- Pabellón de Venezuela


 Pabellón de Venezuela. (Postal de la época)

Tras un agitado siglo XIX, plagado de revoluciones y enfrentamientos entre caudillos regionales, los entonces Estados Unidos de Venezuela (1864-1953), entran en el siglo XX bajo el mandato del dictador Cipriano Castro (1899-1908), el cual a pesar del patriotismo de su régimen, fue funesto para el país provocando una aguda crisis económica, llegando a que, debido a la deuda nacional, en 1902 alemanes, ingleses e italianos, bloquearan con sus barcos el puerto de la Guaira, el más importante de Venezuela; tres años más tarde (1904), el Tribunal Internacional de la Haya condena a Venezuela al pago de indemnizaciones.

Tras un golpe de estado en 1908, es depuesto Castro por el también dictador general Juan Vicente Gómez, que accede al poder hasta 1935, ocupando la presidencia durante los periodos 1908/1915, 1922/1929 y 1931/1935, siendo jefe del ejército en los periodos que no ocupaba la presidencia, con dominio real sobre el país. Bajo su mandato, y debido a la explotación a gran escala del petróleo, Venezuela cambia radicalmente su estructura económica, pasando la actividad agrícola, motor de su economía, a segundo plano.

Coincidiendo con los periodos presidenciales de José Vicente Gómez, se desarrollan los primeros contactos y la culminación de la representación venezolana. El Embajador de España en Caracas informa en 1911, que existe una actitud positiva en el gobierno de aquel país, para su concurrencia en la Exposición.[1]

Pasado los años, y con Primo de Rivera en el ejercicio del poder, Cruz Conde retoma el impulso de las relaciones exteriores, lo que supuso una sustancial mejoría en las relaciones con América. Así en enero de 1927, el Ejecutivo Federal del Consejo de Ministros acuerda la concurrencia en firme de Venezuela en el Certamen, que lo haría en las Galerías Americanas,[2] y en el mes de junio, el Gobierno venezolana designa como comisionados en la Exposición a Gumersindo Torres, Pedro Emilio Coll y Pedro V. Ruiz Miranda.[3] El primero, como presidente de la comisión, era Ministro Plenipotenciario en España; el segundo, Inspector general de Consulados en Europa, y el último, cónsul en Valencia.

El Gobierno venezolano no tenía intención en estar presente en la muestra iberoamericana con un pabellón, pero las presiones de dicha comisión y del infante D. Fernando de Baviera, propició que a principios de 1928 se convocara un concurso, por el Ministerio de Asuntos Exteriores venezolano, para la elección de un proyecto de pabellón provisional de carácter historicista, conformándose con una presencia honrosa en el certamen, votando la exigua cantidad de 270.000 bolívares para los gastos generales de la concurrencia, incluida su construcción.[4] La parcela se suponía tendría una superficie de 1.100 m2, debiendo ocupar el edificio 600 m2, y el resto por jardines.[5]

No obstante en España, más allá del acuerdo de la concurrencia y del nombramiento de la comisión, no se tenían más noticias al respecto, por ello, en el mes de febrero de 1928, la prensa sevillana se dirigió al cónsul en esta capital, solicitándole información, confesando que carecía de ésta oficialmente.[6] El 20 de marzo, el Presidente del Gobierno, Primo de Rivera, convocó una reunión con los representante diplomáticos de las repúblicas americanas que tenían previsto concurrir a la Exposición, a fin de fijar una fecha definitiva para su inauguración, asistiendo el embajador venezolano, acordándose inaugurar el certamen el 15 de marzo del año siguiente.[7]

No es de extrañar la dilación en las tomas de decisiones por parte del Gobierno venezolano, pues en aquella época, Caracas se encontraba inmerso en revueltas, con una incipiente sublevación que podía extenderse al resto del país, estando en peligro el régimen del general Juan Vicente Gómez.[8]

Sofocada la sublevación militar,[9] por fin, en la sesión de la Comisión Permanente de la Exposición del 10 de agosto de 1928,[10] se leyó la comunicación oficial de la Legación española en Venezuela, comunicando haber recibido un radiograma del Ministerios de Relaciones Exteriores de dicha República, informando que el 24 de julio, el Presidente Juan Vicente Gómez, había decretado la concurrencia en el certamen con pabellón propio.[11] Recibida con alegría la noticia, se acuerda felicitar a Primo de Rivera, por su actuación personal en el cambio de decisión.


