El Parque de María Luisa, situado en el sector norte de la Exposición Iberoamericana, se embelleció con la instalación de pequeñas glorietas, monumentos y fuentes situadas en lugares recónditos, donde el paseante podía buscar el sosiego y descansar a la sombra de algún árbol.
Estos lugares íntimos, propicios a la lectura y la contemplación de la belleza de la naturaleza, homenajeaban a sus poetas, literatos y artistas, teniendo como denominador común ser espacios de cultura, en los que se recuerdan perpetuamente a estos artistas.
La glorieta viene a ser un lugar apacible y recogido, delimitado arquitectónicamente y adornados de plantas, que se integra en el paisaje ajardinado, siendo el ladrillo tallado y la cerámica, en la mayoría de los casos, los protagonistas de las mismas.[1]
Plano del Parque de María Luisa, diseñado por J.C.N. Forestier en 1913.
La construcción de estas glorietas en el parque, ha sido una labor continuada en el tiempo, algunas de ellas levantadas antes de la Exposición, aunque la mayoría lo fueron con motivo de esta, mientras otras se han ido añadiendo con el paso del tiempo.
Comenzaremos nuestro paseo por el Parque, visitando cada una de sus glorietas, monumentos y fuentes para conocer su historia, siguiendo el plano.
1.- MONUMENTO A LA RAZA.
Iniciaremos nuestro recorrido por la avenida de Isabel la Católica, y junto a la torre norte de la plaza de España, nos encontramos con el saludo a los pueblos americanos que Rubén Darío nos da al llegar al monumento a La Raza.
Con motivo de los actos conmemorativos de la celebración la Fiesta de la Raza,[2] se inauguró el 12 de octubre de 1929, en la entrada del Parque, a pocos metros de la Glorieta de San Diego, un monumento para rendir homenaje y saludar a los americanos que visitaran la Exposición, eligiendo unos versos del poeta nicaragüense, Rubén Darío, uno de los mayores en su género en lengua española de finales del XIX y principio del XX, cuyo verdadero nombre era Félix Rubén García Sarmiento, nacido en 1867, y que falleció en 1916, precisamente cuando se iniciaban las obras de la Exposición Iberoamericana.
Este monumento, obra de Santiago Martínez, consistía en una gran lápida de mármol, adornada con motivos renacentistas y adornos de guirnaldas en los laterales, en la que están escritos, con letras de bronce, los primeros versos de uno de sus poemas, que precisamente servían como salutación a los pueblos iberoamericanos a los que se dedicaba la Exposición.
“Ínclitas razas ubérrimas,
sangre de Hispania fecunda,
espíritus fraternos, luminosas almas,
!Salve¡”
En la cara posterior (cara Sur) y dedicado al poeta, aparece la siguiente inscripción:
LA EXPOSICIÓN IBERO AMERICANA
AL INMORTAL
CANTOR DE LA RAZA
MCMXXIX
2.- GLORIETA DE GOYA.
Si dejamos el anterior monumento y cruzamos a la acera de la izquierda, entre las confluencias de las avenidas de Isabel la Católica y la del Gran Capitán, nos encontrarnos con la Glorieta de Goya, de planta circular y delimitada por el Bar Citröen y la Torre Norte de la Plaza de España.
El acceso a la misma, se realiza a través de dos columnas de granito dóricas, que sostiene una delgada pérgola de madera; las columnas fueron traídas desde Madrid, donde habían estado instaladas en el Palacio de la Inquisición que había sido derribado. En el centro, se levanta un gran ficus o Higuera de Moretón, que protagoniza ese espacio; alrededor de la glorieta se han plantado kentias procedentes de patios de la ciudad, así como una cica, un raro ejemplar, el único existente en el Parque.[3]
Estas columnas eran el acceso al pabellón comercial “Quinta de Goya”, que reproducía la Casita del Pescador del Parque del Retiro madrileño, y que estuvo levantado en este mismo lugar.
El nombre de esta glorieta, se debe a este pabellón, que se dedicó al inmortal pintor Francisco de Goya y Lucientes, y en el que se homenajeaba a este gran artista, mostrando algunas de sus obras.
En este artístico pabellón se pretendía, según la propaganda del mismo, recordar la vida y obra pictórica del famoso pintor Goya, organizado por la Sociedad Quinta de Goya, y que se definirían como “grupo de amigos del arte pictórico” que habían concebido la idea de instalar en la Exposición un verdadero templo del arte, y en el que se rememorara todo lo relacionado con la vida y obra del famoso pintor, gloria de España Francisco de Goya.
De aquel artístico pabellón, solo queda como memoria estas dos columnas.
Acceso a la Glorieta de Goya. (Archivo del autor)
Imagen del pabellón Quinta de Goya durante la Exposición Iberoamericana. En el porche del mismo se aprecian las dos columnas de granito que aún se conservan en el mismo lugar. (Fototeca Universidad de Sevilla)
3.- GLORIETA DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER.
El monumento en recuerdo del escritor y poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer, que actualmente contemplamos, es el resultado de tres fallidos intentos para su erección. El primero orquestado por los personajes del momento como Susillo, García Ramos, Gonzalo Bilbao y Mas y Prat en 1886, no tuvo éxito; poco antes la Sociedad Amigos del País también hizo un intento fallido y no es hasta el año siguiente, cuando al menos se coloca la primera piedra a orillas del río Guadalquivir, en la Barqueta frente a la calle del mismo nombre, la cual no pasó de la colocación del pedestal, el 11 de enero de 1887, que había diseñado Antonio Susillo.
Tras un largo letargo, en 1909 los hermanos Álvarez Quintero, con el apoyo del Ayuntamiento, retoman la idea y donan los derechos de autor de su obra ”La rima eterna” para la construcción de un monumento al poeta romántico.
Glorieta de Bécquer. (Fototeca Universidad de Sevilla)
El monumento diseñado por Lorenzo Coullaut Valera, es uno de los más hermosos, si no el más bello de los que tiene Sevilla.
Sobre el basamento y un banco de mármol de planta poligonal que rodea un taxodio gigante, plantado en 1850 por la Infanta María Luisa cuando el Parque aún era propiedad de los duques de Montpensier, aparece sobre una pilastra clásica, el busto de medio cuerpo del poeta Gustavo Adolfo Bécquer, envuelto en una capa típicamente española. Al píe de la estatua en el banco corrido, se hayan tres figuras de mujer sedentes a tamaño natural. Estas figuras representan el amor que llega, el amor que vive y el amor que muere, todo ello tallado sobre mármol blanco. El conjunto lo completan dos figuras aladas en bronce, una la del amor herido y muerto, y la otra del amor vivo, en actitud de herir a las tres figuras de las mujeres sentadas.
