- Pabellón de Navarra
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Juan José Cabrero Nieves
Pabellón de Navarra. (Postal de la época- Institut d’Estudis Fotografics de Catalunya) |
El entonces Cardenal Arzobispo de Sevilla, Eustaquio Ilundain, era natural de Pamplona, por lo que fue fácil, a través de su mediación, conseguir la participación de Navarra en el Certamen, iniciándose los preparativos en marzo de 1928,[1] siendo nombrado este prelado Presidente del Comité de Honor, y el Presidente de la Diputación Foral y provincial navarra, junto al Presidente de la Cámara de dicha provincia y un canónigo de la catedral, el Comité efectivo.[2]
En la sesión de la Comisión Permanente de la Exposición celebrada el 25 de mayo de dicho año, se da a conocer la petición formulada por el Comité navarro, de una parcela de algo más de 700 m2 para la construcción del pabellón navarro, junto al de Galicia, en uno de cuyos extremos existía una caseta de transformación eléctrica,[3] siendo aprobado el proyecto de pabellón, presentado por el arquitecto pamplonés José Yarnoz Larrosa, el 2 de noviembre,[4] contratándose la empresa Erroz y San Martín de Pamplona, para su construcción, que iniciaron las obras inmediatamente, pues en el mes de diciembre se tiene constancia de que los trabajos ya habían comenzando.[5]
La parcela que se le asignó, estaba situada en la Plaza de los Conquistadores, daba la fachada del edificio al estanque central de dicha plaza, a su izquierda se encontraba la avd. de San Salvador, y la caseta de transformación nº VII cuya arquitectura había sido estudiada para que no desentonara con el entorno, a la derecha el Pabellón de Galicia, y a su espalda el de Valencia. En la zona ajardinada delantera se instaló la estatua de Vasco Núñez de Balboa, realizada por Francisco Marco Díaz Pintado.
Situación de la parcela del pabellón navarro en la Plaza de los Conquistadores. (Archivo Real y General de Navarra) |
El diseño del pabellón le fue encargado directamente al arquitecto José Yarnoz Larrosa, por la Diputación Foral habida cuenta de que desde 1924 éste arquitecto estaba trabajando para la reconstrucción del castillo real de Olite, al haber ganado el concurso internacional que fue convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la referida Diputación para tal fin.[6]
El proyecto del edificio era de carácter historicista, y reproducía en la fachada la portada de una iglesia románica de Estella. El edificio de planta de cruz griega, constaba de un solo piso altura y tenía una superficie de 564 m2; se componía de un amplio zaguán que daba acceso al patio central claustrado, que servía de distribuidor de los tres salones exposicionales con que contaba, de unos 80 m2 cada uno, con un presupuesto para la construcción que se estimó en 100.000 pesetas, siendo ésta de carácter provisional, realizada mediante muros de carga, las cubiertas a dos aguas con teja y claraboyas, y las reproducciones de los distintos monumentos en escayola, estando prevista su terminación por los contratistas para el mes de febrero de 1929.
Para el diseño del conjunto de la edificación, se prescindió de lo que sería una típica construcción navarra, aduciendo la diferencia topográfica y de carácter que existentes entre el Norte y el Sur, y para darle el aire andaluz que tenía la construcción, se realizó mediante la composición de volúmenes blancos, al considerarse el más adecuado a su destino y propio a las condiciones climáticas de Sevilla, su luz, a y su ambiente.[7] Sin embargo la ornamentación obedecía en conjunto al románico navarro, con alusiones directas a monumentos de la provincia.
En el mes de enero es nombrado el diputado Francisco Javier Arreiza Baleztenea, encargado para ultimar los detalles relativos a la construcción del pabellón y de recibir los objetos y mercancías que se enviaran desde Navarra a la Exposición,[8] pero no es hasta el mes mayo cuando decide el Comité regional trasladase a Sevilla para hacerse cargo del acondicionamiento del pabellón.[9]
Éste Comité estaba formado además de Arraiza Baleztenea, que era diputado foral, Vocal de la Comisión de Monumentos y miembro destacado de la Sociedad de Estudios Vascos, así como autor de la "Guía Turística de Navarra" editada en 1929 por el Comité Provincial para la Exposición;[10] por Javier Arístegui, presidente de la Cámara de Comercio; el canónigo de la Catedral de Pamplona Alejo Eleta; Daniel Nagore, ingeniero jefe del Servicio de Agricultura de la Diputación; y los académicos Luis Ortega de Historia y José María Huarte de la de San Fernando.[11]
La composición general de fachada era sencilla intencionadamente, a fin de realzar y dar mayor visibilidad a los elementos artísticos que se reprodujeron, recurriendo al modelo típicamente sevillano de extrema sencillez a base de grandes lienzos encalado.