Plano de situación de la parcela y del pabellón. (Archivo Municipal de Sevilla) y solar que ocupó el mismo en la actualidad. (Archivo del autor)
Debido a lo tardío de la decisión, se urge a la Legación venezolana para que agilice la elección de los terrenos y del proyecto de pabellón, a fin de contar con tiempo suficiente para su construcción.[12] En el mes de octubre, la Permanente conoce que el Gobierno de Venezuela había elegido el proyecto del arquitecto español Germán de Falla, aprobando en la misma sesión dicho proyecto y proponiendo la parcela que se encontraba junto al pabellón de Argentina, que hasta ese momento había estado asignada a Bolivia, y la parcela que meses más tarde le sería entregada a Guatemala.[13]

La parcela de 1.400 m2, cedida por el Ayuntamiento para la construcción del edificio, se situaba en la avenida de las Delicias, entre el pabellón de Argentina, ya construido, siendo ésta la principal vía de comunicación que se construye para la Exposición Iberoamericana, la llamada “avenida de las Naciones”, donde se ubicarían nueve de los trece pabellones internacionales, y que aun estando trazada desde principios de siglo, no se llega a ejecutar hasta que se inician las operaciones urbanísticas del certamen. La Legación venezolana, solicita 1.013,61 m2 en esta parcela, accediendo la Permanente en el mes de noviembre, haciendo la salvedad de que, si se decidiera por dicha República, construir el pabellón con carácter permanente, debería solicitarlo al Ayuntamiento hispalense.[14] Ello se debía a que, al no ser el edificio permanente, no se acogía a la cláusula de utilización de 75 años, por lo que debería ser derribado a la terminación de la Exposición. Motivo por lo que es el único de los pabellones internacionales que no ha llegado hasta nuestros días.

El Pabellón de Venezuela fue, además del de Colombia y Guatemala, uno de los pocos proyectado y dirigido por técnicos españoles, debido fundamentalmente por la premura de tiempo para su construcción. El proyecto ganador del arquitecto español Germán de Falla y Mateu (hermano del famoso compositor Manuel de Falla), había sido realizado en Madrid, en el mes de junio de dicho año, habiendo estimado el coste del mismo en 209.973,78 pts.[15] La ejecución se llevó a cabo con la colaboración del arquitecto Manuel Granda,[16] propietario de la constructora madrileña a la que le fue adjudicada la obra.[17] Este presupuesto tan ajustado, fue duplicado meses más tarde alcanzado la suma de 550.000 bolívares.[18]

A pesar de lo ajustado de los plazos para su ejecución, a finales de octubre aún no habían empezado las obras,[19] pues no se solicita oficialmente los terrenos hasta el mes de noviembre,[20] produciéndose la entrega de los terrenos el 14 de enero de 1929, siendo designado por su Gobierno, el Encargado de Negocios de Venezuela en España, Alberto Urbaneja, para intervenir en todo lo relacionado con la concurrencia venezolana.[21]

La planta del edificio era de 27,5 m de ancho por 25 de fondo, y se articula en forma de cruz latina, con salientes en los ángulos, lo que le da cierto movimiento al conjunto mediante los entrantes y salientes en sus paramentos, a pesar de sus modestas dimensiones.

El Pabellón de una sola planta, variaba sus niveles en distintas zonas del edificio, como patio, fachada, etc. En el brazo correspondiente a la avenida de las Delicias, algo menor que los otros, ubica la fachada y pórtico de entrada, sirviendo los tres restantes como salones de exposiciones, con unas dimensiones de ocho metros y medio por cuatro

Dispuso en el centro, un patio rectangular adintelado sobre columnas y algo hundido, lo utiliza como distribuidor de las salas, rodeándolo de pérgolas. Las salas laterales estaban precedidas por estrechos pórticos sobre pilares.

Plano de planta del pabellón venezolano. (Archivo Municipal de Sevilla)


Proyectos de los alzados de las fachadas y transversal del Pabellón de Venezuela del arquitecto Germán de Falla. (Archivo Municipal de Sevilla)
Aunque se le puede encontrar algunos toques historicistas, no se le podría clasificar en ningún estilo determinado, siendo el resultado de una serie de factores como lo escaso de su presupuesto, la provisionalidad del edificio, y el no existir un estilo colonial hispano en el país. Hay quien ha visto en la facha una simplificación del Arco del Triunfo parisino.

El autor diseña un sencillo edificio, centrando su decoración en el exterior, a fin de proporcionarle algo de gracia. Concentrando esta decoración sobre todo en la fachada, a la cual le da monumentalidad al elevarla 11,5 metros, tres metros y medio más que el resto del edificio, además la eleva sobre una amplia terraza que precede a la puerta principal, ésta sobre podio, la encaja dentro de un alto pórtico con arco de medio punto, embellecido con casetones interiores. Sobre el dintel de la puerta, coloca el escudo nacional venezolano de grandes dimensiones, realizado en cerámica por la sevillana Casa González.

