- Los contenidos de la Plaza de España - III -
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Juan José Cabrero Nieves
LAS EXPOSICIONES DE ARTE MODERNO, DEL MINISTERIO DE FOMENTO, Y LA SECCION DEL LIBRO.
En los sectores 3º y 4º de la Plaza de España, se instalaron las exposiciones de Arte Moderno, del Ministerio de Fomento y la Sección del Libro, que a su vez se dividía en el Salón de la Prensa Iberoamericana, la Feria del Libro y el Museo del Libro, con Exposición Retrospectiva y Moderna del Libro Español.
La distribución de la exhibiciones del Ministerio de Fomento en los salones de estos sectores, es muy confusa, habiendo tenido grandes problemas a la hora de ubicarlas en cada uno de ellos, por lo que no se insiste y solo se da una situación aproximada de los mismos.
LA EXPOSICIÓN DE ARTE MODERNO.
La Exposición de Arte Moderno de la Exposición Iberoamericana nació con mal pie, y desde su concepción hasta su anulación, en el ecuador del certamen, estuvo plagado de inconvenientes.
En la sesión del Comisión Permanente del 14 de marzo de 1925,[1] fue presentada, por el arquitecto de la Exposición Aníbal González, las bases para el concurso de un pabellón provisional de Arte Moderno con características de museo y ubicado en los terrenos de la Junta de Obras del Puerto. Al citado concurso presentó su ante proyecto el arquitecto sevillano José Gómez Millán, quedando pendiente su aprobación, hasta que se realizara las modificaciones necesarias, a fin de que se ajustara al presupuesto.[2]
Este Pabellón provisional de Arte Moderno, se cambió su primitiva ubicación, pasando a situarse “próximo a la Plaza de España, en la calle que irá desde el Foso a la avenida de la Borbolla”,[3] así como su construcción que se aprobó fuera de carácter permanente.[4]
Proyecto de Pabellón de Arte Moderno, realizado por José Gómez Millán, que no llegó a ejecutarse. (Ilustración Arquitectura del Regionalismo en Sevilla. 1900-1935) |
Para el diseño del pabellón, su autor se inspiró en los modelos neoclásicos del siglo XVIII, por ser durante aquel siglo cuando se empezaron a construir en nuestro país este tipo de edificios como museos. Su composición era “una sala rectangular que lleva un pórtico en cada extremo menor; a ella se acoplan perpendicularmente otras dos salas rectangulares, rodeadas de galerías y salas más pequeñas y terminadas en rotondas cupuladas”.[5] Como minuta de dicho proyecto, percibió José Gómez Millán la cantidad de 10.863,96 pts.[6]
Nombrado José Cruz Conde Comisario Regio de la Exposición, a finales de 1926, hace en enero del año siguiente, una revisión de los acuerdos previos tomados por la Comisión Permanente, que habían aprobado entre otros proyectos, la construcción del Museo o Pabellón de Arte Moderno y que, por irrealizables por su elevado coste, se revocaban dichos acuerdos. [7]
Mientras tanto, el nuevo Comisario Regio, andaba realizando gestiones para formar la Comisión de Arte Moderno, habiendo pensado para que la dirigiera en el eminente pintor Gonzalo Bilbao Martínez (1860-1938), “para que con su competencia y amor a Sevilla concrete y defina lo que ha de ser la Exposición de Arte Moderno”.[8] No obstante, el pintor desde un principio mostró su reticencia a tal nombramiento, manifestando su delicado estado de salud que le impedía aceptar la responsabilidad del encargo, pero ante la insistencia del Comité, aceptó el mismo el 21 de marzo de 1927, proponiendo le auxiliaran en su labor Cayetano Sánchez Pineda, Santiago Martínez, Juan Rodríguez Jaldón, Guillermo Gómez Gil, Joaquín Bilbao y Manuel Delgado Brackembury,[9] siendo incluidos como Vocales de la Comisión de Arte Moderno, cuando se produjo el nombramiento, los pintores Gustavo Bacarisas y Alfonso Grosso.[10]
Constituida la Comisión de Arte Moderno, una de las primeras decisiones que tomó fue aprobar la designación de los diez salones existentes entre el Edificio Central de la Plaza de España y la Torre Sur de la misma, es decir los sectores 3º y 4º, para la exhibición de Arte Moderno,[11]con lo que se confirmaba la pérdida de la construcción de un pabellón propio para esta exposición, y con ello la merma de relevancia. Otra de las primeras actuaciones de la Comisión, fue la de presentar el proyecto de Reglamento para dicha Exposición en diciembre de 1927, siendo aprobada por el Comité el 28 de enero de 1928,[12] con la pretensión de atraer la atención de artistas de todo el mundo principalmente americanos.
Pero a final de año, en el mes de noviembre de 1928, es aceptada, por la Comisión Permanente, la renuncia de Gonzalo Bilbao, como Presidente de la Comisión de Arte Moderno, “pues se ve que materialmente el señor Bilbao –a causa de su dolencia- no puede seguir prestando su valioso concurso para llevar a efecto este interesante aspecto de la Exposición”, siendo designado para que ocupara la presidencia vacante el pintor Gustavo Bacarisas. A su vez se acordó, en el Consejo de Enlace de las Exposiciones de Sevilla y Barcelona, que la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1929, estaría incluida dentro de esta exhibición de Arte Moderno, con muestras tanto en Sevilla como en la Ciudad Condal, por lo que había de compaginarse en ambas sedes, teniendo prevista su celebración durante los meses de septiembre y octubre en Sevilla y entre noviembre y diciembre de 1929 en Barcelona.[13]
Con el objeto de disponer de personas influyentes para gestionar en la Corte los elementos necesarios para la exhibición, se nombró un Comité Delegado en Madrid compuesto por el Director de Bellas Artes, Conde de los Infantes; el director del Museo de Arte Moderno, Mariano Benlliure; el director del Museo del Prado, Fernando Álvarez de Sotomayor; el Presidente de la Sociedad de Pintores y Escultores, José Francés, y los pintores Julio Romero de Torres, Eduardo Chicharro, Manuel Benedito y Antonio Ortiz Echagúe.
El lugar previsto para la instalación tanto de la Exposición de Arte Moderno como de la Muestra Nacional de Bellas Artes, se redujo considerablemente, pasando a ocupar solo los cinco salones del tercer sector de las galerías, los situados entre el Edificio Central y la Puerta de Navarra, con la participación además de artistas de todos los países representados en el Certamen. Y para la Exposición Nacional de Bellas Artes, el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, seleccionó los salones 11, 12 y 13 de dicho sector para su ubicación,[14] encargando a la Casa Manuel Casana la decoración de los mismos, ignorando si se decoraron el resto de salones.
