- Pabellón de Uruguay
Publicado por jujoca1340@gmail.com -
Juan José Cabrero Nieves
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El proyecto expositivo iniciado por Rodríguez Caso en 1909, durante su largo proceso de ejecución, tuvo diferentes tropiezos de financiación, burocrático y de apoyo de las administraciones, que se agravó con el estallido de la Primera Guerra Mundial, y que dilataron durante veinte años su realización.
Desde el primer momento se invitaron a la mayor parte de las naciones americanas a este encuentro, las cuales respondieron a esta con diferentes niveles de entusiasmo, debido principalmente a problemas presupuestarios y políticos.
No obstante, hubo naciones, como la República Oriental del Uruguay, que desde el primer momento mostró interés en participar en el evento, y en 1911 su Gobierno, comunicó al Encargado de Negocios español en Montevideo, la aceptación a la invitación para participar en la Exposición Hispano-Americana, con la reserva de conocer el carácter de la muestra. Con motivo de los actos conmemorativos del Centenario de las Cortes de Cádiz, celebrados en dicha ciudad en 1913, y la grata impresión que el Gobierno uruguayo había sacado de los mismos, éste comunicó no existir dificultad para la concurrencia en actos de índole similar.[1]
En 1918, se produce la reforma constitucional de país, con un poder bicéfalo constituido por el Presidente de la República y un Consejo Nacional de Administración (CNA), para evitar la concentración del poder en una sola persona. Mientras la presidencia se reservaba su derecho sobre las Relaciones Exteriores, Guerra, Marina e Interior; y el Consejo Nacional, lo hacía sobre Hacienda, Instrucción Pública, Industrias y Obras Públicas.[2]
Tras el paréntesis de la Primera Guerra Mundial, y la reactivación del proyecto expositivo en España, en 1922, la Legación española en Montevideo, volvió a invitar al gobierno uruguayo a participar en el certamen iberoamericano, pero éste debido a problemas presupuestarios, y al recién instaurado sistema político, hicieron que este decidido compromiso inicial no fuera aceptado claramente.
Mientras en España, se produce en el mes de septiembre de 1923, el golpe de estado del directorio militar del general Primo de Rivera, que relanza el proyecto expositivo, a fin de aprovechar la utilidad del certamen para impulsar su política americana, asumiendo la empresa como propia, dándole el impulso definitivo.
En 1925, el Ministro de Exteriores uruguayo, aun mostrándose partidario de la participación de la República en el certamen sevillano, advirtió a los representantes españoles que era necesario contar con el beneplácito de las Cámaras, y en general había oposición en este sentido, ya que se argumentaba que las materias primas producidas por ésta república eran demandadas en todo el mundo, por lo que hacía innecesaria la participación en este tipo de ferias internacionales, siendo un gasto inútil los fondos destinados a este fin.[3]
Ante esta situación, se promovió una campaña propagandística pro-exposición, en la que intervino la influyente colonia española y la legación diplomática, con amplio seguimiento de la prensa del país, que dio lugar a una nueva iniciativa del Ministerio de Estado, consistente en la construcción de un pabellón para la exposición de los productos tantos industriales como rurales y manufacturados, así como los aspectos administrativos, culturales y artísticos, con una superficie de 1.000 m2 y dos cobertizos para la presentación de productores vacunos y lanares.[4]
El Consejo Nacional de Administración (CNA) encomendó, a la Comisión Nacional de Defensa de la Producción, dependiente del Ministerio de Industria, determinar la necesidad de la participación de Uruguay en el certamen, concluyendo ésta que era de gran interés para el país, y partidaria de encontrarse representado en el evento.[5] En el mes de noviembre de 1925, el Consejo Nacional aprobó la participación en la exposición, creando el Comité Organizador de la Participación de Uruguay en la Exposición Iberoamericana de Sevilla.[6]
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Comisión organizadora de la participación de Uruguay en la Exposición Iberoamericana. (Ilustración revista Mundo Uruguayo. 29.09.1927 pág. 27) |
Este Comité compuesto por intelectuales, políticos, médicos, ganaderos y empresarios,[7] fue el encargado de organizar y gestionar todo lo relacionado con la concurrencia del país en la Exposición, así como la ejecución del pabellón, estando en un principio previsto que el edificio fuera provisional, presupuestando su costo en 50.000 pesos oro. Posteriormente se ampliaría a 80.000 pesos, a incluso llegaría a elevarlo hasta los 100.000 pesos a fin de hacerlo permanente, y en el que se instalaría el consulado y una biblioteca que se llamaría “América del Uruguay”.[8]
No obstante, todo dependía de la aprobación en las Cámaras de representantes. Durante los primeros días de mayo de 1927, fue calurosamente debatido en tres sesiones en la de los Diputados, lográndose su aprobación, votándose para el proyecto 80.000 pesos. Pasó después a la del Senado, donde algunos senadores hicieran encendidos discursos en favor de la "Madre Patria", sin esperar beneficios económicos que justificaran tal presencia, siendo aprobada definitivamente la concurrencia el 10 de junio, quejándose el Comité organizador en la tardanza en hacer la ley que daba los recursos, teniendo ahora que realizar todas las gestiones para no llegar tarde a la celebración.[9]
Una vez dotado de presupuesto el proyecto, el Comité organizador, convocó a primeros de julio, un concurso entre los arquitectos residentes en el país, tiendo como plazo hasta el día 3 de septiembre del mismo año para presentar sus trabajos, que se amplió hasta el 15, debido a la demora en la designación de los terrenos.
En las bases de la convocatoria,[10] el Comité establece entre otras condiciones, la del que el edificio estaría destinado a la exposición de productos industriales, comerciales y artísticos; y una vez clausurada la Muestra, serviría como Consulado del país. Así mismo también determinó, que de los 1.200 m2 que tendría el pabellón, 190 m2 estarían destinados a la industria frigorífica de carnes; algo menos, unos 180 m2, los de ganadería e industrias derivadas, y agricultura; para las exhibiciones de manufacturas, Industrias pétreas, bellas artes y arqueología, 120 m2, además de 100 m2 para información y administración, servicios, y un pequeño sótano para la industria frigorífica, con un costo máximo estipulado de 65.000 pesos.[11]
Pero quizás las cláusulas más determinantes fueron las de carácter económico y que armonizase con el estilo predominante en el sur de España, tales como mudéjar, morisco, barroco del siglo XVIII, etc. Este último condicionante produjo cierta reticencia, generando algunas protestas entre los arquitectos que pensaban presentarse a concurso,[12] por otra parte justificada, al considerar estos estilos poco apropiados para un pabellón, y menos a desarrollar en España donde se encuentran las mejores muestras de ellos.[13] Fueron presentados 19 trabajos, muchos fueron rechazados por sobrepasar ampliamente lo presupuestado.
