- La luminotécnica artística de A.E.G. Ibérica en la Exposición.
Publicado por jujoca1340@gmail.com -
Juan José Cabrero Nieves
Con la invención de la lámpara incandescente, en el último tercio del siglo XIX, y su desarrollo y comercialización, el sistema de alumbrado mediante la iluminación eléctrica inicia su andadura, consiguiendo una rápida expansión a nivel mundial.
Las diferentes exposiciones internacionales, que se celebraron durante aquellos años de final de siglo, fueron el escaparate ideal donde presentar ante el mundo los avances tecnológicos alcanzados, siendo fundamental para ello la Exposición Universal de París de 1.900, empezando a ser conocida esta ciudad con el sobrenombre de “La Ciudad de la Luz”, por sus iluminaciones.
A partir de ese momento, el desarrollo de las iluminaciones decorativas para edificios y espacios tuvo un gran auge, convirtiéndose en elemento casi obligatorio en toda manifestación que quisiera sobresalir.
Para la Exposición Iberoamericana, se realizó un ambicioso proyecto de instalaciones artísticas, por ser un poderoso atractivo para los visitantes del certamen. De tal forma que la luz se utilizó no solo para el alumbrado común, sino como elemento decorativo en unión del agua, el cristal, las plantas y las fachadas. Para ello se realizaron surtidores y cascadas luminosas, pedestales de cristal con luces interiores, árboles con iluminación indirecta, etc.[1]
Y al llegar la noche, los estanques y los rincones poéticos se iluminaron con luz discreta, evocando los sueños de las Mil y Una Noches; había cascadas y fuentes de colores, y el verdor de los árboles se iluminaba con luces que variaban de intensidad.[2]
Varias fueron las firmas dedicadas a la luminotecnia que trabajaron para crear estas maravillas, pero de entre ellas sobresale, por la importancia y número de instalaciones, A.E.G. Ibérica de Electricidad.
Mientras el estudio y los proyectos del alumbrado general, y de alta tensión, corrieron a cargo el ingeniero Director de Obras y Proyectos del Comité de la Exposición D. Eduardo Carvajal, el proyecto y la dirección de las iluminaciones artísticas, le fue encomendada al ingeniero alsaciano D. Armando Thiriet Koenig.[3]
Este ingeniero, director y gerente técnico de A.E.G. en Sevilla, nació en 1882 en Mulhouse, Alsacia, en el seno de una familia burguesa, trasladándose a Suiza para estudiar la carrera de ingeniería.
Finalizada ésta comenzó a trabajar en alguna de las más importantes empresas del momento, siempre en el área de minería y electricidad, y en las instalaciones de líneas de alta tensión.
Armando Thiriet Koenig. (Fondo privado de Carlos Thiriet Castilla) |
Durante la Gran Guerra, trabajó en la sede central de la empresa A.E.G., en Alemania, hasta 1919, cuando es trasladado a Madrid como director. En los años veinte es enviado a Sevilla para abrir una sucursal, donde desarrolla una intensa labor profesional tanto en Andalucía como en Extremadura, colaborando con la Compañía Sevillana de Electricidad.
Para la Exposición Iberoamericana, a su empresa, le fueron encargados los proyectos de las iluminaciones artísticas del Parque de María Luisa, Sector Sur, portadas del Parque de Atracciones, etc. Así como los distintos mecanismos para colorear las fuentes luminosas de la Plaza de España, Fuente de los Leones, y Plaza de los Conquistadores, entre otros elementos.
Además de gran profesional, supo integrase en la vida de la ciudad como un sevillano más, siendo miembro de tertulias y asociaciones; no olvidando nunca sus orígenes, por ello junto a otros franceses, fundó las Escuelas Francesas.
Colaboró desinteresadamente con el Ayuntamiento de la ciudad especialmente cada vez que alguna personalidad visitaba Sevilla, y en la iluminación de la plaza de San Francisco en las festividades de Semana Santa y Corpus Christi.
Para que quedara constancia de los trabajos realizados, Armando Thiriet redactó un informe técnico sobre los elementos en que había actuado, titulado «LA LUMINOTÉCNICA DE LA A.E.G EN LA EXPOSICION IBERO AMERICANA DE SEVILLA».[4]
El referido documento se compone de setenta y seis páginas, donde se detallan los distintos elementos de iluminación de las fuentes, los mecanismos utilizados y los efectos conseguidos, acompañado de treinta y seis fotografías, la mayoría de ellas coloreadas, para mejor comprensión del resultado final.