La entrada constaba de un gran cuerpo central que reproducía en relieve la portada románica de la iglesia de San Miguel de Estella, ejemplar espléndido de este estilo. Sobre dicha puerta se proyectaba un tejadillo de teja árabe, a modo de marquesina elemento muy típico de la construcción rural andaluza. En la parte más alta se situó el escudo de armas regional con la inscripción en cerámica y grandes caracteres “NAVARRA” y dos mástiles a los lados para las respectivas banderas de España y del antiguo Reino de Navarra.
A derecha e izquierda de este cuerpo central se proyectó dos laterales de forme curva, en recuerdo de los ábsides de los templos románicos, con vanos con parteluz del mismo estilo,[12] reproduciéndose en los ajimeces los capiteles de la antigua casa del duque de Granada de la indicada ciudad de Estella. Se completaba esta puerta con la reproducción de las verjas las de la capilla de las Navas de la Catedral de Pamplona, forjadas con las cadenas de las Navas de Tolosa.[13]
La escasez de huecos que se observa en sus alzados, va en consonancia con el estilo de la construcción, recurriéndose a la iluminación cenital en el interior, al considerarse la más oportuna para esta clase de exhibiciones. La decoración interior de los salones fue sencilla con solo pinturas lisas y corridas en paramentos y techos, que realzaban la belleza y calidad de los objetos expuestos bajo las sencillas vidrieras de la iluminación cenital de las cubiertas.[14]
Planos del Alzado de la fachada y sección transversal del edifico. (Ilustración Diario de Navarra de 04/11/1928) |
En el amplio zaguán, se encontraban dos grandes escudos de madera tallada con las armas reales del siglo XVIII; una panoplia con alabardas y espadas del siglo XVI; un tabla pintada representando a San Berenguer Pujadas del siglo XV; un banco de caoba tallado, así como candelabros de hierro, armaduras, etc.[15] Debido al gran valor de los objetos expuestos, fueron destacados dos guardas forales para la custodia de estos, lo que hizo necesario la construcción de una vivienda sobre el zaguán.[16]
A ambos lados del arco de comunicación con los corredores del patio, se habían instalado unas bombardas unidas con cadenas símbolo y escudo de Navarra.[17]
Desde el zaguán, se accedía al patio de extraordinaria belleza, que reproducía el claustro románico de San Pedro de la Rúa, también de la bella población de Estella, tan magníficamente reproducido que, hasta en el desigual enlosado crecía la hierba en las juntas, sirviendo este espacio para el acceso a las distintas dependencias del pabellón.
En el centro del patio se situó una pila bautismal, reproducción de la de Aoiz, y en uno de sus ángulos la Cruz de término de Echalar. Alrededor del claustro se disponían gran número de capiteles procedentes de la primitiva catedral románica del siglo XII de Pamplona,[18] ménsulas y otros objetos de piedra tallada, como un San Miguel del convento franciscano de Olite, o una estela funeraria, imprimiendo a este lugar el aspecto de cementerio monacal abandonado, que por la noches era iluminado por lámparas de hierro forjado.
