- Pabellón de Castilla la Vieja y León




Pabellón de Castilla la Vieja y León en la Exposición Iberoamericana. (Postal L. Roisin. Institut d’Estudis Fotografics de Cataluya)

Los viajes organizados por miembros del Comité de la Exposición, durante los meses de mayo, agosto y noviembre de 1925 a las distintas provincias de la región castellano-leonesa, dieron como fruto la creación de unas Juntas locales Pro-Exposición, que se encargarían de prepara la asistencia de las distintas provincias al Certamen. Sin embargo, éstas no prosperaron siendo corta su existencia lo que provocó que recayeran en las diputaciones provinciales de Soria, Logroño, Santander, Zamora, León, Palencia, Ávila, Segovia, Burgos, Salamanca y Valladolid, las once provincias Castellano-Leonesas, la responsabilidad de llevar a cabo dicha concurrencia,[1] y la construcción del edificio representativo de forma conjunta ya a mediados de 1928.

La adhesión de Santander al proyecto castellano-leonés como tal, fue realizada en fecha posterior, en concreto el 21 de septiembre de 1928, ya que dicha provincia en principio tenía previsto concurrir de forma independiente. Prueba de ello es la solicitud de concesión de una parcela de 600 m2, junto al Pabellón Vasco, para la construcción del pabellón de la Montaña en el recinto de la Exposición, realizada por su Gobernador Civil, la cual fue aprobada en la sesión celebrada por el Comisión Permanente el 25 de mayo de 1928.[2]

Pero el propósito de que la provincia de Santander tuviera su pabellón propio venía de lejos, casi desde los inicio de la entonces Exposición Hispano-Americana, cuando en 1913, el arquitecto Leonardo Rucabado, presentó un proyecto de pabellón denominado “Pabellón Montañés”, cuando se iniciaron los primeros contactos con las Diputaciones, para que las provincias y regiones españolas estuvieran presentes en el certamen, a iniciativa del entonces vocal del Comité, el conde de Colombí.[3]

El proyecto del edificio presentado por Rucabado, que junto a los arquitectos Vicente Lampérez y Aníbal González, era uno de los grandes impulsores del regionalismo, y en su caso de la arquitectura montañesa, sus fachadas se inspiraban en el estilo clásico de aquella región, que lo reinterpretaba a fin de crear una nueva versión modernizada de estas construcciones antiguas, con clara influencia de su proyecto premiado “Palacio para un Noble de la Montaña” realizado en 1911.

Proyecto de “Pabellón Montañés” de Leonardo Rucabado de 1913. Revista La Exposición, núm. 44.

Pero Santander no fue la única provincia que solicitó terrenos, la Comisión local pro-Exposición de Salamanca también lo hizo, para la construcción de un pabellón provisional representativo de la provincia, incluso un mes antes, siendo aprobada tal petición por la Permanente el 13 de abril de 1928.[4]
Una vez decidido, por motivos económicos, presentarse conjuntamente las provincias de las regiones castellana y leonesa, y debido a la premura de tiempo, le fue encargado al Comité de la Exposición la realización del anteproyecto del pabellón. Este primer proyecto fechado el 23 de junio de 1928,[5] consistía en una edificación de carácter provisional, construido con estructura metálica tabicada y con decoración a base de escayola y pintura. Según la memoria del mismo, el diseño había querido componer un conjunto que armonizara con sus proporciones de masas y huecos, en el que se conjugaban elementos arquitectónicos de las distintas provincias, como era el caso de la Torre de San Miguel de Palencia, el balcón de Felipe II de Valladolid, con otros de Burgos, León Ávila, etc.

La planta del edificio claramente longitudinal, había primado la circulación por las distintas salas de los visitantes, iniciándose en el zaguán de ingreso, donde se encontraba situada la escalera conducente a la planta superior, continuando por la galería del patio. A la derecha del patio se situaba un cuerpo del edificio de planta rectangular con piso bajo y alto. La parte central del edificio la componía una amplia galería en la zona de fachada, tras la cual se ubicaba una gran nave rectangular. En el extremo izquierdo se encontraba otro cuerpo de edificio de una sola planta. El avance del presupuesto para su construcción se calculó en unas 400.000 pesetas.

Alzado y planta del primer proyecto para el Pabellón de Castilla la Vieja y León. (Archivo Municipal de Sevilla)

El 14 de septiembre de 1928, en la reunión de las diputaciones castellano-leonesas, celebrada en Madrid, se acordó nombrar una ponencia ejecutiva formada por los Presidentes de las Diputaciones de Palencia, León y Santander, para resolver todo lo concerniente a la concurrencia de la región en la Exposición Iberoamericana.