La redacción del informe va dirigida a un lector imaginario con el que comparte esfuerzos y dificultades, del que tomamos las descripciones de cada uno de los proyectos realizados.
Empieza su recorrido por Las Fuentes Monumentales de la Plaza de España,[5] con una amplia descripción de las mismas y de sus mecanismos de iluminación, elevación y composiciones del agua.
Bajo la fuente, en el centro de la plaza, se había construido un recinto subterráneo donde se instaló la maquinaria destinada a producir el ciclo dinámico del agua y el fluido eléctrico para la iluminación.
Un aspecto destacado de este proyecto, era la coloración luminosa de los surtidores de agua, para lo cual mezcla este elemento con gran cantidad de aire, consiguiendo un torrente de un blanco lechoso sobre el que proyectaba los rayos de colores.
Fuente central de la Plaza de España iluminada y sala de máquinas. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Los proyectores eléctricos estaban formados por discos con los colores rojo, azul, verde y oro viejo, pudiendo adoptar cada disco varias posiciones, de forma que los efectos luminosos no se repetían durante toda una noche.
El sigue elemento a iluminar es el monumento a Bécquer.[6] Comienza este apartado con una descripción del grupo escultórico, y para su iluminación crea una combinación de luces y sombras, que harían resaltar las purezas de las líneas y los rasgos de las figuras, sin restar al ambiente intimidad.
La Glorieta de Bécquer iluminada. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Para ello se vale de reflectores de luz clara ocultos en el ramaje y puntos de color hundidos en el césped situado alrededor del monumento.
En la Isla de los Lotos,[7] el autor examina la complejidad de su estructura, la isleta central en el interior del estanque, la parte exterior formada por galerías de pérgolas, los pretiles bordeados por vallado de boj, así como la vasta extensión de este recinto.
El arbolado lo ilumina con reflectores de espejo curvo, diseñados para mejorar la distribución de los rayos luminosos, situados a ras de suelo, y ocultos a la vista, que favorecían el juego de iluminación artística.
También se iluminó las plantas acuáticas del estanque, bajo las hojas flotantes de los nenúfares dándole una transparencia coloreada, mediante cajas estancas sumergidas en el agua. Otra iluminación curiosa fue la de las pérgolas, mediante flores y frutas proyectadas sobre la vegetación, así como la fuente de la Isla y las del Estanque que también se iluminaron.
El Estanque de los Lotos. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Para el espacio de la Isla de los Patos,[8] se basa en las variadas tonalidades vegetales de la misma, para usando este aspecto, acrecentarlo mediante la variación de las intensidades lumínicas, que iban desde un resplandor máximo a casi su extinción.
Poniendo especial énfasis en el encanto de las coloraciones de las luces, las tonalidades e intensidad que se proyectaron sobre la vegetación, colocó hábilmente los reflectores para que quedaran ocultos y solo pudiera contemplarse el ambiente fantástico producido.
Para conseguir este efecto, se utilizaron aparatos denominados «reguladores de escena» una novedad de las iluminaciones para las escenografías de los teatros, que producían el flujo y reflujo de la luz, con los mismos efectos del amanecer y el anochecer.
También se podía ver una imagen de un puesto de mando con los reguladores de intensidad luminosas.
Iluminación artística de la Isla de los Patos. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Los reguladores de intensidad lumínica de la Isla de los Patos. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
La iluminación de la Fuente de los Leones,[9] la formaban tres cajas situadas en los estanques, en cuyo interior se habían colocado una batería de lámparas de diferentes colores cuyo encendido, apagado y combinaciones se accionaban por un motor eléctrico.
El grupo moto-bomba lanzaba verticalmente una columna de agua de 4 a 5 m de altura, describiendo el agua en su caída una curva de campana cuyos filamentos ocupaban por entero la zona iluminada con los mecanismos de alumbrado.
También se actuó en los jardines de este espacio, mediante proyectores ocultos en el ramaje.
Las Fuentes de los Leones, con su iluminación y el grupo moto-bomba. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Para la instalación de una cascada, se eligió un montículo existente en el Parque de María Luisa de 20 m de altura, que debe su nombre a la relación de la ciudad con la guerra de África escenificada en parte en el monte marroquí del mismo nombre, terminado en una torre de armazón metálico, llamado Monte Gurugú.[10]
Desde los pies de ésta, arrancaba la cascada con la caída escalonada del agua, cuyo curso se había realizado con peldaños artificiales construido con piedras rústicas imitando una vertiente entre rocas, con choque ruidoso y abundante espuma, y que por sí solo constituye ya un motivo de belleza natural.