De la labra del monumento se encargó el taller de escultura de Federico Bechini Bagnasco, italiano nacido en Livorno y establecido en Barcelona en 1881.[4] De las otras dos figuras de bronce que completan dicho monumento, es muy probable que se reprodujeran en el taller de fundición artística de otro italiano, Romolo Staccioli, instalado también en Barcelona en 1888. El grupo de tres figuras femeninas del monumento a Bécquer está realizado en una sola pieza de mármol.
Tomamos las palabras del autor para explicar el simbolismo de las distintas figuras:
“Las tres mujeres son de la época de Bécquer, y por las que pasa el amor, que va a pasar, y ha pasado; teniendo en el centro el éxtasis amoroso, la otra el presentimiento, y la tercera tiene la melancolía de recuerdo del amor perdido. En toda esta composición he tratado de influir el optimismo juvenil que se ve en gran parte de la obra del poeta.
El Amor caído, del otro lado, pertenece al grupo de poesías de Bécquer, que son de trágica tristeza y desengaño del amor… Este es el amor de más edad que el primero; tiene las alas rotas y el puñal de la rima clavado en la espalda.
En cuanto a que esté el monumento bajo un árbol, y rodeándolo, se me ocurrió para expresar así la gran sensibilidad del poeta por la Naturaleza y, al mismo tiempo, darle al monumento ese recogimiento y esa tristeza íntima que yo creía que debía tener, y hubiera perdido en sito más amplio y de más perspectiva.”
Otro ángulo del monumento a Bécquer. (Fototeca Universidad de Sevilla)
Gustavo Adolfo Bécquer, poeta, articulista e introductor de la poesía lírica romántica, es el máximo exponente del Romanticismo Español. Nacido en Sevilla, murió en Madrid de tuberculosis en 1870, a los 36 años, no consiguiendo ver publicado un solo libro con sus versos.
El monumento fue inaugurado el 9 de diciembre de 1911, situándose en la glorieta con el nombre del poeta en las proximidades de la avda. de Isabel la Católica, siendo su construcción anterior a las actuaciones de Forestier en el Parque.
Imagen del día de la inauguración del monumento a Bécquer en 1911, y los hermanos Álvarez Quintero junto al taxodio, antes de la construcción del monumento. (Fuentes internet)
La inauguración del monumento estuvo precedida por una función de gala en el teatro Cervantes, en homenaje al poeta, organizada por la compañía Guerrero-Mendoza, y los hermanos Álvarez Quintero, en el que después de la interpretación de una sinfonía, se representó el epílogo de la obra “La rima eterna” y en cuyo escenario se instaló una recreación del monumento que se inauguraría a continuación, donde se trasladaron todos los asistentes a la representación.[5]
Debido al desarrollo del árbol que circunda, este grupo escultórico ha sufrido multitud de restauraciones, ya en 1918, el arquitecto Aníbal González suprimió la verja del hierro que definía el jardín que rodea el monumento, siendo ésta reemplazada por una falca de piedra. Así mismo se sustituyeron entonces los bancos, que eran de madera, por otros de mármol. Posteriormente se han realizado diversas obras, sobre todo de restauración y adaptación al crecimiento vegetativo del árbol.
Entre las restauraciones se encuentran la realizada por Juan Luis Vasallo en 1950; en 1988 se sustituye la verjilla de protección interior y en 1995 se construye la verja exterior de protección a la vez que se realiza la restauración a cargo del escultor Sebastián Santos Calero.
Escena del homenaje a Bécquer en el teatro Cervantes, el día de la inauguración del monumento. (Fotografía Ilustración Artística, 25 de diciembre de 1911)
En1985 el árbol presentaba símbolos de decrepitud, sin que se supiera los motivos de la misma, ya que las condiciones del suelo y ambientales no habían cambiado. A fin de ampliar el monumento, por la presión que ejercía sobre el árbol, se pudo comprobar que en la cimentación original del monumento se habían utilizado railes de tranvía que estaban estrangulando el crecimiento del mismo, siendo eliminados estos. [6]
El ciprés de los pantanos, también conocido por ciprés calvo, es una conífera, caducifolia en áreas de inviernos con bajas temperaturas, originaria de la cuenca del río Mississippi. La designación del género: Taxodium hace referencia al parecido de sus hojas con la del tejo, crece naturalmente en zonas pantanosas o encharcadas de Norteamérica donde sus raíces aéreas (neumatóforos) salen del lodo y absorben el oxígeno del aire. Es una especie muy longeva y que alcanza gran altura
La Glorieta de Bécquer en la actualidad y anaquel para libros existente en la glorieta. (Archivo del autor)
4.- GLORIETA DE LUIS MONTOTO.
Vista del estanque, celosía y estatua. (Archivo del autor)
Salimos de la Glorieta dedicada a Bécquer por el cancel opuesto a la entrada, y tras franquear el primer parque infantil construido dentro del Parque de María Luisa, nos dirigimos a la cercana Glorieta de Luis Montoto, en un bonito rincón del parque, adornado por un magnolio, almeces, cipreses y un árbol de fuego.
Esta glorieta, dedicada al literato Luís Montoto y Raustentrauch, patriarca de las letras sevillanas, además de cronista de la ciudad y periodista, Se encuentra en la avenida del conde de Urbina (Federico Amores y Ayala), primer Comisario Regio de la Exposición Iberoamericana, que estuvo en el cargo desde 1920 a 1922.
La primitiva idea de su construcción la tuvieron los dramaturgos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero en 1929, como la dedicada a Bécquer, pero no llegó a realizarse.
Recogida la idea en la década de 1950 por Celestino Fernández Ortiz, entonces Teniente alcalde-Delegado de Parques y Jardines, se le encargó al arquitecto sevillano Luís Gómez Estern, hiciera un proyecto para este fin, tallando un monolito en piedra de estilo constructivista el escultor Emilio García Ortíz, en 1957, que se instaló junto a un estanque de perfil ondulado, que se inauguró el 1 de mayo de 1959.