Esta tensión habría que contextualizarla en el momento en que se convoca el concurso. Uruguay vivía inmerso en el periodo del Centenario, un significativo proceso de construcción identitaria del país, en una etapa significativa para la comunidad arquitectónica, siendo una época de crisis y debate, entre el pensamiento académico y el moderno, en un intento de construcción de una arquitectura nacional, con un debate entre lo americano y la herencia europea.[14]
El fallo tuvo lugar el 24 de septiembre, obteniendo el primer premio al proyecto con el lema “Maona” cuyo autor era el arquitecto Mauricio Cravotto, y el segundo premio el proyecto con el lema “Teruteru”, de los arquitectos Alberto Muñoz del Campo y Carlos García Arocena. Según el acta del fallo, algunos miembros del jurado votaron a favor del proyecto ganador por “entender que entre los proyectos considerados como mejores hasta último momento es el que se ajusta en forma más estricta a las exigencias del programa, esencialmente en lo que tiene relación con la superficie edificada, y que la composición de su planta responde mejor a la finalidad perseguida”, a pesar de considerarse inferior al proyecto con el lema “Teruteru”, que quedó en segundo lugar, por “que tiene defectos de cierta importancia en la composición de algunos elementos de la planta”.[15]
Fue sobre todo el ajustarse estrictamente a las bases del concurso, además de la combinación de elementos modernos e historicistas, ser económico y fácil de construir, lo que le dio al proyecto presentado por el arquitecto Mauricio Cravotto Schiavon, ganara el concurso.
Antonio Mauricio Rodrigo Cravotto Schiavon, (Montevideo, 26 de setiembre de 1893 - 14 de octubre de 1962), fue un reconocido arquitecto y urbanista uruguayo, vinculado al área profesional, académica y cultural de este país, ampliamente reconocido por sus contemporáneos, tanto a nivel nacional como internacional. Cuando presentó su proyecto para el pabellón de Uruguay, ya destacaban sus obras del Montevideo Rowing Club en 1923, el Edificio Frugoni, en 1927; los proyectos presentados en 1924 y 1929, para el Palacio Municipal de Montevideo, y tras la Exposición, el Rambla Hotel, en 1931.[16]
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Mauricio Cravotto, trabajando en su estudio. (Fundación Cravotto) |
En el mes de diciembre de 1927, el gobierno uruguayo nombró al Dr. en medicina, Francisco Torres Insargarat, Comisario General de la representación. Hombre de reconocido prestigio, y ajeno a la política, su nombramiento fue recibido con general complacencia en todos los círculos, donde se le distinguía por su alta preparación intelectual, contando por lo general con gran simpatía. Profundo conocedor de España, donde vivió durante los años de su carrera, se graduó en la Universidad de Santiago.[17] Con su nombramiento, se le dieron plenos poderes y facultades generales para tomar decisiones sobre el pabellón, sin necesidad de tener que consultar en cada momento con el Comité Organizador de la Participación.[18] Meses más tarde, fue nombrado el escultor uruguayo, Amadeo Rossi Magliano, ayudante del Comisario.[19]
A finales de marzo de 1928, salió de Montevideo el arquitecto Emilio Conforte, designado para dirigir las obras del pabellón, y a primeros de abril, se desplazó a Sevilla el Comisario, Torres Insargarat,[20] estableciéndose en el Consulado de Uruguay en la calle Bamberg 3, gestionando la elección de parcela, y revisando los aspectos jurídicos y económicos de la cesión; intentando conseguir un tratamiento similar al de los EE.UU., consiguiendo solo la cesión de los mismos por espacio de 75 años, al igual que el resto de países americanos, no siendo aplicado el trato especial al que aspiraba.[21]
La parcela inicialmente elegida fue la ubicada junto al pabellón de Méjico, pero ésta fue adjudicada a Brasil, por lo que se le asigno una nueva junto a la de los EE.UU. y Chile, quedando zanjado así el asunto a gusto de todos. La parcela de 2.324 m2 de superficie, fue entregada el 8 de junio de 1928, a reserva de formalizar las escrituras por el Ayuntamiento,[22] siendo aprobado el proyecto del pabellón en la sesión de primeros de dicho mes por la Comisión Permanente de la Exposición.[23]
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Plano de situación y superficie de la parcela asignada a la República del Uruguay(Archivo Municipal de Sevilla) |
La parcela concedida se sitúa en terrenos de los Jardines de San Telmo, en las intersecciones del entonces Paseo del Río, con la avenida “A”, actualmente Paseo de las Delicias y avenida de Chile, respectivamente, limitada al sur con la parcela asignada a los Estados Unidos, de 2.300 m2 de superficie y una extraña forma poligonal, que debido a las limitaciones económicas de la convocatoria del proyecto, el edificio se diseñó de una sola planta, por lo que necesitó aprovechar todo el terreno, adaptando la planta del edifico a la forma de la parcela.
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Planta del pabellón inscrita en la parcela |
La ejecución del proyecto, estuvo a cargo del arquitecto Emilio Conforte, director de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas de Uruguay, y al contratista sevillano Manuel Álvarez Prieto,[24] que también trabajó para la Exposición en el Hotel Alfonso XIII, y realizó el revestimiento de la escalera principal de la Plaza de España.[25] El coste definitivo del pabellón se elevó a 69.343,62 pesos, que incluía los premios del concurso, la construcción, su decoración, la instalación eléctrica, servicios sanitarios, etc.[26]
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Imágenes del pabellón durante el proceso de construcción. (Todocolección.net y revista Blanco y Negro 05.05.1929) |
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Planos de planta y alzado de la fachada principal. (Archivo Municipal de Sevilla) |
Sobre el análisis arquitectónico del edificio, tanto Amparo Graciani[27] como José Carlos Babiano,[28] han realizado un minucioso estudio de ello coincidiendo en que, a simple vista, en la composición del pabellón, se diferencian dos piezas que se yuxtaponen:
La primera correspondería a la nave principal, formada por la intersección de dos cuerpos a modo de crucero, uno en sentido paralelo a la fachada y otro perpendicular a la misma, y que formaliza la entrada; mientras la segunda se sitúa tras la primera formada por el cuerpo trasero, de forma de triángulo equilátero, acabado en proa y que apunta a un tímido patio central de igual forma, no existente como tal, pero si insinuado en la cubierta. Este cuerpo se organiza como deambulatorio perimetral, alrededor del espacio central, con escasa altura.
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Piezas compositivas del pabellón y su yuxtaposición. |
El espacio central, se articula para recibir al visitante, a la vez que es el encuentro de las tres naves; la cubierta de esta sala, se realizó sobre trompas siendo la parte más sobresaliente del edificio.
La estructura es de hormigón armado, que fue calculada por el ingeniero Francisco Viapina, con zonas mixtas de muros de fábrica, sobre zapara corrida en forma de T invertida, a una profundidad de 1,5 m. Los forjados se resuelven mediante lozas armadas en sus dos direcciones, salvo en algunas zonas que es unidireccional.
Exteriormente, el edificio representa más ampulosidad de la que, debido a los limitados recursos, tiene, favorecida por la compleja distribución de alturas, la compacta disposición de sus elementos y la sobria y elegante ornamentación, que convierte al edificio en perfecta representación del país.