La iluminación de la cascada del Monte Gurugú. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Cada peldaño contenía un grupo de lámparas coloreadas, consiguiendo que los efectos luminosos de la cascada, consistiera en la iluminación de un solo color de toda ella, y cambios consecutivos de esta en distintos colores, hasta que un momento determinado cada peldaño se ilumina con un color, para continuar de nuevo con la serie de cambios de coloraciones.
También realiza una descripción de los llamados «Molinetes hidráulicos luminosos»,[11] que eran unos dispositivos artísticos luminosos empleados en las fuentes del recinto exposicional.
Consistía este mecanismo en un cilindro de hierro con cierre estanco, que se sumergía en el interior de la fuente; en el fondo del cual un espejo de forma cóncava dirigido al exterior reflejaba los rayos luminosos de un foco de 1.500 vatios de potencia, quedando encima cuatro cristales en color rojo, azul, verde y amarillo.
Estos vidrios circulares giraban sobre sus ejes mediante un mecanismo de ruedas dentadas, y una pequeña turbina adosada al recipiente hacía girar el dispositivo. Este material había sido fabricado en Alemania.
El mecanismo se utilizó en el Estanque en forma de T situado entre la Isla de los Patos y la Fuente de las Ranas, así como en varias fuentes de los Jardines de las Delicias, y en la explanas ajardinada de la Plaza de los Conquistadores.
Los molinetes hidráulicos instalados en el Estanque en forma de T y en los Jardines de las Delicias. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Ahora nos trasladamos al Sector Sur, y al lugar más emblemático y simbólico de esta parte de la Exposición como fue la Plaza de los Conquistadores.[12] En esta plaza se actuaron, mediante iluminación artística, en tres motivos: La Fuente Monumental de la Raza; el Estanque Luminoso central de la plaza y en los jardines aledaños a ésta.
La fuente monumental de la Raza ocupa el frente principal y en ella la carabela surca las aguas del atlántico. En la cubierta una figura femenina representa la mujer ibérica. A los lados de la carabela, dos fuentes en concha, coronadas por estatuas que representan a los ríos Magdalena (de Colombia) y Guadalquivir.
La Fuente Monumental de la Raza y el estanque central de la Plaza de los Conquistadores con su iluminación nocturna. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
La iluminación consistió en proyectar los rayos luminosos sobre el rebose de las conchas, coloreándolos de oro viejo en el centro y de rojo los extremos, como la bandera nacional. Y con dos potentes reflectores situados a distancia, bañar de luz clara el grupo escultórico de la nave y las figuras.
En el centro de la plaza, se hallaba situado un estanque de grandes dimensiones, con perfiles de azulejos, al que se había instalado surtidores que dejaban escapar el agua de forma compacta y reflectores que los coloreaba con diferentes matices
Las aguas en su ascensión, se coloreaban sucesivamente con diferentes matices de colores, desgranándose al caer con gran ruido. Para ello se utilizaron los mismos mecanismos que los descritos en las Fuentes Monumentales de la Plaza de España.
En la zona ajardinada de la plaza, se instalaron los molinetes hidráulicos luminosos frente a los monumentos a los conquistadores y colonizadores de América, idénticos a los utilizados en el Estanque en forma de T y los Jardines de las Delicias.
Para estos proyectos, también se construyeron salas de máquinas subterránea bajo el Estanque Central y en la Fuente Monumental con cinco grupos moto-bomba.
Las instalaciones proyectadas para el Parque de Atracciones, eran las portadas de acceso al mismo:[13]
Portada iluminada del acceso al Parque de Atracciones por la avenida de la Raza. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
La de la avenida de la Raza, contaba esta portada de cuatro pilastras en la que se habían instalado tres soles en cada una, que ascendían y hacían el efecto de girar, estos prendían en los arcos que coronaban la citada portada, propagándose por toda ella en continuo centelleo, simulando el incendio de todo el conjunto.
Todos los motivos se apagaban en un momento dado, quedando solo encendido el letrero en grandes caracteres del Parque de Atracciones. Para su realización se habían instalado casi 7.000 bombillas.
La portada de acceso desde la avenida de la Reina Victoria (hoy de la Palmera), quizás fuera la más compleja de todas, estaba formada por una gran pirámide truncada escalonada, bajo la cual se situaba una concavidad a modo de concha, y dos grandes pilastras laterales.
