Arte y Patrimonio en España y América.[12]

De planta aproximadamente rectangular, el edificio se distribuye alrededor de dos patios comunicados por una galería, uno de estilo renacentista inspirado en el patio de una casa de Úbeda y el otro de sabor mudéjar, que recrea el patio de la antigua iglesia de la Magdalena de Jaén. De esta forma mientras la ciudad de Jaén trata de ser identificada con su pasado árabe, la tradición renacentista hará de contrapeso mediante las muestras arquitectónicas de las ciudades de Baeza y Úbeda claramente representadas. Constaba de dos puertas de ingreso una dirección norte y otra al sur, Salón de Exposición, Capilla, Sala de Comité y dependencias para el personal de vigilancia, más otros servicios complementarios, situados posiblemente en la planta alta que se ubicaba alrededor del patio renacentista y la galería de separación entre ambos patios.

Recreación de la planta y distribución del Pabellón de Jaén.

La composición volumétrica era variada, acusando más este efecto en sus fachadas de acceso norte y sur donde existían distintos niveles de altura, además de otras zonas del edificio con dos ó tres plantas, llamando la atención el torreón rectangular con mirador corrido que lo dominaba.

De las cuatro fachadas con que contaba este pabellón, solo se habían actuado en la decoración de tres de ellas, las correspondientes a los dos accesos principales, es decir la Norte frente al Pabellón de Turismo y la Sur en la avenida de Panamá, y la situada en el Este, en la avenida de Venezuela, actual Reina Mercedes, quedando sin ornamentar en limpias paredes la correspondiente al Oeste que daba al contiguo pabellón de Asturias, al quedar oculta por éste.

El autor intenta plasmar claramente en las fachadas la imagen de la provincia de Jaén, dando prioridad a la arquitectura de carácter vandelviriano, con toques medievales. Las fachadas fueron clasificadas en orden a su función de representatividad o uso, ya fuera la utilizada por el público para visitar el edifico, situada en la fachada de la avenida de Panamá, o solo destinado al acceso de la familia real y personalidades, que lo harían por la entrada opuesta, en la fachada Norte más próxima a la plaza de los Conquistadores.[13]

Esta última fue la que se consideró como principal, se encontraba dando frente a un lateral del Pabellón del Patronato Nacional de Turismo, muy próximo a la parte central de la plaza. Se componía de un acceso mediante arco gótico apuntado, que recordaba la Puerta de Jaén en Baeza. Dos cuerpos elevados la flanqueaban, el de la derecha mediante un torreón rectangular que se coronaba con un mirador corrido con una arquería que combina motivos propios de los palacios de Úbeda, inspirados en edificios de Vandelvira, con otros populares jienenses.

A la izquierda se encontraba la solana que se inspiraba en la casa del Pópulo de Baeza, acompañado de blasones con el escudo de la Diócesis. En la galería alta, había una reproducción del Santo Rostro sobre fondo dorado y un marco relicario, pintado por José Nogué, y en el templete que existía en el chaflán formado en el ángulo opuesto de esta fachada, constituido por tres arcos cerrado por cristalera, “La Divina Pastora” pintado por Concepción del Mármol de Vallejo.

Vistas desde dos ángulos distintos de la fachada principal o Norte, de acceso a personalidades, situada cerca de la Plaza de los Conquistadores. (ilustración revista Don Lope de Sosa)

La fachada opuesta a la principal se ubicó mirando al Sur, era el acceso para el público en general. La portada se inspiraba en motivos de las entradas de las mansiones señoriales de Andújar, al igual que la arquería, con las que bellamente adornaban las propias casas ya fuera en el exterior como en el interior de los patios, con influencia cordobesa.

Al final de esta fachada se inscribía un porche que evocaba a los de las Carnicerías de Jaén que recientemente habían sido derribados, con sus típicos balcones y entre ellos, el escudo de la ciudad. Junto a este porche se elevaba una torre que recordaba la logia del Seminario Viejo de la capital del Santo Reino.