Bocetos a acuarela y lápiz del pabellón realizados por su autor. (Ilustración revista Comercio Internacional. 1928) |
Algunas de las salas y zonas exteriores fueron pavimentadas con losas de piedras traídas expresamente desde Uruguay, mientras para otras se utilizaron materiales locales. Para la escalinata exterior y la portada de la fachada, se pensó en un principio utilizar mármoles uruguayos ofrecidos por distintas empresas del sector, pero la necesidad de este material para ellas, era superior a la cantidad que se podría transportar.[29]
La sobria y elegante decoración exterior, como la portada neobarroca, que responde en cierto modo a la estética manierista propuesta por la comisión organizadora, a caballo entre una organización tipológica y una composición propia del siglo pasado; adaptando algunos elementos como arcos de medio punto y cubiertas de teja cerámica curva al gusto imperante por el estilo andaluz.[30] Para Villar Movellán, “Se intenta aquí la creación de una arquitectura nacionalista a partir de las distintas influencias recibidas en la República del Plata: lo español, lo italiano y lo universal”.[31]
La fachada principal, da frente al Pabellón de Chile y a la calle Uruguay, perpendicular a la avenida de Chile. Una vez superada la escalinata exterior, se encuentra la fachada donde se centran los escasos detalles decorativos, especialmente en la monumental portada, constituida por un arco rebajado, flanqueado por dobles y estilizadas columnas corintias de fuste liso, cerrando la portada, a ambos lados de cada par de columnas, por potentes pilastras bellamente talladas con motivos vegetales de tipo ataurique.
El arco se remataba con un frontón de contorno mixtilíneo coronado por el escudo nacional de la República Oriental del Uruguay y la inscripción URUGUAY. Todos estos elementos decorativos fueron realizados en piedra color marfil. También se decoró con una crestería renacentista, la cornisa delantera del edificio, hoy día prácticamente desaparecida. La calidad en la ejecución de los ornamentos se debe al escultor José Piquet Catolí, que realizó la talla de los capiteles de las columnas del patio central del Edificio Central de la Plaza de España,[32] y el maestro de obras Francisco (sic) Álvarez Prieto.[33]
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Boceto del proyecto de la fachada principal (Archivo Municipal de Sevilla). Detalles de la ornamentación de la monumental portada (Archivo del autor) |
A la derecha de la portada, se anexa un cuerpo de menor altura, en los que se abren huecos de arcos de medio puntos, que se convierten de doble vano, en la parte saliente del extremo, decoradas éstas con pilastras corintias, y todas ellas guarnecidas de artísticas rejas forjadas con las iniciales R. U. correspondientes a República del Uruguay, que le daba una nota colonial al conjunto.
A este cuerpo lateral de pequeña escala, se le añade una terminación semicircular, que no deja de extrañar, y que desde cualquier tipo de análisis, podemos considerar como un intento del autor de dar "cierta gracia" al edificio, añadiéndolo para causar el efecto de arquitectura improvisada y popular, acercándose a las haciendas coloniales de uruguayas.[34]
Se ubicaron aquí dependencias organizativas, como eran el Salón de Informes, en el ala que habría sus ventanas a la fachada, compuestas por tres ventanales, y la de Administración y dependencias secundarias, en la que tenía doble vano en la fachada; y en la terminación semicircular, se instaló la escalera que conducía a un espacio subterráneo donde se ubicó las instalaciones para el funcionamiento de los aparatos frigoríficos, que de esa manera quedaban totalmente exentos en el salón central.
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Detalles del cuerpo anexo a la portada, con ventana de doble vano con las iniciales R.U. en las rejas y la terminación semicircular en el extremo de este cuerpo. (Archivo del autor) |
El espacio interior se ordenaba atendiendo a la importancia del aspecto expositivo que se mostraba. Así en Salón Central lo ocupaba el más importante, que se le otorgó a la industria frigorífica, lo rodea los de ganadería a la izquierda, agricultura al fondo y el de manufacturas a la derecha, y en los espacios más secundarios los salones de arqueología, pedrería y bellas artes, rodeando el de los productos agrícolas.
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Plano con la distribución interior de los espacios dispositivos del pabellón. |
Según los planos, tras el pórtico, se accedía directamente al Salón de Industrias Frigoríficas, este espacio, el de mayor importancia del edificio, y centralizador del resto de espacio, se le dio prestancia al coronarlo con una cúpula rectificada, con iluminación natural perimetral, apoyada sobre trompas y nichos angulares para alojar esculturas.
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Salón central que alojaba el Salón de Industrias Frigoríficas y la cúpula sobre trompas de este salón. |
Ambos lados de este salón, se encontraban dos salas, en la de la izquierda se instaló el Salón de Ganadería que se iluminaba con cuatro parejas de ventanas adinteladas situadas en la parte superior del muro. Se remataba este salón, en uno de sus lados, por un vértice angular, en el que se instaló un aparato cinematográfico, que proyectaba las imágenes sobre un telón soportado por columnas de madera, artísticamente decoradas, que fueron diseñadas por Mauricio Cravotto, bajo las cuales se alojaban vitrinas expositivas.
A la derecha se ubicó el Salón de Manufacturas, al que se le instaló, en uno de sus lados, un pórtico abierto al exterior, sostenido por cuatro pilares, donde se situaría el acceso a la legación diplomática uruguaya en la ciudad, una vez clausurada la muestra.
El cuerpo posterior, de forma de triángulo equilátero, acabado en proa, deja entrever un patio central de igual forma que, aunque no existe en sí, quedaba insinuado en la cubierta más elevada, que el deambulatorio perimetral, alrededor del espacio central, de menor altura.
Este espacio central, con forma de hexágono irregular, lo ocupó el Salón de Productos Agrícolas. A ambos lados de ésta instalación, se encontraban dos salones rectangulares de iguales proporciones de siete metros de ancho, ocupando el de la derecha el Salón de Bellas Artes y el de la izquierda por el Salón de Arqueología. Al fondo, en el espacio formado por la proa, se situó el Salón de la Industria Pétrea, instalándose los aseos y servicios en los espacios residuales que había dejado esta distribución.
La muestra uruguaya se componía de representación estatal y pública, y se dividían en trece secciones dedicadas a industrias, lanas, bellas artes, frigoríficos, Escuelas Industriales e Instituto Agrónomo y obras de arte contemporáneas, para la selección de estas últimas, se convocó un concurso público, cuyo jurado también hizo una selección de obras pertenecientes al Estado.[35]
El Comité organizador, encontró algunas dificultades para que distintas firmas expusieran sus productos. El motivo principal era que los industriales no encontraban mucho interés en ofrecer sus productos que compensara los gastos económicos que estos suponían. Para solventar este extremo, el Ministerio de Industria organizó una exposición, donde se seleccionaron los productos que se exhibirían en Sevilla; la concurrencia fue muy amplia gracias a la propaganda realizada por dicha Comisión.[36]
Las instituciones públicas que colaboraron fueron los Ministerios de Obras Públicas, e Industria, las direcciones de Agronomía, Inmigración, Inspección de Colonias, de Estadísticas, Enseñanza Industrial; las Escuelas de Veterinaria y Odontología, etc., entre cuyos gráficos se incluía un mapa del país con indicación de las escuelas existentes.