A esta ponencia, no le agradó el proyecto presentado, por lo que también se acordó solicitar al Comité de la E.I.A un nuevo proyecto de pabellón con un coste máximo de 250.000 pts. Siendo remitido al Presidente de la Diputación de León, el 15 de octubre, un segundo proyecto realizado por el arquitecto del Comité, Pedro Sánchez Núñez en colaboración con Vicente Traver, con un presupuesto que no excedería la cantidad máxima fijada, con un plazo de ejecución de cuatro meses. [6]

En la memoria y pliego de condiciones de dicho proyecto,[7] dice ocupar una extensión de 880 m2 (44 m de longitud por 20 de anchura). La diferencia más evidente sobre el primer proyecto, a fin de economizar costes, era la supresión de la planta alta, además la estructura de todo el edificio sería de madera, incluidas las de las torres y torreón. La cimentación se realizaría mediante placa de hormigón y zapata de fundación de armadura de hierro bidireccional. Las paredes exteriores, se levantaría con bloques de cemento rectangular, para simular los sillares pétreos, recibidos con yeso a fin de que se acoplaran perfectamente a la madera; la tabiquería interior sería de ladrillo en algunas zonas, y en otras de cañizo guarnecido de yeso al igual que los techos.

 Alzado y planta del proyecto definitivo del Pabellón Castilla la Vieja y León. (Archivo Municipal de Sevilla)

Para las torres se permitía el forrado con tela metálica guarnecida con cemento para poder imitar la piedra o el recubrimiento con planchas de uralita con el que se podía hacer una imitación perfecta de piedra antigua. Las cubiertas en las partes ocultas serían de fibrocemento o chapa de zinc, y en las vistas de teja árabe o zinc imitando a estas, y la decoración exterior confeccionada en staff,

La distribución interior se realizó mediante una entrada principal y zaguán, a cada lado los aseos y las oficinas de Castilla la Vieja y León respectivamente. A continuación, se accedía a una amplia galería de distribución que conducía a los vestíbulos de cada una de las antes dichas regiones, a la izquierda Castilla y a la derecha León, y alrededor de las cuales se distribuían las salas de exposiciones de cada una de las provincias. La galería central daba también acceso al Salón de Actos del pabellón después transformado en Capilla, a petición del diputado palentino José Rivas Gallego, y que posteriormente sería nombrado delegado.[8]

Los alzados se concibieron de forma que los distintos cuerpos del edificio recordasen monumentos notables de cada provincia. Se reprodujo de forma fidedigna la torre gótica de la iglesia de San Miguel de Palencia del siglo XIII, esta torre de tres cuerpos con puerta ojival y ventanales de tracería calada. Otros elementos que se integraron en el edificio fueron las Murallas y ábside de la Catedral de Ávila, la puerta del Hospital del Rey de Burgos, la Torre del Gallo de Salamanca, y la venta angular del Palacio de los Guzmanes de León, entre otros.

En concreto la portada de la fachada principal, fue una copia de la Puerta de Romeros del Hospital del Rey de Burgos, consistente en un arco aparentemente semicircular con arquivoltas, flanqueado por dos esbeltas columnas. Sobre el arco se eleva un conjunto compuesto de tres arcos, el central con hornacina que alojaba una escultura sedente y era coronado por frontón triangular y sobre éste una imagen de San Miguel, los laterales alojaban escudos.

                     
Puerta de Romeros del Hospital del Rey de Burgos, a la izquierda, en una postal de la época y la construida como puerta principal del pabellón, a la derecha.

El 28 de Octubre de 1928, el Presidente de la Diputación de León contesta al Comisario Regio sobre el proyecto de pabellón presentado,[9] que en sesión celebrada el 23, se había acordado aprobarla, manifestando que: “Los alzados presentan una silueta movida, y de agradable aspecto, si bien no nos atrevemos a pronosticar el efecto que producirá, una vez ejecutadas las obras, a causa de la variedad de estilos elegidos...” con este comentario ya se presumía que podía resultar un rompecabezas hecho con trozos de conocidos edificios de las provincias que representaba, pudiendo encajar más bien en la corriente pro-turística que dio origen a la construcción del Pueblo Español para la Exposición de Barcelona.

Nos obstante le agradan dos aspectos “la planta a nuestro juicio, es un verdadero acierto por su claridad y facilidad de acceso a los diferentes departamentos a que se destinará cada provincia” resuelve de forma satisfactoria el complicado problema de dar cabida de forma equitativa a las provincias de ambos reinos. Y sobre todo “En cuanto a la cantidad presupuestada, no parece exagerada ni mucho menos” el presupuesto de este proyecto era sensiblemente inferior al anterior.