Fachada Sur de acceso para el público, situada en la avenida de Panamá, y detalle de los porches en la esquina de esta fachada. (ilustración revista Don Lope de Sosa)

La fachada lateral Este, que daba a la Avenida de Venezuela (actual avenida Reina Mercedes), combinaba motivos arquitectónicos castellanos, con influencias platerescas, utilizando un bello ejemplar existente como es la casa-palacio de los Torrente en Úbeda, con clara alusión estética de la predominante presencia tanto de Úbeda como de Baeza. La puerta se situaba bajo un arco de gran dovelaje, sobre ésta, huecos ajimezados, completando el conjunto columnas profusamente decoradas, medallones en las enjutas y baquetón salomónico que flanqueaban el conjunto. Estas columnas en espiral, que arrancaban del plinto y sobrepasa el tejaroz eran un homenaje a los herreros, ya que tomaron modelo de diversas muestras existentes de este arte en Jaén. Esta fachada solo era decorativa, ya que no existía acceso.

Fachada este en el lateral. (ilustración Exposición Iberoamericana. Álbum Artístico)

Los contenidos expositivos del mismo se distribuían por las distintas dependencias, a través de maquetas, fotografías, mapas, documentos, etc.; se contaba con la aportación económica de todos los municipios de la provincia para cubrir los gastos de la representación, además de los objetos artísticos enviados procedentes de su rico patrimonio tanto público como privado.

En el Salón de Exposiciones, situado a la derecha de la entrada del público, era el de mayores proporciones de todo el edificio, bajo el artesonado se habían colgados de sus muros, cartelas con los nombres de santo, reyes, conquistadores, beatos poetas, historiadores, etc., nacidos en el Santo Reino.

De este salón se conserva una imagen que utilizaremos para describir los objetos expuestos. Empezando por la izquierda, se encontraba el palio de la iglesia de Arjonilla, que con anterioridad había sido un tapiz persa. Bajo este palio se mostraba la magnífica escultura de San Juan de Dios de Jacinto Higuera, y junto a éste, una mesita con los periódicos de Jaén. A continuación, en una vitrina, se mostraba el libro de bautismos de Santo Domingo de Silos, de Alcalá la Real, donde estaba la partida de nacimiento del gran escultor Martínez Montañés, y sobre ella, un cuadro de José Nogué titulado la adoración del Santo Rostro. Le seguía, una maqueta de la Cámara Sepulcral Hispánica del Cero de la Horca, presentada por la Comisión Provincial de Monumentos, y sobre ella una copia de la cabeza de Juan Martínez Montañés (del cuadro de Velázquez) y retrato de Bernardo López García, ambos de Joaquín Diéguez; continuando en el mismo muro a la derecha de la fotografía, un tríptico del siglo XVI de “La Virgen del Pajarito”, procedente de la capilla de la casa-fuerte de Lopera, sobre una mesa cubierta por un rico frontal, donde se hallaba un jarro de plata manierista de la iglesia de la Encarnación de Arjonilla, y seguidamente en un stand, distintos objetos realizados por la Escuela de Artes y Oficios de Jaén.

Vista del Salón de Exposición y de las obras que se exhibieron. (ilustración revista Don Lope de Sosa)

En el centro, en primer plano, en dos vitrinas se exhibían diecinueve documentos de ejecutorias, privilegios reales desde Fernando III a Felipe III, fueros, etc., muchos de ellos con sellos rodado y miniados del ayuntamiento de Úbeda. A continuación, frente al tríptico de “La Virgen del Pajarito”, ocupando un lugar destacado de este salón, la bandera, la alabarda y el guión de guerra de la batalla de las Navas de Tolosa, que se conservaba en la iglesia de Vílchez, teniendo esta bandera honores militares por lo evocadores hechos ocurridos en aquel lugar el 12 de julio de 1212.

Se completaba la exhibición con distintas series de fotografía relacionadas con la repoblación y explotación de maderas, además de otras que mostraban las bellezas arquitectónicas y artísticas de Jaén, Úbeda y Baeza, entre otras poblaciones.