El resto de fachadas las eleva sobre basamento, enriqueciendo sus muros con gruesa moldura que perfilando el arco del pórtico, recorre todo el contorno del edificio.

Otros elementos decorativos son el friso corrido que remata los paramentos de las distintas fachadas, compuestos de formas rectangulares y circulares; los pináculos troncocónicos instalados en las esquinas de los muros, y el alero algo volado que también recorre todo el edificio, excepto en la fachada.
Fachada del pabellón. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano)
Recogemos las palabras de un visitante de la impresión que causó la visión de éste: [22]
El pabellón venezolano no sigue un estilo específico; presenta líneas decididamente modernas, fruto del estilo parisino de su diseñador, Germano de Falla......nadie puede negar que el pabellón venezolano representa el triunfo del color. El rojo, el azul intenso y el verde pálido son los tres colores predominantes, a los que árboles, flores y fuentes añaden otros matices vibrantes. El efecto general es alegre, placentero y relajante, por sorprendente que parezca esta última expresión para colores tan vibrantes.” Prueba de ello la encontramos en una de las postales coloreadas del pabellón.

El Pabellón de Venezuela en una postal coloreada de la época.
Por lo tanto, una reproducción fotográfica del pabellón venezolano no puede transmitir una idea clara de la vivacidad de la arquitectura, que se ve aún más realzada por el toque de color de un inmenso escudo nacional, situado sobre la puerta de entrada, bajo el arco del portal. Este escudo está hecho de brillantes azulejos sevillanos, similares a los que resultan familiares incluso para el más superficial conocedor de los países ibéricos”.

El interior del edificio, muy sobrio en decoración, lo anima con un juego de distintos niveles en diferentes zonas del mismo. En el patio central rehundido, se plantaron distintos tipos de plantas, haciendo que su diseño se integrara con elementos naturales, dándole cierta originalidad, consiguiendo la integración Arquitectura-Naturaleza, común en el país, contribuyendo a ello la vegetación exterior y los setos que rodeaban el edificio.[23]

El pabellón, por lo tanto, no es muy grande: consta de tres salas y un amplio, luminoso y alegre patio, que alberga una rica y variada colección de orquídeas, con las formas más extrañas y los colores más raros, procedentes de los densos bosques ecuatoriales de la República.”.[24]

La comisión encargada de la organización del pabellón estaba compuesta por los ya mencionados Alberto Urbaneja, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Venezuela en España; Pedro Emilio Coll, Inspector general de Consulados, y Pedro V. Ruiz Miranda, cónsul en Valencia. A esta comisión se agregó Carlos E. Troconis, como delegado del pabellón, y Enrique Bellido, cónsul en Sevilla, como secretario. Posteriormente el Gobierno venezolano añadió los delegados especiales del Congreso del Café y Agricultura Tropical, Alfredo Jahn, Porfirio Tamayo, y Enrique Pérez Mena.[25]

Miembros de la Comisión venezolana en la Exposición. (Revista Mercurio. 27 marzo 1930)
Para la decoración interior del pabellón fue designado el delegado del pabellón Carlos Troconis, como director, y Manuel Artiles Barrera como técnico y encargado de la ejecución de ésta. Se utilizaron mosaicos de Luis Aguerreverre traídos de Venezuela, cerámicas de la Casa González para la decoración artística y de Hernández Tamayo & Co. de Caracas, y Francisco Madurell Torres realizó los acabados estucados del pabellón.[26]

Contó también para la decoración del edificio, con unos medallones en relieve octogonales realizados por el escultor José Chicharro Gamo, en lo que se representaban las efigies Simón Bolívar, Sucre y Miranda, los tres grandes revolucionarios americanos nacidos en Venezuela, que estuvieron instalados en el patio central. El de Simón Bolívar, que incluía las fechas de su nacimiento y muerte (1783-1850), sobre el dintel del salón central.