Según el presupuesto presentado a concurso el 15 de diciembre de 1928, por 48.700 pts., para la decoración de dichos salones, se deduce que ésta era bastante sobria, cubriéndose el piso de esteras, y tanto las paredes divisorias como los muros se forraron con arpillera, instalándose zócalos de madera de 1,5 m. de altura. Las vigas de los techos se recubrieron de madera, y a ambos lados de estas se guarnecieron con molduras.[15] A esta cantidad había que añadirle los gastos de iluminación de las salas que se elevaron a un total de 11.030 pts.[16]
Esta progresiva reducción de espacio parecía presagiar lo que al final ocurriría, que no se llegarían a celebrarse ni la Exposición de Arte Moderno, ni la Nacional de Bellas Artes. La primera porque prácticamente todos los países concurrentes tenían en sus respectivos pabellones muestras de sus artistas contemporáneos, que formaban parte de los contenidos expositivos de las distintas representaciones; y la segunda, que sí se exhibió en la Exposición Internacional de Barcelona, fue pospuesta su celebración primero a la primavera del año siguiente,[17] para más tarde con la caída de Primo de Rivera, y el cambio de Ministro de Instrucción Pública, en febrero de 1930, decretar su celebración en el mes de mayo en Madrid, aduciéndose que hacía más de cinco años que no se celebraba en la Corte y gran número de artista así lo demandaban, además de no ser ya necesario nuevos estímulos de concurrencia para el certamen iberoamericano.[18]
Fracasado el intento de celebrar ambas exposiciones, la ciudad se tuvo que conformar con una Exposición Regional de Bellas Artes, organizada por el Ateneo y el Ayuntamiento de Sevilla, con participación de Comité de la Exposición, que ni siquiera utilizó los salones de la Plaza de España que se habían preparados, sino que se ubicó en el Pabellón de Brasil, cuando éste ya había sido desmantelado prematuramente. Esta exposición regional de autores andaluces, que fue inaugurada el 22 de abril de 1930, como preámbulo a la Feria de Abril, y dirigida por Gustavo Bacarisas, entonces presidente de la Sección de Bellas Artes del Ateneo, se dividió en tres secciones, pintura, escultura y artes aplicadas, presentándose trescientas cincuenta y tres obras.[19]
SALONES DEL MINISTERIO DE FOMENTO Y OBRAS PUBLICAS.
Las gestiones para la cesión de los locales necesarios en la Plaza de España donde instalar las exhibiciones al Ministerio de Fomento, fueron encargadas al ingeniero de caminos, canales y puertos, Jefe de la Sección de Puertos del Negociado Central de dicho ministerio Manuel Becerra Fernández, auxiliado por los también ingenieros Alberto Laffón Soto y José María Huidobro Polanco, para que, junto al Vocal de la Comisión Félix Ramírez Doreste, se llevaran a cabo.[20]
El Ministerio de Fomento, además de los espacios que ocupó en el Edifico Central de la Plaza de España, también escogió los salones 16, 17, 18 y 19 del cuarto sector de dicha Plaza,[21] es decir cuatro salones de los situados entre la Puerta de Navarra y la Torre Sur, que se conoció como Pabellón de Fomento con una superficie de aproximadamente 1.300 m2, aunque cabe la posibilidad que también ocupara alguno de los salones del 3º sector que quedaron libres al no celebrarse la Exposición de Arte Moderno, existiendo dudas sobre la ubicación exacta de las exhibiciones de las distintas secciones de este ministerio, ya que las descripciones aportadas en artículos de periódicos y revistas, no ofrecen claridad a la hora de situarlos.
Al igual que los salones para la Exposición de Arte Moderno, el tapizado de paredes y la decoración de los artesonados, corrió a cargo de los talleres de carpintería de Manuel Casana, incluida la instalación de una galería elevada en cada uno de ellos. Sin embargo, estos espacios estuvieron algo más decorados que los anteriores, ya que, según los presupuestos de los pintores Eloy Zamora y Manuel de la Cuesta que actuaron en ellos, se incluía la colocaron de molduras y adornos patinados así como pilastras estriadas, jambas y frisos todos ellos de escayola pintadas en distintos tonos, por un importe total de 114.552,70 pts.[22]
Las exhibiciones de este ministerio se dividían en varias secciones; así tenemos que en la de Obras Públicas y Puertos se exponían maquetas de las grandes obras realizadas durante los años del gobierno de Primo de Rivera, en el territorio nacional para el aprovechamiento del agua, así como proyectos en ejecución como el del puerto de Sevilla, que estaba prevista su finalización para 1933, con una maqueta de una de las esclusas en miniatura con movimiento, y las de las obras de los puerto de Gijón, Huelva, Tarragona, Algeciras y Las Palmas y de cómo se encontraban en ese momento el de Alicante.[23] La maqueta de este último puerto, tenía una longitud de 10 metros, reproduciendo exactamente la situación en que se encontraban las obras en el mismo;[24] también se mostraba un plano en relieve del puerto de Melilla, en el que se veían los barcos en miniatura, locomotoras y barcazas,[25] además de una vista panorámica del puerto, fotografías del temporal de 1927, y de la defensa del dique.[26]
Catálogo editado por la Junta de Fomento de Melilla para la Exposición Iberoamericana. (Archivo del autor) |
La Junta de obras del Puerto de Tarragona, estuvo presente en la muestra con fotografías, planos y dos maquetas, una en madera que representaba el puerto a escala 1:2.000, y otra del morro del faro de levante a escala 1:100, ambas realizadas por Salvador Ripoll. Y la de Huelva, mandó una vitrina con piezas arqueológicas halladas en la ría, así como gráficos con datos estadísticos del puerto y folletos promocionales. [26bis]
Dos vistas de la maqueta del Puerto de Tarragona realizadas por Salvador Ripoll. (Ilustración La sala de puertos de la exposición Iberoamericana de Sevilla) |
También se instaló una Sección de Montes, donde se mostraban los distintos procedimientos para sacar madera de los bosques y de los medios empleados para mantener la riqueza forestal. Para darle más realismo, se montó un cuadro con figuras iluminadas que presentaban con claridad las técnicas empleadas.[27]
Así mismo el Instituto Geológico y Minero, en la Sección de Minas,[28] realizó una exposición, muy visitada, con una serie de muestras de los yacimientos minerales, canteras, salinas y de aguas minero-medicinales que se explotaban, así como de plomo, cinc, cobre, carbón bismuto y otros, todas ellas colocadas en elegantes vitrinas de caoba. Se acompañaba esta exposición con una serie de muestras de productos metalúrgicos de las fundiciones, antimonio, cadmio, carborundum; una rica colección de fósiles, rocas y cuadros demostrativos del trabajo realizado por este Instituto.
Especialmente se realizó una instalación de los ricos minerales de bismuto de la provincia de Córdoba, únicas en Europa, y se completaba esta sección minera con una completa muestra de planos de minas de distintos lugares, especialmente de la cuenca de Bélmez-Adamuz, la gran reserva hullera del sur del país, así como gráficos demostrativos de la gran importancia de las producciones minero-metalúrgicas.[29]
Se montó una curiosa exposición de plomo, con un recorrido desde que este mineral se extrae de la mina hasta su transformación en distintos utensilios y objetos, así como una variadísima selección de mármoles españoles.
También en esta sección se instaló una fuente de mercurio de las minas de Almadén, realizada en mármol, con una cascada accionada por un sistema de bombeo e iluminada con distintos colores que llamó poderosamente la atención a los visitantes, pero de escaso interés desde el punto de vista artístico.
En la visita real a esta instalación, las infantas Beatriz, Cristina, Mercedes y Esperanza, cogieron mercurio de la referida fuente con las manos, para ver el efecto que producía, considerándose esta exhibición como “originalísima y sugestiva”.[30] Una fuente similar fue instalada también en el Pabellón del Estado de la Exposición Internacional de Barcelona.[31]
Según los datos contrastados por Sergio David Cansado Valle,[32] parece ser que dicha fuente una vez finalizada la Exposición, fue desmontada y enviada a Madrid. Con motivo de la Exposición Internacional de París, que se iba a celebrar en 1937, se decidió mandarla para decorar el pabellón español, como muestras de la riqueza del país, pero, debido a su mal estado de conservación y no adecuarse su estética con el estilo del edificio, se optó por encargar a Alexander Calder, que realizara una nueva aprovechando los elementos de la original, de la cual solo se conserva el depósito, la bomba y las tuberías.