También se mostraron, fuera de la imagen, un cuadro de Santa Teresa, de Sebastián Martínez, pintor de cámara de Felipe IV; setenta ejemplares de cerámica popular de Úbeda y Andújar, así como una jarra gigante vidriada con decoración de principios del siglo XIX. Un cuadro precedente del Santuario de Santa María de la Cabeza, en Sierra Morena, reproduciendo escenas de la romería en el siglo XVII.


Algunos de los objetos expuestos, el palio de Arjonilla y jarra de plata manierista (gentileza Arjonilla.net). La Adoración del Santo Rostro de José Nogué (gentileza de lacontradejaen).

Siguiendo nuestro recorrido, y tras salir de esta sala, se encuentra el vestíbulo del acceso principal de la fachada Norte, entrada reservada a las personalidades, y justo a un lado, se hallaba la Capilla, tras una verja del siglo XVI atribuida a Bartolomé “el rejero de Jaén”, de la capilla de San Isidro de la iglesia de Sta. María de Linares.[14] En ella se podía admirar presidiéndolo el retablo “El Calvario”, más conocido por el de Cristo del Corpus, de Jacopo Torni llamado Florentino o L’Intaco, de la Magdalena de Jaén. También se encontraban un frontal de altar de la Catedra, una cruz, candeleros, sacras de Jaén y de Andújar, y una puerta con inscripciones mudéjar de salmos sacramentales de la Capilla de San Andrés de Jaén.



Vista de la capilla tras la bellísima reja del siglo XVI de la iglesia de Sta. María de Linares. Vista más detallada del trabajo de la reja en su ubicación original, hoy día desaparecida. (ilustraciones revista Don Lope de Sosa) Y retablo “El Calvario”, más conocido por el de Cristo del Corpus, de Jacopo Florentino. (gentileza jaendesdemiatalaya.blogspot.com)

En la Sala del Comité, colgaron de sus muros los escudos de la provincia y sus partidos judiciales, un retrato de S.M. Alfonso XIII, en lugar preferente, del Museo Provincial, así como retratos de los hijos de la provincia que habían sido Ministros de la Corona. Esta estancia se decoró con muebles, mesas, librerías y sillones de estilo español de madera tallada, de la Casa Alhambra de Jaén, y el suelo se cubrió con ubedíes de esparto de tipo y labor antigua fabricados en Úbeda, cuya antigüedad se podía encajar en la época de las iglesias mozárabes.

Por último, en los patios con que contaba el pabellón, se montaron gran cantidad de fotografías de paisajes, monumentos y yacimientos arqueológicos, como el abrigo rupestre de la “Cueva de la Granja” en Jimena, y mapas turísticos. En la primera galería del patio renacentista, se encontraba la maqueta en sección del Pozo San José, en la mina de Arrayanes de Linares, que funcionaban mecánicamente, y en cuyas instalaciones trabajaban unos 5.000 obreros a unos 300 m. de profundidad; una colección de minerales de gran tamaño y una instalación de productos químicos del Laboratorio Lúmen.

Además, sillas y sillones típicos ubetenses de asiento de esparto con cojines de colores que recordaba a antiguos tejidos, se repartían por ambos patios completando la decoración de estos. Desgraciadamente, muchos de los objetos y obras de arte que se expusieron han desaparecidos.

Al fondo del patio renacentista, se había instalado la maqueta del Pozo de San José de la mina de Arrayanes. En la parte superior una baranda de madera torneada, propia de los corredores de las casas de Úbeda y Baeza. Vista del patio mudéjar con estanque desde el renacentista y la galería de separación entre ambos (ilustraciones revista Don Lope de Sosa)

Como se ha dicho anteriormente, los dos patios contiguos uno del otro, se comunicaban por una galería sostenida por pilares y columnas en cuyos capiteles se recreaban motivos de la arquitectura provincial. El primero de ellos, independientemente se accediera por la puerta de autoridades como por la del público en general, era el que hemos denominado mudéjar, que toma como motivo de su inspiración la alberca o estanque del patio de las abluciones que aún se conserva de la antigua mezquita levantada por Abderramán II, convertida en la iglesia de Santa María Magdalena, de la capital del Santo Reino, con su característico pretil almohadillado. Se completaba con los puentes, zapatas y celosías de las ventanas, propios de este lugar.