El sector privado expuso carnes y conservas, cueros, calzados, vinos y licores, madera y parquets, tejidos, productos químicos y farmacéuticos, etc. Los productos y datos expuestos, eran muy diverso, como exhibición de gráficos, datos económicos, muestrarios, maquetas, etc.
Según la descripción que se hace en “El avance de la provincia de Sevilla desde el 13 de septiembre de 1923”[37], del material expuesto, éste se distribuía de la siguiente manera:
-Salón de Entrada. En este salón se exponían una colección de mármoles nacionales, de muy distintos dibujos y colores, que llamó la atención por su variedad y belleza, pues algunos parecían jaspes. En este vestíbulo se exhibían también numerosos cuadros con fotografías de los principales monumentos, edificios, plazas y paseos de Montevideo. Decoraban este salón, banderas uruguayas y españolas, y muebles de estilo antiguo en los que están representados en talla la epopeya de los treinta y tres orientales, el escudo nacional y la bandera de Uruguay.
-Salón de Industrias. La exposición se hacía en vitrinas con una exhibición de papelería en general, tejidos de algodón, y productos químicos montada por el Instituto Químico Nacional. Sombreros, cueros, calzados y productos alimenticios, etc.
-Salón de Lanas. En dicho departamento se exhibían una gran variedad de lanas y curtidos industriales, que son la principal riqueza del país.
-Salón Frigorífico. En este salón se hallaban instaladas seis grandes vitrinas frigoríficas, en las que se exponían gran cantidad de carnes de ternera, carnero, etc., y todos los derivados de ellas en conserva además de otros artículos relacionados con estas, así mismo se proyectaba una película sobre el proceso de preparación.
-Salón de Escuelas Industriales. Alberga trabajos hechos por los alumnos de las escuelas de artes y oficios, con trabajos decorativos, maquinaria industrial en miniatura y a tamaño real necesarias para la ejecución de los mismos.
-Salón del Instituto de Agronomía. Se mostraban una gran cantidad de gráficos, fotografías, planos y mapas ilustrativos, que demostraban el elevado grado cultural del país. El Consejo de Administración Departamental de Montevideo, montó una interesante colección de fotografías y gráficos de las muy importantes y construcciones que realizaban en aquella República.
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Imágenes del interior del pabellón durante la Exposición con las secciones agronómica, carnes en frigoríficos, manufacturas y artes y oficios. (Memoria del Comité Organizador) |
En la de Ganadería exhibía un lote de novillos en pie seleccionado, así como fotografías de rodeos y proyecciones cinematográficas de las operaciones que se realizan en el campo y embarque de ganado, que se completaba con interesantes fotografías, gráficos y estadística demostrativa de la gran riqueza ganadera del país, y su situación en el mundo como exportadora de carnes. Y las industrias derivadas de esta actividad, mostró entre ellas, un ingenio por el cual los restos de lana del curtido se aprovechaban para la fabricación de papel, cartón y otros materiales.
Una de las secciones se destinó al “Arte Nacional”, que comprendía la exposición de esculturas, pinturas y dibujos de artistas del pasado y contemporáneos.
Por el Comité Organizador, figuraron, admitidas obras de María Angélica Álvarez, Juan Peluffo, Miguel A. Flangini, Pascasio Odiozábal, Dolcey Schenone Puig, Domingo Puig, Luis Queirolo Repetto, Romeo Baletti, Alfredo de Simone, Nicolás J. Urta, Luis Setembri y Eduardo Gerona. Por invitación directa figuraron obras de: Domingo Bazzurro, César Pesce Castro, Carmelo de Arzadun, Alfredo Francisco Sollazo, Agustín Ezcurra, Carlos Castells, Alba Padilla, Ana Obiol de Muñoz. Y esculturas de: Alberto Marino Gahn, Erna Nacere, Federico Escalada y José Belloni. Se completaba esta muestra con obras propiedad del Estado, que figuraban en la sede del Consejo Nacional de Administración, estando representados los artistas Pedro Blanes Víale, Alberto Dura, Ernesto Laroche, Manuel Rosé, César Pesce Castro y Carlos Rufalo.[38] El pabellón estuvo ambientado con piezas musicales de Eduardo Fabini, Luis Cluzeau, Alfonso Brocqua y Luis Sambucetti.
La mayoría de los artistas y expositores obtuvieron premios en sus diferentes categorías, concedidos por el Jurado Superior de Recompensas de la Exposición. Solo por citar algunos diremos, que la máxima recompensa el “Gran Premio”, lo obtuvieron Mauricio Cravotto y Emilio Conforte, por el proyecto del pabellón y la dirección de las obras. Por sus cuadros, Pedro Blanes, y diferentes organismos oficiales que participaron como las Escuelas Industriales, la Dirección de Agronomía, el Ministerio de Obras Públicas, y el de Industria, etc. El Círculo de la Prensa Uruguaya, por la propaganda; la Compañía de Materiales de Construcción, por los mármoles; Carlos Sacchi, por los parquets; Tarcizio Alipio Cardozo Vasconcellos, y José Elorza e hijos, por las lanas; Compañía Agua Salus; Frigorífico Nacional, Frigorífico Swift y Frigorífico Artigas, por sus aparatos frigoríficos; Fábrica Nacional de Alpargatas, el Instituto de Química Industrial, por sus productos, y Lanza y Cía., por cueros curtidos y charoles. [39]
Artistas como Luis Cluzeau, obtuvo medalla de oro, y Ernesto Larohe, Alberto Dura, y Alfredo de Simone, sabemos que obtuvo medallas de plata por sus obras “Mis Amigas” y “Naturaleza Muerta”; y entre los escultores, José Luis Zorrilla, Federico de Escalada y José Belloni consiguieron Diploma de Honor y diferentes medallas.
También el escultor marchenero Lorenzo Coullaut Varela, se entrevistó a finales de 1928, con el arquitecto director de las obras Emilio Conforte, y el Cónsul uruguayo Sevilla, para exhibir algunas de las piezas ya terminadas destinadas al monumento que se erigiría en Montevideo al mariscal Bruno Mauricio de Zavala, fundador de dicha ciudad, cuya inauguración estaba prevista para el mes de enero de 1930, aunque al final se inauguró el 27 de diciembre de 1931. Estas piezas correspondían a dos relieves, “La Primera Familia” y “ El Gaucho”, además de la escultura “La Abundancia”.[40]
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Obras de Coullaut Varela destinadas al monumento del mariscal Bruno Mauricio de Zavala en Montevideo. (Ilustraciones Monumento a Bruno Zavala en Montevideo) |
El pabellón fue inaugurado por SS. MM. los Reyes D. Alfonso y Dña. Victoria Eugenia, en la tarde del 11 de mayo de 1929.[41] Eeran acompañados por los infantes y el jefe del Gobierno, general Primo de Rivera, siendo recibidos a la entrada por el Embajador en Madrid, Benjamín Fernández Medina, el Comisario General del pabellón Francisco Torres, el Cónsul en Sevilla Segismundo López de Rueda, y el delegado uruguayo Mauricio Rossi Magliani. Pasaron a visitar el pabellón, donde se detuvieron en algunas instalaciones, como en las que se mostraban mechones de lana tipo merino, así como un invento que aprovechaba los residuos de los curtidos para hace papeles de lujo y cartonaje, Admiraron también, un mapa representativo de las escuelas existentes en aquel país. S.M. el Rey, fue obsequiado con un tapiz que reproducía un mosaico existente en la Casa de Ejercicios, de aquel país, construida por españoles, y que entonces era sede de la Escuela de Artes y Oficios.