La fuente ocupó un lugar de honor en el pabellón, siendo instalada delante del Guernica de Picasso. Hoy día se puede contemplar en la Fundación Miró de Barcelona, funcionando con agua en vez de mercurio. A pesar de ello no podemos determinar con precisión si la fuente instalada en el Pabellón de España en París fue la que se encontraba en la Plaza de España o en el Pabellón del Estado de Barcelona.
Esta muestra de la Sección de Minería tuvo mucho existo, y al concluir la Exposición, la Cámara Minera de Córdoba recibió numerosas peticiones de centros de enseñanza solicitando le fueran donadas todas o algunas de las muestras de minerales exhibidos.[33]
SALÓN DE LAS CONFEDERACIONES SINDICALES HIDROGRÁFICAS.
Otros organismos dependientes del Ministerio de Fomento, que también formaron parte de la representación de dicho ministerio, fueron las confederaciones hidrográficas de diferentes cuencas españolas, aunque estas se situaron un salón independiente en la galería de la Plaza de España.
Panel situado en la mampara de entrada al Salón de las Confederaciones. (Ilustración El Duero y su cuenca, diciembre 1929) |
Así, las Confederaciones Sindicales Hidrográficas del Ebro, Segura y Duero, junto a la División Hidráulica del Júcar y las obras del Pantano del Chorro, se concentraron en un salón separadas estas de la del Guadalquivir, que se encontraba ubicada en el Edificio Central, y que se repartieron el espacio de este salón; las tres primeras ocuparon los diferentes testeros del mismo, mientras que la del Júcar, se situó en una galería alta que recorría el perímetro del salón, construida exprofeso.
Las Confederaciones Hidrográficas con la denominación de Confederaciones Sindicales Hidrográficas, se crearon en 1926, por Real Decreto de 5 de marzo, siendo la finalidad de las misma, la de construir nuevos embalses que, aparte de aumentar las reservas de agua para el riego, podían aprovecharse los saltos de agua para el aprovechamiento en energía eléctrica, y la ampliación de las zonas de regadío en sus lugares de influencia, además de la repoblación forestal.
Vista general del Salón de las Confederaciones. (Ilustración El Duero y su cuenca, diciembre 1929) |
Este salón de las confederaciones, estaba decorado de modo elegante y sobrio; de la galería colgaban reposteros con los emblemas de cada una de las confederaciones, en el espacio que ocupaban estas, y en el testero principal, se había instalado un díptico resumen comparativo de las tres confederaciones, entre la situación en ese momento y en el futuro cuando se hubieran realizado el plan total de aprovechamiento. Y de modo gráfico mediante relieves, confeccionados en Alemania en pasta de papel, en los que se representaron el estado actual y el aprovechamiento en el futuro mediante la utilización de diferentes colores según la situación de las zonas regables, y las masas forestales de las repoblaciones planteadas.
Repartidas por el salón, se encontraban una serie de maquetas del relieve de las diferentes cuentas, pantanos construidos o pendientes de construir por las confederaciones, destacando entre ellas la del malagueño pantano de El Chorro, así como fotografías y gráficos de obras realizadas o en proyecto.
La primera en constituirse como Confederación Sindical Hidrográfica fue la de la cuenca del Ebro, en el mismo Real Decreto de 1926, y en el lugar que ocupaba del salón, se instalaron planos, gráficos y maquetas, también hizo un despliegue similar en el del Pabellón de Aragón de la Exposición.[34]
Aspecto de la parte del salón ocupado por la Confederación del Ebro. (Ilustración revista Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro, enero 1930) |
En la instalación de la Confederación Sindical Hidrográfica del Duero, además figuraban planos de los canales de la Reina Victoria, Tordesillas y Aranda, así como fotografías aéreas de la zona regable de Carrión y Saldaña, y de los pantanos de Requejada, Príncipe Alfonso, Infante Jaime y Acequia de Palencia; planos y modelo de Esclusa del Canal de Castilla; un relieve de las obras del Canal de la Reina Victoria y las maquetas de las presas de Cuerda del Pozo y Camporredondo, entre otras.[35]
Aunque la instalación estuvo abierta al público al menos desde el mes de julio, no fue hasta 1º de noviembre, cuando el Rey Alfonso XIII la inauguró oficialmente. Al acto, además del ministro de Fomento, conde de Guadalhorce, asistieron los Delegados Regios de las diferentes Confederaciones e ingenieros y personal técnico de las mismas, y de la del Guadalquivir, así como autoridades locales. Por esta instalación, la Confederaciones recibieron el Gran Premio de la Exposición, otorgado por el Jurado Superior de Recompensas.[36]
Las maquetas que se expusieron de la Confederación del Duero aún se conservan, aunque almacenadas en dependencias de este organismo, habiéndose restaurado dos de ellas la de Cuerda del Pozo y Camporredondo.[37]
Espacio ocupado por la Confederación del Duero desde distintos ángulos. (Ilustración El Duero y su cuenca, julio y diciembre 1929) |
Maqueta de la presa de Camporredondo en la actualidad una vez restaurada. (fotografía gentileza de José Ignacio Díaz-Caneja Rodríguez). |
SALÓN DEL CANAL DE ISABEL II.
Formando parte también de la exhibición del Ministerio de Fomento, pero al igual que el de las Confederaciones, en un salón aparte, se encontraba el llamado Salón del Canal de Isabel II.
Este salón de planta trapezoidal, se situaba al igual que el de las confederaciones en la galería de la Plaza de España. Según el informe editado por la dirección del Canal,[38] este espacio tenía una longitud de 19 m. de fondo por 10,30 m. en lado la entrada desde la galería, y 12 en el opuesto, este muro estaba presidido por un cuadro de la reina Isabel II, iniciadora de la gran obra de ingeniería y abastecimiento de aguas de la capital de España, copia del de Federico Madrazo existente en el Museo del Prado.
Junto al cuadro de la soberana, y cubriendo las paredes del salón, se encontraban colgados cuadros estadísticos, gráficos y fotografías donde se explicaban todas las obras desde un principio para la traída de aguas a Madrid hasta esos momentos.
Testero principal con el cuadro de la reina Isabel II presidiendo la sala. (ilustración Información del Canal de Isabel II, que abastece de agua a Madrid.) |
La amplia colección de objetos que se habían instalado en este salón, se dividían en planos generales, obras e instalaciones (distribuidas en tres épocas), estadísticas del Canal, y su comparación con los abastecimientos instalados en ciudades del mundo, premios y distinciones recibidas en diferentes exposiciones y congresos, y publicaciones.
Entre las numerosas maquetas que se instalaron, se encontraban las representaciones de la Presa del Pontón de la Oliva, las de los acueductos de la Sima y de Colmenarejo, y del primer depósito terminal, entre otras pertenecientes a la primera época que correspondía a los años 1851 a 1866. De la segunda época (1867 a 1907), una maqueta de la Presa de El Villar, y seis del segundo depósito terminal. Y de la tercera época 1907 a 1928, ocho maquetas, relativas al Canal transversal, del Salto Hidroeléctrico de Torrelaguna, del Depósito elevado, de la Presa de Santillana y del enorme filtro del paseo de Santa Engracia. Esta exhibición se completaba con planos de la construcción de dicho canal y cuadros estadísticos.
En uno de los testeros, se habían colocado un óleo de Juan Bravo Murillo, presidente del consejo de ministros que impulsó esta empresa, rodeado de otros retratos que representaban a los ingenieros que habían dirigido el Canal.