A este conjunto se le había añadido para la iluminación artística, tres fuentes ficticias, una en la parte superior de la pirámide y otras dos sobre cada una de las pilastras laterales. De la fuente central brotaban surtidores de agua que bordeaban los escalones como una cascada, dando la impresión de correr el agua, para terminar en las fuentes laterales.
Acceso por la avenida Reina Victoria (actual de la Palmera) al Parque de Atracciones. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
En la concavidad interior de la pirámide, se situaron líneas de haces luminosos que vibraban, dando la sensación de chorros de luz de vivos colores que se movían en sentido radial. El conjunto se componía de 5.000 lámparas de diferentes potencias.
La portada de acceso desde la Avenida de Moliní, consistía en la iluminación del silueteado de las columnas laterales, y de un gran pavo real de madera situado encima de la portada, decorado con lámparas, produciendo el efecto de abrir y cerrar la cola, colocándose para ello 2.700 bombillas de varias intensidades.
Portada del Parque de Atracciones por la avenida de Moliní. (Archivo Histórico de la casa Nestlé) |
Así mismo también se proyectó la portada del Restaurante Pasaje de Oriente situado en la avenida de la Raza, entre las Galerías Comerciales Extranjeras y el Pabellón de Industrias Generales.
Esta instalación estaba formada por tres fuentes ficticias, la central situada en la cúpula del restaurante, que dejaba caer sus aguas por ésta, mientras que de los dos laterales, dos grandes surtidores que salían de ella, proyectándolas al exterior
Iluminación artística del restaurante Pasaje de Oriente en la avenida de la Raza. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Recreación de la iluminación del Restaurante Pasaje de Oriente por Francisco Povo. |
Todas estas instalaciones las podemos considerar de lo más avanzado del momento, ya que montaron motivos diseñados por Fernand Jacopozzi, un genio de las iluminaciones artísticas que en aquella época triunfaba en París con sus iluminaciones de la Torre Eiffel y la catedral de Notre Dame, llegando a crear en 1917, un falso París para engañar a los aviadores enemigos, lo que le valió la Legión de Honor.[14]
Además de estos proyectos más amplios, AEG también realizó otras instalaciones parciales que, debido al gran número de ellas, no las describe por considerar que el informe se alargaría en extremo.
Fernand Jacopozzi. (Wikipedia) |
Solo elige dos fuentes que las considera dignas de mencionar, la de azulejos situada en la trasera del Pabellón Sevilla,[15] de la que hace una descripción de ésta, y del sistema de surtidores de agua y dispositivos eléctricos para su iluminación, dando como resultado una bella instalación en la que en la parte superior de la taza los surtidores formaban un cono, mientras otros expulsaban el agua hacia abajo y al exterior iluminándose con diferentes coloraciones ambas figuras, apagándose y encendiéndose periódicamente.
Fuente de azulejos tras el Pabellón de Sevilla. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Y la llamada «Fuente de la Concha»[16] en el Parque de María Luisa, de la que dice que el surtidor central en forma de flor, era iluminado con lámparas de colores cambiantes, y que el agua del recipiente de la base estaba iluminada con una línea de lámparas adosadas al pretil con cambio de colores automáticos.
Además de la fuente, en esta glorieta también se actuó en la iluminación indirecta de las cuatro estatuas que la adornan y en la instalación de globos de colores suspendidos entre las palmeras, queriendo lograr un gran efecto estético en esta parte del Parque de María Luisa.
Otro apartado importante de la intervención de Armando Thiriet, fue cuando la Comisión Permanente aprobó contratar a A.E.G. Ibérica de Electricidad para que realizase la instalación del alumbrado ordinario del Parque de María Luisa,[17] por importe de casi 400.000 pts., más el mantenimiento de esta instalación a razón de 1.332 pts. mensuales.[18]
Para ello realiza la canalización de la red, dividiéndola en seis sectores, cada uno con su correspondiente sub-estación que a su vez servían como centro de distribución del sector correspondiente.
También hace un estudio del tipo de aparato de alumbrado más adecuado, teniendo en cuenta las condiciones de la zona a intervenir, al no ser vías flanqueadas por edificios, sino por vegetación.