Desde el claustro se accedía a los tres salones de exposiciones con que contaba el pabellón, que se iluminaban de forma cenital mediante claraboyas existentes en las cubiertas de cada uno de ellos. Para la descripción de los objetos expuestos, nos hemos basado en diferentes artículos aparecidos en revistas y diarios de la época.[19]
El salón del fondo estaba dedicado a mostrar la actividad agrícola y los avances alcanzado en dicha región, dividido en tres departamentos. En el primero se exponía un mapa de grandes dimensiones de la provincia, y una maqueta demostrativa de cómo se utilizaban las compuertas antiguas en Navarra, así como una interesante colección de fotografías con las costumbres típicas de aquella región. En el segundo departamento se veían cuadros estadísticos de la cría de ganado, un mapa en relieve y una colección de tallos de trigo. Y en el último departamento se instaló un cuadro demostrativo de las distintas aplicaciones de la madera en Navarra; en una vitrina se mostraban maquinaria agrícola hecha en miniatura; así como a tamaño natural una jaca navarra semisalvaje de las montañas pirenaicas, y una colosal maqueta de la Escuela de Peritos Agrícolas.
Completaba este apartado una colección estereoscópica de fotografías de paisajes, monumentos, costumbrismo y trajes de Navarra. La técnica del estereotipo consistía en reunir en cada placa de vidrio dos imágenes de una misma escena tomadas desde diferentes ángulos para cada ojo, de manera que vistas éstas en el aparato estereoscópico las imágenes se fundían en una sola provocando una sensación de relieve.
S.M. Alfonso XIII, en el Salón de Agricultura, durante su visita al pabellón, con el gran mapa en relieve al fondo. (Fototeca Municipal de Sevilla). |
Ésta colección estaba formada por 150 placas, que sirvieron como auténtico escaparate de la provincia, a la que se le había incorporado una breve selección de imágenes costumbristas de José Roldán, procedentes de la Exposición del Traje Regional celebrada en 1925. La sección dedicada a Turismo quedó integrada en su totalidad por la colección de vistas estereoscópicas de monumentos, arqueología y paisajes de Navarra encargada a Celestino Martínez López-Castro. Este conjunto de imágenes reunía una doble faceta, por un lado, el testimonio figurativo de la riqueza patrimonial y paisajística de Navarra, y otro, un verdadero pasatiempo para los visitantes por el formato de visualización de carácter interactivo.
Vista general del Castillo de Olite, antes de su restauración. Fotografía estereoscópica que se pudo ver en el pabellón. (Universidad de Navarra. Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro.) |
Los otros dos salones se dedicaron a exhibir los tesoros artísticos de aquel antiguo reino, ascendiendo a 311 piezas de arte e historia que se mostraban repartidas en estos salones. De sus paredes colgaban la magnífica serie de tapices flamencos tejidos por Jan Franz van der Hecke, según los cartones originales pintados por Rubens, que representan el Triunfo de la Iglesia y de la Eucaristía, además de suntuosas ropas litúrgicas y telas que fueron atribuidas a Cesar Borgia, destacando de entre esta multitud de objetos los siguientes:
En la primera de las salas situada a la derecha, presidiéndola, se encontraban las mazas de hierro de combate del rey de navarro Sancho VII el Fuerte, y las Cadenas de Navarra que el citado rey trajo tras la batalla de las Navas de Tolosa ocurrida en 1212, como símbolo de la victoria frente a las tropas almohades y que se convirtieron en el escudo de armas del Reino de Navarra. No muy lejos de éstos el sable que le fue regalado a Mina en Londres en 1824, cuando el caudillo de la independencia se encontraba exilado.
En el centro de la sala, se situó una armadura damasquinada realizada en Pamplona, que perteneció y usó Felipe III, procedente de la Real Fábrica de Tapices. Una custodia procesional de la Parroquia de Santa María de Sangüesa, labrada en plata en los talleres de dicha localidad, de finales del siglo XV.
Primera sala dedicada a obras de arte. En el centro una armadura damasquinada realizada en Pamplona, que perteneció a Felipe III, procedente de la Real Fábrica de Tapices. (Archivo Real y General de Navarra) |
En el testero donde se encontraban las Cadenas de Navarra, había un grupo de banderas de los valles del Roncal y Baztán, entre las que se encontraba la primitiva usada en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212. Un casco de torneo atribuido a Carlos II de Navarra del siglo XIV, además en de varias imágenes de la Virgen unas realizadas en alabastro y otras en plata y oro y varias cruces parroquiales y patriarcales, entre las que se encontraba la Cruz de las Batallas del siglo XII.