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SS.MM. los Reyes llegando al pabellón para su inauguración (Fotogramas vídeo Las Exposiciones de 1929. Editado por la Filmoteca Española) |
Días después de la inauguración del certamen, se desplazó a la capital hispalense los componentes del equipo de futbol del Rampla Juniors de Montevideo, que tenía previsto jugar con los equipos sevillanos del Real Betis Balompié y el Sevilla F.C., y una Selección de Andalucía.
El primer partido debía celebrase el 22 de mayo, pero debido a la tardanza del equipo uruguayo en llegar a la ciudad, de gira por Europa, se aplazó hasta el viernes 24, quedando pendientes de anunciar las nuevas fechas para los otros encuentros.[42]
Los partidos se jugarían el Estadio de la Exposición, que en esa fecha ya había sido inaugurado, en concreto el 17 de marzo, con la celebración el encuentro internacional entre las selecciones de España y Portugal, presenciándolo más de 15.000 espectadores.
El encuentro entre el Rampla Juniors de Montevideo y el Real Betis Balompié, se celebró con el estadio prácticamente vacío, debido a que el primer equipo del Betis, se encontraba desplazado en Zaragoza, donde el domingo disputaría el partido de liga contra el Iberia, lo que hizo que el equipo que se enfrentó a los uruguayos estuviera compuesto por jugadores de reserva. El partido se saldó con la derrota del Betis 4 a 0.[43]
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El equipo del Rampla Juniors que jugó con el Betis. (El Liberal 26.05.1929) |
El siguiente encuentro que jugaría el Rampla con un equipo sevillano, tendría lugar el lunes 27 con el Sevilla F.C. que alinearía a su primer equipo, que finalizó con un empate a dos tantos, dominando la primera parte el equipo uruguayo y el segundo tiempo el sevillano.[44] Y ante la imposibilidad de poder jugar con la selección andaluza, por las fechas, el 30 de mayo volvió a jugar con el Sevilla F. C., que venció al Rampla Juniors 2 a 0, siendo el mejor de los tres partidos que se disputaron.[45]
Con motivo de la celebración del “Día de la Raza”, el 12 de octubre, se inauguró de forma oficial el servicio radio-telefónico entre Estaña, Uruguay y Argentina. En Sevilla, desde el Pabellón de la Cía. Telefónica en la Exposición, tuvo lugar la puesta en servicio de este sistema telefónico, con la intervención del general Primo de Rivera, que fue contestado por el Ministro de Asuntos Exteriores uruguayo, Rufino T. Domínguez; después tomó la palabra el Embajador español Alfonso Dávila y a continuación su homólogo en Madrid, Benjamín Fernández Medina.[46]
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Inauguración del servicio telefónico con Uruguay y Argentina desde el Pabellón de la Cía. Telefónica. (Ilustración revista Mercurio 07.11.1929) |
La Comisión Permanente de la Exposición, fijó un calendario para las llamadas “Semanas Americanas” consistente en la celebración de algunos actos en honor a cada una de las repúblicas americanas durante unos días, correspondiéndole la celebración de dicha semana a Uruguay del 15 al 21 de octubre de 1929.[47]
El reconocido escritor uruguayo Carlos Reyles, autor de la novela “El Embrujo de Sevilla”, fue nombrado por el gobierno de aquella República para que actuara como su representante especial en estos actos, desplazándose a Sevilla acompañado de su hija Alma, excelente cante, y del reputado pianista francés, Pierre Lucas, que intervendrían en la “Semana”; también estaba prevista la actuación del pintor uruguayo Pedro Figari, pero un accidente automovilístico sufrido cerca de París, cuando se dirigía a la ciudad hispalense, impidió que pudiera efectuar el viaje.[48]
En la tarde del día 15 tuvo lugar la inauguración de la Semana, con la interpretación de los himnos de Uruguay y España, tomando parte en este acto el Delegado Especial Carlos Reyles, que pronunció un discurso, el director de la Exposición, Cruz Conde, el Gobernador Civil, Mora Arenas, el alcalde de la ciudad, Díaz Molero, el cónsul López de Rueda, y el embajador de Argentina, García Mansilla. Tras el acto, se celebró un té danzante en el Casino de la Exposición, durante el cual actuó el conocido cantante uruguayo Carlos Quiroga.[49]
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Sesión de apertura de la Semana de Uruguay en el interior del pabellón. (Ilustración revista Mercurio. 07 11 1929) |
Durante los días que duró la semana uruguaya, en el cinematógrafo del Pabellón de los Estados Unidos, se proyectaron películas divulgativas de aquel país, siendo amenizado los entreactos por el cante Carlos Quiroga, además se realizaron visitas especiales al pabellón, teniendo lugar también una cena en honor ofrecida a la Delegación uruguaya,[50] así como la visita de ésta a la carabela “Santa María”.[51]
El acto principal de la Semana del Uruguay, tuvo lugar el día 18 en el Teatro de la Exposición, que fue ofrecido a las autoridades españolas, a las delegaciones americanas y a la sociedad en general sevillana. Consistió en un festival literario y musical, en el que intervinieron el pianista Pierre Lucas, residente en Uruguay durante bastantes años, que ejecutó varias composiciones de autores uruguayos. El secretario de la delegación Carlos Rodríguez Pintos, que leyó diferentes poemas, y la cantante Alma Reyles, que cantó canciones uruguayas, finalizando el acto el enviado especial Carlos Reyles que pronunció un discurso titulado “El secreto de Sevilla”.[52]
Aprovechando su estancia en Sevilla, el cantante Carlos Quiroga actuó en el Pabellón de Argentina, con motivo de la exhibición de una película informativa sobre la provincia argentina de Córdoba. El acto incluía números de canto y música, ejecutados por el cuarteto argentino dirigido por el cantante uruguayo, que interpretó canciones de su repertorio.[53] Y posteriormente en la Sala de Espectáculos de las Galerías Americanas, situada junto al restaurante del Pasaje de Oriente, en la avenida de la Raza, presentó la agrupación musical uruguaya dirigida por él, que interpretaban canciones típicas americanas.[54] Esta agrupación se mantuvo en la ciudad al menos hasta finales de marzo de 1930, actuando en esta Sala de Espectáculos.[55]
El pabellón fue visitado por el ministro de Obras Públicas de aquel país, Víctor Benavides, al que le fue ofrecida una cena íntima en el pabellón, durante la cual dijo que, durante su estancia en Sevilla había tenido ocasión de comprobar que los precios de los hospedajes en hoteles y fondas eran los corrientes, por lo que era injusta la campaña que se estaba haciendo a este respecto.[56]
También fue visitado por la infanta Dña. Isabel durante su estancia en el mes de noviembre en la ciudad,[57] al igual que el ilustre escritor uruguayo, y profesor de la Universidad de Montevideo, Horacio Maldonado,[58] destacada figura en el mundo intelectual iberoamericano, que se encontraba en Sevilla, procedente de Almería donde había desembarcado, con objetivo conocer sus monumentos y la Exposición, recorriendo después Andalucía, a fin de tomar notas para un libro que publicaría sobre este viaje a España.