Medallones con las efigies de Bolívar Sucre y Miranda, realizados por Chicharro Gamo para el pabellón. (La República de Venezuela en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla. 1929-1930)
Una vez traspasada la puerta de acceso, se penetraba en el patio central, el cual se encontraba rodeado por un claustro elevado con pérgolas, en el que se había instalado una fuente y junto a esta un naranjo del que pendían distintas semillas de plantas exóticas que crecen en aquél país.[27]

Los productos expuestos se distribuyeron de la siguiente manera: El Grupo 1º, se situó en la sala izquierda, y se componían de petróleos, maderas, artículos de fibras, carbón mineral, sales marinas, asfalto, licores, raíces y productos medicinales. El Grupo 2º, se instaló en la sala central, y mostraban obras de bellas artes, hilanderías y telares, algodón, plumas de garzas, tabaco, mantequilla, dulces, carey, pieles, suela, monedas e industrias varias. Y el grupo 3º, dedicado a café, cacao, cereales y diversos granos, productos naturales y animales y mosaicos, se ubicó en la sala de la derecha.[28]

La información que poseemos sobre los contenidos que se mostraron, son las que figuran en el Catálogo Oficial, donde aparecen los nombres de 819 expositores oficiales y privados.[29]

En la primera sala, situada a la izquierda, el visitante se adentraba en el corazón de la riqueza venezolana: el petróleo. Un gráfico revelaba el salto monumental de producción entre 1928 y 1929, reflejo de un país que comenzaba a abrirse paso en el escenario mundial. Una maqueta que reproducía las explotaciones petroleras de Mene Grande y San Lorenzo de la Caribbean Petroleum Company, en el estado Zulia, una de las zonas más ricas en crudo del planeta, realizada por el sevillano Francisco Navarro.[30]
Maqueta de una explotación petróleo de venezolano. (La República de Venezuela en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla. 1929-1930)
A su alrededor, se desplegaban otras joyas naturales: maderas de intensos colores, carbón de las minas de Naricual, asfalto del estado Sucre y sal marina y de roca, cada una testimonio del potencial de la tierra venezolana. Entre telas hechas con fibras locales, raíces medicinales, licores, crema de cacao y ponche crema, así como un par de curiosos sistemas de reproducción gráfica patentados por el Tulio Febres Cordero, quien exhibió los retratos de Su Majestad Alfonso XIII, Su Santidad León XIII y otras personalidades, realizados con el complejo sistema de "imagotipo", así como una invención de especial interés para la botánica: la foliografía.

Al fondo del patio, se ubicó la segunda sala, en la que la atención se centraba en la colección del naturalista Dr. Mayeul Grisol,[31] un festín visual de aves, insectos, y sobre todo mariposas de los colores más deslumbrantes y las formas más extrañas. Las piezas de esta colección, provenían de las regiones cálidas del sur, se acompañaban de plumas de aves de Apure y General Gómez, que brillaban como pequeñas obras de arte natural.

Más adelante, el visitante encontraba hojas de tabaco finamente empaquetadas, nácar, perlas y madejas de seda. Esta última industria, impulsada por el Gobierno nacional, florecía en la escuela experimental de sericultura en Mérida, bajo la dirección del naturalista Giuseppe Briceño.

El Banco de Venezuela presentaba su elegante serie de monedas de 1929 y billetes de refinado diseño, mientras productores particulares exhibían una amplia gama de bienes nacionales: telas de Maracay, artículos de caucho, sombreros, bastones, cueros trabajados, dulces y cacao.
Monedas y billetes venezolanos. (La República de Venezuela en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla. 1929-1930)
En el centro, una biblioteca cuidadosamente dispuesta reunía obras de historia y literatura venezolana, junto a una serie de paisajes de Victoriano de Vicente Gil,[32] que ensalzaban la belleza y la fuerza del territorio, como “Primavera en Gamboa”; “Anauco”; “Bucares en flor”; “Faldas de Ávila”; “Camino de Galipán”; “Punta Brava”; “El Palmar”; “Costas del Mar Caribe”; “San Juan de los Morros”; “Riberas del Mocotíes”; “Valle de Tovar”; “Andes Venezolanos”; “Carretera Andina”; “Valle de Rubio”, y “El Táchira”.[33]

Uno de los paisajes de Vicente Gil, y “La Tempestad” de Lorenzo González. (La República de Venezuela en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla. 1929-1930)
En el Catálogo Oficial que se editó, aparecen ilustraciones de los lienzos de Arturo Michelena “El Milagro de los Panes”; de Herrera Toro, “El conquistador español D. Diego de Losada”; “El General José Antonio Anzoátegui tomando el Puente de Boyacá” de Rivero Sanabria, y del escultor Lorenzo González, “La Tempestad”, que bien pudieran ser reproducciones fotográficas que, junto a otras de monumentos y panorámicas, fueron enviadas por el Museo Nacional de Venezuela.[34]
Fotografías de monumentos expuestos en el pabellón. (Revista Mercurio. 27 marzo 1930)
La tercera sala se abría con un aroma envolvente: café. Los granos, brillantes y aromáticos, provenientes de las haciendas El Trompillo, Kolster, Toledo y Calderón, simbolizaban una de las nuevas promesas del país. A su lado, el cacao venezolano, célebre en los mercados internacionales, deslumbra con su textura y su historia.