En distintas vitrinas de acero con pie de caoba, se mostraban diferentes objetos como las cubiertas de un evangeliario del siglo XII uno de los objetos de mayor interés artístico procedente del Tesoro de la Colegiata de Roncesvalles. Un interesantísimo Lignum Crucis del siglo XV realizado en esmaltes, regalo del emperador de Constantinopla al rey Carlos III el Noble de Navarra, además de un buen número de cálices como el de oro regalo de dicho rey a la Virgen de Ujué, reliquias y relicarios de los siglos XII y XIII, y arquetas de plata y de madera talladas y policromadas con escenas de la vida de San Veremundo, abad que fue de Hirache, entre ellas una que guardaba el corazón del Carlos II; monedas y medallas de oro y plata, así como diversos objetos de culto.
El Rey Alfonso XIII en el primer salón durante su visita al pabellón (Vida Gráfica) y testero con las banderas del valle del Roncal usadas en la Batalla de las Navas, Sta. María la Real de Hirache, casco de Carlos II, entre otros objetos (Archivo Municipal Vitoria-Gasteiz) |
Otros objetos interesantes fueron un báculo y el juego de vinajeras de cobre, las primeras que se utilizaron para culto en el catolicismo, ambos del siglo XII y pertenecientes al obispo griego de Patrás, que como peregrino venía de Santiago y se dirigía a Jerusalén cuando encontró la muerte en tierras navarras. La mitra de San Virila abad del monasterio de Leyre, cuya leyenda cuenta como meditando sobre la eternidad y las dudas que sobre ésta tenía, paseaba por un bosque cercano al monasterio, quedó maravillado un rato por el canto de un pájaro y que al volver al cenobio había pasado trescientos años, de esta manera comprendió el concepto de eternidad y como trescientos años podía pasar en un instante.
Legado de Juan de Barreneche y Aguirre en Lesaca. Parroquia de San Martín. (Arte Hispanoamericano en Navarra.Carmen Heredia Moreno) |
En la sala de la izquierda, se expuso parte del legado de platería remitido a la Parroquia de Lesaca por Juan de Barreneche y Aguirre rico mecenas indiano natural de Lesaca y residente en Santiago de Guatemala. Comprendía dos cálices, un copón, una naveta, una cruz procesional, una custodia, un altar, un relicario, un frontal y el dosel de plata sobredorada, y los enviados por el marqués de Castelfuerte desde Lima a San Fermín de Pamplona, o la arqueta indiana de la Parroquia de San Juan Evangelista de Peralta y otras piezas barrocas, marfiles y estandartes de posible procedencia americana. Y la custodia portátil de Iglesia de San Pedro de Aibar, del siglo XV de plata dorada.
Segunda de las salas dedicada a obras de arte. De las paredes cuelgan la magnífica serie de tapices flamencos que representan el Triunfo de la Iglesia y de la Eucaristía tejidos por Jan Franz van der Hecke, según los cartones originales pintados por Rubens, (Archivo Real y General de Navarra) |
Algunos de los objetos expuestos como la Custodia de Sangüesa, Evangelio de Roncesvalles y la arqueta de Peralta. (Mª Victoria Herráez Ortega) |
Entre los documentos destacan el códice del "Ceremonial de la Coronación, Unción y Exequias de los Reyes de Inglaterra" de finales del siglo XIV y que se conserva en el Archivo General de Navarra, y el códice de los Fueros del antiguo reino de Navarra con sus valiosísimos miniados. Otro objeto interesante fueron un relicario de la Santa Espina del siglo XIII, regalo del rey San Luis de Francia a los reyes navarros. Así como un manto bordado por la reina Santa Isabel de Portugal para la Virgen de Roncesvalles, entre otros muchos objetos de arte que se encontraban relacionados en el catálogo que sobre el pabellón se editó.
Alfonso XIII, visitando esta sala, frente al frontal de plata del altar de San Fermín (Vida Gráfica), sobre el que se halla una arqueta, bandejas y jarrones, todos ellos de plata repujada en América enviada por el marqués de Castelfuerte (Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz). |
En relación con el carácter histórico del edificio, Navarra cuidó en especial su exhibición de joyas históricas con la ayuda de la Catedral de Pamplona, también se encontraban expuestos en el pabellón tres bustos dedicados a los tres músicos navarros más sobresalientes como eran Eslava, Gayarre y Sarasate.