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Visita de la Infanta Dña. Isabel al pabellón. (Foto publicada en el diario El Liberal 16.11.1929) |
Así mismo se celebró en el pabellón, un homenaje en honor a los pilotos, teniente coronel uruguayo Tydeo Larre Borges y capitán francés Léon Challe, que intentaban atravesar el Atlántico partiendo de Sevilla, llegar a Montevideo; aunque éste último no pudo asistir por encontrarse ultimando los detalles referentes al gran vuelo, que emprenderían al día siguiente, 15 de diciembre.[59] Una histórica hazaña que significó ser el primer aviador americano en cruzar el Atlántico Sur sin escalas. Este vuelo épico, aunque no llegó a cumplir su objetivo, aterrizó el 17 de diciembre en las proximidades de Maracajaú, Brasil, valiéndole el título de "Conquistador del Océano Atlántico Sur".
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Homenaje que se brindó en el pabellón a los pilotos Llarre Borges y Challe. (Ilustración del El Día Gráfico 19.12.1929) |
El 24 de diciembre, el Pleno municipal reunido acordó, entre otros temas, el nombrar hijo adoptivo de la ciudad al escritor uruguayo, Carlos Reyles, autor de la novela “El embrujo de Sevilla”, que estuvo al frente de la delegación de su país en los actos que se celebraron, en la segunda quincena del mes de octubre, con motivo de la semana de Uruguay.[60]
Como muestra del potencial ganadero que tenía el país, se mostraban en los expositores frigoríficos distintos tipos de carnes que periódicamente eran enviadas desde Uruguay. Con la llegada de nuevas remesas, la existentes eran repartidas a hospitales, asilos y diferentes centros benéficos para su consumo.[61]
Este reparto de la gran cantidad de carnes que tenían expuestas en sus vitrinas frigoríficas, eran enviadas a los reclusos de la cárcel para que se dieran ranchos extraordinarios, también se hacía a los modestos empleados subalterno del recinto de la Exposición, así como a la Asociación de Caridad, Cocina Económica y Escuelas de Triana, Damas protectoras de obreros, Escuelas Profesionales Salesianas, etc.
A este gesto caritativo se sumaba al realizado por comisario general del pabellón que, con ocasión de celebrarse la Semana de su país, acordó prescindir de dar un baile, para que su coste fuera empleado en adquirir una importante limosna de pan, [62] además del llevado a cabo con los hijos del conserje del pabellón, que falleció en el mes de noviembre,[63] y que ante el desamparo que quedaron sus hijos, el comisario Torres, consiguió de su gobierno un importante donativo que le fue entregado a los huérfanos.[64] Clausurada la muestra, fueron repartidas todas las conservas, diferentes artículos de calzados, sombreros, artículos de punto y lana, alpargatas, productos químicos, vinos, licores, etc., a diferentes centros benéficos.[65]
El 28 de junio de 1930,[66] días después de cerrar sus puertas la Exposición, el Gobierno uruguayo cede al Estado español, el pabellón, quedando pendiente de la tramitación del expediente correspondiente por los ministerios de Hacienda e Instrucción Pública, poniéndose en marcha el lento engranaje de la maquinaria burocrática.
A pesar de haber sido el gobierno rioplatense el que ofreció el edificio, en 1933 aún no se había iniciado los trámites para su aceptación por parte del Gobierno español, que sí había efectuado de los pabellones de Chile, México y República Dominicana, el 1º de abril de dicho año, no obstantes las reiteraciones por parte de los representantes uruguayos para la resolución del expediente.
Es entonces, cuando se estudia la mejor opción para el futuro del pabellón, por un lado, el gobierno uruguayo, durante la exposición se había comprometido con la Academia de Medicina de Sevilla, para fundar en el edificio un colegio o academia hispano-uruguaya, aunque se desconocía si este proyecto seguía adelante pues se planteó en 1930. Por otro lado, el fundador del Centro de Estudios Andaluces, Alfonso Laso de la Vega, se había ofrecido para hacerse cargo del edificio, por lo que era necesario saber la viabilidad de ambos proyectos.
Hubo que esperar hasta el 13 de diciembre de 1934,[67] para que se aprobaran los Decretos del Ministerio de Hacienda aceptando la donación al Estado español de los pabellones de Chile, México, Uruguay y República Dominicana, pero no es hasta el 12 de octubre del año siguiente, cuando Manuel Travesedo y Silva, enviado del Ministro de Estado en representación del gobierno, asista al acto de cesión oficial de estos pabellones, que tuvo lugar en el Salón de Actos del Ayuntamiento hispalense.[68]
Año y medio más habría que esperar, para que el 7 de abril de 1936, el Consejo de Ministros aprobara un expediente de construcción del Ministerio de Instrucción Pública, para instalar en el las Secciones preparatorias del Instituto-Escuela de Sevilla.[69]
Pero los acontecimientos que ocurrieron meses más tarde, que desembocaron en la Guerra Civil, dieron al traste con este proyecto, siendo ocupado durante el conflicto por una sección motorizada de Falange,[70] y un taller de correajes, zapatos y útiles para el ejército, para posteriormente pasar a formar parte del Parque de Intendencia,[71] siendo ocupado por el Ministerio del Ejército hasta 1960.
Es entonces, cuando el 5 de abril de ese año, se realiza el acta de entrega del pabellón a favor del Ministerio de Educación Nacional para usos docentes, haciéndose responsable de su custodia y conservación. En este acto ostentó la representación del Ministerio de Educación Nacional el Rector de la Universidad de Sevilla, José Hernández Díaz. Un mes más tarde, el 14 de mayo, mediante Orden Ministerial se autoriza a que el inmueble realice las funciones de hogar y comedor del Sindicato Español Universitario, conocido como el SEU.[72]
No obstante, el pabellón formó parte del recinto de la Feria de Muestras Iberoamericana de Sevilla, que se celebró durante las décadas de los años 60 y 70 de pasado siglo, instalándose en su interior, en una de las ediciones, la reproducción de la cápsula que utilizó John Glenn para realizar su vuelo orbital entorno a la Tierra.[73] Y con motivo de la malograda “Operación Clavel”, almacenó parte de los víveres, ropa y enseres que transportaba la caravana de dicha operación,[74]
Además del SEU, en el edificio también se alojaba la Delegación de Obras Docentes del Movimiento, y dado que con la llegada de la democracia se extinguieron la Delegación y Comisaría para el SEU y la Secretaría General del Movimiento, en 1978 el Rector de la Universidad de Sevilla, solicitó al Ministerio de Educación y Ciencia la ocupación total del Pabellón para necesidades propias de la Universidad.