Estanque de la primera intervención de la Glorieta de Luis Montoto. (Archivo del autor)
En 1967, frente al monolito y estanque, se construyó otro estanque con una mujer recostada en una isleta centra, de rasgos muy simples, realizada en un vaciado de piedra artificial, con un muro cerámico calado celeste de figuras geométricas en relieve, que sirve de fondo, del cual mana una fuente de tres caños y se corona con los rayos de un Sol. Estas dos obras se deben al escultor Emilio García Ortíz, que contó con la colaboración de José Elías y José Lupiáñez.[7]
Monolito de piedra de la primitiva glorieta. (Archivo del autor)
Detalle de la figura femenina. (Archivo del autor)
Debido a lo deteriorado que se encontraban los elementos decorativos cerámicos, en 2002, fue restaurada en su totalidad con nuevo diseño de la figura femenina y del muro cerámico según proyecto del arquitecto Francisco González de Canales López-Obrero. La figura femenina original del escultor Emilio García ha sido sustituida por otra figura realizada en piedra.
Salimos de esta glorieta bajando unos escalones, llegando a la avenida del conde de Urbina, giramos a la izquierda hasta llegar a la amplia avenida de Rodríguez Caso, encaminando nuestros pasos hacia la Plaza de España, pero antes a la izquierda nos encontramos con la Glorieta dedicada a Torcuato Luca de Tena.
Inauguración de la Glorieta de Luis Montoto, con la presencia de su hijo Santiago y nietos, el 1 de mayo de 1959. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano)
5.- GLORIETA DE TORCUATO LUCA DE TENA
Vista general de la glorieta. (Archivo del autor)
Torcuato Luca de Tena y Álvarez-Ossorio nació en Sevilla en 1861, hijo de una distinguida familia que poseía varias industrias y destacada posición social. Tras terminar sus estudios se traslada a Madrid, fundado en 1890 el semanario “Blanco y Negro”, más tarde creo el diario ABC, en su labor periodista siempre estuvo presente su ferviente amor a Sevilla y a Andalucía, habiendo prestado su más decido apoyo para que se celebrara en esta ciudad la Exposición Iberoamericana, muriendo en 1929, el mismo año de su inauguración.
La decisión de construir la glorieta a Luca de Tena, se tomó en 1929, en el año de su fallecimiento, pero debido a que se estaba celebrando la Exposición, este proyecto quedó paralizado.
Pasado los años, el Ayuntamiento hispalense, al objeto de honrar la memoria de tan ilustre sevillano, decidió el 25 de junio de 1951, dedicar una glorieta, situándola al comienzo de la avenida Rodríguez Caso, en la zona llamada “El Macetero” por estar este lugar dedicado al cultivo de plantas ornamentales, no siendo entonces ya necesario, muy próxima a la glorieta de su primo el arquitecto Aníbal González.
Encargado el proyecto al arquitecto Leopoldo Carrera Díaz y al ingeniero Juan Villagrán Abaurrea, éste tiene clara influencia del vicentino Paladio como la Plaza de España. Se elevada sobre el nivel del paseo, a la que se asciende por una escalinata de tres peldaños, que nos lleva hasta un estanque central alargado, de contorno mixtilíneo, con un solo surtidor. A continuación, y entre éste y el pabellón, se eleva el busto de bronce de Torcuato Luca de Tena sobre sencillo pedestal, obra de Emilio Laiz Campos.
Tras el monumento, se encuentra un cuerpo o pabellón central con un salón, decorado con pinturas de aves y motivos florales, donde se podía leer diariamente ejemplares del periódico ABC y contaba con una colección completa de la revista Blanco y Negro, al servicio de los visitantes, y una encargada de bibliotecas de Servicio de Parques y Jardines controlaba su gestión, pero que con el paso del tiempo fue cerrado. A lo largo de los laterales se extienden sendas pérgolas formando una glorieta semicircular cubierta de buganvillas y recorridas por bancos de trecho en trecho. Se remata en sus extremos con dos edificaciones cúbicas, a las cuales se le abren grandes arcos en las cuatro caras, y bancos con respaldos de forja.[8]
Busto de Torcuato Luca de Tena y uno de los cuerpos laterales, junto al monolito a Rodríguez Caso. (Archivo del autor)
La Glorieta fue inaugurada el 15 de mayo de 1954.
En el año 2016 gracias a una donación de libros por parte del Ateneo de Sevilla y la colaboración de la asociación cultural El Pinsapo, se volvió a abrir como Punto de Lectura los sábados y domingos por la mañana.
Acto de inauguración de la Glorieta de Luca de Tena el 15 de mayo de 1954, en la que aún no se había instalado el monumento al homenajeado. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Gelán)
6.- GLORIETA DE ANÍBAL GONZÁLEZ
Salimos de la anterior glorieta, bajando la escalinata, continuando nuestro camino hacia la Plaza de España, encontrándonos frente a esta, en la confluencia de las avenidas de Isabel la Católica con la de Rodríguez Caso, la glorieta dedicada al llorado arquitecto sevillano Aníbal González Álvarez-Ossorio, que fue el arquitecto director en las obras de la Exposición Iberoamericana de 1929, entre 1911 y 1926, además de contribuir a la arquitectura de la ciudad con su estilo regionalista.
Esta glorieta, que lleva el nombre del insigne arquitecto, fue rotulada así a petición del entonces Director de la Exposición, José Cruz Conde, el 1 de marzo de 1930, así como la colocación de un monumento consistente en un busto del arquitecto que lo realizaría el escultor Mario Benlliure, y que se pensó colocar en principio, en el patio del edificio central de la Plaza de España, pero que para mayor satisfacción de los sevillanos, propuso se colocaría en este lugar, “contemplando su propia obra”. [9]
Monumento a Aníbal González, en la Glorieta de su nombre. (Archivo del autor)
Sin embargos estos deseos tardaron en materializarse 81 años. La dimisión de Cruz Conde poco después y los acontecimientos posteriores, dejaron en el limbo este merecido tributo a Aníbal González que, como otros grandes genios, no recibió en vida el reconocimiento a este singular artista que con su ingenio supo usar los materiales propios de la tierra; el ladrillo y el azulejo fundamentalmente, mezclándolos con maestría y creando un estilo único y perfectamente reconocible que la ciudad aceptó como propio desde un principio.[10]
En los primeros años de este milenio, se iniciaron las obras para la restauración integral de la Plaza de España, así como la integración del parque en la misma, mediante la peatonalización y cierre con rejas de la avenida de Isabel la Católica; con tal motivo, el Ayuntamiento, que no le había dedicado ningún homenaje, decidió colocar un monumento frente a su mayor obra arquitectónica, convocando en 2009 un concurso para tal fin.