El material a exponer era de tal importancia tanto histórica como artística, que su traslado a Sevilla, se realizó mediante un tren blindado custodiado por varias parejas de la Guardias Civiles y personal de la Diputación y varias parejas de guardas forales, que quedaron destacados para hace guardia en el pabellón mientras durara la Exposición.[20]
La inauguración oficial del pabellón, tuvo lugar el día 12 de mayo de 1929, por los Reyes D. Alfonso XIII y Dña. Victoria Eugenia, que fueron recibidos por el obispo de Pamplona, el Presidente del Comité navarro Francisco Javier Arraiza Baleztena y Diputación foral en pleno. La puerta estaba custodiada por dos guardas forales, y los maceros de la diputación y para darle un color propio de la región unas señoritas ataviadas con el traje típico.[21]
El Rey Alfonso XIII, durante la inauguración del pabellón visitando las salas donde se exponían la gran colección de obras de arte e históricas de navarra. (Ilustración Nuevo Mundo. 17/05/1929) |
Debido a que en el pabellón solo tuvo cabida la exposición de objetos artísticos-históricos y de carácter oficial, la Diputación foral, se reservó la sección tercera del Pabellón de Industrias Generales, para que se pudieran exponer los productos industriales y manufacturados de empresas y comerciantes de aquella región que estuvieran interesados en mostrar su producción en la muestra.[22]
Pareja de señoritas ataviadas con el traje típico del valle del Roncal, que atendieron a los visitantes del pabellón. (Postal de la época- Institut d’Estudis Fotografics de Catalunya) |
Días antes de la clausura de la Exposición, la Oficina Técnica de la organizadora, emitió un informe por el cual y a pesar de haber sido construido con carácter provisional, por su forma de construcción podía quedar como permanente, junto a otros regionales y andaluces.[23] No obstante su permanencia se vio dificultada al estar construido en terrenos de los hermanos Camino, que habían sido arrendados por el Ayuntamiento para el Certamen, por lo que una vez cerrado éste, debían ser devueltos a sus propietarios.
A pesar de los intentos del consistorio hispalense de expropiar estos terrenos, para emplazar en ellos la Feria de Abril, no dieron sus frutos, debido a la situación económica y política municipal, tras la caída de la dictadura de Primo de Rivera y la falta de acuerdo con sus propietarios para fijar el precio de estos terrenos.
El 22 de junio de 1931, la Diputación Foral y Provincial de Navarra acordó ceder a la Comisión Liquidadora de la Exposición su pabellón, acordando ésta última, iniciar los trámites para su derribo con aprovechamiento de materiales,[24] no haciéndose público el concurso para ello hasta un año más tarde, el 4 de junio de 1932, presentándose al mismo tres ofertas, la de los contratistas Francisco Portillo Méndez, por 2.115 pts., Francisco Domínguez Horrillo, por 2.025 pts., y la de Rafael Garrido Campos por 1.950 pts., siendo adjudicado el contrato al primero de ellos en la sesión de la Comisión Liquidadora del día 09 de dicho mes; habiéndose produciso el derribo el 14 de marzo de 1933.[25]
LA FILMOTECA ESPAÑOLA HA EDITADO UNA OBRA TITULADA "LAS EXPOSICIONES DE 1929", EN LA QUE SE RECOGEN IMÁGENES DE LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA Y LA INTERNACIONAL DE BARCELONA
A CONTINUACIÓN SE HA INSERTADO UNA RECOPILACIÓN DE DISTINTOS CORTES RELACIONADOS CON ESTE PABELLÓN QUE APARECEN EN DICHA OBRA
NOTAS
[1] . Navarra en la Exposición de Sevilla. En La Voz de Navarra, de Pamplona. 06 de marzo de1928, p. 1.
[2] . Lemus López, E. La Exposición Ibero-Americana a través de la prensa. (1923-1929). Sevilla (1987) Edita Mercasevilla, p. 231.
[3] . Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Exposición Iberoamericana. Libro de Actas de la Comisión Permanente núm. 4. Sesión de 25 de mayo de 1928.