La aceptación de la donación por parte del Estado, de todos los edificios erigidos por los diferentes gobiernos americanos para la Exposición Iberoamericana, estaba limitado su uso en 75 años de cesión,[75] por lo que a partir del 8 de junio de 2003, el Ayuntamiento de Sevilla, tiene derecho a la reversión del terrenos y edificio
En resumen, y atendiendo a las palabras de Tatiana Rimbaud, “El pabellón uruguayo en Sevilla representa fielmente la sociedad en el Uruguay del Centenario. Esa sociedad tan optimista y orgullosa es la que determina gran parte del devenir nacional, la configuración de la arquitectura de entonces y las bases para la construcción del Uruguay actual”.[76]
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Fachada del Pabellón de Uruguay durante la Exposición (Postales de la época) |
Este edificio, representativo de la República del Plata, que quiso recrear una arquitectura nacionalista, partiendo de las influencias recibidas de España e Italia, es actualmente sede del Consejo de Estudiantes del Distrito Universitario de Sevilla, que en 2025 ha lanzado un concurso nacional de ideas arquitectónicas, para la transformación integral del edificio para acoger la futura Casa de Estudiantes de la Hispalense.
En las actuaciones planteadas en el concurso, se pretende que el Pabellón de Uruguay se convierta en un referente de la vida estudiantil, reforzando su papel como punto de encuentro y símbolo de identidad de la comunidad de la Universidad de Sevilla. Las propuestas de cambio expuestas en el documento del concurso abarcan tanto el interior del pabellón como su entorno inmediato, incluyendo accesos, jardines y conexiones peatonales. Las propuestas deberán plantear una intervención integral, que revalorice sus elementos patrimoniales y proponga una nueva organización de los usos.[77]
NOTAS
[1] . Rodríguez Bernal, E. Historia de la Exposición Ibero-Americana de Sevilla de 1929. Sevilla 1994. Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla, p. 113. [2] . Cagiao Vila, P. Condicionantes políticos y juego de la diplomacia. El Uruguay en la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929-1930). En Diplomacia y acción cultural americana en la España de Primo de Rivera. Madrid-Barcelona-Buenos Aires-Sao Paulo (2020). Edit. Instituto de Investigaciones Históricas Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, p. 44.
[3] . Rodríguez Bernal, E. Historia de la Exposición Ibero-Americana…………… p. 113.
[4] . Babiano Álvarez de los Corrales, J.C. El pabellón de Uruguay en la Exposición Iberoamericana de 1929. En revista APAREJADORES núm. 32. 1º Trimestre de 1990, p. 15.
[5] . La Exposición Ibero-Americana. En El Liberal, de Sevilla.. 18 de octubre de 1925, p. 4.
[6] . Rimbaud, T. Pabellón de Uruguay en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Concurso del Centenario. En revista VITRUVIA núm. 5. noviembre de 2019, p. 44.
[7] . Ibídem.
Este Comité estuvo presidido por Óscar Orozco, hacendado y político. Alejandro Gallinal, médico-cirujano, filántropo y político, ganadero, diputado y senador por el Partido Nacional, fue el tesorero. Carlos del Castillo, funcionario público, actuó como secretario. Francisco Torres Insargarat, médico, fue vocal del Comité y comisario general del Pabellón. Segismundo López de Rueda, era el cónsul en Sevilla, actuó como vocal y ayudante del comisario del Pabellón. Otros vocales fuero: Víctor J. Arcelus, Tomás Berreta, Ernesto Bauzá, José Pedro Rodríguez, Francisco B. Helguera, Félix Martínez Castro, Pablo Ferrés, Juan B. Bidegaray, Florentino Loy Mones, Rafael Vehils, Mario C. Acebedo y Armando Levrero.
[8] . Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Exposición Iberoamericana. Libro núm. 2 de Actas de la Comisión Permanente. Sesión del 11 de diciembre de 1926.
[9] . Nuestro Pabellón en Sevilla. En El Amigo, de Montevideo. 18 de junio de 1927, p. 1.
[10] . El Pabellón del Uruguay en la Exposición de Sevilla. En El Orzán, de La Coruña. 28 de julio de 1927, p. 4.
[11] Rimbaud, T. Prendas y portentos. Concursos de Arquitectura del Uruguay Centenario-1925-1930. (Tesis) Maestría en Arquitectura Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo Universidad de la República Montevideo, Uruguay, mayo 2020, pp. 196-199.
[12] . Babiano Álvarez de los Corrales, J.C. El pabellón de Uruguay en la Exposición Iberoamericana….pp. 15 y 17.
[13] . El Pabellón Uruguayo en Sevilla. En El Amigo, de Montevideo. 09 de julio de 1927, p. 1.
[14] . Rimbaud, T. Pabellón de Uruguay en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Concurso del Centenario…. p. 52.
[15] . Concurso de planos para el Pabellón del Uruguay en la Exposición de Sevilla. En revista ARQUITECTURA núm. 118. Septiembre de 1927. p. 271.
[16] . Datos biográficos obtenidos de la Fundación Cravotto. http://cravotto.org/acervo/mauricio-cravotto/ Visitada el 29 de agosto de 2025.
[17] . El alto Comisario del Uruguay en la Exposición de Sevilla. En Mundo Uruguayo. 12 de enero de 1928, p. 23.
[18] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro núm. 4 de Actas de la Comisión Permanente. Sesión del 03 de febrero de 1928.
[19] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro núm. 5 de Actas de la Comisión Permanente. Sesión del 26 de octubre de 1928.
[20] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro núm. 4 de Actas de la Comisión Permanente. Sesión del 30 de marzo de 1928.
[21] . Babiano Álvarez de los Corrales, J.C. El pabellón de Uruguay en la Exposición Iberoamericana….p. 17.
[22] . Ibídem.
[23] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro núm. 4 de Actas de la Comisión Permanente. Sesión del 01 de junio de 1928.
[24] . Babiano Álvarez de los Corrales, J.C. El pabellón de Uruguay en la Exposición Iberoamericana….p. 18.
[25] . Valenzuela Montalvo. E.M. Empresas constructoras entorno a la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. (Tesis doctoral). Abril, 2015. Universidad de Sevilla. Departamento de Construcciones Arquitectónicas 2. p. 228.
[26] . Cagiao Vila, P. Condicionantes políticos y juego de la diplomacia. El Uruguay en la Exposición…..pp. 45-46.
[27] . Graciani García, A. La Participación Internacional en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. Sevilla (2010). Edit. Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla y Ayuntamiento de Sevilla. ICAS Departamento de Publicaciones. Pp. 325-327.
[28] . Babiano Álvarez de los Corrales, J.C. El pabellón de Uruguay en la Exposición Iberoamericana….p. 18-19.
[29] . Graciani García, A. La Participación Internacional en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929…p. 322.
[30] . Babiano Álvarez de los Corrales, J.C. El pabellón de Uruguay en la Exposición Iberoamericana….p. 18-19.