El arquitecto mirando su obra. (Archivo del autor)
No fue hasta el 27 de mayo de 2011, cuando fue inaugurado el monumento a este insigne sevillano, autor de la Plaza de España a la que mira desde su pedestal.
El monumento es una estatua de 2,5 metros de altura de bronce del arquitecto, sobre un pedestal de granito junto al que desciende una rampa, el pedestal tiene el nombre del artista esculpido en la piedra, y a la derecha una placa metálica con la siguiente inscripción: “D. ANÍBAL GONZÁLEZ ÁLVAREZ-OSSORIO. Arquitecto Director de la Exposición Iberoamericana de 1929 y autor del conjunto monumental Plaza de España. Mayo 2011”.
Los autores del monumento fueron el arquitecto Manuel Osuna, y los escultores Manuel Nieto López y Guillermo Plaza, que ganaron el concurso abierto por el Ayuntamiento de la ciudad para la erección.
El Alcalde de Sevilla junto a nietos y familiares del arquitecto Aníbal González, el día de la inauguración del monumento. (Foto El Diario de Córdoba)
7.- GLORIETA DE CONCHA PIQUER.
Vista de las fuentes y rótulo de la Glorieta de Concha Piquer. (Archivo del autor)
Volvemos sobre nuestros pasos hacia la avenida de Rodríguez Caso, para girar a la izquierda por la avenida de Hernán Cortés, donde se sitúa esta glorieta poco frecuentada dedicada a la memoria de la gran artista y cantante Concha Piquer.
Concepción Piquer López, "Conchita Piquer", fue cantante y actriz, que nació en Valencia, el 8 de diciembre de 1906, en el seno de una familia valenciana muy humilde, falleciendo en Madrid, el 12 de diciembre de 1990.
Debutó a los once años en Valencia, trasladándose a los EE.UU., donde consiguió gran éxito en sus actuaciones. De regreso a España, actuó en Madrid y Barcelona, rodando varias películas como “El negro que tenía el alma blanca”, e interpretó canciones que le dieron fama, como “Cinco farolas” “Ojos verdes”, “Los piconeros”, “La lirio”, “Romance de la Reina Mercedes”, etc., distinguiéndose por su potente y bella voz, rica en matices, actuando por última vez en 1958 en Isla Cristina.
La glorieta está situada muy próxima a la Plaza de España, en el lugar conocido como la Choza de los Carneros, usada para ese ganado, cuando el parque formaba parte del palacio de los duques de Montpensier.
La Choza de los Carneros, en el lugar donde actualmente se encuentra la Glorieta de Concha Piquer. (Fuente internet)
Su principal decoración, consiste en tres fuentes bajas de granito, situadas a ras del suelo, procedentes de la plaza del duque de Veragua, que fueron diseñadas por el arquitecto municipal Luis Gómez Estern, las cuales, una vez retiradas de la plaza, se instalaron en esta parte del parque.[11]
Cuenta también con abundantes naranjos procedentes de las antiguas plantaciones de los Jardines de San Telmo, propiedad de los duques de Montpensier, y un magnífico eucalipto.
Como homenaje a la célebre cantante y actriz valenciana Concha Piquer, esta glorieta, que no tenía nombres, fue rotulada por el Ayuntamiento con su nombre, en un acto celebrado el 8 de marzo de 1993, al que asistió su hija, Concha Márquez Piquer, y muchas personalidades reconocidas del espectáculo.[12]
Las tres fuentes a ras de suelo de la Glorieta de Concha Piquer. (Fuente internet)
8.- GLORIETA DE RAFAEL DE LEON.
Continuando por la avenida de Hernán Cortés, y entre esta y la Glorieta de Covadonga, se halla la Glorieta de Rafael León, de sencilla composición y lugar agradable y luminoso, ocasionalmente frecuentado, que ocupa un espacio abierto y adyacente a esta avenida próxima a la glorieta de Dante.
Es una glorieta relativamente moderna, su construcción se data de 1960, fue una de las primeras actuaciones en la recuperación de los abandonados naranjales del Parque, que se situaban aquí desde la época de los duques de Montpensier. Se creó sin ningún nombre con una fuente proveniente del antiguo mercado de la Puerta de la Carne que estaba depositada en los Almacenes municipales, pavimentándose con trozos de losas de piedra de Tarifa, procedentes del Cementerio de San Fernando, y bancos de hierro colado.[13]
La hermosa fuente central, principal pieza de la glorieta, se encuentra rodeada de plantas, completando la vegetación grandes almeces y un significativo laurel de indias.
En 1980 la glorieta se rotuló con el nombre del poeta Rafael de León, colocándose un azulejo con el nombre del escritor y los primeros versos del poema “No te mires en el río”, a cuyo acto asistió el poeta homenajeado.
Rafael de León y Arias de Saavedra, VIII marqués del Valle de la Reina, VII marqués del Moscoso y IX conde de Gómara, nació en Sevilla el 6 de febrero de 1908, falleciendo en Madrid, el 9 de diciembre de 1982. Fue un poeta español de la Generación del 27 y autor de letras para copla, faceta esta última en la que se hizo famoso por formar parte del trío Quintero, León y Quiroga. Fue el letrista de algunas de las más célebres canciones populares españolas del siglo XX, como “Tatuaje”, “Ojos verdes”, “La zarzamora”, “A tu vera”, “María de la O”, “Con divisa verde y oro”, etc.[14] Todas las grandes figuras femeninas de la canción española llevaron canciones en sus repertorios por los escenarios del mundo entero.
Vista general de la Glorieta de Rafael de León y cuadro cerámico con los versos “No te mires en el río”. (Archivo del autor)
Salimos de esta glorieta, continuando por la avenida de Hernán Cortes, y nos dirigimos a la contigua glorieta dedicada al famoso escritor italiano Dante Alighieri.
9.- GLORIETA DE DANTE ALIGHIERI
Con motivo del nacimiento del escritor italiano Dante Alighieri en 1265, la asociación que lleva su nombre en esta ciudad promovió, en 1965, con el apoyo del Instituto de Cultura Español y el Consulado de Italia, erigen este monumento.