El pabellón se ubicó en el ángulo noreste de la Plaza de los Conquistadores, en la misma manzana que el de Málaga, dando su fachada principal a la avenida de la Infanta Luisa, actual calle Páez de Rivera, y trasera a los de Huelva, Cádiz y Granada, y por el oeste al de las Diputaciones Vascas. Posiblemente este hecho diera lugar a la modificación del proyecto a la hora de ejecutar la construcción, al girar sobre su propio plano, quedando distribuido los salones como se indican en el plano adjunto.

Distribución interior del pabellón y alzado de cómo quedó definitivamente organizado. (Archivo Municipal de Sevilla)

La construcción se inició a finales de 1928, habiéndose contratado a la empresa de José Rodríguez Carril, para su ejecución con un presupuesto de 219.270 pts., [10] finalizándose el grueso de las obras poco antes de la inauguración del certamen en el mes de abril.[11]

Imagen del pabellón en construcción. (Foto revista Blanco y Negro)

Aunque el edificio estaba prácticamente terminado, debido a los impagos de las certificaciones, la empresa constructora solicitó prórroga para su terminación,[12] y en el mes de julio aún no se había procedido a la recepción definitiva del mismo, debido a que quedaban pendientes algunos detalles para rematar su ejecución, estando abierto al público a pesar no estar oficialmente inaugurado,[13] hecho que no ocurriría hasta el 27 de octubre, cuando se efectuó la inauguración y bendición del pabellón, con la asistencia de SS. MM los reyes, los infantes don Jaime, doña Beatriz y doña Cristina y el Capitán General de la Región el infante don Carlos, que fueron recibidos por las autoridades sevillanas y los presidentes de las Diputaciones provinciales de la región.

A las puertas del pabellón, se encontraban formadas para rendir honores, una compañía del Regimiento de Soria, y una sección de la carabela “Santa María” con el Pendón de Castilla. A la vez que, una escuadrilla de aviones de la Base de Tablada, evolucionaron arrojando pétalos de flores.

El acto comenzó con una solemne misa en sufragio por el alma de S. M. la reina madre, doña María Cristina, oficiada por el señor Arzobispo de Valladolid, señor Gandásegui, en la capilla neogótica que se había construido en el lugar que estaba destinado a Salón de Actos, que presidía una imagen de Santa Teresa, del convento Extramuros de Valladolid, propiedad del Arzobispo de esta ciudad. Terminada la misa, los reyes y sequito, realizaron una detenida visita a las salas de las provincias castellanas, quedando de esa forma inaugurado el pabellón.[14]

Salida de los Reyes del Pabellón Castellano-Leonés, tras su inauguración. (Foto revista La Hormiga de Oro).

Vista aérea del pabellón en el centro, en el ángulo superior izquierdo el Pabellón Vasco, en el inferior derecho el de la provincia de Málaga, y frente a la fachada posterior los de Granada, Cádiz y Huelva. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Sánchez del Pando)

Cada Diputación organizó su exposición en el espacio asignado, los objetos expuestos eran fundamentalmente históricos, artísticos y etnográfico, así en la sala de la Diputación de Burgos, se expuso parte del tesoro de la Catedral de dicha ciudad, y en vitrinas muestras de la producción industrial de la provincia, así como una maqueta en cartón de la referida catedral.[15]

En el Salón de la Diputación de Santander,[16] también se exponían trajes regionales, así como autógrafos de Marcelino Menéndez Pelayo y de José María de Pereda.

Busto de Gonzalo de Berceo, de Daniel González, actualmente en el exterior del Palacio de Gobierno de La Rioja. (www.esculturayarte.com)

La Diputación de Logroño le encargó al escultor Daniel González Ruiz los bustos de Gonzalo de Berceo y del Marqués de la Ensenada, para ser mostrado en la sala de su provincia,[17] además de en sus paredes colgaban dos cuadros atribuidos a Velázquez.[18]

Por su parte la Diputación de Valladolid encargó la realización de una película documental para ser proyectada en las Exposiciones de Sevilla y Barcelona. En su mayor parte, debió de ser rodada durante la segunda quincena del mes de marzo de 1929, sobre todo los últimos siete días, precisamente en la Semana Santa de aquel año.

Poco tiempo antes esta misma Diputación, había encargado al fotógrafo afincado en Valladolid Enrique Gilardi Silva la realización de varias series de fotografías, algunas de estas imágenes, en gran formato, fueron expuestas en las instalaciones vallisoletanas.