Entre trigo, harina, almidón, cera, coco, jabón, cerámica y mosaicos, se percibe el pulso de una nación que buscaba modernizarse, transformando sus recursos naturales en industria y su trabajo en progreso tangible.

Stand del Café El Trompillo en el Salón del Café. (Revista Mercurio. 27 marzo 1930)
Las paredes mostraban gráficos y estadísticas que hablaban de una economía sólida, respaldada por reservas de oro en crecimiento y por instituciones como el Banco Agrícola y Pecuario y el Banco Obrero, que impulsaban la agricultura y promovían viviendas modernas para las clases trabajadoras.

Más que una exposición, la sala es una declaración de fe en el futuro: la imagen de una Venezuela en transformación, orgullosa de su tierra, su ingenio y su capacidad de construir prosperidad desde sus raíces, y aprovechando el encuentro iberoamericano se editó un libro sobre el país, titulado “Exposición Iberoamericana. Aspecto Físico y Orígenes Étnicos de Venezuela” de Alfredo Jahn.

El pabellón fue inaugurado el 11 de mayo de 1929,[35] dos días después de que el certamen abriera sus puertas, por los Reyes D. Alfonso y Dª Victoria Eugenia que eran acompañados por los infantes y el Jefe del Gobierno. Fueron recibidos en la entrada del pabellón a los acordes del «Himno venezolano», interpretado por la Banda Municipal de Sevilla, por el Ministro de Venezuela Alberto Urbaneja y los comisionados Pedro Emilio Coll, Pedro V. Ruiz Miranda y Enrique Bellido. Ya en el interior del edificio, visitaron las salas del petróleo, donde se detuvo S.M. a contemplar la maqueta de yacimiento petrolífero, tejidos, tabacos, jabones, café y cacao. Le fue mostrado el trabajo realizado con imagotipia, con un retrato de D. Alfonso, recorriendo todos los departamentos del pabellón, donde se exhibían los productos enviados por el Gobierno y particulares venezolanos, comprobaban la riqueza de su suelo y los progresos alcanzados por el país. Sus Majestades, infantes, jefe del Gobierno y ministros que les acompañaban abrieron el Libro de Firmas, siendo despedidos los Soberanos y séquito a los acordes de la «Marcha Real».



Los Reyes D. Alfonso y Dª. Victoria Eugenia el día de la inauguración del pabellón. (Revistas La Hormiga de Oro 1929. Mercurio y La República de Venezuela en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla. 1929-1930)
Con motivo de la celebración de la Semana en honor a Venezuela, del 25 al 28 de octubre. los Reyes volvieron a visitar el pabellón el día 25, siendo recibido con las mismas formalidades que en la visita anterior.[36] A mediodía fue obsequiada la prensa sevillana y corresponsales de periódicos con un almuerzo en el restaurante «Andalucía» dentro del recinto de la Exposición, en el cual la comisión estuvo representada por el secretario Enrique Bellido y el delegado permanente Carlos Troconis, asistiendo una muy amplia representación de la prensa local.[37]

SS.MM. los Reyes a la entra y salida durante la segunda visita al pabellón el 25 de octubre de 1929. (La República de Venezuela en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla. 1929-1930)
A las once de la mañana del día siguiente, se procedió al izado de las banderas nacionales de España y Venezuela en el pabellón, mientras se interpretaban los himnos de ambos países, ejecutados por la Banda Municipal, la cual posteriormente interpretó una selección de música española y venezolana.[38]

Por la tarde tuvo lugar en el Casino Municipal de la Exposición un te danzante con que el la Comisión de Venezuela obsequiaba al Comité de la Exposición, autoridades y sociedad sevillana. Antes de dar comienzo la fiesta, se pronunció la conferencia «Lectura y glosa de escritores venezolanos» por el delegado permanente Pedro Emilio Coll, permaneciendo el pabellón bellamente iluminado durante las noches de la Semana.

El domingo 27, en la sala del Pathé Cinema, se proyectaron una selección de películas venezolanas, en la que mostraban los progresos alcanzados, las bellezas naturales de los paisajes y edificios públicos y residencias particulares de Caracas, Maracay y alrededores, la cordillera andina y el importante puerto de La Guaira, así como la riqueza del subsuelo y los adelantos conseguidos con la explotación del petróleo. La proyección estuvo amenizada con música venezolana, interpretada por una orquesta que había ensayado bajo la dirección del cónsul en Valencia Ruiz Miranda.