Las obras del Canal de Isabel II, se inicia en 1851 debido a la demanda creciente de suministro agua a la ciudad de Madrid y su precario sistema de abastecimiento que entonces tenía. Previamente en 1848, los ingenieros Juan Rafo y Juan de Ribera presentaron una propuesta que apostaba por traer las aguas del río Lozoya hasta la capital. Según su criterio, este río reunía las mejores condiciones, esta idea entusiasmó a Juan Bravo Murillo, presidente del consejo de ministro, que consideró la solución definitiva para este problema, firmando la reina Isabel II el Real Decreto para que se iniciaran las obras.[39]
A esta infraestructura, de más de 70 km., que continua en funcionamiento, tras ciento setenta años, se la denominó Canal de Isabel II, siendo su objetivo el de abastecer de agua a la ciudad de Madrid y a los municipios que la rodean.
SECCIÓN DEL LIBRO
El 14 de mayo de 1927, el Comisario Regio Cruz Conde, presentó a la Permanente una propuesta para la creación de un Patronato Nacional para la Exposición del Libro, como parte del programa que se estaba confeccionando para el certamen, para cuya presidencia propuso al Director de la Biblioteca Nacional Francisco Rodríguez Marín, a fin de buscar la cooperación de los muesos, archivos y bibliotecas nacionales con sus valiosas obras. Al final la dirección de la Sección del Libro le fue encargada al gran historiador y bibliógrafo chileno Fernando Bruner Prieto, que como técnico ya se había encargado de los trabajos previos para dicha Sección del certamen.[40]
Esta sección ocupaba los salones del extremo del cuarto sector, además del edificio que está junto a la Torre Sur, denominado también como Museo Artístico. Con el subtítulo de “El libro español a través de los siglos”, esta sección pretendía guardar un sitio de honor, dentro del Certamen, a los libros y a las artes gráficas, contando con el decidido apoyo de la Cámara del Libro de Madrid, con ello se quería ofrecer tanto al visitante curioso como al experto, una visión de la labor desarrollada por las artes de imprimir tanto en nuestra patria como en los países de habla hispana, para ello se logró reunir un importante material fundamentalmente relacionado con la historia de la industria gráfica española, además de gran cantidad de libros curiosos y obras valiosas y desconocidas para el público general.
Para ello se dividió en tres apartados: El primero era una Exposición Retrospectiva del Libro Español; el segundo El Libro Moderno, y por último la Feria Permanente del Libro de Edición y Exposición de Casas Editoriales.
Como anexo a estas demostraciones gráficas, se incluyó también la prensa gráfica y diaria, con una exposición de prensa iberoamericana ubicada en el cuarto sector de la Plaza de España, junto al salón ocupado por la Feria Permanente del Libro, próximo a la Torre Sur, llamado Salón de la Prensa Iberoamericana. Empezaremos el recorrido por este último salón.
SALÓN DE LA PRENSA IBEROAMERICANA.
Con motivo del viaje a Alemania realizado por el Comisario Regio, Cruz Conde en 1928, para visitar la Exposición Internacional de Prensa de Colonia, se trajo la idea de adquirir el mobiliario del pabellón español en dicha muestra, por una pequeña cantidad, 25.000 pts., que era el déficit que el Estado había tenido en este certamen, así como el ofrecimiento del ministerio de Estado de enviar a Sevilla, para la Exposición, dos especialistas, que habían trabajado en Colonia, para que montaran una exhibición de análogas características a la alemana.[41]
Así pues y por iniciativa de Torcuato Luca de Tena, con parte del mobiliario y material proveniente del pabellón español, que fue dividido para amueblar además de este Salón, el Pabellón de la Prensa erigido en la Glorieta de Covadonga y algunas dependencias del Edificio Central de la Plaza de España, se montó esta muestra como anexo a la Sección del Libro, por lo que se debió ampliar el espacio de esta Sección habilitando un salón más para ello.
El conde de los Andes, Ministro de Economía Nacional, lo inauguró el 18 de junio de 1929, a cuyo acto asistió el cuerpo consular, delegados extranjeros a la Exposición, y la Asociación de la Prensa,[42] en él se recogía una completa demostración cronológica de la historia del periodismo hispano-americano, así como una muestra de periódicos y revistas publicados en todo el mundo en español y portugués.
El conde de los Andes, ministro de Economía Nacional en la inauguración del Salón de la Prensa Iberoamericana. (Ilustración revista La Hormiga de Oro) |
Su organización estuvo encomendada al jefe del Gabinete Diplomático de la Secretaría de Asuntos Exteriores, Francisco Ramírez Montesinos, al jefe de Informaciones, Carlos Badía, y al director de la Hemeroteca Municipal de Madrid, Antonio Asenjo, que también tomó parte en la organización de la Exposición de la Prensa de Colonia.
Constaba este Salón de la Prensa, designado con el núm. 140 de los de la Plaza de España, de dos plantas, dedicadas a la prensa antigua y moderna. La sección antigua, se situó a la derecha del salón de entrada, estando decorada con sobriedad. Se expusieron en mesas y vitrinas más de doscientos valiosos ejemplares procedentes de la Hemeroteca Municipal de Madrid, entre los que figuraban publicaciones de los siglos XVI, XVII y XVIII, como “La Gazeta de los susessos políticos y militares de la mayor parte del mundo” de Madrid primer periódico que se editó en España en 1661, y “La Gazeta nueva de las cosas particulares assí políticas como militares” de Zaragoza de la misma fecha. También hubo un curioso ejemplar de “Las Noticias de Sevilla” de 1691.
Entre la prensa antigua editada en América se podía destacar como más antiguos: “Gaceta de literatura de México” de Méjico de 1788; “El telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiógrafo del Rio de la Plata” de 1801, primer de los publicados en Buenos Aires; el “Semanario de Nuevo Reyno de Granada” de Bogotá de 1808; “Minerva Peruana”, de Lima del mismo año, y el “Diario de la Habana” de 1810.[43]
Vistas desde dos ángulos de la sección de la prensa antigua con las vitrinas procedentes de la Exposición de Colonia, (Ilustraciones de las revistas La Esfera y Nuevo Mundo) |
La sección moderna se situó a la izquierda del salón de entrada y en la planta alta construida para ello, acogiendo una muestra de publicaciones nacionales, desde finales del XIX hasta ese momento ordenados por provincias, así como de Portugal, América y Filipinas. En contraste con la sobriedad decorativa de la primera, ésta se realizó de forma innovadora y colorista, con un friso vanguardista en el que se explicaba distintos aspectos de las publicaciones de prensa y de las Artes Gráficas, realizado Ramírez Montesinos.
Dos vistas de la sala de lectura y exposición de revistas que se encontraban en la entrada del Salón de la Prensa. (Ilustraciones revista La Esfera) |
Esta parte fue organizada por la Secretaría de Asuntos Exteriores, y en ella aparecían más de diez mil títulos, en la que figuraban los grandes rotativos tantos españoles como iberoamericanos, incluyendo las revistas y todo tipo de publicación tanto en español como en hebrero, y las publicaciones de Constantinopla y Salónica.
Dos vistas de la exposición de revistas españolas y diarios que se publicaban en la península situado en el salón alto. (Ilustraciones de las revistas La Esfera y Nuevo Mundo) |
Completaban estas instalaciones una exhibición de las agencias informativas y demostraciones de la organización corporativa de la prensa española.[44]
EXPOSICION RETROSPECTIVA DEL LIBRO ESPAÑOL
Esta exposición histórica del libro en España, se ubicó en el edificio situado junto a la Torre Sur de la Plaza de España, que también se conoció como Museo o Palacio del Libro, ocupando la planta de honor, la principal y la de basamento. Tenía pues dos accesos, uno a través de la puerta que se encontraba en la planta del basamento, en la parte posterior del edificio, y otra por la galería frente a la Torre Sur, este acceso nos introducía directamente en la planta de honor.