El elemento principal de dicho monumento, es el busto del poeta florentino, obra del escultor sevillano Juan Abascal Fuentes, realizado en bronce, tomando como modelo el retrato auténtico de Dante, sobre un pedestal, en el que se mencionaba a Sevilla, en su obra “La Divina Comedia”.
Vistas del monumento y glorieta a Dante Alighieri. (Archivo del autor)
El 19 de junio de 1969, se inauguró el monumento, en su primer emplazamiento, junto a las murallas del Alcázar, en la calle Alcazaba (actual Joaquín Romero Murube), y en cuyo pedestal se había gravado, en el frontal la inscripción “Sevilla a Dante Alighieri, poeta universal, MCMLXIX”; y en un lado, en su versión original, la cita que de Sevilla se hace en -La Divina Comedia- “Dalla man destra / mi lascia Sibilia” –Inferno, XXVI, 110-111; y en el otro; “E l’altro vidi / infin la Spagna” –Inferno XXVI, 103.[15]
Con posterioridad, en 1971, se trasladó el monumento a la avenida de Rodríguez Caso, en el lugar donde estuvo emplazado el monumento a la Infanta María Luisa, y donde aún permanecían las dos columnas toscanas coronada por borlas estriadas, y elevadas sobre un alargado murete que acompañaban al monumento de la infanta, siendo instalado en el centro del mismo, aunque perdiendo las dos inscripciones laterales.
No sería este el último lugar donde se asentaría este monumento a Dante ya que, con posterioridad, nuevamente fue trasladado esta vez acompañado de las columnas del monumento de la Infanta María Luisa, a su actual ubicación al final de la avenida de Hernán Cortés, próxima a las glorietas de Rafael de León y de los hermanos Álvarez Quintero.
Dante Alighieri, que nació en Florencia en 1265, y falleció en Rávena en 1321, fue poeta, músico, teólogo, dibujante, filólogo, naturalista, astrónomo, historiados y matemático. Sus obras constituyen una auténtica enciclopedia, debiéndole Italia su lengua y su sentimiento poético, siendo uno de los artistas más grande de la humanidad.
Además de su famosa obra La Divina Comedia, también destacan otras como La Vida nuova, Il convivio y Il canzoniere.
Dos aspectos del busto de Dante Alighieri realizado por el escultor Juan Abascal. (Archivo del autor)
Nos trasladamos ahora a la contigua Glorieta de Covadonga, situada al final de la avenida de Isabel la Católica, a la espalda del monumento a Dante, saliendo por el cancel situado en dicho lugar,
10.- GLORIETA DE COVADONGA
Para la ornamentación de esculturas tanto del exterior como del interior del Pabellón de Bellas Artes, el Comité Ejecutivo convocó un concurso nacional que fue fallado en 1913, en el que resultó premiado el escultor Lorenzo Coullant Valera, que estaba asociado con Manuel Delgado Brackenbury, en este concurso se establecía la realización de cuatro grupos escultóricos alegóricos, cuyas temáticas eran el Arte, la Ciencia, el Trabajo y el Genio, de seis metros de altura por dos de ancho, a fin de decorar las cuatro hornacinas del Salón Elíptico de dicho Pabellón.
Realizadas las esculturas entre 1914 y 1916, estas obras ganadoras, no llegaron a ser colocados en el emplazamiento previsto, siendo instaladas para hermosear una glorieta, conocida en sus primeros años como “de las estatuas”, en la que se colocaron estos cuatro grupos escultóricos representando de forma alegórica a “El Arte” y “El Genio”, realizados por Coullat y “El Trabajo” y “La Ciencia” por Delgado Brackenbury; esencia y compendio de lo que el hombre representa en el progreso y en la historia.
Vista general de la Glorieta de Covadonga. (Archivo del autor)
Las figuras fueron colocadas en 1919 en esta glorieta, que poco antes de la inauguración de la Exposición Iberoamericana, pasó a rotularse como de Covadonga, como homenaje a la batalla que sirvió como inicio a la Reconquista, y que en uno de sus laterales se edificó lo que sería el “Pabellón de la Prensa” de la Exposición, (hoy día Colegio España), y el también cercano Pabellón Domecq.
Las estatuas, fueron realizadas en piedra arenisca, y “El Arte” simboliza la escultura, la pintura y la arquitectura, mediante tres figuras que se distinguen por las herramientas que porta, el mazo, el pincel y la clave de un arco. “El Genio”, muestra a un joven que va acompañado de otras dos figuras, una es Minerva (diosa de la Sabiduría), y la otra representando a la ignorancia vencida.
Los grupos escultóricos de “El Arte” y “La Ciencia”, de los artistas Coullant Valera y Delgado Brackenbury, respectivamente, en el taller de los escultores. (Ilustración revista Bética, 15 de noviembre de 1915, p. 50)
“El Trabajo” muestra un hombre en pie, y dos mujeres, una flexionada y otra que lleva un niño entre sus brazos, y un cuerno de la abundancia a los pies vertiendo sus frutas sobre el pedestal; representando respectivamente la vida activa, la contemplativa y los frutos del trabajo.
Por último “La Ciencia”, muestra a una mujer que representa la Escuela Escolástica, acompañada de dos figuras, una simboliza la cultura clásica, y la otra la ciencia contemporánea.
Los grupos “El Genio” de Coullant Valera y “El Trabajo” de Delgado Brackenbury. (Postales de la época)
Los grupos tienen una estética academicista de influencia neoclásica tanto en composición como en modelado, resultando frías y poco expresivas, propio de la esculturas del XIX.
En 1928, se le da la configuración que actualmente tiene la glorieta, con el revestimiento y construcción de los bancos laterales a cada uno de los grupos escultóricos, diseñado por el arquitecto Pedro Sánchez Núñez.
Debido a la característica porosa de la piedra empleada para la ejecución de los grupos, durante el paso del tiempo ha ido sufriendo un progresivo deterioro, llegando a tener un lamentable estado, siendo restauradas en 2009, y con motivo de la celebración del centenario del Parque de María Luisa, en 2014, una segunda intervención, más profunda, que le han devuelto todo la belleza de cuando fueron realizadas.