El otro patio, de estilo renacentista, se inspiraba en el patio de una casa de Úbeda, situada en la calle Ventaja, esquina con Hernán Crespo, en el barrio de San Pablo.[15]


A la izquierda vista del pario mudéjar con el estanque central, y a la derecha, parte del patio renacentista, y al fondo el mudéjar. (Arxiu Mas Fundació Institut Amatller d'Art Hispànic)

El 2 de noviembre de 1929,[16] tras once meses de trabajo, el pabellón fue inaugurado por SS.MM. los Reyes, que eran acompañados por los infantes D. Jaime, Dña. Beatriz y Dña. Cristina, autoridades y séquito, siendo recibidos por el por la Comisión Oficial formada por el gobernador civil de Jaén, Carlos Sidro Herrera; alcalde, Juan Pancorbo Ortuño; Vicepresidente de la Diputación, Francisco López Figueroa; el arquitecto autor del pabellón, Luis Berges Martínez, y el Cronista de la Provincia, Alfredo Cazabán Laguna, en unión de otras autoridades de Jaén y Sevilla.

Ocupaban la facha del pabellón una compañía del Regimiento Soria 9, con bandera y música para tributar los honores de ordenanza que la bandera de las Navas de Tolosa tenía, que eran de Capitán General, que se conservaba en Vilches y que figuraba junto a los trofeos de aquella histórica batalla en éste pabellón representativo del Santo Reino. A la llegada del Rey, que vestía uniforme de Capitán General, revistó a las fuerzas que seguidamente desfilaron ante él.

A continuación, Don Alfonso y Doña Victoria, accedieron al interior del pabellón, en unión de las autoridades y comitiva, entre los que encontraban el Ministro de Fomento, Conde de Guadalhorce y el Director de la Exposición, José Cruz Conde, visitando todas las instalaciones del edificio, comenzando por la Capilla, pasando después al Salón de Exposiciones, y seguidamente a la sala donde se encuentra la maqueta de las minas de los Arrayanes que vieron en funcionamiento, terminando el recorrido en la Sala del Comité, donde el alcalde de Jaén, entregó a SS.MM. medallas con la efigie del Santo Rostro, rodeada de brillantes, en recuerdo de su visita.

El Rey Alfonso XIII pasando revista a la Compañía del Regimiento Soria 9 que rendía honores. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Dubois)
Grupo de autoridades e invitados a la inauguración del pabellón en el primer patio, con el alcalde llevando la alabarda, el gobernador civil la bandea y el presidente de la Diputación el guión de las Navas de Tolosa. (ilustración revista Don Lope de Sosa)

El 21 de julio de 1930, justo un mes después de la clausura del Certamen, el Secretario General de la Exposición, días antes de que se constituyera la Comisión Liquidadora, autoriza a la Sociedad Anónima de Construcciones, para que pueda ejecutar la demolición del pabellón, que había ordenado el Comité Ejecutivo Provincial de Jaén.[17]

Pabellón de Jaén (Postal de la época gentileza de Alberto Cañas Pérez).