Esta exposición, que llevaba como título -El libro español a través de los siglos- “tiene por finalidad hacer palpable la aportación española a la cultura universal a través del Libro, mediante una exhibición integral del mismo, comprensiva de todos los elementos y artes que a su formación concurren”.[45]
Edifico de la Sección del Libro con indicación de los accesos a la Exposición Retrospectiva del Libro y a la planta de basamento. (Ilustración de la portada del Reglamento de la Sección del Libro) |
Desarrollaba una muestra de la historia del alfabeto en sus distintas formas, caligrafía, paleografía, tipografía, etc., y los elementos que forman el libro, como es el papel, la impresión, la decoración y la encuadernación, la evolución de las distintas técnicas en el transcurso de la historia,[46] siendo la procedencia de las obras de gran valor allí expuesta muy variada, desde archivo catedralicios, monacales y eclesiásticos a particulares y oficiales.
En la planta de honor lo primero que llamaba la atención, era la decoración del friso que la recorría, en el que se reproducían todos los alfabetos utilizados en España y países Hispano Americanos. Se podían ver caracteres íberos con nombre de las ciudades tomados de las monedas y de cerámica; iniciales de códigos mozárabes de Santo Domingo de Silo, y de los siglos IX al XI, en el Museo Británico; motivos ornamentales de códices rabínicos de la Biblioteca Colombina; escrituras mayas y pinturas mejicanas; alfabetos capitales de los códices de las Epístolas de San Agustín; escritura cursiva, etc. Estos caracteres empezaban a la izquierda de la puerta de entrada, acabando encima de dicha puerta recorriendo todo el salón.
Detalle del friso del salón con caracteres íberos. (Fototeca Universidad de Sevilla) |
En las enjutas de los arcos que sostenían las columnas de mármol blanco del patio, se había dedicado un recuerdo a los maestros impresores de los siglos XV al XVIII por medio de sus marcas de tipografía que habían sido realizadas en catorce medallones circulares de cerámica vidriada trianera por la casa Viuda e Hijos de Ramos Rejano,[47] entre las que figuraban Juan Hurus de Zaragoza, Juan Cromberger, y Ungut y Polono de Sevilla, Juan Rosenbach de Barcelona, Fabrique de Basilea de Burgos, etc., todas estas correspondientes al siglo XV.
Distribución de los compartimentos y vitrinas de la Exposición Retrospectiva del Libro español, en la planta de honor. (Ilustración folleto El Libro español a través de los siglos) |
El patio se había dividido en once instalaciones o compartimentos situados debajo de la galería, alrededor del patio, y dos pequeñas salas. A simple vista se encontraba todo el espacio abarrotado de vitrinas y expositores en los que, de una forma didáctica, se pretendía desarrollar una serie de aspectos sobre la escritura y sus distintas manifestaciones.
El primer asunto temático que se mostraba, era “LA ESCRITURA EN SUS VARIADAS MANIFESTACIONES”, que se dividía en cuatro aspecto; el primero trataba sobre “Material epigráfico” con muestras de escritura sobre piedra y metales en España hasta el siglo VIII, se situó en el primer compartimento, y en él se exponían lápidas, monedas y bronces con caracteres fenicios, púnicos, griegos, romanos, etc., traídos desde distintos archivos y museos como el Museo Arqueológico de Toledo.[48]
El segundo aspecto era “Material paleográfico”, con códices y documentos de los siglos VIII al XVII, que ocupaban los departamentos del segundo al cuarto, con exposición cronológica de escrituras visigótica y uncial, escuela mozárabe, escritura francesa, gótica y procesal, cortesana, etc., con la exposición del códice de Alarico y el breviario de Amiano de la Catedral de Léon,[49] y privilegios rodados desde Fernando III el Santo hasta los Reyes Católicos.
El tercero “La escritura en América”, cuyas vitrinas ocuparon la instalación quinta, donde se exponía la escritura en América, con la hierática en la América Central, de caracteres figurativos, ideográficos y fonéticos, así como códices mejicano y mayas, y las distintas escrituras americanas.
Y por último la muestra de “Modalidad decorativa”, con miniatura, que se instaló en tres vitrinas del centro del pario, y las que se podía apreciar su evolución en España, la influencia bizantina, francesa, árabe, flamenca y florentina; los códices mozárabes, la Escuela de Sevilla y las ejecutorias. Por último, el apartado de Libro en Portugal, ocupaba otras dos vitrinas, con códices y libros impresos durante los siglos XV al XVIII, en el país vecino.
Estos compartimentos, relativos a la escritura, ocupaban el testero izquierdo del patio; en el derecho se situaron los correspondientes a las instalaciones desde la sexta a la décima, que fueron ocupadas por exhibiciones temática dedicada a “LA IMPRENTA”, que se dividía en tres vertientes, en “España” con las imprentas cristianas y hebreas del siglo XV, y la imprenta en los siglos XVI al XVIII. En “América”, con el desarrollo tipográfico en distintas ciudades de ese continente del siglo XVI al XIX, como Méjico, Lima, Guatemala, Paraguay, Buenos Aires, Santiago de Chile, etc. Y por último en “Filipinas”, durante la misma época, en Manila, Batán, Villa de Pila y San Guillermo de Bacalor.
Dos pequeñas salas situadas al fondo del pario, estaban dedicadas, una a la imprenta española en los Países Bajos, con la acción cultural de Felipe II, la Biblia Políglota, misales, breviarios y grabados, además de una selección de elementos de la antigua oficina del proto-tipógrafo Plantín de Amberes y una muestra de los talleres gráficos del Nuevo Mundo, con paneles explicativos. Y la otra al libro español en Italia y libros litúrgicos. Entre ambas salas se encontraba la instalación número once, que se dedicó a la obra cultural de Alfonso X, el Sabio, en sus vitrinas había muestras de su iconografía, lápidas y documentos, sellos y códices, así como libros impresos correspondientes a la biblioteca Alfonsina o las Cantigas a Santa María de este monarca.
Diseminadas en el centro del patio, se encontraba trece vitrinas que desarrollaba el último apartado temático de esta exposición que era “LA ENCUADERNACIÓN”, con una rica colección de ejemplares únicos, de todos los estilos de encuadernación, como ejecutorias, privilegios, cartas reales, etc., se mostraban en vitrinas especiales encuadernaciones visigóticas, góticas hispano-árabes y renacentistas, y las influencias francesas e italianas, también había platerescas, imperio, románticas y heráldicas, además de encuadernaciones de tipo industrial y escolar, exlibris y superlibris.
Dos vitrinas estaban dedicadas a los Reyes Católicos y su época, con monedas y sellos pendientes, privilegios, códices, tumbos y libros impresos. La gran vitrina central, contenía La Música en el códice y en los libros, con tratados de música española de los siglos XV y XVI, música impresa de los siglos XV al XVIII, códices tetragramados, etc., alguno de ellos procedente de la Catedral de Léon.[50]
En una parte de las galerías del primer piso, se instaló el tema de “Las Artes aplicadas al libro” en la que se exponían grabados en madera, cobre y en relieve para impresión en papel o cartón, fotograbado, fototipia y otros procedimientos de reproducción y sus aplicaciones en libros, revistas, periódicos, cartelería, proyectos y folletos.