Asimismo, se trasladó una de importantísimas obras artísticas del por entonces Museo Provincial de Bellas Artes, para ser expuestas en el certamen sevillano como: “Un maravilloso busto de Santa Ana, de Juan de Juni, tres preciosos bajo relieves en madera, dos imágenes debidas al eximio Alonso Berruguete, una admirable Magdalena de Gregorio Fernández y una impresionante cabeza de San Pablo, genial inspiración de Villabrille”; también, de la muestra de los trabajos de bordado que para el evento estaban realizando las Hermanas Adoratrices; el autógrafo del poeta Zorrilla y una bella escultura de mujer del escultor Marinas.

De otra parte, sabemos de la edición de una serie de tarjetas postales, conteniendo vistas de los principales monumentos de Valladolid y su provincia, realizadas por el fotógrafo Filadelfo y editadas por Pedro J. Jiménez, para servir de propaganda artística


Vista del interior del Salón de la Diputación de Burgos. (Foto Diario de Burgos)

Por su parte, Segovia envió para decorar el salón de su diputación, muebles de época, esculturas, cuadros y obras de cerámica de Zuloaga, y entre otros objetos figuraba el acueducto de esta ciudad, así como las llaves de las siete puertas del castillo, el pendón y el libro de privilegios, todo ello de la villa de Sepúlveda, instalándose también una exhibición de productos e industrias típicas de la provincia.[19] Escoltando la entrada a este salón, se encontraban dos maniquíes con las indumentarias de los maceros de la Diputación segoviana.

La provincia de Palencia, envió el cuadro de Cristo Crucificado del R.P. Secundino y algunos objetos de la Catedral de dicha ciudad, también exponían en unas vitrinas diferentes producto como galletas de Aguilar, mantas, sombreros de Villaramiel y chocolates de San Isidro de Dueñas.[20]

Pendón de Sepúlveda.

El salón de la Diputación Salamanca, se instalaron una colección de fotografías de los principales monumentos de esta provincia, una maqueta del Ayuntamiento, así como una muestra de los tejidos confeccionados en Béjar,[21] además de varios trajes típicos de las diferentes comarcas de la provincia, una colección de objetos artísticos seleccionados por el padre agustino Morán, teniendo la intención de decorar el interior con distintos motivos arquitectónicos de la Universidad de esta ciudad, pero que al final no llegó a realizarse.[22]

La exposición de la provincia de Soria fue muy escueta, produciéndose en la prensa duras críticas por el descuido de sus organizadores. Se mostraba dos maquetas, una de Santo Domingo, y otra de la villa romana de Cuevas, además de un álbum fotográfico,[23] y tres tablas atribuidas a Velázquez.[24]

Interior del pabellón, en primer plano vestíbulo de los salones de Castilla, a continuación, la galería, y al fondo el vestíbulo de los de León. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano.)

Instituida por la delegación del pabellón, semanas después de la inauguración de este por los Reyes, y con motivo de la visita al mismo de la infanta doña Isabel, el 17 de noviembre, se celebró la primera misa, que a partir de entonces todos los domingos y días festivos por la mañana tendría lugar en la capilla del pabellón, por el alma de los iniciadores de la Exposición fallecidos, como Rodríguez Caso, Aníbal González, los condes de Colombí y de Urbina, Luca de Tena. y que tradicionalmente reunía en este pabellón regional, a familiares de los finados, así como a un número considerable de asistentes, que acudían fielmente a la llamada de la campanita con que estaba dotada la espadaña del edificio, vinculado su sonido con aquel lugar.[25]

La infanta doña Isabel, saliendo del Pabellón de Castellano-Leonés, tras la misa celebrada en la capilla del mismo. (Ilustración de la revista La Hormiga de Oro).

El sábado 21 de junio de 1930, día de la clausura del certamen, se quiso dar al acto mayor solemnidad y brillantez de cuantos se celebraron durante la Exposición, siendo el pabellón insuficiente para recoger tanto público como allí acudió. Daban escolta al altar y al Pendón de Castilla marineros de la carabela Santa María y del cañonero Laya. La ceremonia religiosa fue oficiada por el vicario general del Arzobispado, Jerónimo Armario, y después el cardenal arzobispo Ilundain, rezó el responso por el alma de los recordados, durante el acto intervino la Masa Coral Sevillana.

Después de la ceremonia, las fuerzas que habían rendido honores de Aviación, Marina y una compañía del regimiento de Soria, desfilaron ante las autoridades que habían asistido a la misa.

Capilla del Pabellón de Castilla la Vieja y León. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano.)