A las seis de la tarde fue leída la conferencia del doctor Alfredo Jahn titulada «Aspecto físico y orígenes étnicos de Venezuela», en el Casino de la Exposición, teniendo gran éxito, seguidamente y en el mismo lugar se ofreció un baile, por el Ministro y la Comisión venezolana a las mismas autoridades y demás invitados del día anterior. Simultáneamente se verificó en el pabellón un concierto popular con la música para pianola y gramófono enviados desde Venezuela.[39]

La clausura de la Semana de Venezuela tuvo lugar el lunes 28, onomástico del Libertador, Simón Bolívar, culminando con un acto de marcado significado. En el pabellón, a las once de la mañana, fueron ejecutados los himnos de España, Venezuela y demás Repúblicas bolivarianas, efectuándose una ofrenda floral al pie de la efigie del Libertador, instalada sobre el dintel de la puerta de acceso al salón central. En el discurso pronunciado por el embajador Urbaneja, comunicó que a fin de conmemorar ese día y la Semana venezolana, propondría a su gobierno colocar una lápida, en el barrio de Triana, con el texto “Venezuela a Rodrigo de Triana, el primer español que vio tierras de América”, orlada con la carabela y el escudo de la República. El acto terminó con un lunch a los asistentes venezolanos y españoles, y el reparto de productos de Venezuela, enviados al efecto por dicho Gobierno, continuando por la tarde con una recepción y un concierto de música ofrecido en los jardines y en el patio. Como colofón a estas celebraciones, por la noche y en el Hotel Alfonso XIII, el Ministro Urbaneja ofreció una cena de gala a SS.MM. los Reyes y al Comité de la Exposición.[40]
Imagen con la ofrenda floral el día de la onomástica de Simón Bolívar. (La República de Venezuela en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla. 1929-1930)
Por último, al día siguiente, la comisión venezolana, familiares y colonia de aquel país, visitaron la carabela Santa María, fondeada en el río Guadalquivir, junto al pabellón de la Marina, donde ondeó durante toda las Semana la bandera de Venezuela, siendo recibidos por el segundo comandante.[41]

Días después, el 20 de noviembre, la infanta Doña Isabel, durante su estancia en la ciudad, visitó varios pabellones entre ellos el de Venezuela, que fue recibida por el delegado Carlos Troconis y el cónsul en Sevilla Enrique Bellido. Recorrió todas las dependencias admirando los productos, especialmente el petróleo y las colecciones de mariposas.[42]

En el mes de febrero, debido al fallecimiento del hijo del expresidente de Venezuela, Juan Vicente Gómez, el Gobierno de aquel país, decretó cinco días de duelo nacional, por lo que las banderas del pabellón ondearon a media asta durante esos días.[43]

Tras la clausura de la muestra, el 5 de julio de 1930, en el pabellón se celebró una fiesta conmemorativa de la independencia de Venezuela a la que asistieron diplomáticos americanos y autoridades.[44] Y en el mes de noviembre de 1931 se produjo un intento de robo, siendo sorprendidos los ladrones cuando intentaban penetrar en el pabellón, quedando detenidos aunque se observó la falta de algunos objetos.[45]

Pocos días después, el Colegio Oficial de Pesadores y Medidores Públicos de Sevilla, solicitó a la Comisión Liquidadora de la Exposición el usufructo del pabellón para instalar en él sus oficinas, siendo devuelta la solicitud ya que el Gobierno venezolano aún no había cedido el edificio,[46] que por otra parte, al ser provisional y estar instalado en suelo municipal, debía ser derribado.

La representación venezolana obtuvo 518 recompensas entre Grandes Premios (93), diplomas de Honor (25); Medallas de Oro (191), de Plata (149) y de Bronce (60), y el resto de expositores Menciones Honoríficas,[47] concedidas por el Jurado Superior de Recompensas de la Exposición, destacando entre ellos: los de las firmas productoras y explotadoras de café “El Trompillo” del general Juan Vicente Gómez y R. & O. Kolster; Petróleos aceites y gasolina The Caribbean Petroleum Company; mantequilla “Maracay”; cacao “Caracas”; ponche-crema Eliodoro González P.; cervezas “Maracaibo”; chocolates y bombones de la Cía. Fullié & Co. «La India», y los doctores Tulio Febres Cordoro por su original invento Foliografía,[48] y Mayeul Grisol, naturalista por las colecciones de aves, mamíferos, reptiles, insectos y parásitos.
Vista del pabellón de Venezuela. (Revista La Exposición. Álbum Artístico-1929)