Vista general de la plana de honor y distribución de las instalaciones y vitrinas. (Fototeca Universidad de Sevilla) |
Ángulo del patio dedicado al material epigráfico. (Fototeca Universidad de Sevilla) |
Vitrina de miniaturas y expositor con material impreso en América. (Fototeca Universidad de Sevilla) |
EL LIBRO MODERNO.
La exhibición del Libro Moderno dentro de la Sección del Libro constaba de tres partes: la primera correspondía a ediciones y publicaciones de la Biblioteca Nacional, Reales Academias, Cuerpos de Archiveros, centros oficiales y entidades de carácter cultural, con la inclusión de las ediciones del Real Monasterio de Monserrat y Guadalupe, de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, Miguel Rius, Editorial Alpha S.A y Espasa Calpe, Guarro Casas etc.
En segundo lugar, estaba la exhibición seleccionada de libros de las Sociedades de Bibliófilos catalanes, madrileños y andaluces, y de estudios Regionales; de la fundación Bernat Metge y exposición de casas editoriales; y en tercer lugar la Feria permanente del libro de edición.
Este gran apartado de la Sección del Libro, como era el Libro Moderno, se situó en estas mismas galerías de la planta principal, con una exhibición de ejemplares escogidos de la producción de impresiones realizadas por particulares, instituciones y entidades, en el que se apreciaban la elegancia y alto nivel alcanzado gracias a las nuevas técnicas, con publicaciones premiadas, en lo que respectaba a los apartados 1º y 2º, mientras que el apartado 3º, la Feria permanente del libro, se situó en un salón anexo al Palacio del libro, de las galerías de la Plaza de España, y que se verá más delante.
Para esta exposición del Libro Moderno, se instalaron librerías en las paredes y muebles expositores delante de ellas, donde se colocaron la gran muestra de ejemplares que habían aportado tanto las entidades públicas como privadas especializadas, así como empresas editoriales.
Por citar algunas de ellas diremos que la casa Lorilleux, de Badalona, dedicada a la fabricación de tintas de imprenta y litografías, colores secos y molidos, barnices, etc., ocupó una vitrina abonando 650 pts. por su ocupación. Alberto y Arturo García Garrafa, ocuparon la vitrina nº 4, para exponer su Enciclopedia Heráldica Hispano Americana, abonado 542 pts. por ocupación y 725 pts., por la vitrina. Y Santiago Mambrú, presentó sus catálogos y láminas en huecograbado, en una vitrina que importaba 1075 pts., más 833 pts., por su ocupación.[51]
Plano con la distribución la sección del Libro Moderno en la planta principal. (Ilustración Reglamento de la Sección del Libro) |
EXPOSICIÓN MONOGRÁFICA RETROSPECTIVA.
En la planta basamento, con entrada por la puerta posterior del edificio, se encontraba la “Exposición Monográfica Retrospectiva”, que era una continuación de la “Exposición Retrospectiva del Libro Español”, que desarrollaba los temas de “El Papel”, “La Imprenta” y “La Encuadernación”, con demostraciones en vivo de estas actividades. [52]
Este espacio expositivo, tenía una superficie similar al ocupado por la planta de honor, habiéndose distribuido los contenidos con reproducciones de las diferentes actividades alrededor del salón, en lo que equivaldría a las galerías en la planta superior, mientras en el centro se colocaron la maquinaria moderna. Así en el testero izquierdo se instalaron las recreaciones de un molino antiguo de papel y una imprenta primitiva, y en el derecho, un scripturium medieval y una oficina de encuadernación moderna. El centro del salón lo ocuparon maquinarias de papel continuo y de impresión moderna.
En la Sección de “El Papel”, se expusieron diferentes tipos de tratamiento del papel antiguo, con muestras de filigranas más notables en papeles españoles de los siglos XIII al XVIII, así como el papel sellado en España y en las Indias desde su origen en 1637 a 1888; también se instaló una reconstrucción de un molino primitivo de papel y maquinaria moderna de papel continuo, laboratorio para el estudio de la tecnología del papel, y tipos de papeles para libros.
Plano de la planta basamento con indicación del lugar que ocupaban los distintos contenidos de la Exposición Monográfica Retrospectiva. (Archivo Municipal de Sevilla) |
Para “La Imprenta”, se reconstruyó una oficina tipográfica del siglo XV consistente en una parte del Museo Gutenberg de Maguncia, que fue el primer taller del inventor Gutenberg en la que personal de dicho museo, en el que los cajistas impresores, estaban vestidos con trajes de la época, fundiendo los caracteres mediante moldes de mano reconstruidos, y componiendo e imprimiendo con el tórculo de madera sobre papel de tina hecho a mano, a la vista del visitante. Era pues una instalación que daba la sensación de cómo funcionaba una imprenta en tiempos de Gutenberg.
Esta reproducción del Museo Gutenberg de Maguncia, fue la misma que el año anterior se había exhibido en la Exposición de la Prensa de Colonia, y que gracias a las gestiones realizadas por la casa de Fundición Tipográfica Richard Gans,[53] el encargado de la Sección del Libro, Fernando Bruner, y a la financiación aportada por el Comité de la Exposición, por importe de 10.000 marcos al Ayuntamiento de Maguncia, pudo ser traída a muestra iberoamericana.[54]
Así mismo la Sociedad Gutenberg y la Biblioteca Municipal de Maguncia, aportaron a esta sección una exhibición gráfica y objetiva del arte de imprimir y de los progresos desde su origen hasta nuestros días. Por esta participación en el certamen, el Jurado Superior de Recompensas de la Exposición, le concedió al Museo, Sociedad y Biblioteca de Maguncia, sendos Diplomas de Honor.[55]
En la misma planta, y completando todo ello, se instaló una imprenta con maquinaria moderna de la casa Richard Gans, que en funcionamiento realizaba trabajos de las artes gráficas y encuadernación tanto para el Comité como para las delegaciones americanas de la Exposición, habiendo adquirido para ello la maquinaria allí expuesta.[56]
Maquinaria moderna de impresión de la casa de Fundición Tipográfica Richard Gans. (Archivo ABC) |
Para “La Encuadernación” se realizó una representación de un scriptorium y pergaminería monacal española de la edad media, diseñado por el artista Triadó, basado en la reproducción de una celda del Monasterio de Ripoll, y ejecutada por el empresario Manuel Cruz Conde, por importe de 3.300 pts., que se componía, además de la escenografía de paredes, columnas y capiteles en madera y yeso, del mobiliario y vitrinas.[57] En esta representación también se incluían figuras articuladas de monjes, que fueron realizadas por el escultor e imaginero sevillano Sebastián Santos por importe de 1.200 pts.[58] Se completaba esta exhibición con un taller moderno del arte de encuadernar.
Dos vistas del scriptorium y pergaminería monacal, recreado mediante figuras que fueron realizadas por el imaginero Sebastián Santos. (Archivo ABC y Fototeca Universidad de Sevilla) |
Muy interesante fue la conferencia dictada por Carlos G. Villacampa, franciscano del Convento de San Buenaventura de Sevilla, titulada “Organización y actividad artística del Scriptorium del Monasterio de Guadalupe durante los siglos XV al XVII” y ofrecida justamente delante de la representación del scriptorium.[59]
FERIA PERMANENTE DEL LIBRO DE EDICIÓN Y EXPOSICIÓN DE CASAS EDITORIALES
Dada la importancia que se le quería dar a la propaganda y difusión a las industrias editoriales españolas en América, y teniendo en cuenta la falta de espacio en los locales asignados a la Exposición Retrospectiva del Libro, se habilitó, gratuitamente por el Comité, el salón inmediato a estos, que formaba parte de la galería de la Plaza de España, a fin de que en dicho salón se encontraran agrupadas las diferentes industrias del libro, pudiendo vender libros, revistas, folletos, etc., mientras durara el certamen,[60] en los que se llamaría Feria Permanente del Libro bajo el auspicio de la Cámara Oficial del Libro de Madrid, que tenía por objeto alcanzar la máxima expansión del libro no solo en España sino en los países iberoamericanos, y en la que tomaron parte empresas editoriales de libros. El número de obras expuestas era de 70.000 y se pusieron a la venta sin aumento de precio.