NOTAS
[1] . Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Exposición Iberoamericana. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 3. Sesión de 27 de enero de 1927.
[2] . La cooperación de Jaén a la Exposición Ibero-Americana. En El Liberal, de Sevilla. 08 de julio de 1927, p. 6.
[3] . Lemus López, E. La Exposición Iberoamericana a través de la prensa (1923-1929). Sevilla (1987) Edita E.M. Mercasevilla S.A., p. 228.
[4] . El pabellón de Jaén en Sevilla. En La Opinión, de Madrid. 18 de octubre de 1928, p2.
[5] . A.M.S. Secc. XVIII. EIA. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 4. Sesión de 22 de junio de 1928.
[6] . A.M.S. Secc. XVIII. EIA. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 4. Sesión de 28 de junio de 1928.
[7] . Luis Bergés Martínez (Guadalajara, 1891-Jaén, 1939) era hijo de padres jiennenses. Su padre era comandante del Cuerpo de Ingenieros y profesor de la Academia Militar. Vivió primero en Granada, pero luego la familia se estableció en el Jaén de sus raíces. Aquí hizo el bachillerato y terminó arquitectura en 1919. En 1922, después de trabajar para el Catastro Urbano de Málaga, obtuvo por oposición la plaza de arquitecto municipal de Jaén. En 1924 fue designado arquitecto de la Diputación Provincial. También arquitecto diocesano y de las obras civiles del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de la Provincia. Fue también profesor de la Escuela de Artes y Oficios.
Bergés Martínez hizo bastantes edificios públicos y privados. A Jaén dedicó casi toda su vida profesional. Intervino en la terminación del Seminario Diocesano, hizo la Clínica de Los Palmas y varios edificios modernistas. Viajó por Francia, Bélgica, Alemania y Suiza para la construcción de un manicomio moderno, “Los Prados”, de Jaén. Emitió informes sobre monumentos de la provincia, entre ellos uno, en 1930, sobre el estado de ruina dela Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda.
Tuvo una gran visión de futuro y a él se debe un ambicioso proyecto para el Ensanche de Jaén en 1927 y también el de la frustrada prolongación de La Carrera. Hizo el Pabellón dela Provincia de Jaén para la Exposición Ibero-Americana de Sevilla (1929), cuyo proyecto mereció una Medalla de Bronce. Fue amante de la cultura, especialmente de la música, y se distinguió como un arquitecto urbanista y humanista vinculado desde siempre con la ciudad de Jaén.
www.admin.dipujaen.es/diputacion/jaen.es/sociedad/jiennenses-destacados/bellas-artes/luis-berges-martinez.html (Consultado el 03-08-2024).
[8] . Mora Arenas, V. El avance de la provincia de Sevilla desde el 13 de septiembre de 1923. Sevilla (1929). Edita Gómez Hnos, p. 160.
[9] . Moral Jimeno, M.F. La imagen de Baeza y Úbeda en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla de 1929. En Arte y Patrimonio en España y América. (VV.AA.). 2014. pp. 265-266.
[10] . El pabellón de Jaén en la Exposición. En La Voz, de Córdoba. 05 de diciembre de 1928, p.9.
[11] . Don Lope de Sosa. Crónica mensual de la provincia de Jaén Números 191- noviembre 1928. Cómo será el Pabellón de la Provincia de Jaén en la Exposición de Sevilla.
200- agosto 1929. El Pabellón de la Provincia de Jaén.
203- noviembre 1929. Inauguración solemne del Pabellón de la Provincia de Jaén, en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla.
213- septiembre 1930. Los interiores del Pabellón de Jaén en la Exposición de Sevilla.
[12] . Moral Jimeno, M.F. La imagen de Baeza y Úbeda en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla de 1929. En Arte y Patrimonio en España y América. (VV.AA.). 2014. Editores: Universidad de La República : Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, Escuela de Estudios Hispanoamericanos : Universidad Pablo de Olavide, pp. 251-269.
[13] . Moral Jimeno, M.F. La imagen de Baeza y Úbeda en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla…… p. 259.
[14] . No se tiene constancia de que retornase a su primitiva ubicación tras su desmontaje, pudiéndose salvar de esa forma de la destrucción general que sufrió esa iglesia. Iglesia de Santa María de la Asunción de Linares: capillas y altares, por Andrés Padilla Cerón, p. 112. (Dialnet-IglesiaDeSantaMariaDeLaAsuncion-3979385)
[15] . Moral Jimeno, M.F. La imagen de Baeza y Úbeda en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla…… p. 257.
[16] . En el de Jaén. En El Liberal, de Sevilla. 03 de noviembre de 1929, p. 1.
En el pabellón de Jaén, En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 03 de noviembre de 1929, p. 1.
En el pabellón de Jaén, En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 03 de noviembre de 1929, p. 1.
Inauguración solemne del Pabellón de la Provincia de Jaén, en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla. En Don Lope de Sosa. Núm. 203, noviembre 1929, pp. 328-335.
[17] . A.M.S. Secc. XVIII. EIA. Expediente Derribos. Caja 119, Rollo 735.


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