NOTA

[1] . Rodríguez Bernal, E. Historia de la Exposición Ibero-Americana de Sevilla de 1929. Sevilla (1994). Edita: Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla, p. 114.
[2] . Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Exposición Iberoamericana. Libro de Actas núm. 3 de la Comisión Permanente de la Exposición. Sesión del 4 de marzo de 1927.
[3] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de Actas núm. 3 de la Comisión Permanente de la Exposición. Sesión del 8 de julio de 1927.
[4] . Graciani García, A. La participación Internacional y Colonial en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. Sevilla (2010). Edita: Departamento de Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla y Universidad de Sevilla, p. 366.
[5] . La República de Venezuela en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla. 1929-1930. Madrid (1930) Edita: Sucesores de Rivadeneyra, p. 31.
[6] . Sobre la concurrencia de las Repúblicas americanas a la Exposición. En El Liberal, de Sevilla. 29 de febrero de 1928, p. 1.
[7] . Reunión de representantes ibero-americanos bajo la presidencia de Primo de Rivera. En El Liberal, de Sevilla. 21 de marzo de 1928, p. 3.
[8] . La Revolución en Venezuela. En El Liberal, de Sevilla. 13 de abril de 1928, p. 6.
[9] . Una nota de la Legación de Venezuela. En El Liberal, de Sevilla. 19 de abril de 1928, p. 8.
[10] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de Actas núm. 5 de la Comisión Permanente de la Exposición. Sesión del 10 de agosto de 1928.
[11] . El texto íntegro del decreto fue publicado por El Liberal, de Sevilla. el 29 de agosto de 1928, p. 1.
[12] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de Actas núm. 5 de la Comisión Permanente de la Exposición. Sesión del 31 de agosto de 1928.
[13] . Ibídem. Sesión del 11 de octubre de 1928.
[14] . Ibídem. Sesión del 09 de noviembre de 1928.
[15] . La República de Venezuela en la Exposición….. p. 31.
[16] . Villar Movellán, A. Arquitectura del Regionalismo en Sevilla. 1900-1935. Sevilla (1979) Edita Excmo. Diputación de Sevilla, p. 545.
[17] . La República de Venezuela en la Exposición….. p. 158. Recibió la Medalla de Plata de la Exposición.
[18] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de Actas núm. 5 de la Comisión Permanente de la Exposición. Sesión del 23 de noviembre de 1928.
[19] . La Exposición, las obras y la fecha inaugural. En El Liberal, de Sevilla. 19 de octubre de 1928, p. 1.
[20] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de Actas núm. 5 de la Comisión Permanente de la Exposición. Sesión del 09 de noviembre de 1928.
[21] . Ibídem. Sesión del 14 de diciembre de 1928.
[22] . B. Zuculin. Quattro Repubbliche dell’America Latina. En Le Vie d’Italia e Dell’America Latina. Núm. 7 Luglio 1930, pp. 735-739.
[23] . Graciani García, A. La participación Internacional y Colonial en la Exposición…..p. 368.
[24] . B. Zuculin. Quattro Repubbliche dell’America Latina. En Le Vie d’Italia e Dell’America…… p. 738.
[25] . La República de Venezuela en la Exposición….. p. 35.
[26] . Ibídem. p. 160. Hernández Tamayo & Co. recibió Medalla de Oro y el resto Medalla de Bronce de la Exposición.
[27] . Los pabellones de Uruguay y Venezuela. En La Correspondencia Militar, de Madrid. 14 de mayo de 1929, p.1.
[28] . Mora Arenas, V. El avance de la provincia de Sevilla desde el 13 de septiembre de 1923. Sevilla (1929). Edita Gómez Hnos. pp. 176-177.
[29] . La República de Venezuela en la Exposición….. pp. 93-136.
[30] . Ibídem. p. 160. Recibió Medalla de Bronce de la Exposición.
[31] . Ibídem. p. 143. Recibió Diploma de Honor de la Exposición.
[32] . Ibídem. p. 150. Recibió Medalla de Oro de la Exposición
[33] . Ibídem. p. 93.
[34] . Ibídem. p. 93.
[35] . En el de Venezuela. En El Liberal, de Sevilla. 12 de mayo de 1929, p. 8.
En el Pabellón de Venezuela. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 12 de mayo de 1929, p. 2.
La República de Venezuela en la Exposición….. pp. 37-39.
[36] . La visita al pabellón de Venezuela. En El Liberal, de Sevilla. 26 de octubre de 1929, p. 1.
[37] . Almuerzo ofrecido por la delegación venezolana a la Prensa española. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 26 de octubre de 1929, p. 8.
[38] . La Semana de Venezuela. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 27 de octubre de 1929, p. 1.
[39] . La Semana de Venezuela. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 29 de octubre de 1929, p. 6.
La República de Venezuela en la Exposición….. pp. 44-45.
[40] . La República de Venezuela en la Exposición….. pp. 54-65.
[41] . La semana de Venezuela. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 30 de octubre de 1929, p. 2.
[42] . La infanta Isabel visita los pabellones americanos. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 21 de noviembre de 1929, p. 1.
[43] . Cartera de Noticias. En El Liberal, de Sevilla. 08 de febrero de 1930, p. 4.
[44] . La conmemoración de la independencia de Venezuela. En El Telegrama del Rif, de Melilla. 06 de julio de 1930, p. 3.
[45] . Cosas que pasan. En El Liberal, de Sevilla. 18 de noviembre de 1931, p. 1.
[46] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de Actas núm. 1 de la Comisión Liquidadora de la Exposición. Sesión del 23 de noviembre de 1931.
[47] . La República de Venezuela en la Exposición….. pp. 139-160.
Las recompensas por clases de productos de los expositores fuero:
GRAN PREMIO
Café-34
Cacao-28
Otros-14
DIPLOMA DE HONOR
Maderas-10
Minerales-7
Otros-8
MEDALLA DE ORO
Café-51
Cacao-38
Maiz-12
Maderas y productos naturales-19
Productos industriales-27
Tabaco-9
Minerales-5
Farmaceuticos-10
Varios-20
MEDALLA DE PLATA
Café-28
Cacao-21
Maíz y otros cereales-27
Productos industriales-13
Tabaco-18
Productos farmacéuticos-7
Varios-35
MEDALLA DE BRONCE
Maíz y otros cereales-28
Productos industriales-4
Productos farmaceúticos-12
Varios-16
[48] . La República de Venezuela en la Exposición Iberoamericana. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 18 de marzo de 1930, p. 2.
La fiesta nacional de Venezuela. En El Liberal, de Sevilla. 06 de julio de 1930, p. 1.