Para que el acto resultara multitudinario, el Comisario Regio, Carlos Cañal, autorizó la entrada libre a dicha misa por la puerta de la avenida Reina Victoria, que ya era llamada coloquialmente como de la Botella.[26]

En los aspectos culturales y divulgativos, se organizaron unas conferencias históricas-artísticas castellanistas, que tuvieron como escenario el Salón de Actos de la Plaza de España, en las que durante los días 25, 26 y 27 de marzo de 1930, el cronista de Valladolid, Francisco Mendizábal, trató una gran variedad de temas sobre la provincia vallisoletana, enlazándolas con la de Castilla, salpicándolas con poesías castellanas y evocaciones a los castillos señoriales, monasterios y las joyas de insignes maestros imagineros, a través de interesantes proyecciones de diapositivas, que, por privilegio de la Santa Sede, había podido estudiar las joyas de las clausuras monacales castellanas.[27]

 Y el mismo escenario sirvió para otro ciclo de conferencias tituladas “Charlas Avilesas” que se celebraron durante los días 29 y 30 de mayo, y 4 de junio de 1930, a cargo del sacerdote, archivero y bibliotecario provincial y municipal de Ávila, José María Sánchez Bermejo, que trataron sobre diversos aspectos de la historia y de la ciudad de Ávila, su relación con América, con la proyección de una película ilustrativa relacionada con este tema, y sobre Santa Teresa de Jesús.[28]

Conferencia de José María Sánchez en el Salón de Actos de la Plaza de España. (Foto El Noticiero Sevillano)

Con la caída de la dictadura primoriverista, el 28 de enero de 1930, y con ello la dimisión del Director de la Exposición José Cruz Conde, el nuevo gobierno del general Berenguer, nombra como Comisario Regio al sevillano Carlos Cañal, con el deseo de dar un último impulso a la Exposición haciéndola más popular, se organizan diversos actos lúdicos como verbenas, fuegos artificiales, conciertos, etc., alejándose de la idea de un certamen elitista de la primera etapa, a fin de que el pueblo sevillano hiciera suyo el certamen, solicitando, a todos los organismos públicos que tenían presencia en la muestra, mantuvieran abiertos sus pabellones y realizaran algún festejo que contribuyera al mayor esplendor de ésta.

Ante esta nueva situación, a primeros de abril de 1930, se reúnen en Valladolid la Asamblea de Diputaciones Castellano Leonesas para debatir sobre la conveniencia de mantener abierto el pabellón regional, y a ruegos del exdelegado del pabellón en Sevilla José Rivas Gallego, se acuerda mantenerlo abierto hasta 2l de junio, fecha prevista para su clausura, eso sí, disminuyendo al máximo los gastos que no debería superar el importe de 300 pts., que cada una de las once Diputaciones aportarían mensualmente; por ello los gastos fijos de personal se redujeron a un auxiliar delegado, a 30 pts. diarias, desapareciendo la figura de delegado; dos ordenanzas, dos guardias de noche y una fregona, a 15, 8 y 3 pesetas diarias, respectivamente, continuando como delegado-auxiliar, Francisco Pérez Otero, encargado de la representación del pabellón y las diputaciones en Sevilla,[29]

Vista del pabellón. (Archivo ABC)

Y en relación al programa de festejos, se desplazaron a Sevilla, auspiciado por la Diputación de Santander, con la intervención directa de la Casa de la Montaña en Sevilla, Los Coros Montañeses “El Sabor de la Tierruca”, dirigidos por Pedro Carré, que ya venían de obtener un rotundo éxito en la semana montañesa, celebrada en el Pueblo Español de la Exposición de Barcelona.

Durante su estancia, dieron cuatro conciertos entre el 12 y el 15 de junio de 1930, los dos primero en el Teatro de la Exposición, cuyos beneficios fueron destinados a la Asociación Sevillana de Caridad,[30] y los dos últimos de carácter más popular, se celebraron en la Plaza de la Constitución (actual de San Francisco) el día 14, en el mismo lugar que se celebró el del Orfeón Catalán, organizado por el Ayuntamiento de Sevilla, y al día siguiente, en la Glorieta de la Virgen de los Reyes, en la trasera del Pabellón de Bellas Artes, dentro del recinto de la Exposición, estando a cargo del Comité de la misma, actuando conjuntamente con los Coros Montañeses, la Masa Coral Sevillana, dirigida por el maestro Emilio Ramírez.[31]
Integrantes de los Coros Montañeses fotografiadas en el banco de la provincia de Santander de la Plaza de España. (Foto Sánchez del Pando, publicada en El Cantábrico.)

En las actuaciones los integrantes del coro iban ataviados con los trajes propios de la región, y en el teatro además se escenificaban sus cantos con decoraciones de las diversas comarcas de la montaña, sus bailes típicos, y demás elementos que conformaban las piezas de sus actuaciones.