[4] . A.M.S. Secc. XVIII. Exp. E.I.A. Libro de Actas de la Comisión Permanente núm. 5. Sesión de 02 de noviembre de 1928.
[5] . A.M.S. Secc. XVIII. Exp. E.I.A. Expediente del Pabellón de Navarra. Rollo 712.- Fotogramas desde 603 a fin del rollo.
[6] . José Yárnoz Larrosa, Enciclopedia Auñamendi. www.euskomedia.org/aunamendi/128508. Consultada el 26 de febrero de 2023
[7] . Navarra en Sevilla. En Diario Navarro, de Pamplona. 04 de noviembre de 1928, p. 3.
[8] . Representante en la Exposición de Sevilla. En La Voz, de Córdoba. 10 de enero de 1929, p. 14.
[9] . Lemus López, E. La Exposición Ibero-Americana a través de la prensa. (1923-1929). Sevilla (1987) Edita Mercasevilla, p. 231.
[10] . http://www.enciclopedianavarra.com Francisco Javier Arraiza Baleztenea
[11] . Ha llegado el Comité de Navarra a la Exposición. En El Liberal, de Sevilla. 04 de mayo de 1929, p. 5
[12] . Navarra en Sevilla. En Diario Navarro, de Pamplona. 04 de noviembre de 1928, p. 3
[13] . El pabellón de Navarra en la Exposición. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 13 de enero de 1929, p. 1.
[14] . Navarra en Sevilla. En Diario Navarro, de Pamplona. 04 de noviembre de 1928, p. 3
[15] . España: sus Exposiciones Barcelona – Sevilla 1929. Editorial de la revista LABORATORIO. Imprenta Borras (Barcelona) 1930, p. 190.
[16] . Navarra en Sevilla. En Diario Navarro, de Pamplona. 04 de noviembre de 1928, p. 3
[17] . Lo que fue la Exposición Ibero-Americana. Navarra. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 30 de agosto de 1963, p. 16.
[18] . En el trabajo realizado por María Esperanza Aragonés Estella, titulado “El capitel del rio del paraíso en el claustro románico de la Catedral de Pamplona”. Revisión del arte medieval en Euskal Herria. Cuad. Secc. Artes Plast. Mon. Nº 15, (1996), pp 285-296, puede encontrar el lector gran cantidad de datos sobre estos capiteles.
[19] . -España: sus Exposiciones Barcelona – Sevilla 1929. Editorial de la revista LABORATORIO. Imprenta Borras (Barcelona) 1930, pp. 190-192.
-Vistas estereoscópicas de Navarra, de Celestino Martínez López-Castro. Félix Segura Urra. Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro. Universidad de Navarra.
http://www.unav.es/catedrapatrimonio/paginasinternas/pieza/celestinomartinez/default.html
La colección de vistas estereoscópicas reunieron imágenes de monumentos y paisajes de Pamplona, Sangüesa, Irurzun, el paso de Osquía, la ermita de Eunate, Arteta –50 placas destinadas al primer aparato– Estella, el monasterio de Iranzu, Roncal, Isaba, Tudela, la foz de Lumbier, Gazólaz –50 placas destinadas al segundo aparato– el monasterio de La Oliva, Baztán, Javier, Sartaguda, Puente la Reina, Araquil, Eugui, Erro, Burguete, Roncesvalles, Salazar, Olite y los panteones reales de Nájera y de San Isidoro de León –50 placas destinadas al tercer aparato.
-En el pabellón de Navarra. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 14 de mayo de 1929, p. 7.
- Para ampliar esta información “Los talleres de platería de Sanguesa (Navarra). Las piezas”, de Juan Cruz Labeaga Mendiola. En Ondare. 20, 2001, pp. 43-65.
- Interesante trabajo de María Victoria Herráez Ortega, titulado “Contribución al estudio de la orfebrería del siglo XIII en Navarra. El Evangeliario de Roncesvalles”.
- Paginario de la Exposición –Navarra- En La Libertad, de Madrid. 16 de junio de 1929, pp. 3-4.
- Heredia Moreno, Carmen. “Arte Hispanoamericano en Navarra”, Cuadernos de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro (2008), núm.3, pp. 341-376.