LA FILMOTECA ESPAÑOLA HA EDITADO UNA OBRA TITULADA "LAS EXPOSICIONES DE 1929", EN LA QUE SE RECOGEN IMAGENES DE LA EXPOSICION IBEROAMERICANA DE SEVILLA Y LA INTERNACIONAL DE BARCELONA

ACONTINUACIÓN SE HA INSERTADO UNA RECOPILACION DE DISTINTOS CORTES RELACIONADOS CON ESTE PABELLON QUE APARECEN EN DICHA OBRA





4 comentarios:

  1. ¡Excelente su blog! estoy buscando información sobre la medalla de plata obtenida en Sevilla, por un tapiz de un tejedor venezolano Juan Evangelista Torrealba, si puede darme algún dato, se lo agradecería.

    ResponderEliminar
  2. Hola Otilia, gracias por sus palabras y leer mi blog.
    Respecto a su pregunta, decirle que la única información que poseo, es la que aparece en la página 157 del libro "LA REPUBLICA DE VENEZUELA EN LA EXPOSICION IBERO AMERICANA DE SEVILLA 1929-1930" en cuya relación de industriales premiados consta el haber obtenido Medalla de Plata del Certamen "Juan Evangelista Torrealba (Quibor, Giménez. Estado Lara): •Cobijas de lana y algodón" además del diseño de las citadas medallas realizado por el pintor Santiago Martínez.
    Si estuviera interesada en alguno de estos documentos, le ruego me escriba a mi correo jujoca1340@gmail.com, a fin de poderle enviar la información, ya que por esta vía es imposible.
    Reciba un cordial saludo
    Juan José Cabrero

    ResponderEliminar
  3. Muy interesante la recuperación de la historia de la Exposición Iberoamericana. Es una pena que el Pabellón no haya sobrevivido. ¿La ubicación actual de la estatua ecuestre de Simón Bolívar tiene sus razones en la ubicación que tenía el Pabellón de Venezuela?. ¿Sabe alguién algo sobre este particular?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Camelia.
      La ubicación exacta del Pabellón de Venezuela, es el espacio situado entre el Pabellón de Guatemala y el de Argentina, actualmente es un jardín.
      Si me escribe a mi correo jujoca1340@gmail.com, le puedo enviar una fotografía de la situación exacta.
      Gracias pos sus comentarios.

      Eliminar