De izquierda a derecha, los grupos de “La Ciencia”, “El Arte”, “El Trabajo” y “El Genio”, tras la restauración realizada en 2014. (Archivo del autor)
11.- GLORIETA DE LOS HERMANOS ÁLVAREZ QUINTERO
Vista general de la Gloriera de los hermanos Álvarez Quintero. (Archivo del autor)
Regresamos nuevamente al final de la avenida de Hernán Cortés, donde se encuentra la glorieta dedicada a los hermanos Álvarez Quintero. Proyectada por Aníbal González, que fue inaugurada el 10 de mayo de 1927; haciéndose realidad una propuesta formulada al Ayuntamiento por el pintor, y entonces concejal municipal, Santiago Martínez, y que, ante la imposibilidad de poderla realizar el Consistorio, fue aceptada por el Comité de la Exposición en 1925, y en la que se indicaba para su construcción, “en la parte inmediata al estanque de los nenúfares en donde existe hoy un banco semicircular de ladrillos y una pradera de césped.[16] Suponemos que se refería al lugar que hoy ocupa el monumento a la Infanta María Luisa.
No obstante esta petición, el Comité decidió que “con el fin de evitar que se varíe el trazado general del Parque, se indica la conveniencia de que sea otro distinto al señalado en el proyecto”.[17] Posteriormente el alcalde, de acuerdo con el pintor Gonzalo Bilbao y el autor del proyecto Santiago Martínez, proponen se emplazar en los Jardines de las Delicias,[18] para finalmente ser escogido este lugar, como telón de fondo a la avenida de Hernán Cortés, por el arquitecto de la Exposición Aníbal González.
Esta glorieta, que es una de las más espaciosas del Parque de María Luisa, tras la anterior de Covadonga, siendo la mayor parte de la superficie es rectangular, estando articulada como un patio abierto, compuesta por dos espacios, el que nos recibe con un estanque central y dos largos bancos situados en los lados mayores en cuyos respaldos en azulejo se representan centrados los retratos de los dos hermanos acompañados de los títulos de sus obras; y al fondo de este rectángulo, otro formado por un semicírculo, a modo de ábside, con un cuerpo central cubierto por un frontón mixtilíneo con el escudo de la ciudad, enmarcado por dos columnas platerescas de ladrillos tallados, adornadas con querubines, flores y frutos, y sobre una fuente de cerámica con adornos en relieve, se encuentra reproducida, en barro vidriado, una nave de doble vela desplegada con su ex-libris “ Un solo aliento impulsa las dos velas”. A ambos lados se ubican bajorrelieves laterales con figuras de amorcillos que soportan respectivos anaqueles para libros.
Vista de la glorieta. (Postal de la época)
A continuación, se extiende lateralmente, bancos de forma semicircular, recubiertos de azulejos en los que se pueden leer los títulos de distintas obras de los autores, así como una orla con la leyenda: “A Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, gloriosos autores dramáticos, Sevilla, su madre adoptiva consagra este monumento en testimonio de gratitud porque infundieron en cien comedias, gala de la escena española, el alma de la Reina del Guadalquivir”.
Del modelado de la pila y los amorcillos se ocupó el escultor sevillano Adolfo López Rodríguez y de la azulejería Manuel García Montalván.
Los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, irrumpieron en la vida teatral aportando un nuevo estilo, alegre, desenfadado y sinceramente andaluz. Sus comedias y entremeses son de sobra conocidos. En 1929, escriben para la inauguración del Teatro Lope de Vega, entonces de la Exposición, la obra “Los Duendes de Sevilla”, con gran éxito. En plena gloria de ambos autores, es cuando se les dedicó esta glorieta y el monumento que en ella se contiene.
Como ya se ha indicado, el 10 de mayo de 1927, con la asistencia de los homenajeados, autoridades locales y de la Exposición, la infanta Isabel Alfonsa, los pintores Gonzalo Bilbao y Gustavo Bacarisas, el arquitecto Marín S. Noel, etc., fue inaugurada esta glorieta, con la ausencia de su diseñador, el arquitecto Aníbal González, que el año anterior había dimitido de su cargo en la Exposición y estaba retirado de todo lo que tuviera que ver con ella.[19]
El día de la inauguración, y los hermanos posando en la glorieta de dicada a ellos. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Sánchez del Pando)
Composición central de la Glorieta presidida por el templete que acoge la fuente, y anaqueles para libros laterales con figuras en bajorrelieves. (Archivo del autor)
Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, retratos pintados en cerámica en el respaldar de los bancos y olambrilla con el ex-libris de los Quinteros. (Archivo del autor).
Dice Villar Movellán,[20] que es sin duda esta glorieta, modelo en su género, y quizás la más hermosa que se realizó en estilo regionalista, intentando ser un monumento vivo, no mostrando solamente los méritos de los homenajeados, sino haciéndonos partícipes de sus obras, situadas en los anaqueles y enumeradas en los largos paneles cerámicos que tienen instalados.
La última restauración total de la glorieta se realizó en el año 2002, según proyecto del arquitecto Francisco González de Canales.
12.- GLORIETA DE LOS TOREROS
Inmediatamente detrás de la glorieta de los Quintero, en un nivel más bajo, entre naranjos, setos y unos altos eucaliptos, el Comité erigió, recién terminada la ordenación del Parque por Forestier, esta glorieta presidida por la Fuente de los Toreros.
Acceso a la Glorieta de los Toreros e interior de la misma. (Archivo del autor)
En la época romántica del siglo XIX, a los monumentos religiosos, civiles y militares les suceden, con una gran similitud en la mayoría de parques y jardines públicos, otros recuerdos ofrecidos a artistas de todas clases. Entre esos artistas, el actor es entonces apreciado, y como no podría haber sido en otro lugar, en nuestro país el torero se convierte asimismo en personaje importante.
La glorieta de reducido tamaño y forma circular, está ocupada en su centro por la Fuente de los Toreros, igualmente circular, y desde el nivel del suelo hasta el surtidor de la misma, descienden cuatro gradas revestidas de azulejos policromados.
Entre ese círculo central y el exterior, se forma un paseo interior enlosado con ladrillos formando espigas, y cuatro bancos con respaldos terminados por pilastras, abiertos por otros tantos pasos.