El día 13, acompañados de la dirección de la Casa de la Montaña en Sevilla, los Coros Montañeses visitaron la Plaza de España, para después tomar el ferrocarril en miniatura y dirigirse al Pabellón de Castilla la Vieja y León, donde fueron recibidos por el delegado del mismo.[32]

La estancia de los coros se alargó unos días más, coincidiendo con la visita del príncipe de Asturias a la ciudad, por lo que organizada por la Diputación Provincial, se celebró una fiesta andaluza en la rotonda de las Ruinas de Itálica en honor del príncipe, en la que participaron también los Coros Montañeses, con asistencia de autoridades civiles y militares, y el comisario de la Exposición, en la que se alternaron las actuaciones de la masa coral montañesa, con sus canciones y bailes típicos de aquella región, con las del cuadro de baile andaluz del maestro José Otero Aranda. La Asociación de Caridad Sevilla y la Diputación de Sevilla, aprovecharon la ocasión para ofrecerles sendas copas de plata a Los Coros Montañeses como recuerdo de su estancia en la ciudad.[33]

Debido a las diferencias entre las Diputaciones Castellano-Leonesas con la empresa constructora, como consecuencia de las deficiencias constructivas halladas en el edificio, y a los impagos de diversas certificaciones, dio lugar a que en el mes octubre de 1930 la Comisión Liquidadora de la Exposición, procediera instruir un expediente informativo realizado por el vocal Jiménez de Aragón.[34] Aunque no conocemos el resultado del referido informe, parece que la razón le fue dada a la empresa de José Rodríguez Carril, pues en el mes de noviembre le fue devuelta la fianza que había depositado,[35] y en enero de 1931, se le abonó la última certificación, que aún estaba pendiente, con los fondos que las diputaciones de Castilla la Vieja y León tenían depositados en la caja del extinto certamen.[36]

 Las Comisiones provinciales de Palencia, Segovia, Ávila, Burgos y Soria, decidieron durante el mes de Junio de 1930, [37] ceder los derechos de su copropiedad en el pabellón, una vez clausura del Certamen, a los socios fundadores de la Casa de Castilla y León,[38] para destinarlos a fines culturales.

Vista de la fachada principal del pabellón. (Ilustración Sevilla y la Exposición Americana. Álbum Artístico)

Pero debido al lamentable estado en que se encontraba el pabellón regional, no fue posible su utilización, no obstante no se quedó la Casa de Castilla y León sin sede social, sino que al contrario, y debido a una serie de circunstancia incompresibles, dieron lugar a que el pabellón levantado por la Cía. Hispano-Suiza, situado en suelo municipal en el Prado de San Sebastián, no fuera derribado como era preceptivo, sino que se subastó públicamente el edificio, sin que ni el Ayuntamiento ni Junta Liquidadora hicieran nada para impedir esta ilegalidad.

Fue adquirido por el Dr. Mezquita, que a su vez lo cedió a la Casa de Castilla la Vieja y León, al ocupar el cargo de Presidente en dicha entidad, para instalar la casa regional en las Ferias de Abril y San Miguel, dada la proximidad con el recinto ferial. Durando esta situación hasta 1937 en que, disuelto este organismo regional, los acreedores del mismo embargaron el pabellón procediéndose al arriendo como salón de variedades. Es entonces cuando, después de un informe instruido para conocer la situación jurídica del inmueble, el Ayuntamiento ejerce su derecho sobre éste y lo arrienda por 3.000 pts. para espectáculos públicos, siendo rescindido en 1940, debido a la parcelación de El Prado de San Sebastián, que afectaba una extensión considerable del que fuera Pabellón de la Hispano Suiza, produciéndose su derribo poco después.[39]

A pesar del mal estado en que llegó el edificio a la clausura del certamen, con humedades y hundimientos como ya se ha dicho, debido a lo deficiente de su construcción con materiales de baja calidad y estructura de madera, a fin de ahorrar costes, no se derribó inmediatamente, teniéndose noticias de que, en el mes de marzo de 1932, no solo aún permanecía en pie, sino que incluso era habitado por Aniceto Pérez Muñoz,[40] que solicitó en esa fecha, poder ocupar el Pabellón de Extremadura, posiblemente debido a la proximidad del derribo del castellano-leonés, y que fue autorizado por autoridades extremeñas a residir en dicho pabellón.[41]

Fueron múltiples las críticas que aparecieron en los diarios de ambas regiones contra la Comisión Castellano-Leonesa,[42] tanto por el edificio construido y sus grandes deficiencias, con humedades que incluso llegó a dañar alguna de las obras expuestas, y al desplome de parte del techo del salón de la Diputación de León, siendo comparado en algún medio como “chabola”, como por los objetos presentados, que no representaban debidamente a estas provincias, ni en lo artístico, ni económico, ni turístico, achacándole a la referida Comisión, además de la tacañería para la ejecución del edificio, la desidia en vigilar su construcción y en la elección de las obras y objetos que les iban a representar, considerándolos ridículos con el potencial que estas regiones podían ofrecer, así como ciertas dudas relativas a los sobre costes abonados.