Glorieta y Fuente de la Concha, iluminadas artísticamente. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Además de los proyectos luminotécnicos mencionados, la casa A.E.G. fue la principal suministradora de materiales eléctricos y de iluminación, como los 5.000 globos de cristal para los arcos de la avenida de la Raza, además de los que se instalaron en otros lugares. Los cientos de metros de tiras luminosas con lámparas de colores colocadas en diferentes glorietas del Parque, así como lámparas en forma de naranjas; el grupo convertidor para el abanico multicolor de la Portada de la Glorieta de San Diego y todo el material de repuesto para las iluminaciones tanto artística como ordinaria.
El importe total de la intervenciones y contratos realizados por la casa AEG con el Comité para el recinto de la Exposición, superaban el 1.300.000 pts., probando la importancia que esta empresa tuvo en todo lo relacionado con la iluminación del certamen.
Las iluminaciones de la avenida de la Raza. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Pocos días después de la clausura del certamen, el Patronato Nacional de Turismo, solicitó a la Comisión Permanente, que una parte de iluminación artística no desapareciera, quedando como recuerdo permanente del certamen, y un atractivo más de la ciudad de Sevilla.[19]
Arbolado y palmeras iluminadas en los Jardines de las Delicias e Isla de los Patos. (La Luminotécnica de la A.E.G. en la Exposición Ibero Americana de Sevilla) |
Sirva este trabajo para reivindicar la memoria de Armando Thiriet Koenig, este extraordinario ingeniero que, como un mago con su arte, supo sugestionar a los visitantes del Parque de María Luisa y de la Exposición Iberoamericana, transportándolos a exóticos rincones solo igualados con la imaginación, donde, con el manejo de su técnica de la luz y el color todo era posible.
Por último, quisiera dejar constancia de mi agradecimiento personal a D. Carlos Thiriet Castilla, nieto de D. Armando Thiriet que, gracias a su gentileza y generosidad, me ha ofrecido sin reservas el informe redactado por su abuelo, que ha conservado con cariño durante tantos años y que hoy tenemos la suerte de poder difundir.
VIDEO DEL CANAL DE YOUTUBE SOBRE LA LUMINOTÉCNICA ARTÍSTICA DE AEG EN LA EXPOSICIÓN
NOTAS
[1] . Exposición Ibero-Americana 1929-1930, Guía Oficial. (1929). Barcelona: Rieusset S.A. pp. 84-85.
[2] . Real Balbuena, F. La Exposición Ibero-Americana. Origen y gestación de una magna empresa. En ABC de Sevilla. 05 de octubre de 1961. p. 39.
[3] . Breve semblanza biográfica de Armando Thiriet Koenig, escrita por su hija política Carmen Castilla Gordillo.
[4] . Fondo privado de Carlos Thiriet Castilla (en adelante FCTC). Informe del ingeniero Thiriet Koenig, A. (s.f). LA LUMINOTÉCNICA DE LA A.E.G EN LA EXPOSICION IBERO AMERICANA DE SEVILLA.
[5] . FCTC. Informe del ingeniero Thiriet Koenig, A. (s.f). LA LUMINOTÉCNICA DE LA A.E.G EN LA EXPOSICION…., pp. 4-6.
[6] . Ibídem, p. 7.
[7] . Ibídem, p. 9.
[8] . Ibídem, pp. 12-13.
[9] . Ibídem, pp. 14-15.
[10] . Ibídem, p. 16.
[11] . Ibídem, p. 8.
[12] . Ibídem, pp. 18-19.
[13] . Ibídem, pp. 20-22.
[14] . Sabatés, F. (2017) JACOPOZZI. Le magicien de la lumière. Francia. Frédéric Douin Editions.
[15] . FCTC. Informe del ingeniero Thiriet Koenig, A. (s.f). LA LUMINOTÉCNICA DE LA A.E.G EN LA EXPOSICION…., p. 28.
[16] . Ibídem, pp. 28-29.
[17] . Ibídem, pp. 23-26.
[18] . Archivo Municipal de Sevilla. Secc. XVIII. EIA. Libro de Actas nº 3 de la Comisión Permanente. Sesión del 04 de noviembre 1927.
[19] . AMS. Secc. XVIII. EIA. Libro de Actas nº 8 de la Comisión Permanente. Sesión del 23 de junio de 1930.
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Sería maravilloso que hoy en día se pudiese disfrutar de el Parque de María Luisa iluminado como antaño, pero teniendo en cuenta la inseguridad ciudadana de muchos parques haría inviable la idea. El gasto energético sería otro menester a tener en cuenta. Gran artículo de investigación. Un cordial saludo
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