Toda la obra está alicatada con pequeñas baldosas ajedrezadas, y decoradas con una variedad de asuntos seriados que representan retratos de toreros, personajes del siglo XVIII y tipos populares del XIX y del XX, como una mujer con toca blanca, un hombre con sombrero calañés, cantaores, guitarristas, gitanos, armados y seises, toreros, picadores, nazarenos, etc. Toda una Andalucía castiza.
Detalles de los azulejos de los bancos. (Archivo del autor)
Los dibujos originales se deben al ceramista Manuel Vigil-Escalera, realizados a la cuerda seca en la fábrica de Ramos Rejano.
A pesar de haber sido restaurada en 2002, según proyecto del arquitecto Francisco González de Canales, corriendo la restauración a cargo de Alfonso Carlos Orce Villar. Su fuente suele estar seca, quitándole encanto al lugar y al gran mosaico que forman.
Detalle de los personajes populares retratados en los azulejos. (Gentileza de la web Retablocerámico.net)
Azulejos con escenas goyescas. (Gentileza de la web Retablocerámico.net)
La glorieta con tres surtidores. (Postal de la época)
La Glorieta de los Toreros en 1917, con un surtidor central elevado. (Foto de Carles Batlle Ensesa).
13.- GLORIETA DE LOS HERMANOS MACHADO
Próxima a la Glorieta de los Toreros, continuando por la avenida de Don Pelaya, y antes de llegar a la trasera del Pabellón Real, se encuentra la glorieta dedicada a otros dos hermanos ilustres de esta tierra, los hermanos Machado. En 1931, el Ayuntamiento de Sevilla, decidió homenajear a estos insignes escritores sevillanos, con una glorieta en el Parque de María Luisa.
La glorieta de planta circular, se delimita por una verja, oculta por plantas trepadoras, donde se abren tres accesos, uno de los cuales está formado por una pérgola sostenida por parejas de esbeltas columnas clásicas de mármol blanco.
En el centro una bella fuente en mármol rosa, compuesta de dos vasos de forma mixtilínea, sobre un mosaico con diferentes motivos geométricos; alrededor, formando el círculo, tres bancos corridos de mampostería con asiento de mármol y respaldo de hierro de forja con motivos floristas, rematados sus extremos por anaqueles para libros.
Este marco sencillo, crea un ambiente de sobriedad y recogimiento, como un olvidado rincón protegido de las miradas de los paseantes.
Acceso a la Glorieta de los hermanos Machados. (Archivo del autor)
Los poetas Manuel y Antonio Machado Ruiz, pertenecientes a la Generación del 98, escribieron obras tanto conjuntas como por separado. Manuel profundizó en el sentido dramático del arte flamenco, y Antonio extrajo del paisaje castellano una inmensa riqueza lírica.
Los dos hermanos escribieron conjuntamente varias obras de teatro, de estilo costumbrista andaluz, como “La duquesa de Benamejí”, o “La Lola se va los puertos”.
Como curiosidad en esta glorieta se puede apreciar la única araucaria australiana que se encuentra en Sevilla.
Fuente de mármol rosa de la glorieta. (Archivo del autor)
14.- MONUMENTO A J. C. NICOLAS FORESTIER.
Salimos de la Glorieta de los hermanos Machado, y nos dirigimos al cercano Monte Gurugú, junto al cual se encuentra el monumento a Nicolas Forestier.
Jean Claude Nicolás Forestier (1861 - 1930) fue un ingeniero y paisajista francés que se encargó de realizar varios jardines en España a principios del siglo XX. En Sevilla se ocupó de darle un nuevo diseño a los jardines del palacio de San Telmo tras su cesión a la ciudad, en 1893, de parte de los jardines del palacio, por la infanta María Luisa Fernanda.
Para ello, Forestier convirtió el decimonónico jardín privado de los duques de Montpensier, en una zona verde abierta al público que, además, serviría de epicentro de la Exposición Iberoamericana de 1929. El Parque de María Luisa se inauguró reformado, el 18 de abril de 1914, y en él Forestier mezcló las tradiciones paisajísticas locales, especialmente de los jardines del Alcázar y la Alhambra, con el paisajismo francés de avenidas perfectamente ordenadas, e inglés con praderas y bosques más salvajes.
Vista del monumento a Forestier. (Archivo del autor)
Con motivo de la celebración en 2014, del centenario de la inauguración de la reorganización del Parque de María Luisa por J. C. Nicolas Forestier, la Plataforma Ciudadana por los Parques, los Jardines y el Paisaje de Sevilla, acordó erigir un monumento, mediante cuestación popular, al ingeniero y paisajista francés, que diseñó y acondicionó el Parque de María Luisa.
El Ayuntamiento, que se encontraba inmerso en aquel momento en la celebración con diferentes actos por tal motivo, acoge favorablemente la iniciativa, pero habría que esperar cuatro años más, para que en 2018 se diera verdadero impulso a este proyecto.
En dicho año, la Dirección de Parques y Jardines de la ciudad, propone para la realización del monumento, la utilización del tronco de un ciprés talado, situado en las cercanías del Monte Gurugú, siendo aceptada la propuesta por la Plataforma, publicándose posteriormente las bases del concurso público para el monumento, siendo elegido por la comisión nombrada al efecto, el proyecto presentado por Guadalupe Arévalo Pacheco.
Iniciado los trabajos en el mes de abril de 2019, el 21 de mayo de dicho año, es inaugurado el monumento, como Espacio en Memoria de Forestier, con la asistencia del Alcalde de Sevilla, varios Concejales, la autora del monumento, el Cónsul de Francia y miembros de la Plataforma Ciudadana por los Parques, los Jardines y el Paisaje de Sevilla. Pero no es hasta el verano cuando se realizan los trabajos de ornamentación de la glorieta con la delimitación de arriates, y la plantación de rosas alrededor del monumento y otros detalles.
El monumento se encuentra rodeado de una base circular, y está tallado en el tocón de un ciprés centenario de 3,45 metros de altura por 0,7 de diámetro, el cual presenta una ligera inclinación. Este ejemplar ya se encontraba en este lugar, cuando Forestier realizó su proyecto de intervención del Parque.