- Más información sobre esta custodia, en el trabajo realizado por, Barrón García, A. (1996). Apuntes sobre la custodia de Aibar. Institución Príncipe de Viana. Gobierno de Navarra.
[20] . En el pabellón de Navarra. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 14 de mayo de 1929, p. 7.
[21] . Ha llegado el Comité de Navarra a la Exposición. En El Liberal, de Sevilla. 04 de mayo de 1929, p. 5.
[22] . El Pabellón de Navarra en la Exposición. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 13 de enero de 1929, p. 1.
[23] . A.M.S. Secc. XVIII. Exp. E.I.A. Documentos Varios. Caja 100. Rollo 720 fotogramas del 490 a 506
[24] . A.M.S. Secc. XVIII. Exp. E.I.A. Libro de Actas de la Comisión Liquidadora núm. 1. Sesión del 29 de junio de 1931.
[25] . A.M.S. Secc. XVIII. Exp. E.I.A. Expediente Derribos. Caja 119. Rollo 735 fotogramas del 133 a 425
FUENTES
- FOTOTECA DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA
- HERRAEZ ORTEGA, María Victoria. Contribución al estudio de la
orfebrería del siglo XIII en Navarra. El Evangeliario de Roncesvalles.
-HEREDIA MORENO, Carmen. “Arte Hispanoamericano
en Navarra”.
-LABEAGA MENDIOLA, Juan Cruz.
“Los talleres de platería de Sanguesa (Navarra). Las piezas”
-LEMUS LOPEZ, Encarnación (1987)
“La E.I.A a través de la prensa local”. Sevilla. Diputación.
-NARBONA, Francisco. (1987)
“Sevilla y la Exposición de 1929”. Sevilla. Obra Cultural del Monte de
Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla.
-RODRÍGUEZ BERNAL, Eduardo.
(1994) “Historia de la Exposición Ibero-Americana de Sevilla de 1929”. Sevilla.
Servicios de Publicaciones Ayuntamiento de Sevilla.
-SALAS, Nicolás (2004) “Sevilla
en tiempos de la Exposición Iberoamericana (1905-1930 La ciudad del siglo XX)”.
Sevilla. rd editores.
-VILLAR MOVELLAN, Alberto (1979) “Arquitectura del Regionalismo
en Sevilla (1900-1935)”. Sevilla. Diputación Provincial.
-VILLAR MOVELLAN, Alberto. (1992) “Los Pabellones de la
Exposición Iberoamericana”. En: La Exposición Iberoamericana de 1929. Fondos de
la Hemeroteca Municipal de Sevilla. Obra Cultural del Monte de Piedad y Caja de
Ahorros de Sevilla. pp 22-45
-ARAGONÉS ESTELLA, María
Esperanza. El capitel del rio del paraíso en el claustro románico de la
Catedral de Pamplona. Revisión del arte medieval en Euskal Herria. Cuad.Secc.
Artes Plast. Mon. Nº 15
BARRÓN GARCÍA, Aurelio. Apuntes
sobre la custodia de Aibar.
- La
Exposición Ibero Americana. ABC de Sevilla 07 de mayo de 1929 (Pabellón de
Castilla la Nueva - Pabellón de Navarra – Valencia- Segovia- Guadalajara)
-Inauguración de varios pabellones de varias provincias y otros actos.
La Voz. 13 de mayo de 1929 (Navarra-Asturias-Murcia)
-Paginario de la Exposición. NAVARRA. LA
LIBERTAD. 16 septiembre 1929, pags. 3 y 4
-España: sus Exposiciones Barcelona – Sevilla 1929. Editorial de la revista
LABORATORIO. Imprenta Borras (Barcelona) 1930.
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Buenos días.
ResponderEliminarLo primero felicitarle por su blog, ya que está realizando un gran trabajo.
Lo segundo querría pedirle permiso para utilizar su foto sobre el crucero de Iñarrieta ya que me gustaría escribir un post sobre él en en mi página www.sitioshistoricos.com
En mi entrada haría referencia al origen de la foto y a su blog por supuesto.
Gracias de antemano.
Mi correo electrónico es el siguiente:
www.sitioshistoricos.com@gmail.com