La referida Cámara, realizó un presupuesto para la instalación de mobiliario, estanterías y librerías necesarias para la Exposición de las Casas Editoriales, por importe de 23.952,75 pts., las cuales sería reintegradas al Comité mediante un arbitrio de 10 cts., en un sello alegórico hasta amortizar dicho importe; y para los mostradores de la Feria del Libro, por importe de 7.780 pts., que correría a cargo de las casas vendedoras. Por parte del Comité de la Exposición, se destinó dos vagones de ferrocarril, uno desde Barcelona y otro desde Madrid, para el transporte de la primera remesa de libros destinados a la Exposición de las Casas Editoriales.[61]
Vista general de la Feria del Libro y plano de la distribución de esta. (Ilustraciones del folleto El Libro español a través de los siglos y del Reglamento de la Sección del Libro) |
Para corresponder con las atenciones recibidas por el Comité, la Cámara Oficial requirió a las casas expositoras que cedieran parte de las obras que se exhibían, como aportación inicial al fondo de la Biblioteca de la Sección del Libro de la Exposición, así como organizar una Semana del Libro, con un ciclo de conferencias por personas especializadas.
Esta Feria servía de complemento a la Sección dedicada al Libro Moderno que se encontraba en la galería alta, atrayendo a muchos eruditos en la materia, siendo sacada a concurso entre todos los editores y libreros del país, y adjudicada a la Compañía Iberoamericana de Publicaciones S.A.[62] La mayor parte de los editores españoles exponían en sus stands su meritoria labor cultural con la edición de bibliotecas populares, técnicas y de agricultura; de ciencias, manuales especializados, diccionarios y enciclopedias, así como de arte, literatura, litúrgicos, turismo, deportes, etc. También fue muy notoria las muestras de las ediciones de lujo, con joyas de gran valor, dando a conocer la situación de las artes gráficas que en esos momentos se realizaba en España.
El lunes 7 de octubre de 1929, con motivo del día de la Fiesta del Libro, a los visitantes del salón de la Feria del Libro, que compraran en ella alguna obra, se les reintegraba el importe de la entrada al recinto de la Exposición, además de ser obsequiados con un folleto sobre “Los Libros”, donado por el director de la Biblioteca Nacional Francisco Rodríguez Marín, y un ejemplar de una tirada especial del artículo “Sevilla” de la Enciclopedia Espasa, así como colecciones de lujosos catálogos.[63]
La mayoría de estas instalaciones fueron abiertas al público dos días después de la inauguración del certamen, el 11 de mayo, tras la visita oficial de SS. MM. los Reyes, en horario de 10:30 a 13:30 y de 16 a 18 horas, aunque algunas fueron inauguradas durante el transcurso del mismo.[64]
Con la clausura de la muestra, fueron cerrados al público las exposiciones que encerraban este grandioso edificio, siendo trasladadas a sus respectivos lugares de origen los objetos que se habían expuestos, y entregado parte del mobiliario, a determinados organismos, como fue el caso de los de la Sección del Libro, donado por el Ayuntamiento a la Facultad de Filosofía y Letras.[65]
No obstante, también quedaron gran número de estas exhibiciones en los salones que ocuparon, por lo que tras unos años de abandono, y gracias a la tenacidad y amor por Sevilla que siempre demostró el Concejal de Fiestas Manuel Bermudo, en los festejos programados para la Feria de San Miguel de 1935, se volvieron abrir algunas de estas salas como la del mapa monumental de la península Ibérica, los dioramas de la conquista y descubrimiento de América, y la representación de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, además de otras instalaciones utilizadas durante la Exposición; fue el último suspiro del Magno Certamen.
NOTAS
[1] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 1 de la Comisión Permanente. Sesión del 14 de marzo de 1925.
[2] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 2 de la Comisión Permanente. Sesión del 16 de octubre de 1925.
[3] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 2 de la Comisión Permanente. Sesión del 27 de octubre de 1925.
[4] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 2 de la Comisión Permanente. Sesión del 13 de noviembre de 1925.
[5] . Villar Movellán, A. Arquitectura del Regionalismo en Sevilla. 1900-1935. (1979) Sevilla. Edita Diputación Provincial de Sevilla. p. 433.
[6] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 3 de la Comisión Permanente. Sesión del 01 de abril de 1927.
[7]. Ibídem. Rollo 688, Caja 76, fotogramas 488 a 492. Acta de la Sesión del Pleno del Comité celebrada el 29 de enero de 1927.
[8] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 3 de la Comisión Permanente. Sesión del 29 de enero de 1927.
[9] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 3 de la Comisión Permanente. Sesión del 25 de marzo de 1927.
[10] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 4 de la Comisión Permanente. Sesión del 18 de noviembre de 1927.
Con posterioridad, el día de la constitución de la Comisión, se amplió el número de Vocales, designando al Director de la Escuela de Bellas Artes y al Presidente de la Sección de Bellas Artes del Ateneo. Sesión del 16 de diciembre de 1927.
[11] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 4 de la Comisión Permanente. Sesión del 13 de enero de 1928.
[12] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 4 de la Comisión Permanente. Sesión del 28 de enero de 1928.
[13] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 5 de la Comisión Permanente. Sesión del 23 de noviembre de 1928.
[14] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 5 de la Comisión Permanente. Sesión del 21 de diciembre de 1928.
[15] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Exp. Plaza de España. Presupuesto salones 11, 12 y 13. Caja 57, Rollo 674 fotogramas 473-478.
[16] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 5 de la Comisión Permanente. Sesión del 21 de diciembre de 1928.
[17] . El Consejo de Ministros de Ayer. En El Heraldo de Madrid, de Madrid. 11 de diciembre de 1929, p. 4.
[18] . El duque de Alba y los artistas españoles. En La Esfera, de Madrid. 08 de marzo de 1930, p. 5.
[19] . Ayer se inauguró la Exposición de Bellas Artes. En ABC, de Sevilla. 23 de abril de 1930, p. 24.
La Exposición de Bellas Artes. En ABC, de Sevilla. 17 de mayo de 1930, pp. 5 y 6.
[20] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 5 de la Comisión Permanente. Sesión del 05 de octubre de 1928.
[21] . Presupuesto de Manuel Casana, fechado el 21 de diciembre de 1928, del artesonado de los salones 16, 17, 18 y 19 para el Ministerio de Fomento. A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Exp. Salones del Ministerio de Fomento, Caja 62, Rollo 676, fotogramas 581-631.
[22] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Exp. Salones del Ministerio de Fomento, Caja 62, Rollo 676, fotogramas 581-631.
[23] . El pabellón de Fomento. En La Correspondencia Militar, de Madrid. 11 de mayo de 1929, p. 1.
[24] . Para figurar en la E.I.A. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 26 de enero de 1929, p. 2.
[25] . Un mapa en relieve del puerto de Melilla para la Exposición Ibero-Americana. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 21 de febrero de 1929, p. 2.