LA FILMOTECA ESPAÑOLA HA EDITADO UNA OBRA TITULADA "LAS EXPOSICIONES DE 1929", EN LA QUE SE RECOGEN IMÁGENES DE LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA Y LA INTERNACIONAL DE BARCELONA

A CONTINUACIÓN SE HA INSERTADO UNA RECOPILACIÓN DE DISTINTOS CORTES RELACIONADOS CON ESTE PABELLÓN QUE APARECEN EN DICHA OBRA



NOTAS
[1] . Lemus López, E. La Exposición Ibero-Americana a través de la prensa (1923-1929), (1987) Sevilla. Edita E.M. Mercasevilla S.A., pp. 69 -70.
[2] . Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Fondos Exposición Ibero-Americana. Expediente Santander y otro. Rollo 712 fotogramas 500 a 503.
[3] . La Exposición Hispano-Americana y las Regiones Españolas. En La Exposición, de Sevilla. Núm. 44, 30 de junio de 1913, pp. 1-3.
[4] . En el acta aparece “cuyo proyecto, ya en ejecución”. A.M.S. Secc. XVIII. Fondos E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 4, Sesión del 13 de abril de 1928.
[5] . A.M.S. Secc. XVIII. Fondos E.I.A. Expediente Pabellón de Castilla la Vieja y León. Rollo 712 fotogramas 477 a 480
[6] . A.M.S. Secc. XVIII. Fondos E.I.A. Expediente Pabellón de Castilla la Vieja y León. Rollo 712 fotogramas 455 a 503
[7] . A.M.S. Secc. XVIII. Fondos E.I.A. Expediente Pabellón de Castilla la Vieja y León. Rollo 712 -Memoria (fotogramas 489 a 491) -Pliegos condiciones (fotogramas 457 a 460)
[8] . Esta iniciativa de instalar una capilla en el pabellón, fue muy elogiada por el cardenal de Sevilla Ilundain, ya que así podrían ori misa mucho de los empleados de la Exposición.
El Pabellón Castellano-Leonés en la Exposición. En El Día de Palencia, de Palencia. 05 de octubre de 1929, p.16.
[9] . A.M.S. Secc. XVIII. Fondos E.I.A. Expediente Pabellón de Castilla la Vieja y León. Rollo 712 fotogramas 455 a 503
[10] . A.M.S. Secc. XVIII. Fondos E.I.A. Expediente Pabellón de Castilla la Vieja y León. Rollo 712 Certificaciones (fotogramas 461 a 476)
Palencia en la Exposición Ibero-Americana. En El Día de Palencia, de Palencia. 26 de diciembre de 1928, p.11.
[11] . Lemus López, E. La Exposición Ibero-Americana a través de la prensa (1923-1929), (1987) Sevilla. Edita E.M. Mercasevilla S.A., p. 231.
[12] . A.M.S. Secc. XVIII. Fondos E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 6, Sesión del 02 de abril de 1929.
[13] . Manifestaciones del don José Rivas. En El Día de Palencia, de Palencia. 06 de julio de 1929, p.7.
[14] . El pabellón Castellano-Leonés en la Exposición. En El Día de Palencia, de Palencia. 05 de octubre de 1929, p. 16.
Los Reyes inauguraron el domingo el Pabellón de Castilla la Vieja y León. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 29 de octubre de 1929, p. 1.
Inauguración del Pabellón castellano-leonés. En ABC, de Sevilla. 29 de octubre de 1929, p. 21
[15] . García de Quevedo, E. La Exposición de Sevilla vista por un burgalés. En Diario de Burgos, de Burgos. 12 de mayo de 1930, p. 1.
[16] . Para el pabellón de las provincias castellano-leonesas. En ABC, de Sevilla. 23 de octubre dec1929, p. 22.
[17] . Cerrillo Rubio, L. Biografía Daniel González Ruiz. Fundación Escultor Daniel. www.fundacionescultordaniel.org Consultado el 12 de septiembre de 2022.
[18] . Asamblea de Diputaciones Castellano-Leonesa. En El Día de Palencia, de Palencia. 07 de abril de 1930, p.2.
[19] . del Real, F. Lo que fue la Exposición Iberoamericana. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 23 de agosto de 1963. Pág. 12
Segovia en la Exposición de Sevilla. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 02 de marzo de 1929, p. 4.
[20] . Manifestaciones del don José Rivas. En El Día de Palencia, de Palencia. 06 de julio de 1929, p.7.
[21] . Salamanca en la Exposición de Sevilla. En El Adelanto, de Salamanca. 30 de octubre de 1929, p. 1.
Béjar en la Exposición Ibero-americana. En El Adelanto, de Salamanca. 07 de noviembre de 1929, p. 7.
[22] . Los pabellones regionales. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 12 de mayo de 1929, p.3.
[23] . Soria en la Exposición de Sevilla. En El Avisador Numantino, de Soria. 12 de marzo de 1930, p. 1.
Remitidos. En El Avisador Numantino, de Soria. 27 de agosto de 1930, p. 2.
[24] . Asamblea de Diputaciones Castellano-Leonesa. En El Día de Palencia, de Palencia. 07 de abril de 1930, p.2.
[25] . Una misa en el Pabellón de Castilla y León. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 19 de noviembre de 1929, p.1.