Tronco del ciprés elegido para tallar. (blog Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva)
En él, se ha tallado una columna de capitel toscano, en el interior del tocón del ciprés, dejando parte del mismo en la zona lateral e inferior, como si la columna saliera del árbol, así mismo también se encuentra tallada en la conexión del árbol con la columna, una rosa roja policromada, como recuerdo por ser la flor preferida del homenajeado. Y coronando la columna, un medallón en color bronce, con la efigie de Forestier con la siguiente inscripción: “JEAN C. N. FORESTIER . ARCHITECTE DE JARDINS . MCMXXIX”
A en la base circular, a los pies de la columna, se encuentra un corte transversal del ciprés, con indicación en los anillos del mismo, de diferentes efemérides, como la de 1850, la construcción de los jardines del palacio de los duques de Montpensier, por Lecolant. En 1893, la cesión de los jardines del palacio a la ciudad. En 1914, la inauguración del Parque de María Luisa diseñado por Forestier, En 1929, la inauguración de la Exposición Iberoamericana, y 1992, la de la Exposición Universal de Sevilla.
A continuación, se sitúa una placa conmemorativa en la que se lee: “En memoria del insigne ingeniero francés J.C.N.Forestier (1861-1930), diseñador del Parque de María Luisa. Erigido por la Plataforma Ciudadana por los Parques, los Jardines y el Paisaje de Sevilla mediante cuestación popular con motivo del primer centenario de la inauguración del parque el 18 de abril de 1914. Sevilla, 21 de mayo de 2019”.
Corte transversal del ciprés y placa conmemorativa. (blog Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva)
En el mes de enero de 2021, se realizaron trabajos de restauración, que consistieron en restañar las grietas de la columna, darle a esta una capa de barniz protector, cambiar el medallón y podar los rosales, quedando solo por plantar los dos cipreses que constan en el proyecto original.
Medallón con la efigie de Forestier, y el día de la inauguración del monumento. (blog Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva)
VÍDEO DEL CANAL SOBRE LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA DE YOUTUBE SOBRE LAS GLORIETAS DEL PARQUE DE MARÍA LUISA
BIBLIOGRAFÍA:
. Villar Movellán, A. Las fuentes monumentales de la Exposición de
Sevilla 1909-1929. En Homenaje al Profesor Dr. Hernández Díaz. 1982,
Sevilla. Edita Universidad de Sevilla.
. Guichot y Sierra, A. El cicerone de Sevilla. Monumentos y Artes
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. Graciani García, A. Parque Centenario. Exposición conmemorativa
del Centenario del Parque de María Luisa (1924-2014). 2014, Sevilla. Edita
Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla. Ayuntamiento de Sevilla,
. Blázquez Sánchez, F. La escultura sevillana en la época de la Exposición Ibero-Americana de
1929: 1900-1930. 1989 Ávila. Edita Diario de Ávila S.A.
. Hermández Díaz, J. ENRIQUE PEREZ COMENDADOR, Escultor e
Imaginero 1900-1981. 1993, Sevilla. Edita Diputación Provincial de Sevilla.
. de Mena, J. M. Sevilla, estatuas y jardines. 1993, Sevilla. Editorial Castillejo.
. Covelo López, J. M. El escultor Lorenzo
Coullaut Valera sus trabajos para la Exposición Iberoamericana de Sevilla
(1929). En Actas de las IV Jornadas sobre
Historia de Marchena: Marchena en los tiempos modernos (siglos XIX-XX):
Marchena 6, 7, 8 y 9 de octubre de 1998.
. Domínguez Peláez, C. El Parque de María
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. Domínguez Peláez, C. La Exposición
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En Andalucía y
América en el Siglo XX, Actas de las VI Jornadas de Andalucía y América
1987.
. Cabreza Méndez. J. M. La
Exposición Iberoamericana y los Aparejadores. En revista APAREJADORES. Núm. 14
. SEVILLA BARRIO A BARRIO,
coleccionable del “ABC”
. Diarios ABC, El Noticiero Sevillano y
El Correo de Andalucía, de las ediciones de Sevilla
- www.sevillasigloxx.com
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- Wikipedia, la enciclopedia
libre
- www.jardinessinfrontera.com
- www.unpocodesevillaenlared.blogspot.com
- www.unaventanadesdemadrid.com
- www.retabloceramico.net
- www.blogs.canalsur.es
NOTAS
[1] . Villar Movellán, A. Las fuentes monumentales de la Exposición de
Sevilla 1909-1929. En Homenaje al Profesor Dr. Hernández Díaz. 1982,
Sevilla. Edita Universidad de Sevilla, p. 861.
[2] . Archivo Municipal de
Sevilla. Sección XVIII, Exposición Iberoamericana. Libro de actas de la
Comisión Permanente núm. 7. Sesión del 20 de septiembre de 1929.
[3] . EDIFICIOS Y GLORIETAS
DEL PARQUE DE MARIA LUISA – Jardines sin fronteras.
Un blog de
José Elías Bonells, solo para profesionales. Consultado el 28/05/2021
[18] . A.M.S. Secc. XVIII.
E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 1. Sesión de 5 de febrero
de 1925.
[19] . Villar Movellán, A. Las fuentes monumentales de la Exposición de
Sevilla 1909-1929. En Homenaje al Profesor Dr. Hernández Díaz. 1982,
Sevilla. Edita Universidad de Sevilla, p. 864.
[23] . Torres Rondón, E. Luces de la Diáspora. 2009, Pontevedra.
Edita Grupo de Comunicación Galicia en el Mundo, S.L., p. 192.
[24] . Graciani García, A. Parque Centenario. Exposición conmemorativa
del Centenario del Parque de María Luisa (1924-2014). 2014, Sevilla. Edita
Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla. Ayuntamiento de Sevilla, p.
136.
[25] . https://www.sevilla.org/servicios/medio-ambiente-parques-jardines/parques/parques-y-jardines-historicos/parque-de-maria-luisa/glorieta-de-ofelia-%E2%80%A62/2.
Consultada el 23/08/2021
[26] . A.M.S. Secc. XVIII.
E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 1. Sesión de 12 de febrero
de 1925.
[27] . Información procedente
de la ficha sobre la Glorieta a José María Izquierdo de la web
retabloceramico.net
[33] . Real Academia de la
Historia. https://dbe.rah.es/biografias/54253/mario-mendez-bejarano. Consultada
el 17/08/2021
[34] . . Graciani García, A. Parque Centenario. Exposición conmemorativa
del Centenario del Parque de María Luisa (1924-2014). 2014, Sevilla. Edita
Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla. Ayuntamiento de Sevilla, p. 74.
[35] . A.M.S. Secc. XVIII.
E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 4. Sesión de 16 de enero
de 1928.
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