[26] . Información del catálogo editado por la Junta de Fomento de Melilla para la Exposición. 1929.
[26bis] . Ortueta Hilberath, E. El salón de los puertos de la Exposición de Sevilla: la participación de Tarragona. En LINO 28. Revista Anual de Historia del Arte. 2022, pp. 100-101
[27] . El pabellón de Fomento. En La Correspondencia Militar, de Madrid. 11 de mayo de 1929, p. 1.
[28] . Para la información que aparece en este apartado se han utilizado las siguientes fuentes:
-Real, F. Lo que fue la Exposición Iberoamericana. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 06 de agosto de 1963, p. 16.
[29] . Boletín de la Cámara Oficial Minera de Córdoba, Abril 1929, pp. 38-39.
[30] . Los Reyes visitan las instalaciones de la Plaza de España. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 10 de mayo de 1929, p. 4.
Instalaciones de la Confederación Hidrográfica y Obras Públicas. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 10 de mayo de 1929, p. 2.
[31] . Se inaugura el Pabellón Real de la Exposición. En Diario de Córdoba, de Córdoba. 09 de octubre de 1929, p. 5.
[32]. http://esasevilla.blogspot.com.es/2012/03/la-fuente-de-mercurio-de-la-exposicion.html. Consultado el 24 de marzo de 2012.
Existe también más información en los diarios de ABC, de Sevilla. En la sección Casco Antiguo de los días 08 y 31 de diciembre de 1921, páginas 19 y 13.
[33] . Boletín de la Cámara Oficial Minera de Córdoba, Enero 1931, p. 28.
[34] . La instalación de la Confederación del Ebro en la Exposición de Sevilla. En revista Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro, de Zaragoza. Nº 31, enero 1930, p. 55.
[35] . La Confederación del Duero en las Exposiciones de Sevilla y Barcelona. En El Duero y su cuenca, de Valladolid. Nº VII, julio 1929, pp. 9-11.
Inauguración oficial del Pabellón de las Confederaciones en la Exposición Ibero-Americana. En El Duero y su cuenca, de Valladolid. Nº XII, diciembre1929, pp. 7-9.
[36] . Gran Premio a la Confederación Hidrográfica del Segura. En El Liberal, de Murcia. 16 de enero de 1931, P. 16.
[37] . Información facilitada por José Ignacio Díaz-Caneja Rodríguez, Ingeniero de caminos, canales y puertos, que trabajó en la Confederación del Duero desde 1974 a 2014.
[38] . Bello Poëyusan, S. Información del Canal de Isabel II, que abastece de agua a Madrid. (1929) Madrid. Editado por Canal de Isabel II. Diana Artes gráficas.
[39] . El Agua en Madrid: Un recorrido con historia. En revista Canal&tu. 2018. Edita Subdirección de Comunicación
Área de Imagen y Publicaciones. Canal Isabel II.
[40] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 3 de la Comisión Permanente. Sesión del 14 de mayo de 1927.
[41] . Reunión de la Permanente de la Exposición Ibero-Americana. En El Liberal, de Sevilla. 20 de octubre de 1928, p. 4.
[42] . La inauguración del pabellón de la Prensa Ibero-Americana. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 18 de junio de 1929, p. 3.
A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 5 de la Comisión Permanente. Sesión del 19 de octubre de 1928.
[43] . El pabellón de la Prensa iberoamericana. En ABC, de Madrid, 26 de junio de 1929, p. 19.
-La Exposición de la Prensa antigua y moderna revestirá una importancia inusitada. En Correo Extremeño, de Badajoz. 11 de mayo de 1929, p. 11.
-Varias noticias de la Exposición Ibero Americana. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 09 de mayo de 1929, p. 3.
[44] . La prensa de España y América y la Hemeroteca Municipal de Madrid. En ABC, de Madrid, 14 de julio de 1929, pp. 18-19.
[45] . Artículo 1º del Reglamento de la Exposición Retrospectiva del Libro. Editado por Oliva de Vilanova (1928).
[46] . Para la descripción de esta exposición, nos hemos basado en el folleto El Libro español a través de los siglos, y el Reglamento de la Sección del Libro, impresos ambos por Oliva de Vilanova en 1929.
-El libro español a través de los siglos. En ABC, de Sevilla. 25 de enero 1930, pp. 4-6.
-Noticias de la Exposición. En Diario de Almería, de Almería. 31 de julio de 1929, p. 3.
-El museo de Gutenberg de Maguncia. En Nuevo Día, de Cáceres. 30 de julio de 1929, p. 2.
-La interesante labor que realiza la Cámara Oficial del Libro. En Nuevo Día, de Cáceres. 22 de junio de 1929, p. 1.
-Varias noticias. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 05 de marzo de 1929, p. 2.
- Para figurar en la E.I.A. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 24 de abril de 1929, p. 2.
-Real F. Lo que fue la Exposición Iberoamericana. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 06 de agosto de 1963, p. 16.
-Llegada del director del Museo Guttenberg de Maguncia. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 26 de abril de 1929, p.1.
-En la instalación del Libro. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 10 de mayo de 1929, p.2.
[47] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 3 de la Comisión Permanente. Sesión del 21 de octubre de 1927.
[48] . Ocaña Rodríguez, E. Toledo en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla de 1929. Cuenta (1985) Edita Caja de Ahorros de Toledo. p. 75.
[49] . Para la E.I.A. Joyas de la Bibliografía nacional para la sección del Libro de dicho Certamen. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 01 de marzo de 1929, p. 2.
[50] . Para la E.I.A. Joyas de la Bibliografía nacional para la sección del Libro de dicho Certamen. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 01 de marzo de 1929, p. 2.
[51] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 5 de la Comisión Permanente. Sesión del 28 de diciembre de 1928.
[52] . Folleto Exposición Ibero-Americana. Sección del Libro. Sevilla 1929-1930, y Reglamento de la Sección del Libro, impresos ambos por Oliva de Vilanova.
[53] . Fundición Tipográfica Richard Gans. En revista Ingeniería y Construcción. Diciembre 1929, nº 84, p. 50.
[54] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 6 de la Comisión Permanente. Sesión del 01 de marzo de 1929.
[55] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm.1 de la Comisión Liquidadora. Sesión del 30 de abril de 1931.
[56] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 8 de la Comisión Permanente. Sesión del 15 de marzo de 1930.
[57] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 6 de la Comisión Permanente. Sesión del 01 de marzo de 1929.
[58] . Documento de pago a Sebastián Santos, fechado el 4 de mayo de 1929. “por la construcción de cuatro figuras en tamaño natural con todas sus articulaciones y colocación destinadas a la reconstrucción del Escritorio románico instalado en la planta de basamento de la Sección del Libro”. A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Caja 85 Rollo 711 fotograma 313.
[59] . Una conferencia del Padre Villacampa. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 08 de junio de 1929, p. 1.
[60] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 5 de la Comisión Permanente. Sesión del 21 de septiembre de 1928.
[61] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 5 de la Comisión Permanente. Sesión del 07 de diciembre de 1928.
[62] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas núm. 7 de la Comisión Permanente. Sesión del 10 de agosto de 1929.
[63] . Esquela publicitaria. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 06 de octubre de 1929, p. 3.
[64]. Las Instalaciones de la Plaza de España. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 11 de mayo de 1929, p.1.
[65] . Importante donativo a la Facultad de Filosofía. En Izquierda, de Madrid. 14 de septiembre de 1931, p. 1.
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Impresionante por el valor documental y pedagógico que tiene todo el trabajo, y por extensión a todo el Blog dedicado a la EXPO-2)
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