[26] . La última Misa del Pabellón de Castilla León. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 22 de junio de 1930, p. 8.
La última misa en el pabellón de Castilla la Vieja y León. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 25 de junio de 1930, p. 6.1
[27] . Charlas Histórico-artísticas-castellanistas. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 21 de marzo de 1930, p. 6.
Inauguración de las charlas histórico-artísticas castellanistas. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 25 de marzo de 1930, p. 1.
[28] . "Ávila y América" en la Exposición Ibero-Americana. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 27 de mayo de 1930. p. 5.
Las conferencias avilesas en la Exposición. El Correo de Andalucía, de Sevilla. 04 de junio de 1930, p. 4.
Conferencia del padre Sánchez Bermejo sobre “Ávila y América”. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 30 de mayo de 1930, p. 1.
Ávila y América en la Exposición Ibero Americana. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 27 de mayo de 1930, p. 2.
[29] . Asamblea de Diputaciones Castellano-Leonesa. En El Día de Palencia, de Palencia. 07 de abril de 1930, p.2.
[30] . Santander en Sevilla. El Correo de Andalucía, de Sevilla. 06 de junio de 1930, p. 5
[31] . Los conciertos de los Coros Montañeses. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 11 de junio de 1930, p. 1.
La presentación de los Coros Montañeses. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 13 de junio de 1930, p. 1.
Presentación de los Coros Montañeses. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 13 de junio de 1930, p. 6.
[32] . Los Coros Montañeses visitan la Exposición. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 13 de junio de 1930, p. 8.
[33] . La estancia del príncipe de Asturias en Sevilla. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 18 de junio de 1930, p. 1.
[34] . A.M.S. Secc. XVIII. Fondos E.I.A. Libro de actas de la Comisión Liquidadora núm. 1, Sesión del 10 de octubre de 1930.
[35] . A.M.S. Secc. XVIII. Fondos E.I.A. Libro de actas de la Comisión Liquidadora núm. 1, Sesión del 22 de noviembre de 1930.
[36] . A.M.S. Secc. XVIII. Fondos E.I.A. Libro de actas de la Comisión Liquidadora núm. 1, Sesión del 05 de enero de 1931.
[37] . Extracto del acta de la sesión celebrada por la Comisión Provincial de Soria, el día 07 de junio de 1930. Boletín Oficial de la Provincia de Soria. núm. 149, p. 3.
[38] . La Casa de Castilla la Vieja y León, se constituyó en el pabellón el 16 de junio de 1930. La Casa de Castilla la Vieja y León, se ha constituido en Sevilla. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 17 de junio de 1930, p. 8.
[39] . Graciani García, A. Pabellones comerciales en la Exposición Iberoamericana. El pabellón Domecq. En revista Aparejadores, de Sevilla, núm. 39 – 4º trimestre 1991, p. 19.
[40] . A.M.S. Secc. XVIII. Fondos E.I.A. Libro de actas de la Comisión Liquidadora núm. 1, Sesión del 01 de marzo de 1932.
[41] . Boletín Oficial de la Provincia de Cáceres. 30 de marzo de 1932, p. 2.
[42] . La obra de la dictadura. Castilla-León en la Exposición de Sevilla. En Heraldo de Zamora, de Zamora. 21 de agosto de 1930.
García de Quevedo, E. La Exposición de Sevilla vista por un burgalés. En Diario de Burgos, de Burgos. 12 de mayo de 1930, p. 1.
Una carta de Sevilla sobre el Pabellón Castellano-leonés. En El Día de Palencia, de Palencia. 31 de diciembre de 1929, p. 5.
Remitidos. En El avisador Numantino, de Soria. 27 de agosto de 1930, p. 2.


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