[31] . Villar Movellán, A. Los pabellones de la Exposición Iberoamericana. En La Exposición Iberoamericana de 1929. Fondos de la Hemeroteca Municipal. Sevilla (1987) Ed. Obra Cultural del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla. s/p.
[32] . A.M.S. Secc. XVIII E.I.A.. Caja 50. Rollo 669. Fotograma 547. Plaza de España.
[33] . Rimbaud, T. Pabellón de Uruguay en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Concurso del Centenario…p. 57.
[34] . Babiano Álvarez de los Corrales, J.C. El pabellón de Uruguay en la Exposición Iberoamericana….p. 19.
[35] . Rodríguez Bernal, E. Historia de la Exposición Ibero-Americana de Sevilla de 1929….p. 376.
[36] . Graciani García, A. La Participación Internacional en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929…p. 328.
[37] . Mora Arenas, V. El avance de la provincia de Sevilla desde el 13 de septiembre de 1923. Sevilla (1929). Edita Gómez Hnos. p. 190-191.
[38] . Plásticos Uruguayos. Compilado hasta 1970 por la Biblioteca del Poder Legislativo. Tomo I. Montevideo (1975). Ed. Biblioteca del Poder Legislativo. p. 74-75.
[39] . La Exposición de Sevilla. Los premios a los expositores uruguayos. Álbum nº 2 de recortes periodísticos del escultor José Belloni. Imparcial, 14 de junio de 1930. (https://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/44439) consultado 26 de agosto de 2025.
[40] . El ilustre escultor Coullaut Valera en Sevilla. En El Liberal, de Sevilla. 13 de noviembre de 1928. p.1.
[41] . Para la descripción de la visita real, se ha hecho un resumen de las noticias aparecidas en diferentes periódicos.
Visita al pabellón del Uruguay. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 12 de mayo de 1929. p.2.
Los pabellones del Uruguay y Venezuela. En La Correspondencia Militar, de Madrid. 14 de mayo de 1929.
De la jornada regia en el periodo inaugural. En el pabellón de Uruguay. En El Liberal, de Sevilla. 12 de mayo de 929. p. 8.
[42] . La visita del Rampla Júnior. El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 23 de mayo de 1929. p. 2.
[43] . El partido de ayer en el Estadio. El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 25 de mayo de 1929. p. 3.
[44] . “Rampla Juniors" y el Sevilla F. C. empatan a 2 tantos. El Correo de Andalucía, de Sevilla. 28 de mayo de 1929. p.1.
[45] . En el estadio de la Exposición. El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 31 de mayo de 1929. p. 2.
[46] . Inauguró oficial el servicio radio-telefónico con Estaña. En Mundo Uruguayo n° 563. 24 de octubre de 1929, pp. 35-39.
[47] . La Comisión Permanente de la Exposición. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 25 de agosto de 1929, p.1.
[48] . Hoy comienza la semana uruguaya. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 15 de octubre de 1929, p. 1.
[49] . La Semana del Uruguay. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 16 de octubre de 1929, p. 1.
[50] . El banquete del Comité a la Delegación del Uruguay. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 17 de octubre 1929, p.1.
[51] . Visita a la carabela “Santa María”. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 18 de octubre de 1929, p. 2.
[52] . De la Semana del Uruguay. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 20 de octubre 1929, p.5.
[53] . En el Pabellón argentino. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 13 de octubre de 1929, p. 6.
[54] . Programa de la Exposición del día. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 10 de noviembre de 1929, p. 6.
[55] . Programa de la Exposición del día. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 30 de marzo de 1930, p. 5.
[56] . En honor del ministro de Obras Públicas uruguayo. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 23 de julio de 1929, p. 2.
[57] . La estancia en Sevilla de la Infanta Doña Isabel y el ministro de Instrucción Pública. En El Liberal, de Sevilla. 16 de noviembre de 1929. p.5.
[58] . Escritor uruguayo. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 31 de enero de 1930, p. 5.
[59] . En el pabellón del Uruguay. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 12 de diciembre de 1929, p. 1.
[60] . Pleno municipal ordinario. Se nombra hijo adoptivo de Sevilla al Sr. Reyles. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 26 de diciembre de 1929, p. 5.
[61] . En el pabellón del Uruguay. En El Liberal, de Sevilla. 12 de noviembre de 929. p. 8.
Cartera de Noticias. En El Liberal, de Sevilla. 31 de diciembre de 929. p. 4.
[62] . Reparto de carnes congeladas. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 19 de junio de 1930, p. 1.
[63] . Ha fallecido don Julián Luna, que desempeñaba el cargo de conserje del pabellón del Uruguay. En El Liberal, de Sevilla. 03 de noviembre de 929. p. 8.
[64] . Un hermoso rasgo del Uruguay. En El Liberal, de Sevilla. 29 de abril de 1930. p. 5.
[65] . El reparto de objetos en el pabellón del Uruguay. En El Liberal, de Sevilla. 07 de septiembre de 1930. p. 6..
[66] . Dosier sobre la donación al Gobierno de España del pabellón uruguayo en la Exposición Iberoamericana. Archivo Museo Nacional de Ciencias Naturales (Cesic)
[67] . Gaceta de Madrid núm. 347 de 13 de diciembre de 1934, p. 2117.
[68] . Entrega del pabellón argentino a España. En El Debate, de Madrid. 13 de octubre de 1935, p. 5.
[69] . El pabellón de Uruguay en Sevilla se destinará a las secciones preparatorias del Instituto Escuela. En El Liberal, de Sevilla. 08 de abril de 1960. p. 5.
[70] . Noticias de Sevilla. En La Voz, de Córdoba, 26 de septiembre de 1936, pp. 9-10.
[71] . El general Dávila visita las instalaciones de Intendencia. En Heraldo de Zamora, de Zamora. 09 de septiembre de 1939, p. 6.
[72] . Vallejo Naranjo, C. Universidad y ciudad: la exposición iberoamericana de 1929 en el Campus Universitario de Sevilla. En El patrimonio cultural y natural como motor de desarrollo: investigación e innovación. I Congreso Internacional (1971-1988), Jaén (2012) Edita Universidad Internacional de Andalucía, p. 1982.
[73] . Esta mañana fue inaugurada la II Feria de Muestras Iberoamericana de Sevilla. En Pueblo, de Madrid. 10 de abril de 1962, p. 17.
[74] . Otra catástrofe en Sevilla. En Diario de Burgos, de Burgos. 20 de diciembre de 1961, p. 3.
[75] . Gaceta de Madrid núm. 347 de 13 de diciembre de 1934, p. 2117.
[76] . Rimbaud, T. Pabellón de Uruguay en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Concurso del Centenario…p. 60.
[77] . https://www.sevillaactualidad.com/sevilla/569804-la-us-busca-el-mejor-diseno-para-el-pabellon-de-uruguay/ consultado el 10 de septiembre de 2025
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El plano que está puesto del pabellón no corresponde a al que tenia el edifico en 1929, es mucho más posterior en torno a los años 90
ResponderEliminarEfectivamente, en ningún momento digo que sea el original.
ResponderEliminarPróximamente publicaré una actualización de esta entrada en la que subiré planos originales.